ONE

GIЯL STAЯK

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𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑 𝐔𝐍𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐀𝐋

Tony y Nebula ocupaban la mesa para jugar una partida de futbol en miniatura, o algo semblante. Aria, sentada en el asiento más cercano, los observaba lanzarse ese pequeño triángulo mientras abrazaba sus piernas. Ambos adultos parecían concentrados en su juego.

- No hace falta hacer eso - comentó Tony hacia Nebula, tras mover sus manos a una posición de ataque cuando el hombre lanzo el triángulo --. Solo debes mantener la posición -. Llegó el turno de su lanzamiento -. Ah, sí --. Ella lanzó -. Esa ha ido cerca --. Otro intento, fuera. Otro, esta vez pasando sobre los dedos de Tony -. Eso es gol, vamos uno a uno.

-Quiero volver a probar.

Fueron lanzando simultáneamente y Aria los miraba como si nada. Tampoco tenía nada mejor que hacer, más allá de recordar y llorar, cosa que había dejado de hacer diez días atrás. Se aguantaba las lágrimas.

- Empatados. ¿Notas la tensión? Es divertido -- aseguró mientras efectuaba un mal lanzamiento -. Horrible, ahora me puedes ganar -. Entonces Nebula lanzó -. Y... has ganado. Felicidades -. Le tendió la mano -. Justamente. Deportividad -. Ella la aceptó, asimilando lo que acababa de pasar. Nunca antes había hecho algo similar -. ¿Te has divertido?

- Me he divertido - afirmó antes de ver como el adulto se alejaba un par de pasos de la mesa y entonces se giró en dirección a la adolescente -. ¿Quieres jugar? -. Esta negó dedicándole una leve sonrisa para no parece borde.

Unos minutos después Aria abandonó su sitio y se encaminó al frente de la nave, dónde tomó asiento en la silla de la izquierda. Contempló el inmenso espacio y un nudo se le formó en la garganta. Tony se había alejado y ahora se encontraba sentado en otra zona junto a su máscara. Activó esta.

- ¿Funciona? - cuestionó al tiempo que daba unos pequeños golpes en ella y esta los escaneó completo -. Hola, Srta. Potts, Pepper -. Tony apoyó su espalda en la estructura de atrás -. Si encuentras esta grabación no la publiques en las redes sociales. Va a ser muy lacrimógena - su voz salía rasgada, sin fuerzas -. No sé si alguna vez verás esto. Ni siquiera sé si aún estás... Oh, Dios, espero que sí - deseó entre suspiros -. Hoy es el día ¿21? No, el 22 - corrigió -. ¿Sabes? Si no fuera por el terror existencial de contemplar el inmenso vacío del espacio, diría que hoy me encuentro un poco mejor. La infección ha seguido su curso gracias a la arpía azul. Oh, te encantaría. Muy práctica, aunque un pelín sádica --. Hizo una pausa en la que cerró los ojos y soltó un suspiro pesado -. Aria... - la mencionó mientras abría los ojos de nuevo -. Aria está bien. Bueno, todo lo bien que se puede estar tras lo que ha vivido -. Recordó los primeros días llenos de lágrimas -. Las celdas de combustible se agrietaron durante la batalla, pero invertimos la carga iónica y conseguimos dos días de vuelo -. Tomó un respiro y observó el gran ventanal a su derecha -. Pero ahora va a la deriva. A mil años luz de la gasolinera más cercana. El oxígeno se agotará mañana por la mañana... y será el final - lamentó y en su mente se formó la imagen de su sobrina -. Lo que más me duele es no poder salvar a Aria de ello. No estoy preparado para verla morir -. Respiró hondo cuando un nudo se le implantó en la garganta -. Pepper, ya sé que dije que basta de sorpresas, pero es que esperaba poder solucionar esta última situación. Pero parece... ya sabes lo qué parece -. Apoyo el codo en su pierna y la mano al lado de su boca, acercándose más a la máscara -. No te sientas mal. Si te quedas hundida un par de semanas y sigues adelante, te sientes culpable... -. Se detuvo, aturdido. Apoyó la frente en su mano y cerró los ojos -. Debería tumbarme y descansar la vista -. Miró directamente a la máscara -. Por favor piensa... que cuando me duerma será como estas últimas noches. Estoy bien. Perfectamente. Sueño contigo - afirmó mientras señalaba la máscara -. Siempre contigo.

