11
La esperanza surgió desde el fondo de mi ser, justo cuando la estaba perdiendo.
Intenté más desesperadamente enamorarte. Era difícil, pero no imposible.
Mi mejor amiga, tu enamorada, me preguntó si sentía algo por ti.
¡Dios! ¿Tan obvia era?
Con una tímida sonrisa le respondí que sí.
Al día siguiente, recibí un pequeño chocolate de tu parte.
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