Un deseo del corazón
En el corazón del vibrante Pizzaplex, donde la música alegre resonaba y los animatrónicos ofrecían espectáculos constantes, la felicidad parecía ser una constante. Los niños reían, los padres disfrutaban de la comida y la atmósfera era de pura diversión. Sin embargo, en medio de toda esta alegría, había un animatrónico que no podía experimentar esa felicidad: Gabriel Wolf.
Gabriel, un animatrónico lobo con un pelaje brillante y ojos que reflejaban una profunda tristeza, se sentía atrapado en su propio mundo de melancolía. Extrañaba a su hermana mayor, Lizeth Wolf, quien siempre había sido su compañera de aventuras. Desde que Lizeth había partido, Gabriel se sentía incompleto, como si una parte de él se hubiera desvanecido. Sus lágrimas caían silenciosamente mientras observaba a otros animatrónicos y niños disfrutar de la vida en el Pizzaplex.
Su hermano mayor, Emiliano Esponja, un animatrónico de aspecto divertido y siempre optimista, intentaba hacer lo mejor que podía para animar a Gabriel. "¡Vamos, hermano! ¿Por qué no intentas hacer algunos de tus chistes? ¡Recuerda cuando hacíamos reír a todos con nuestras tonterías!" Emiliano decía con una sonrisa amplia, pero Gabriel solo respondía con un suspiro.
"Emiliano, no puedo. No puedo dejar de pensar en Lizeth. Ella siempre sabía cómo hacerme reír. Sin ella, todo se siente vacío", respondió Gabriel, su voz llena de tristeza.
Carly, la mejor amiga de Gabriel, y su novio Newton, estaban decididos a ayudar. Carly era una chica con un espíritu vivaz, llena de energía y ocurrencias divertidas. "Oye, Gabriel, ¿quieres escuchar una historia graciosa? Te prometo que te hará reír", sugirió Carly, mientras Cartoka, el hermano de Carly, y su novia Bastet se unían a ella.
"Claro, Carly. Estoy dispuesto a escuchar", respondió Gabriel, aunque su tono seguía siendo melancólico.
Carly comenzó a contar una anécdota divertida sobre un día en que, accidentalmente, se rompieron los pantalones frente a Newton. "Fue tan vergonzoso, ¡pero Newton no paraba de reír! ¡Mis pantalones se rompieron y mi ropa interior quedó muy apretada al descubierto! Pero lo más gracioso es que, en lugar de ayudarme, ¡Newton dijo que le gustaba ver mi ropa interior! ¡Era tan sexy!", contó Carly, riendo mientras recordaba el momento.
Newton se unió a la risa, pero Gabriel solo sonrió débilmente. "Eso es divertido, Carly, pero no creo que me ayude en este momento", dijo, sintiendo que la alegría de sus amigos no podía alcanzar su corazón triste.
Luego fue el turno de Cartoka. "¿Sabes? A Bastet también le pasó algo similar. Un día, ¡se le rompieron los pantalones en medio de un baile! Y yo, en lugar de ayudarla, ¡me quedé embobado mirando! ¡Era muy sexy!", contó Cartoka entre risas.
A pesar de la diversión, Gabriel continuaba atrapado en sus pensamientos. La risa de sus amigos resonaba en sus oídos, pero su corazón anhelaba la presencia de Lizeth. Nadie podía llenar ese vacío.
Sin embargo, en la distancia, una figura comenzó a acercarse a ellos. Era Cassie Wolf, una animatrónica que había estado observando a Gabriel desde lejos. Cassie había estado enamorada de Gabriel desde que lo conoció, y ver su tristeza la llenaba de dolor. Decidió que era hora de actuar.
Con confianza, Cassie se acercó al grupo. "Hola, Gabriel", dijo suavemente. "He estado viendo cómo te sientes, y solo quiero que sepas que estoy aquí para ti".
Gabriel levantó la vista, y por un momento, se sintió distraído por la belleza de Cassie. Sus curvas eran cautivadoras, y su sonrisa iluminó la atmósfera. "Gracias, Cassie. Pero no creo que haya nada que puedas hacer. Solo extraño a mi hermana", respondió, su tono aún melancólico.
Cassie sintió que su corazón se rompía al escuchar las palabras de Gabriel. "Entiendo lo que sientes. Pero, a veces, es bueno compartir tus sentimientos con alguien más. Quizás pueda ayudarte a sentirte mejor", sugirió, acercándose un poco más.