La apagó tras eso. Volvió a abrigarse con la chaqueta y se tumbó al lado de la máscara, apoyando su cabeza en el hombro. Estaba muy bajo de energía y le costaba respirar. Cerró los ojos y pronto se durmió. O cayó inconsciente. Nebula se acercó a él y lo tomó del rostro viendo que se movía como un peso muerto. Lo traslado hasta el asiento contiguo al de Aria, que también había caído rendida. Ambos estaban agotados.

Entonces una luz comenzó a entrar por el gran ventanal que tenían enfrente, molestándolos. Aria giró la cabeza intentando huir de ella y Tony puso su mano delante antes de abrir los ojos. Tras quedarse mirando, asombrado, lo que veía, Aria también abrió los ojos y observó lo mismo. Una mujer que radiaba luz. ¿Les venía a salvar?

Así fue. Capitana Marvel trasportó la nave hacia la Tierra de nuevo, aterrizando en el gran jardín del complejo de los Vengadores. Natasha, Steve, James y Bruce salieron corriendo a su encuentro, dónde ya los esperaba Pepper.

La primera en ser bajada, con ayuda de Nebula, fue Aria. Steve corrió hacia las escaleras y la ayudó a bajar los últimos peldaños mientras Nebula volvía al interior para ayudar a Tony. Aria se aferró al brazo de Steve y alzó la mirada hacia él.

- Tío Steve - lo llamó con la voz rota. Este la miró sintiendo un alivio en el pecho al ver que había sobrevivido.

- Tranquila, pequeña - le murmuró antes de abrazarla -. Como me alegro de que estés bien.

La conocía desde que era pequeña y siempre la quiso como si fuera su sobrina de sangre. Y ella a él como si fuera un tío más, uno también de sangre.

-¡Aria! - fue Pepper quien dejó escapar ese grito en cuanto el Capi se separó y fue en su búsqueda. La mujer la abrazó con fuerza y la joven hizo lo mismo.

Detrás de ellas, Tony estaba bajando las escaleras con ayuda de Nebula y Steve se apresuró a ayudarlo. Nebula dejó que el Capi se encargara de ayudarlo a partir de entonces.

-No pude pararlo - le dijo el millonario mientras se dejaba guiar.

-Yo tampoco.

-Yo me ocupo - comentó Nat en dirección a Pepper que aún mantenía a Aria entre sus brazos, estabilizándola. La mujer se hizo a un lado y observó a Tony en la distancia, que no era mucha. Aria rodeó los hombros de Nat con su brazo.

-Y... -, Tony fijó su mirada directamente en la de su compañero, mostrándole el dolor ante lo siguiente que iba a decir perdí al crío -, ...perdí al crío.

Nat y Aria lograron escucharlo, causando que la adolescente cerrara los ojos volviendo a recordarlo y la adulta la abrazó más a su cuerpo mientras comenzaban a andar hacia el interior del complejo.

-Lo perdimos todos - le aseguró Steve a Tony.

-Sí...es... -. Pepper se acercó a su pareja.

-¡Dios mío! - murmuró antes de abrazarlo -. ¡Dios mío! -. Él le correspondió, aliviado de tenerla entre sus brazos. Cuando se apartó dejo un beso en su mejilla y volvieron a caminar.

-Tranquila.

***

Todos se reunieron en la sala de reuniones, dónde imágenes de todos aquellos que habían sido eliminados iban mostrándose ante ellos. Aria había logrado escabullirse de la habitación en la que le habían instalado y, arrastrando el gotero, se encaminó hacia dónde se estaba dando a cabo la reunión. Se quedó al lado de la puerta y observó el interior a escondidas.

-Han pasado 23 días desde que Thanos vino a la Tierra - informó James, al lado de Tony, que se encontraba en una silla de ruedas.

Aria, al haber recibido más alimento - cedido por su tío - y al ser más joven no la necesitaba, ya que se encontraba en mejor estado. Sin embargo, su cuerpo estaba similar al de su tío: muy delgado, casi esquelético, y pálido.

