THIRTEEN

GIЯL STAЯK

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𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐏𝐄𝐓𝐄𝐑

En cuanto Ned se fue cenamos junto a tía May y después me di una ducha, la necesitaba. Me puse mi pijama y antes de adentrarme en mi habitación decidí ir a hablar con Aria.

-Adelante- se escuchó su voz después de que picara a su puerta. Abrí poco a poco encontrándomela tumbada boca abajo mirando su teléfono.

-Hey- murmuré captando su mirada.

-Hola- dijo mientras se dio la vuelta para después sentarse.- ¿Pasa algo?

-Em... ¿Crees que me dejarán volver?- le preguntó nervioso haciendo que ella frunciera el ceño.- Al decatlón- aclaré.

-Pete, no te preocupes- dijo con una sonrisa.- Eres el más inteligente de todos nosotros, pues claro que te dejarán volver.

-Tú eres más inteligente que yo- dije haciendo una mueca.

-Eres imposible- dijo mientras rodaba los ojos lo que me causó una leve risa.- Peter deja de infravalorarte- dijo mientras se levantaba y se acercaba para apoyar sus manos en mis hombros.- Eres un genio y punto- afirmó.

Una sonrisa apareció en mi rostro sin poderlo evitar. Mi mirada estaba en la suya admirándola. Tenía unos preciosos ojos los cuales me estaban trasmitiendo paz. Algo en mí se estaba removiendo pero en el buen sentido.

-Gracias, Aria- dije mientras me acercaba a abrazarla.

-No hay de que, Spidey- dijo, sin separarse, lo que me hizo soltar una pequeña risa.

Cerré los ojos disfrutando del cálido abrazo que estábamos teniendo. Pensaba que me apartaría después de superar el límite de tiempo, pero no fue así. No puede evitar sonreír al pensar que me permitía abrazarla sin restricciones. Eso hizo que la sensación en mi estómago se intensificara.

En cuanto nos separamos ambos teníamos una sonrisa, pero vi como ella agitaba levemente la cabeza y se ponía neutral. No sé por qué, pero eso me entristeció.

-Deberíamos irnos a dormir- dijo mientras se sentaba en la cama.

-Sí, tienes razón- dije yo al lado de la puerta.

-Buenas noches, Spidey- me dijo con una leve sonrisa la cual le devolví.

-Buenas noches, Aria- dije sin borrar la sonrisa mientras salía de su habitación.

En cuanto me tumbé en mi cama, listo para dormir, mi mente divagaba entre mil pensamientos, pero se paraba siempre en uno. Intentaba descifrar que era esa sensación que sentía cada vez que estaba con Aria. ¿Podía ser que me gustará?

Me desperté por el sonido de la alarma la cual me torturaba el tímpano. La apagué y me levanté de la cama adormilado. Después de prepararme de manera lenta, ya que tenía mucho sueño, salí de mi habitación hacia la cocina donde desayuné.

Fui al baño a lavarme los dientes y la cara en un intento de desperezarme, y lo conseguí. Al salir del baño Aria entró por lo que aproveché y preparé mi mochila con lo necesario para el decatlón y la misión.

Cuando ya estábamos listos los dos nos despedimos de tía May y salimos en dirección al instituto. En mi mente solo estaba suplicando que me dejarán ir o si no todo se fastidiaría.

Aria y yo llegamos trotando hasta dónde estaban todos con las maletas. Aria también llevaba una donde me dejó meter algo de ropa, ya que no había tiempo para hacer una para mí.

-Eh, es Peter junto con Aria- dijo Abe mientras nosotros llegábamos a dónde estaban.

-Hola- saludó Aria.

-Chicos- saludé yo.

-Hey, tío- me saludó Ned.

-Peter- me nombró Liz.

-Era para ver si podía volver a unirme al equipo- dije jadeando por la carrera.

-Ni hablar- negó Flash acercándose a nosotros.- No puedes abandonarnos- cada vez se acercaba más a mí y yo solo retrocedía- y pretender que te demos la bienvenida como si nada.

-¡Eeeh!- dijo el profesor Harrington saliendo del bus.- Bienvenido Peter. Flash vuelves a primer suplente- informó.

