SIX
GIЯL STAЯK
┌── ⋅⋅⋅⋅⋅ ─── ⋅⋅⋅⋅⋅ ─── ⋅⋅⋅⋅⋅ ──┐
𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑 𝐔𝐍𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐀𝐋
Aria aún se encontraba totalmente dormida, pero Peter hacía unos cuantos minutos que se había despertado. Dio vueltas y vueltas entre las sábanas hasta que se rindió y decidió levantarse de una vez por todas. Frotó su ojo derecho mientras abría la puerta.
En la cocina se encontraba su tía, preparando un simple desayuno para cuando los adolescentes se despertaran. Pero supuso que tardarían, ya que era domingo. Aun así lo preparó para que se lo comieran a la hora que fuera.
Peter llegó a la cocina justo cuando su tía se estaba sentando en la mesa para desayunar.
-Buenos días- saludó el chico observando la mesa.
-Buenos días- repitió en tono alegre su tía.
Peter se sentó delante de ella y agarró una tostada del plato que se encontraba en el centro. Ahí había varias de ellas. Se dedicó a untar mantequilla en ella con la mente perdida en sus pensamientos. Concretamente en un tema.
-¿Estás bien, cariño?- preguntó la adulta sacando del trance a su sobrino.
-Em... sí, sí- mintió.
-Peter, sabes que me puedes contar lo que quieras. Siempre te apoyaré en todo- le aseguró agarrando la mano de Peter que no estaba ocupada.
Ambos conectaron miradas, ella le transmitió el apoyo. Conocía a su sobrino y podía notar como algo le ocurría. El joven pensó, en ese mismo momento, que podría pedirle ayuda a May.
-Es por Aria- confesó. May apartó la mano y entrelazó sus manos esperando que continuara.- Ayer nos dimos cuenta de que en todo el tiempo que lleva aquí no ha celebrado su cumpleaños.
May se puso pensativa e intentó buscar el recuerdo del cumpleaños de Aria en su mente, pero no lo encontró, obviamente. Eso le extrañó.
-Podemos preguntarle- le dijo, a su sobrino, con una leve sonrisa.
-Ya lo hicimos. Aseguró que no tenía- Peter hizo una pausa en lo que May frunció el ceño.- Que no tenía, tía May. Eso es imposible.
-Lo sé. Pero a lo mejor es que simplemente no le gusta celebrarlo o puede que sea de una de esas religiones que no creen en los cumpleaños- se encogió de hombros.
-No, Aria es atea. Además, también está su mirada- Peter soltó un suspiro.- Cuando le pregunté cuando era su cumpleaños y me miró, sus ojos escondían algo. La conozco y sé que algo pasó para que ya no lo celebre.
-¿Algo cómo qué?
-No lo sé, eso me gustaría saber.
-Pues pregúntaselo.
-No puedo, si con solo nombrarlo ya sé molestó, no me quiero ni imaginar como se pondría si insisto- dijo antes de hacer una mueca.
May apartó la mirada y la fijó en alguna parte del suelo. No le gustaba la idea de que a la chica le hubiese pasado algo en el pasado que ahora causase que no disfrutara de su cumpleaños. Quería cambiar eso, hacerle ver que junto con los Parker sí que podía tener uno sin dolor.
-Ya sé como- sentenció captando la atención de su sobrino.
-¿Ya sabes como, qué?- preguntó confuso.
La adulta no contestó simplemente se levantó de su lugar y se encaminó a su habitación dejando a un muy confuso Peter en la mesa. Este observó el lugar por donde se había ido su tía, con el ceño fruncido. Y continuó así hasta que volvió a aparecer unos segundos después. Esta vez se sentó al lado de su sobrino.
-¿Qué haces?- cuestionó Peter mirando a su tía sin comprender nada.
Esta se encontraba revisando algo en su teléfono, hasta que lo encontró y una sonrisa se formó en su rostro. Era consciente de que se estaba entrometiendo en la vida de Aria, pero lo hacía por una buena causa.
-¿Ese es el...?
-Sí- lo interrumpió.
-No, no, no- negó con rapidez el adolescente.- Tía May no puedes hacer eso. Como Aria se entere t...
-Tarde- acotó a la vez que pulsaba la opción de "Videollamada".
-May, cuelga, cuelga- decía repetidas veces Peter mientras intentaba quitarle el móvil de las manos a la mujer, pero esta no se lo permitía.
Los tonos comenzaron a sonar mientras que Peter seguía con su intento de impedir la mayor locura de su tía hasta la fecha. Pero fue demasiado tarde cuando su voz salió del los altavoces del teléfono.