-Los gobiernos mundiales están destrozados. Dónde aún trabajan... están intentando hacer un censo y parece que él ha hecho... -, ante Tony se mostró la foto de Peter, causando que el adulto bajara la cabeza, afectado; y Aria, que también la había visto, tuvo que apartar la mirada y respirar hondo para no dejar que el dolor ganara -, ...exactamente lo que dijo que iba a hacer. Thanos ha eliminado... al cincuenta por ciento de todos los seres vivos.

-¿Dónde está ahora? ¿Dónde? - preguntó el millonario.

-No lo sabemos - respondió Steve, cruzado de brazos -. Él abrió un portal y lo cruzó.

-¿Y a este qué le pasa? - volvió a cuestionar, pero señalando a Thor que se encontraba sentado a una distancia con semblante serio mientras se frotaba las manos.

-Está cabreado - le contestó, esta vez, Rocket, que se hallaba sentado en el suelo -. Cree que ha fracasado. Lo cual es verdad, claro, pero de eso hay mucho por aquí, ¿no?

-Sinceramente, hasta hace un segundo creía que eras un peluche.

-Quizás lo soy.

-Llevamos tres semanas buscando a Thanos - retomó el tema, el Capi -. En el espacio profundo y satélites, sin éxito -. Hizo una ligera pausa -. Tú luchaste contra él.

-¿Quién lo dice? No lo hice - aseguró -. No. Él me restregó la cara contra un planeta mientras el mago de la calle Bleecker negociaba con el culo. No luché...

-De acuerdo.

-... porque él es invencible.

-¿Te dio alguna pista, unas coordenadas, algo?

-Em... prrff - soltó el sonido mientras hacía un saludo militar. Nat y Steve suspiraron -. Esto lo vi venir - anunció, señalando a James -. Tuve una visión -. Recordó el horrible presagio que presenció unos años atrás -. No quise creerlo. Creí que soñaba -. Se frotó el rostro y el Cap se levantó de dónde había estado apoyado.

-Tony, necesito que te centres.

-Y yo te necesitaba a ti - rebatió, comenzado a enfadarse. Aria observaba todo con atención -. Así, pretérito imperfecto. Eso supera a lo que necesites. Ya es tarde, chaval. Lo siento. ¿Sabes qué necesito? - un instante después de preguntar derribó un par de cosas que se encontraban en la mesa, frente a él -. Un afeitado -. Se puso en pie -. Y creo recordar que os dije a todos... -. Se arrancó la vía. Eso preocupó a Aria.

-Tony, Tony - le dijo James.

-... a los que viven y a los que ya no -, continuó, cabreado -, que lo que necesitábamos era una armadura alrededor del mundo. ¿Lo recuerdas? Tanto si afectaba a nuestras preciadas libertades como si no. Eso necesitábamos -. Aria entendió los motivos por los que se estaba comportando de esa manera.

-Pero eso no salió bien - puntualizó el Capi.

-Yo dije que perderíamos, y tú dijiste: "Pues también lo haremos juntos". ¿Y sabes qué, Capi? Que perdimos. Y tú no estabas ahí - le reprochó, dolido y eso le afectó a Steve, aunque no lo mostrara -. Pero eso es lo que hacemos, ¿no? Reaccionamos tras los hechos -. Empezó a tambalearse y James lo sujetó mientras intentaba calmarlo.

-Vamos.

-Somos los Vengadores. Somos los Vengadores, no los preventores - explotó, exasperado. A Aria le sorprendía ver a su tío así, pero lo comprendía. Estaba dolido y se lo había guardado durante todos esos días.

-Vale.

-¿Verdad?

-Ya has dado tu opinión. Siéntate, ¿vale? -. James intentó empujarle, con la mayor delicadeza, para que volviera a tomar asiento, pero él se resistía.

-No, no, mi opinión.

-Estás enfermo...

-Por cierto, esta tía es estupenda - aseguró señalando a Capitana Marvel, que lo miró con seriedad, pero con atención.

-Siéntate.