-Jódete- susurró Aria a mi lado por lo que la miré con una sonrisa divertida.

-¿Qué?- preguntó atónito Flash mientras el profesor me saludaba con un apretón de manos.

-Que él ocupa tu puesto- le molestó Abe.

-Perdón. ¿Podemos irnos?- dijo Michelle acercándose.- Quiero pasarme por alguna protesta light delante de una embajada antes de la cena, así que...

-Protestar es patriótico- dijo el Sr. Harrington mientras Flash se sacaba la americana del instituto.- Todos al bus.

Flash me lanzó la chaqueta la cual me puse. Después de guardar todas las maletas entramos al bus. En la primera fila a la derecha estaba yo y a la izquierda Cindy; en la segunda a la derecha Michelle leyendo un libro y a la izquierda Charles y Sally; en la tercera fila a la derecha Flash y detrás de él Abe.

Dos fileras más atrás estaba Ned y en los asientos de atrás Aria. Ned estaba controlando la ubicación en mi lanza telarañas y Aria estaba mirando por la ventana tranquilamente con sus auriculares conectados. Los demás estábamos delante respondiendo las preguntas de Liz, quien estaba de pie delante de nosotros, para practicar.

-Concentraos- dijo Liz.- El siguiente tema son las lunas de Saturno.

-La segunda ley de la termodinámica- contestó Cindy después presionar el timbre.

-Frank Sinatra- contestó Charles, imitando la acción de la chica.

-Fort Sumter- contestó Flash, pero su respuesta era errónea.

-Flash se equivoca- dijo Abe detrás de él.

-Concentrémonos- dijo Liz mientras revisaba sus tarjetas. No podía negar que se veía muy guapa.- La siguiente.

-Liz no les agobies- le recomendó el Sr. Harrington con un libro entre sus manos.

-Em...- comenté después de hacer sonar el timbre.- Estroncio, bario, vibranium.

-Muy bien, Peter- me felicitó con su mirada fija en las tarjetas.- Me alegra tu vuelta- añadió mirándome de reojo.

-A mí más- dije más para mí mismo soltando un suspiro de alivio.

Mi teléfono empezó a sonar por lo que lo saqué para ver quién era. Me sorprendí un poco al ver que era Happy quien me llamaba. Tenía que cogerlo.

-¿Cuál es la actual unidad estándar de la...?- estaba preguntando Liz mientras yo me ponía de pie aún con el teléfono en mi mano sonando.

-¿Puedo cogerlo?- le pregunté tímidamente.- Será un segundo.

-Sí, vale- me contestó ella mientras caminé a los asientos de atrás.

-¿Diga?- pregunté nada más contestar.

-Tengo un destello- habló la voz de Happy.- ¿Has salido de Nueva York?

-El rastreador- me comenté a mí mismo mientras alejaba el teléfono de mi oído.- Emm... sí, no, solo es un viaje con el insti- le respondí mientras me sentaba al lado de Aria quien se giró a verme, y se quitó un auricular.- No es nada. Oye, Happy- al nombrarlo Aria me miró con más atención.- Rastrearme sin mi permiso es una violación de mi privacidad.

Miré a Aria, quien me levantaba las cejas incrédula por lo acababa de decir. Al dirigir mi mirada al frente Ned me estaba señalando el mapa 3D de los que estábamos rastreando.

-Eso es distinto- susurré para que no me escuchara Happy, pero fallé.

-¿Qué es distinto?- me preguntó él poniéndome nervioso.

-Em... nada- dije con la voz más aguda.- Solo es el decatlón académico, no es para tanto- intenté restarle importancia.

-Eh- dijo firme.- Yo decidiré si es para tanto o no- ambos nos quedamos en silencio durante unos segundos.- No es para tanto, pero recuerda, te estoy vigilando- me advirtió.

-Sí, sí, lo sé- contesté justo cuando sentí que me tocaban el hombro. Giré mi rostro en la dirección y me encontré a Aria articulando algo con los labios.

-Déjame hablar con él- me susurró al ver que no entendía lo que articulaba.

-Em... Happy- lo llamé antes de que colgara.- Aria quiere hablar contigo.