-¿Hola? ¿May?
-Sí, sí, aquí estoy- colocó el teléfono apuntando a su rostro.
-¿Ha ocurrido algo? ¿Aria está bien?- preguntó Tony con preocupación.
-Oh, sí, tranquilo- el hombre soltó un suspiro.- Es que necesitaba saber una cosa sobre su sobrina.
-¿Una cosa?- preguntó extrañado.
-Peter, que por cierto aquí se encuentra...
Enfocó al chico causando que este la mirase asombrado y el miedo lo invadió. Cuando observó la pantalla el rostro del Sr. Stark se mantenía serio, lo que lo puso aún más nervioso.
-H... hola, S... Sr.S... Stark- tartamudeó Peter.
-Buenas, Sr. Parker- May colocó el teléfono lo suficientemente lejos como para que ambos entraran en el encuadre.
-Volviendo al tema inicial- recordó tía May.
-Querías saber una cosa sobre Aria- continuó Tony.- Decidme, ¿qué es?- preguntó con una sonrisa socarrona.
-Peter se dio cuenta ayer de que en todo el tiempo que ha vivido con nosotros nunca hemos celebrado su cumpleaños, ni siquiera la hemos felicitado- la sonrisa del hombre se esfumó al instante, lo que extrañó a Peter.
-Q... queríamos sa... saber cuándo... cuándo es su c...cumpleaños- comentó el joven intimidado por la mirada firme que mantenía el adulto.
-¿Le habéis comentado algo de su cumpleaños?
-Peter le preguntó ayer- respondió la mujer.
-Dijo que no tenía- hizo una leve pausa esperando respuesta del tío de la chica, pero no habló.- Eso no es posible.
-Para ella no tiene- sentenció el hombre el cual se notaba algo entristecido.
¿Qué para ella no tiene? ¿Por qué?- pensó Peter mientras apartaba la mirada de la pantalla. Estaba más que confuso con eso. No sabía cómo una persona, por decisión propia, podía negar algo tan alegre como lo era un cumpleaños.
-¿Por qué? ¿No cree en ello, no le gusta celebrarlo o es que ocurrió algo?- le preguntó curiosa May.- Solo me gustaría ayudarla y hacerle ver que aquí puede celebrar su cumpleaños tranquilamente- Tony soltó un suspiro pesado.
-No es que no crea en ello, ni que ocurriera algo en algún cumpleaños suyo sino que... que no quiere el cumpleaños por un motivo personal. Me gustaría poder contároslo y que así la ayudéis, pero no puedo hacerle eso, debe hacerlo ella.
Peter no dejaba de sorprenderse cada vez más ante lo que el tío de su chica decía. Era cierta su suposición, algo había detrás de aquella mirada de Aria. Algo que era un motivo suficiente doloroso como para que negara hasta la existencia de su día de nacimiento. Ese simple hecho incrementó la curiosidad del adolescente.
También se dio cuenta de que si conseguía averiguarlo, debía ser únicamente por ella, porque tuviera la confianza de contárselo.
-Tranquilo, solo quería saberlo para ver si podía ayudarla. ¿Podrías decirme, al menos, el día de su cumpleaños?- pidió ella con una sonrisa.
-Aria nació...
-Con permiso- lo interrumpió Peter.- Yo... em... me voy a la habitación. Ha sido un placer volver a hablar con usted, Sr. Stark.
-Lo mismo digo, joven Parker- este comentario hizo que el chico sonriera antes de ponerse en pie.
Abandonó la cocina dejando a su tía conversando con Tony. Se dirigió de nuevo a su habitación y una vez abrió la puerta la de en frente también lo hizo. Miró sobre su hombro topándose con la mirada de su novia. Esta sonrió al verlo.
-Buenos días- habló la chica.
-Buenos días- contestó él con simpleza antes de adentrarse en su habitación.
Dio un leve empujón a la puerta para cerrarla, pero Aria la paró antes de que eso ocurriera. Peter se sentó en la litera de abajo mientras que su chica entraba con el ceño fruncido. A ella le había extrañado la sequedad de su saludo y él se encontraba un poco culpable por haberse entrometido en la vida de Aria al haber hablado con su tío.
-¿Estás bien?- preguntó Aria acercándose a él.
-Aha- contestó únicamente. La Stark se agachó, quedando en cuclillas, y se apoyó en las rodillas de su chico.
-Ya, no te creo nada. ¿Qué ocurre?
