Capítulo XI - Verdades Umbrías
Alto Duisternis, 12 :30 am
Frasier de una lado al otro de la cama buscaba una posición cómoda para dormir cubriendo sus oídos con una almohada para dejar de escuchar con incomodidad el chirrido que producía el abanico al girar—. ¡¿Cómo carajos duerme alguien sin aire acondicionado?! —cuestionó con una queja en voz alta y al momento recordó que su teléfono estaba en su bolso—. ¡Acá éstas, pequeño! —exclamó con felicidad al encontrarlo en uno de los bolsillos.
Cuando lo observó apagado se dispuso a encenderlo, minutos después seguía esperando que encontrará alguna señal, lo que nunca ocurrió, lo que si fue una advertencia de batería baja que le hizo maldecir al escuchar el sonido y recordar que había olvidado su cargador en casa de Dayana—. ¡Que suerte la mía! —soltó con pesadez en un suspiro—. Veamos que a quedado de la fiesta.
Saliendo de la habitación fue directo a la cocina, se encontró la bolsa con el resto de panes que habían comprado la mañana anterior en la gasolinera. De momento sonrió al recordar las palabras del vagabundo:"Ai nu ai pueblo. Zolo muelte, mucha muelte."
Después de revisar la despensa se hizo con una bandeja de queso y otra de jamón para preparar su aperitivo de media noche. Concluyó con rapidez aquella tarea, pero al momento que se disponía a regresar a la habitación escuchó un chillido en dirección a la sala por lo que se dispuso a mirar, al dejarse llevar por la curiosidad volvió a escuchar un nuevo chillido; se trataba de un curvo al que pudo notar su silueta detenida al otro lado de la ventana.
Cuando desvío su atención del cuervo su mirada quedó sobre un libro viejo que se encontraba en una pequeña mesa—. Con esto de seguro me duermo en dos líneas —mencionó en burla ya que por lo general eso sucedía cuando leía un libro.
De regreso a la habitación cuando pudo terminar su aperitivo, volvió su atención al libro; "8 reglas básicas del pueblo Gloom" leyó en la portada del libro cuando la tuvo en sus manos—. ¡Uh! ¡Que miedo! —exclamó, divertido, pasando la portada.
Miró de reojo la introducción de aquel libro, las primeras páginas eran una reseña del pueblo y por tal motivo pasó de hoja sin prestarle atención hasta que una página con un llamativo nombre despertó su curiosidad y se dispuso a leerla: "Regla 1 — El silencio del pueblerino" —. Esto se puso interesante —mencionó antes de seguir leyendo:
"Regla 1 — El silencio del pueblerino, esta prohibido dar a conocer a un forastero o irruptor las costumbres y tradiciones del pueblo, el incumplimiento de esta regla será meritorio de una expulsión del pueblo."Frasier ya no pudo despegar los ojos y comenzó a leer hoja por hoja aquel libro de reglas."
"Regla 2 — Cordialidad, cada habitante del pueblo debe ser cordial, amable y respetuoso con cualquier forastero o irruptor que se encuentre en el pueblo por un tiempo predeterminado de un día"
"Regla 3 — Comunidad, como habitante del pueblo deberás trabajar en conjunto con las demás familias pertenecientes al pueblo para mantener un sustento mutuo de la comunidad."
" Regla 4 – Convivencia, queda prohibido generar o fomentar desprecio hacia otro habitante del pueblo, dicha acción sera repudiada y por consecuente un destierro al otro lado del desfiladero."
"Regla 5 — Irrupción, está negada la permanecía a más de un miembro con el apellido original de Gloom, este hecho merecerá un retiro de alguno de ellos el día posterior a su reingreso al pueblo."
"Regla 6 – Quinto Renacer, cada niño o niña al darse las campanadas de media noche en víspera de su quinto renacer deberá abandonar el pueblo con alguno de los padres y la condición de regresar el niño o una generación posterior cuando la persona que se a quedado en el pueblo deba festejar su 70 renacer."
"Regla 7 — 70 Renacer, al darse las campanadas de la media noche el día del cumpleaños número setenta de la persona que decidió quedarse en el pueblo por haberse cumplido su tiempo útil accede por dicho ofrecimiento dejar su cuerpo descansar y su alma ser una con el universo."
"Regla 8 – El silencio del forastero, cualquier persona que sea ajena a las familias del pueblo sera considerada como forastero a menos que se pueda comprobar que existe una compatibilidad entre las personas, de otro modo será sacado del pueblo."
Frasier escuchó unos pasos agitados seguidos de una voz quebrada que se acercaba rápidamente en el momento que terminó la regla 8 por lo que se volvió alerta, aun más en cuanto escuchó el sonido de golpes en la puerta de la habitación y la voz de Nora pidiendo ayuda por lo que se levantó apresurado de la cama teniendo su navaja en mano para saber; ¿De qué trataba aquel escándalo?.
[— Nocturna ¿Qué pasa? –preguntó después de salir de la habitación con un aire de preocupación al mirar el estado en el que se encontraba Nora y la reacciones en su rostro.