-Te necesitamos, eres sangre fresca -. Se libró de los brazos de James y caminó hacia Steve -. Somos mulos viejos y cansados. No tengo nada para ti, Capi -. Lo señaló en cuanto se encontró a poca distancia. Este lo miró un poco afectado -. No tengo coordenadas, ni pistas, ni estrategias, ni opciones. Cero. Zip. Nothing. Ni confianza. Mentiroso - susurró esto último. A Aria le dolió escuchar esas palabras. Más incluso que cuando se pelearon hacía unos años. Tony se arrancó el reactor del pecho -. Toma, coge esto -. Se lo puso en la mano al Capi -. Si lo encuentras póntelo y escóndete -. Tras esas palabras cayó arrodillado al suelo. Aria dio un paso al frente, pero no salió de su escondite.

-¡Tony! - comentó Steve. Él y James lo intentaron sostener al instante.

-Estoy bien - aseguró, aunque no era cierto. Las manos se alejaron de él, pero seguían manteniéndolas cerca -. Déjame - fue lo último que dijo antes de caer inconsciente al suelo.

Capitana Marvel fue la que se agachó hacia él y aunque Aria deseaba acercarse y comprobar que estaba bien sabía que iban a pillarla si no salía de ahí pronto. Se aseguró de que ellos se ocupaban de su tío, acto que obviamente hicieron, y volvió a su habitación.

***

Aria simuló estar mirando por la ventana, recostada en su cama, ya que la podían ver debido a la puerta y pared de cristal. Sin embargo, había dejado la puerta un poco abierta para que la voz de ellos le llegara. Vio, de reojo, como James salía de la habitación de su tío.

- Bruce le ha dado un sedante - informó este -. Seguramente estará cao el resto del día.

-Cuidad de él y cuando vuelva le traeré un elixir del planeta Xorr - comentó Capitana Marvel antes de comenzar a abandonar el lugar. Aria la perdió de vista.

-¿A dónde vas? - le preguntó, Steve.

-A matar a Thanos - afirmó sin detener su paso. A Aria no le desagradó la idea.

***

Aria descansaba sobre el colchón con la mirada fija en el verde y extenso jardín del cual tenía vistas a través del gran ventanal. Acababan de llevarse la comida que con un gran gustó había devorado y se había vuelto a quedar sola.

Tendré que acostumbrarme - pensó.

Unos leves golpes, provenientes de la puerta, hicieron que saliera de su letargo y girara la cabeza hacia ellos. Sonrió al ver a través del cristal al dueño de aquel sonido, que abrió la puerta y asomó la cabeza.

-¿Se puede? -. Aria no dudó en asentir y este se adentró a la habitación.

-Happy - lo nombró con alegría y alivio al ver que él era uno de los sobrevivientes. Abrió sus brazos y el adulto no se molestó en dudar, la abrazó.

-No sabes lo feliz que me hace saber que estás bien - le dijo una vez se separó mientras le apartaba un par de mechones del rostro.

-Y yo de que tú lo estés.

Ambos se observaron con cariño, pero la sonrisa de la chica fue distorsionándose hasta desaparecer. Vio en la mirada de Happy que ya le habían anunciado aquello por lo que había estado sufriendo todos estos días.

-Peter...

-Lo sé - confirmó sus sospechas -. Pepper me ha llamado y me ha informado. Hubiese venido antes, pero tuve que hacer unas paradas -. Fue el tono y la mirada apenada y cautelosa que le dedico después lo que puso en alerta a Aria.

La chica apartó la mirada y la dejó de nuevo en el ventanal. Respiró hondo y se mentalizó antes de dejar que aquella pregunta, de la cual temía la respuesta, saliera de sus labios.

-¿MJ, Ned y Tía May han...? - no logró terminar de formularla.

-Sí - respondió tras unos segundos en silencio.

Aria sintió que todo se le venía encima. El dolor en su pecho se intensificó y tuvo que cerrar los ojos al tiempo que mordía su labio inferior para intentar contenerse. Respiró hondo una cuantas veces antes de enfrentarse a la mirada de Happy.

-Gracias por venir - murmuró y la voz le salió temblorosa -. ¿Puedes dejarme sola?

-Aria... -. No quería dejarla sola sintiéndose como se estaba sintiendo, pero la chica insistió.