La mente de Peter se encontraba en un pequeño debate. Por una parte, se sentía culpable de haberse entrometido en su vida, encima en un tema doloroso como parecía este. Pero, por otro lado, algo le decía, desde la reacción de la chica ayer, que debía averiguar que era aquello que le ocurrió.
-¿Confías en mí?- murmuró ignorando su pregunta con otra.
-¿Qué clase de pregunta es esa? Pues claro que confío en ti.
-¿Por qué no me contaste lo de tu cumpleaños?
La chica se tensó al instante por lo que apretó la mandíbula. Ese tema llevaba años sin ser de su agrado y pensó que después de unos años ignorándolo por fin había logrado deshacerse de él para siempre. Pero ahí se dio cuenta de que estaba equivocada.
-Peter... no es algo relevante.
-Pero sí es algo que te afecta. Y quiero ayudarte con ello, no quiero que lo pases mal.
-Si no quieres eso entonces no me hagas hablar de ello- sentenció mientras se ponía en pie.
-¿Ni siquiera me puedes decir tu fecha?
-Si lo hago, ese día me felicitarás y no quiero que eso pase.
-Debí quedarme a escuchar al Sr. Stark- susurró, pero no lo hizo tan bajo como pensó, ya que Aria logró escucharlo.
-¿Qué? ¡¿Has hablado con mi tío sobre esto?!- cuestionó furiosa.
-Aria... yo...
-¡No tenías derecho!
-Fue tía May a quien se le ocurrió llamar a tu tío para...- la chica, asombrada con las palabras de Peter, lo interrumpió.
-¡¿May también está en esto?!
-Aria...
-¡Flipante!- dio la vuelta y abrió la puerta con brusquedad para salir de la habitación furiosa.
Peter no dudó en seguirla. Al llegar a la sala, desde donde se podía observar la cocina, vieron a May limpiando los platos que ella y su sobrino había hecho servir minutos atrás.
-Buenos días, Aria- saludó amable.- Te he hecho el desayuno.
La chica solo la miró mal antes de encaminarse a la ventana que daba a las escaleras de incendios. May frunció el ceño en dirección a su sobrino, quien articuló un "luego hablamos" antes de salir, también, por la ventana.
-¡Aria! ¡Aria!- la vio subir las escaleras con rapidez, pero él no se movió.
-¡Déjame en paz, Parker!
El chico soltó un suspiro pesado antes de volver a pasar por la ventana. Sabía que debía dejarle su espacio durante unos minutos. Había aprendido que cuando Aria se encontraba enfadada era mejor no molestarla y dejar que se calme un poco.
-¿Qué ha pasado?- le preguntó su tía viendo como Peter se dejaba caer en el sofá soltando un bufido.
-Se me ha escapado que hemos hablado con el Sr. Stark de ella.
-Peter, cariño- se sentó a su lado.- Debes de tener más cuidado con los secretos.
-Pero es que este secreto no debió pasar- la miró con tristeza.- Es su vida privada y sus motivos tendrá para no habernos dicho anda. No teníamos que haber contactado con el Sr. Stark, si ella no quería que lo supiéramos debíamos haberlo respetado.
-Tienes razón- comentó la mujer después de unos segundos en silencio.- Hemos hecho mal, pero eso se puede arreglar.
-¿Cómo?
-Pidiéndole perdón. Yo lo haré cuando baje, pero creo que tú deberías subir- señaló la ventana.
-No creo que quiera hablar conmigo. Ni yo sé si quiero hablar con ella- May observó a su sobrino con las cejas fruncidas.- Cuando se enfada es una Stark en potencia, me da un poco de miedo- ambos soltaron una leve risa.
-Puede que sea una Stark y que dé un poco de miedo, pero es tu novia y te quiere, al igual que tú a ella. Nunca os haríais nada malo, al menos no grave, no más que una leve pelea como ahora.
-¿Entonces subo?
-Sí, sería lo mejor.
El chico observó la ventana unos segundos antes de ponerse en pie y caminar hacia ella. Antes de salir se giró a su tía para comentarle una última cosa.
-Si no vuelvo en veinte minutos llama a la policía- bromeó causando la risa de su tía.
Subió las escaleras con lentitud mientras ordenaba las palabras que le diría, si es que ella lo dejaba hablar, en cuanto se encontrara arriba. El camino se le hizo más corto de lo que él deseaba.