— No tuvimos que venir acá, no tuvimos –mencionó con temor—. Vayámonos ¡por favor! —pidió al momento que se escuchaba tocar la puerta y corrió tras él temerosa ante aquel sonido—. No abras ¡por favor! No abras.
— ¿Esta gente no tiene respecto por el sueño ajeno? –mencionó con molestia al pensar que aquella situación se trataba de un juego—. Nora, no es divertido, sabes que detesto que quieran jugarme alguna broma.
— No estoy bromeando –dijo con sus ojos cristalizados al borde del llanto—. ¡Se llevaron a mi abuela al cementerio y la envenenaron!]
— ¿Estas hablando enserio? —inquirió al notar el desespero en las palabras de Nora.
La chica al momento se quedó muda al oír un golpe en la puerta que hizo eco en el interior de la casa, en su vida nunca había sentido tanto miedo como el que estaba experimentando en aquella situación.— Debemos salir de aquí, irnos ahora mismo.
— Ve rápido por nuestras cosa, yo te esperé acá –ordenó Frasier caminando a la cocina por algo más para de defenderse que su navaja—. Esta casa es grande, de seguro tiene una puerta trasera que podamos usar.
Nora, después de asentir corrió en dirección a la habitación donde se estaba quedando, pero un fuerte golpe posterior le hizo detenerse antes de llegar a su destino para dar un vistazo. La puerta de la casa se encontraba abierta de par en par, la piel de Nora se erizó al notar dos siluetas pasar el umbral de la entrada. Frasier los miraba expectantes, aún no estaba seguro si decía la verdad o estaba mintiendo.
— Debe acompañarnos junto a su novio —se escuchó decir a una voz ronca proveniente de la silueta más intimidante, al momento en que la otra silueta se le detenía al lado.
Al llegar a la claridad del interior le dio a Nora la oportunidad de identificar que se trataba de las mismas dos personas que la perseguían desde el cementerio. Frasier intento mediar con aquellas personas, pero les fue imposible ya que no daban respuesta, solo hablaban con Nora repitiendo la misma petición luego de cada pregunta.
Al oponer resistencia Nora y Frasier tuvieron que forcejear por varios minutos con aquellas personas que con amabilidad, pero sin dar explicaciones intentaron hacerles salir de la casa, en un momento dado ambos lograron evadirlos y salieron tan rápido como les fue posible para lograr ponerse a salvo de aquella situación.
Con la respiración agitada, Nora y Frasier corrían por las calles con dirección a la salida del pueblo, la adrenalina no les daba oportunidad de sentir el frío que estaba en el ambiente. Esporádicamente miraban por sobre sus hombros para ver cuanta distancia le habían sacado de diferencia a sus perseguidores.
Ya no había dudas que visitar el pueblo había sido una mala decisión.
Ruta a Gloom, 01:24 am
La incertidumbre comenzó a ser parte de los pensamiento de Michael mientras se acercaba al pueblo, buscaba la explicación para saber ¿Dónde se encontraba? ¿Era aquello una realidad paralelo? O ¿Seguía durmiendo cómodamente en su cama? Y todo lo sucedido era un raro sueño o el accidente en el bosque había sido peor de lo que imaginaba y seguía con su mente activa.
Poco después de pasar el segundo aviso del pueblo observó a unos diez metros dos siluetas de personas que al mirarlas con detenimiento supo que se trataba de Nora y Frasier que parecían intentar escapar de otras dos que las seguían de cerca.
Michael quiso girar la camioneta en U para esperar a Nora y Frasier, pero justo en ese momento miró como una mujer un poco mas alta que su mejor amiga se lanzó a sus espaldas de Nora. Frasier volteó al escuchar un golpe contra el piso y a su novia quedarse, luego de mirarla en el suelo forcejeando recibió el mismo trato por el hombre.
Michael al mirarlos sometidos se apresuró a bajar de la camioneta, teniendo su revólver a la mano lanzó un disparo al aire y todos se quedaron inmóviles—. ¡Apártense o les disparo! —gritó con autoridad, apuntando al hombre y luego a la mujer.
— Esa no es una opción –mencionaron al unisono los pueblerinos volviendo a poner su atención en sus sometidos.
Frasier aprovechó aquella distracción del hombre para sacarse su navaja del bolsillo y sin medir fuerza clavarla en muslo izquierdo de aquel hombre quien soltó un alarido de dolor al sentir el filo de la navaja desgarrar su piel. El joven repitió la acción tantas veces como pudo subiendo en cada nuevo corte hasta que solo se cayó el hombre.
Michael no se había percatado de la escena entre Frasier y el hombre por poner su atención en Nora.— Aléjate de ella, no quiero hacerte daño —le aseguró a la mujer quien tenia rasguños en su cara, producidos por Nora mientras se intentaba defender.
— Eso no es opción —repitió con decisión, después de mirar caer a su compañero—. Ella no puede irse.Michael miró con circunstancia aquella respuesta ¿Por qué no era una opción dejarla? Era tan importante no dejar que no se fuera, tanto como para poner su propia vida en riesgo. Ya de por si las actitudes de los pueblerinos le parecían extrañas, pero después de aquel instante era indescifrable su motivación.
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