Capitulo 1
Paris, Francia: Actualidad:
Paris estaba inusualmente feliz, ¿Por qué? Preguntareis.
Hawk Moth, Shadow Moth o Monarca, como demonios se quería hacer llamar ese villano, había sido derrotado por Ladybug y ya todo era calma. Pero también era por otra cosa...
Y es que Chloe se había largado. Sí, esa misma Chloe, la "Niña malcriada de Paris", la que se había convertido en ausencia de su padre en una dictadorcilla.
Nos encontramos con André, el padre de esta chica, que se encontraba en ese momento encontrando unas facturas hasta que los remordimientos le golpearon, haciendo que este llamase a su esposa, Audrey, con la que se había ido a Nueva York para que tuviese una mejor educación.
—Hola Audrey... Oye, ¿Podría hablar con Chloe?
—Oh ¿Carol? No, no... Chloe — Hablo despreocupado la adulta, que como siempre, olvidándose el nombre de esta para seguido rectificar y seguido responderle—Ella huyó el día en el que me iba a ir a Nueva York.
Esto hizo que André abriese ojos con sorpresa y con miedo, para pasar rápidamente a rabia y gritarle.
— ¿¡Que ha huido!?
—Oh sí... Estábamos en el aeropuerto para irnos a Paris, aparte un momento mi mirada y de pronto no la vi, no tome mucho la importancia de esto. Después de todo eso era lo que queríais, ¿No? Que se fuese de Paris. — hablo despreocupada la adulta.
— ¿¡Pero no te das cuenta de que puede significar!? ¡Es nuestra hija! ¡Puede que esté en peligro! ¡Está sola y no sabemos dónde ahora este!
— ¿Pero no era lo que París quería? Por eso ya no eres alcalde de Paris, si quieres volver a ser el alcalde, debes de ganarte el voto del pueblo, y eso era lo que quería el pueblo por haberla dejado gobernar, quitársela de ahí.
André puso un gesto molesto ante esto para seguido hablarle a su esposa.
— ¿Y porque no has decidido ni si quiera llamar a la policía?
—No tardara mucho en volver, no tiene la tarjeta de crédito. — contesto Audrey.
En eso André, mirando unas cuentas fantasmas que tenía cuando fue alcalde, se dio cuenta de algo que no le gustó mucho.
El dinero que tenía allí ahorrado, aproximadamente casi 7 millones de euros, habían desaparecido de esa cuenta.
—Tal vez no tenga la tarjeta de crédito, pero alguien sabe sobre las cuentas fantasmas que tengo y nos la han quitado.
— ¿¡Cómo puede haber ocurrido!? Es imposible, solo lo sabemos tú, yo...
—Y Chloe... No sé como pero ha acabado quitándonos todo ese dinero. — termino la frase André lleno de preocupación.
— ¡Pues búscala idiota!
Y con ello, Audrey le colgó furiosa, mientras que André dejaba el móvil a un lado mientras se llevaba los dedos a la punta de su nariz con un claro gesto preocupado.
— ¿Estará bien Chloe?
Madrid, España. 48 horas antes de la llamada.
Nos encontramos con una Chloe bastante preocupada. Había llegado hacia unas horas y se encontraba perdida en el aeropuerto de Barajas sin saber muy bien a donde ir. No sabía mucho de español para su desgracia.
—Tenía que haber escogido algún lugar más lejos de Europa. Argentina, Texas, Hong Kong, Manila...
La blonda en eso decidió salir del aeropuerto y se vio en la situación de que no sabía a donde ir. Estaba en un nuevo país y para su mala suerte no sabía español por lo que le costaba comunicarse hasta que escucho a alguien hablar francés y dirigirse a ella.
—Disculpa, ¿Estas perdida?
Cuando Chloe se giró vio a un chico bastante alto, una o dos cabezas más grande que ella para ser de su misma edad, de pelo negro corto con cejas un poquito pobladas, ojos castaños y una tímida sonrisa. Tenía una chaqueta negra con detalles azulados con unos pantalones de chándal negros con una línea naranja y otra azul en los pantalones y tenis negros con estampado de rayos amarillos.
—Sí, sí estoy perdida... Es mi primera vez que vengo a aquí. — contesto Chloe un poco nerviosa.
— ¿Tus padres han venido contigo? Puedo ayudarte a buscarlos. — se ofreció educadamente.
Chloe solo aparto su mirada con cierta tristeza para en eso contestarle a ese
—No... He huido de mi familia y he venido a aquí.
Esto hizo que el chico levantase las cejas con sorpresa, pestañease y pusiese un gesto preocupado por la muchacha.
— ¿Y eso? ¿Qué te ha pasado?
Chloe solo aparto la mirada con cierta tristeza, cosa que se dio cuenta el chico.