Una vez llegó a la azotea observó a su chica apoyando los brazos en la cornisa mientras su mirada estaba perdida en algún punto en frente de ella. Se encontraba de espaldas a las escaleras por lo que Peter solo veía su espalda. Se acercó a ella poco a poco, con nerviosismo.
-Lo siento- murmuró parando a un par de metros de ella. Aria lo miró por encima de su hombro unos segundos antes de volver su vista al frente.- De verdad que lo siento, no debimos entrometernos en tu vida, menos en un tema que se nota que te afecta, pero...- soltó un suspiro.- Te quiero, te quiero mucho y eres una de las personas más importantes de mi vida. Es por ello que quiero saber de la tuya, todo lo posible. Pero sé que he hecho mal, que no tenía que habérselo dicho a May, pero, en mi defensa, solo quería hablarlo con alguien, no pensé que llamaría a tu tío, lo juro- se calló unos segundos esperando que ella dijera algo, pero no había ninguna señal de su parte por lo que continuó.- Perdóname, Aria.
La chica Stark se mantenía completamente estática aún con la mirada perdida en el paisaje, pero había escuchado cada una de las palabras del chico y las analizaba en su cabeza. Peter, al no recibir ninguna reacción, decidió dar la vuelta para volver a su apartamento.
-21 de diciembre- pronunció Aria haciendo parar a Peter. Este se giró en su dirección y Aria, poco después, hizo lo mismo.- Nací el 21 de diciembre- respiró hondo.- Llevo sin celebrarlo desde mi sexto cumpleaños, ese fue el último.
La chica se volvió a girar y Peter avanzó hasta situarse a su lado, pero a diferencia de ella, él apoyó su cadera en el borde del interior de la cornisa. No la obligó, ni siquiera incitó, a hablar, simplemente esperó a que ella lo hiciera.
-En el primer cumpleaños que no celebré ya me encontraba viviendo con mi tío- las piezas encajaron en la mente de Peter después de esa frase.- El último que celebré fue con mis padres, y así debe seguir siendo.
-¿Por qué?- susurró.
-Porque sí, sin ellos no tiene sentido que tenga.
Peter no llegaba a comprender el punto de vista de Aria, sí que entendía la falta de sus padres pero no el hecho de dejar de celebrarlo. Para él su cumpleaños era uno de los días más importantes.
-¿Sabes? El día de mi cumpleaños era mi favorito, lo fue desde los tres años, cuando comencé ser más consciente- miró a su chico a los ojos mientras los recuerdos llegaban a ella, lo que provocó que comenzaran a entrarle ganas de llorar. Pero las reprimió, reprimió todas las lágrimas que querían salir.- Mis padres me despertaban con un plato de tortitas con una vela encima. Me recordaban que pidiera un deseo porque como tenía tantas ganas de soplar la vela siempre se me olvidaba- ambos soltaron una leve risa.- Pedía el deseo con los ojos cerrados y luego los abría para soplar. Comíamos los tres en mi cama para después jugar juntos durante toda la mañana- hizo una pausa para controlar sus sentimientos.- A la hora de comer preparábamos, más ellos que yo, mi comida favorita.
-Cheese Burgers- acotó Peter con una sonrisa.
-Depende, iba a días- le devolvió la sonrisa.- Un día me gustaba una cosa y otro día otra. La cuestión es que ese día se hacía lo que yo quisiera. Lo preparábamos juntos entre juegos, risas y cariño. Comíamos en la mesa del comedor mientras veíamos mis dibujos favoritos. Al acabar de comer me echaba mi siesta- una sonrisa triste se formó en el rostro de la chica.- Al despertarme me encaminaba siempre a la sala donde se encontraban mis regalos en el sofá y en la mesa auxiliar había muchos dulces. Merendábamos mientras abría los regalos y jugaba con ellos- soltó un suspiro.- Como mi cumpleaños es en invierno era común que nevara, por ello pasábamos el resto de la tarde jugando en ella; creando muñecos de nieve, haciendo una guerra de bolas, haciendo ángeles...
Dolía, el simple hecho de recordar todos esos momentos causaba un gran dolor en Aria. Los entrañaba muchísimo y para ella ese día era el que más notaba su ausencia.
-Pasábamos el rato ahí hasta la hora de cenar. Entonces, mientras esperábamos la pizza que pedíamos, me bañaban. Una vez fuera y con la pizza ya en casa nos acurrucábamos en el sofá para ver la película que yo quisiera a la vez que cenábamos- soltó un suspiro pesado.- Eras el mejor día del año- llevó la vista al frente.- Y lo perdí de un día para otro.