Gabriel, sintiéndose un poco más animado, decidió abrirse un poco. "Me gustaría que Lizeth estuviera aquí. Ella siempre sabía cómo hacerme sonreír", confesó, sintiendo una pequeña chispa de esperanza.
Cassie tomó una profunda respiración y decidió ser valiente. "Gabriel, yo... he estado enamorada de ti por un tiempo. Quiero que sepas que estoy aquí para ti, no solo como amiga, sino como alguien que se preocupa por ti", dijo, sus ojos brillando con sinceridad.
Gabriel se sorprendió. Nunca había considerado que alguien pudiera sentir algo por él en medio de su tristeza. "Cassie, yo... no sé qué decir", respondió, sintiendo una mezcla de emoción y confusión.
"Solo quiero que sepas que no estás solo. Te admiro por ser tan fuerte, incluso en los momentos difíciles", continuó Cassie, acercándose un poco más. "Quizás juntos podamos encontrar una forma de recordar a Lizeth y seguir adelante".
La conexión entre ellos creció, y antes de que Gabriel pudiera procesarlo, Cassie se inclinó y lo besó suavemente. Fue un momento mágico, un destello de luz en la oscuridad que lo envolvía. Gabriel sintió un torrente de emociones correr por su interior. El calor de ese beso lo llenó de una alegría inesperada.
Gabriel?*dijo Cassie un poco sonrojada*si ? *Dijo Gabriel " te gustaría ser mi novio* dijo ella con la cara como tomate" cassie......yo ........si si quiero ser tu novio* entonces cassie llena de felicidad lo vuelve a besar con mucha pasión
Cuando se separaron, Gabriel sonrió por primera vez en mucho tiempo. "Gracias, Cassie. Eso realmente significas mucho para mí", dijo, sintiendo que su corazón comenzaba a sanar.
Pero en el fondo, su deseo más profundo aún persistía. "Si tan solo pudiera tener a Lizeth de vuelta", susurró, su voz llena de anhelo.
En ese momento, algo extraordinario sucedió. Un brillo mágico llenó el aire, y Gabriel sintió una energía que lo envolvía. Cerró los ojos y, sin pensarlo, hizo un deseo. "Quiero que Lizeth regrese, por favor"
El aire vibró a su alrededor, y en un instante, una figura familiar apareció ante él. Era Lizeth Wolf, su hermana mayor, sonriendo con la misma dulzura que siempre había tenido. "¡Gabriel! ¡Te he extrañado tanto!", exclamó, corriendo hacia él.
Gabriel, lleno de felicidad, corrió hacia ella y la abrazó con todas sus fuerzas. No podía creerlo. "No puedo creer que estés aquí", dijo, llenándola de besitos mientras sus lágrimas fluían, pero esta vez eran lágrimas de felicidad.
Lizeth sonrió y acarició su pelaje. "Siempre estaré contigo, hermano. Nunca te dejaré solo", le dijo, y Gabriel sintió que su corazón se llenaba de amor.
Mientras tanto, Cassie observaba desde un lado, sintiendo una mezcla de alegría y tristeza al ver a Gabriel tan feliz. Aunque su corazón anhelaba estar junto a él, sabía que lo más importante era su felicidad.
"Gabriel, siempre estaré aquí para ti, incluso si no estoy físicamente a tu lado", dijo Lizeth, y eso llenó a Gabriel de una paz que nunca había sentido antes.
El Pizzaplex, que antes parecía un lugar de soledad para Gabriel, se transformó en un espacio lleno de amor y alegría. Todos sus amigos se unieron a ellos, celebrando el regreso de Lizeth.su novia cassie Carly, Emiliano, Newton, Cartoka y Bastet, todos estaban allí, compartiendo risas y abrazos.
Gabriel, rodeado de amor, finalmente sintió que su corazón estaba completo nuevamente. La tristeza que una vez lo había envuelto se desvaneció, y sonrió con la certeza de que, aunque la vida estuviera llena de altibajos, siempre habría un lugar para la felicidad y el amor en el Pizzaplex
La magia del Pizzaplex continuó, y la risa y el amor llenaron el aire. Gabriel supo que, con su hermana a su lado y amigos que lo apoyaban, había encontrado su lugar en el mundo. La felicidad era un regalo que debía ser compartido, y él estaba listo para vivir cada momento al máximo.
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