7
Pero yo tampoco ponía mi parte. Ni siquiera te miraba a la cara. No podía. Se me hacía muy incómodo.
Que ironía, ¿no? Que aquellos ojos que antes no podía dejar de admirar, ahora no pueda. Que ni siquiera sea capaz de sostener la mirada por más de tres segundos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top