-Lo siento mucho, Aria- el chico quería decirle mucho más, pero no sabía cómo.
-Al año siguiente mi tío me trajo una tarta para despertarme junto con Pepper y Happy cantándome Cumpleaños feliz- volvió a mirar a su novio.- No soplé la vela, simplemente me di la vuelta y me resguardé en mis sábanas. Ahora, visto desde fuera, me siento muy mal por haberlos ignorado durante todo el día, ya que me encerré en mi habitación. Ellos solo querían animarme. Lo volvieron a hacer en mi octavo cumpleaños. Después en el noveno y el décimo solo me felicitaron. A partir del undécimo fue cuando dejaron de nombrarlo, simplemente era un día más, sin importancia. Así hasta ahora.
-¿Por qué hiciste eso?
-Porque no podía celebrarlo sin ellos, no puedo. Sin mis padres, quienes me dieron la vida ese 21 de diciembre, no hay nada que celebrar.
Peter se mantuvo en silencio observándola, mientras ella tenía la mirada en sus manos, hasta que ordenó todo lo que tenía pensado decirle.
-Yo también perdí a mis padres, Aria- captó su mirada.- Sé lo que es celebrar un cumpleaños sin ellos, sé que duele. Pero no por ello tienes que dejar de hacerlo.
-¿Tú lo haces?- preguntó con la voz temblorosa, cada vez le costaba más mantenerse firme.
-Sí, cada uno de ellos- el chico soltó un suspiro casi impredecible. Tampoco le gustaba hablar sobre la muerte de sus padres.- Pero lo celebro de manera distinta- la chica lo miró con curiosidad.- Yo no lo celebro como el día que nací, sino como el día en que ellos me dieron la vida. Mi cumpleaños es el día en el que les agradezco que me trajeron al mundo- dio un paso hacia el lado para quedar más cerca de Aria y se giró para apoyar, también, sus brazos en la cornisa.- Celebro mi cumpleaños con May y Ned, bueno y ahora contigo también- ambos sonrieron.*
*-Cuando la tarta está en frente de mí, con la vela, lo único que veo es a mis padres. Al mirar la llama solo los veo a ellos. Y antes de soplarla les doy las gracias, las gracias por darme la vida. Porque sin ella no hubiese pasado unos pocos, desgraciadamente, años increíbles con ellos; no tendría a unos tíos como tía May y...- tragó con dificultad por el dolor que le vino al pensar al siguiente nombrado.- tío Ben, fueron y son los mejores tíos que alguien puede tener.
*Tampoco habría conocido a Ned, ni hubiese obtenido el don de ser Spider-Man para así salvar a quien más lo necesita- una sonrisa se formó en el rostro de ambos.- Pero algo que les he agradecido en el del año pasado y que agradezco cada día es que...- se acercó a ella e hizo que se girara en su dirección para así posar sus manos en la cintura de la chica.- Sin ese día, no hubiese podido conocerte a ti.*
Aria se puso de puntillas y unió sus labios con los de él. El beso era lento, dulce y tierno. Peter sentía las caricias en su pelo y ella en su mejilla.
-Puede que me plantee esa visión de mi cumpleaños- murmuró una vez se separaron.
-No te obligo a que lo hagas- aclaró Peter al pensar que, a lo mejor, Aria creía eso.
-Lo sé, pero me gusta eso de darles las gracias por darme la vida- sonrió de lado.- Sin eso ahora mismo no estaría en Queens, ni hubiese conocido a mi tío, ni a Ned, MJ y a tía May- Peter se sentía realmente feliz de escucharla decir eso.- Pero sobre todo, no tendría al mejor novio del mundo. Le debo eso a mis padres.
-¿Eso significa que en diciembre te podré felicitar?- preguntó el chico con una ceja alzada y una sonrisa.
-Puede, todavía me duele así que no sé cómo estaré ese día.
-Está bien, lo entiendo- se miraron en silencio con una sonrisa.- Lo siento, otra vez.
-Te perdono, Pete.
Esta vez fue Peter quien se inclinó hasta capturar los labios de su novia. La apegó a su cuerpo tomándola por la cintura y Aria hundió sus dedos en el pelo de su chico. Peter perfiló el labio inferior de Aria y ella le dio permiso para que sus lenguas se encontraran. Una vez eso pasó se acariciaron entre ellas. Era un beso profundo pero lento, un beso lleno de amor.
└── ⋅⋅⋅⋅⋅ ─── ⋅⋅⋅⋅⋅ ─── ⋅⋅⋅⋅⋅ ──┘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top