—Oye, si no quieres hablar del tema lo entiendo pero si esto es gordo mi tía trabaja en la embajada francesa aquí en España y te podría ayudar.
Le sorprendió un poco la hospitalidad y la forma tan educada en la que se comportaba el chico con ella, cosa que le provocó una ligera sonrisa a la rubia.
—Gracias, eres muy amable, en París no eran así.
— ¿Eres de París? Wow, como mola, debe de estar guay vivir allí.
—Con Ladybug y Chat noir allí no es tan agradable.
— ¿Ladybug y Chat noir? — pregunto aquel chico extrañado por esos nombres
—Nunca he escuchado de ellos, lo siento, son héroes de Paris por lo que tengo entendió, ¿A que si?
Chloe solo asintió con la cabeza ante esto. No quería admitirlo, pero ese chico era... Adorable. Tal vez no tuviese el rostro más lindo del mundo, pero se dio cuenta de que este tenía lindos sentimientos, además de que estaba completamente ignorante de lo que pasaba en Paris, cosa que la aliviaba.
—Por cierto, ¿Cómo te llamas? — pregunto el chico.
—Chloe, Chloe Bourgeois ¿Y tú?
—José Esteban Champierre Martin, aunque me puedes llamar Esteban. — Respondió con educación el muchacho— Puedes venir conmigo a mi casa, te podremos cuidar bien en casa. Mi padre trabaja de banquero y mi madre trabaja de funcionaria, si necesitas ayuda con algo, puedes decírmelo.
Esto hizo que a Chloe se le viniese una idea a la cabeza y en eso hablo.
—De hecho sí tengo algo del que necesito ayuda.
Esto sorprendió un poco al chico, pero al parecer este noto las intenciones de la rubia, sacándole una ligera sonrisa a este.
— ¿Qué planes tienes?
—Mi padre tiene una empresa fantasma, lo único que quiero es sacar ese dinero de esa empresa fantasma para mí, es una cantidad jugosa de dinero.
A Esteban se le dio una sonrisa pilla ante esto para contestarle.
—De acuerdo, veré si mi padre puede ayudarte con esto.
Esteban dio una ligera sonrisa y Chloe se puso un poco colorada ante esto ¿Puede que le estuviese empezando a gustar aquel chico? No era raro que fuese así, y si era así, no tenía ningún tipo de problema en ello, aunque no sabía si este tenía novia o no.
—Ahora sígueme, te enseñare donde está mi madre.
— ¿Y eso?
—Habíamos venido a recoger a una amiga de mi madre que estaba en Paris. Te caerá bien mi madre, es súper agradable.
Y con ello, Chloe y Esteban se fueron de allí...
Madrid Centro, España: Actualidad.
— ¿Estás seguro que es buena idea que vayamos a una fiesta aquí? — pregunto Chloe un poco confusa ante esto
—No te preocupes, compañeros míos de instituto los hacen bastante a diario.
— ¿En serio?
—Si, por lo menos aquí ir de fiesta es una oportunidad perfecta para hacer amigos.
La rubia empezó a escuchar la música ya que se acercaban más y ver luces de neón y cuando llegaron ahí vio como era un pequeño pub-discoteca que se habían montado ahí pero que en realidad era bastante grande. Había chicos de su misma edad bailando y pudo ver Chloe a algunos tomando alcohol.
—Wow... Sí que os la montáis los españoles para hacer fiestas.
—Madrid es muy grande y lugares como estos son escondrijos para gente como tú o como yo, que no te extrañe.
Esteban se lanzó a la pista de baile y empezaría a bailar. A Chloe le pareció divertido esto que estaba haciendo Esteban, y de normal ella se estaría burlando de estas cosas pero... Le estaba gustando el ambiente.
— ¡Espérate, que la reina del baile saque sus mejores pasos!
— ¡Pues enséñamelos Chloe!
Y con ello Chloe fue a bailar con Esteban, divirtiéndose bastante con este.
Paris, Francia: Actualidad
— ¡Oh no, me niego a buscarte a tu hija!
Esta voz era de Ladybug por el teléfono, André los había llamado para ver si podía encontrar ayuda con ellos, pero le fue en vano.
— ¡Pero no está con Audrey! No tengo ni idea de donde está, y para colmo me han robado, ¿Qué quieres que haga más? — les intento explicar André a la heroína
— ¿No tienes aun dinero? ¡Búscala tu solo entonces!
Con ello, Ladybug abruptamente le colgó la llamada, haciendo que André perdiese ya cualquier tipo de esperanza.
—Tal vez tengan razón y sea mejor que no vuelva a Paris, que donde este sea mejor que aquí... — dijo rendido el hombre con cierta pena — Sé que ella se puede cuidar sola, la conozco y creo que será capaz de hacerlo.
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