-Por favor - le suplicó, conteniendo las lágrimas en sus ojos. Finalmente, Happy aceptó. Dejo un suave beso en la frente de Aria antes de dirigirse a la puerta -. Cierra las persianas, por favor.

Hizo lo que le pidió, impidiendo que nadie del exterior pudiera observar nada de lo que ocurría en el interior. Una vez en la puerta le dedicó una última mirada y la dejó sola.

Aria no pudo contenerlo más y derramó todas las lágrimas que había estado conteniendo desde hacía semanas. Lloró por todos los que había desaparecido. Lloró por MJ, por Ned, por Tía May y... por Peter.

***

Alzó la vista hacia el edificio, aquel que había sido su cobijo durante más de año y medio. Sintió una opresión en el pecho cuando se acercó a la puerta del portal y la abrió. Decidió subir sola, por más que Pepper y Happy, que se hallaban en interior del coche, les ofreciera su ayuda. Quería enfrentarse en soledad.

Cuando abrió la puerta de aquel apartamento, dónde tan solo un mes atrás había estado viviendo con la que ya consideraba su familia, tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no salir corriendo. Se adentró a paso lento y por más que intentó no recordar, no lo pudo evitar.

A su mente llegó el primer día que traspasó esa puerta y como Tía May la recibió con los brazos abiertos. También recordó como conoció a Peter, en esa pequeña cocina mientras observaba la comida y él no se esperaba su presencia. Además, a su mente voló todos y cada uno de los recuerdos que había tenido con Peter en esa sala: cuando corrieron por toda la casa tras despertarlo de malas maneras, las tardes acurrucados viendo la televisión, verlo entrar por la ventana vestido de Spider-Man, los besos robados...

Sin embargo, el dolor aumentó cuando se adentró en su habitación y los recuerdos que le azotaron fueron más íntimos y románticos. Sintió como derramaba la primera lágrima. Tras ella muchas más.

Entre sollozos comenzó a recoger todas sus pertenencias y adentrándolas en las cajas que había subido. Cada cosa que metía era como un puñetazo en el centro del estómago. Las manos le temblaban, pero no dejó de guardar sus cosas.

Al terminar fue enviando las cajas a través del ascensor y abajo Happy las recibía y metía en el coche. No fueron muchas, solo dos o tres de pertenencias y otro par con su ropa. Con esas cajas daba fin a su estancia en esa casa.

Con el corazón en un puño cerró su habitación y se dio la vuelta cerrando los ojos. Respiró hondo calmándose, pero de nada sirvió cuando al abrirlos de nuevo le recibió la habitación de Peter, que mantenía la puerta abierta, tal y como él la había dejado la mañana de ese horrible día.

Era consciente de que no iba a soportar con entereza entrar en esa habitación y que por ello era mejor no adentrarse, sin embargo, sus pies no pensaron lo mismo cuando, casi sin darse cuenta, ya estaba caminando hacia el interior.

El olor de Peter la envolvió y fue lo único que necesitó para venirse abajo completamente. Cayó de rodillas y las lágrimas salieron sin control entre sollozos y pequeños gritos.

-Peter - murmuró.

Aria sentía como si su pecho se resquebrajara e hizo un cúmulo de todas sus fuerzas y volvió a ponerse en pie. Abrió otra caja y en su interior comenzó a guardar todo aquello que quería recordar de Peter. El antiguo traje de Spider-Man, legos de su colección, comics, fotos de él de pequeño, con May, con Ned, con MJ y... con ella. Cuando entre sus dedos descansó una foto que les había hecho tía May, a escondidas, mientras se besaban, no pudo evitar gemir de dolor. Lo había perdido para siempre, había perdido al que era el amor de su vida.

Te amo, Aria - esas palabras sonaron en un susurro en su cabeza. Nunca se las devolvió.

Tras adentrar las fotos también tomó unas cuantas sudaderas de Peter, que aún mantenían su olor. Sabía que terminaría desvaneciéndose, pero le dio igual, quería disfrutar de ello todo lo que durara. Era lo más cerca que iba a tener a Peter a partir de entonces.

Antes de abandonar esa casa que tantas cosas buenas le había dado, la miró al completo y forzó una sonrisa, que nunca llegó a sus ojos, y murmuró antes de irse:

-Lo siento.

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