-Pásamela- sentenció. Aparté el móvil de mi oído y se lo tendí.

-Gracias- me susurró con una sonrisa, la cual me contagió.- Happy- dijo al ponerse el aparato en el oído.- Bien, bien- un corto silencio.- Ya, May me dio permiso- silencio.- Lo tendré- silencio.- Yo quería preguntarte algo- silencio.- ¿Dónde está mi tío?- silencio, y largo esta vez.- Ya, lo entiendo- pude ver como Aria se entristecía, pero intentó mantener las formas.- No, da igual- dijo para después tomar una bocanada de aire.- No, no hace falta- silencio.- No le digas que he preguntado por él- silencio.- Y yo a ti.

Nada más decir eso se separó el móvil y vio como la llamada se había cortado. Me tendió el móvil dedicándome una sonrisa la cual se notaba que era falsa. Cogí el aparato y lo volví a guardar.

-Aria...- empecé a decir pero me interrumpió.

-Estoy bien- sin decir nada más se giró hacia la ventana volviéndose a colocar el auricular que se había quitado.

-¿Qué escuchas?- le pregunté mientras le arrebataba uno de los auriculares.

-Eh- se quejó.- Lo estoy utilizando.

-Vamos, no sea Stark, comparte- le susurré con una sonrisa. Me miró intimidante durante unos segundos antes de asentir con la cabeza.

-Estoy escuchando Demons de Imagine Dragons- me explicó mientras se acercaba más a mí para que pudiera ponerme el auricular.

-Me encanta esa canción- dije escuchándola mientras miraba a Aria con una sonrisa.

Nos pasamos el resto del viaje compartiendo los auriculares mientras la playlist de Aria pasaba. En un momento, en que mi mirada estaba fija en el asiento de enfrente, sentí una presión en mi hombro izquierdo. Miré este y me encontré con la cabeza de Aria apoyada. Estaba con los ojos cerrados mientras se acurrucaba en mí, por lo que no pude evitar sonreír, se veía tierna y preciosa.

Espera, ¿qué acababa de decir? ¿Tierna y preciosa? ¿Por qué acababa de decir eso? ¿Y por qué esa sensación de mi estómago había vuelto? ¡Dios! Estoy superconfundido.

Levanté la mirada para encontrarme con la de Ned quien me miraba con una sonrisa pícara mientras señalaba a Aria en mi hombro. Yo solo lo ignoré mientras rodaba los ojos y los cerré durante unos segundos.

Varios minutos después llegamos por lo que tuve que despertar a Aria, pero sé la veía tan cómoda y tranquila que me dio pena.

-Aria- susurré mientras la movía levemente.- Aria, despierta.

-Mmm- soltó mientras se acurrucaba más en mi hombro.

-Va, ya hemos llegado- le dije mientras apartaba un mechón de su rostro.- Despierta- la volví a mover.

Lentamente, abrió sus ojos los cuales conectaron con los míos. Le sonreí ya que se veía muy tierna y ella me devolvió el acto un poco adormilada. Se separó de mí y estiró sus brazos por encima de la cabeza.

En cuanto bajamos recogimos todas nuestras cosas para adentrarnos en el hotel en que nos quedaríamos. Era enorme y precioso, nunca había estado en un sitio así. Bueno excepto en Berlín con el Sr. Stark.

-Que no se separe nadie- nos advirtió Liz mientras caminábamos hacia una mesa.

-Eso- la apoyó el Sr. Harrington.

-¿Estás de coña?- comentó Abe mientras miraba todo a su alrededor.- Esté sitio es enorme.

-Los he visto más grandes- abrió la bocaza el arrogante de Falsh.

-Allí hay un pájaro- nos lo señaló Abe.

-Te has traído el portátil, ¿verdad?- le pregunté a Ned mientras miraba el edificio y luego a él.

-¿Por qué?- preguntó viéndome.

Miré a Aria quien estaba hablando con Michelle. Ella sabía que iría a por las personas de las armas, pero no lo de que hackearía el traje. Preferí no decírselo porque no estaría de acuerdo.

En cuanto Ned y yo entramos a nuestra habitación asignada sacamos todo. Saqué el traje y lo conecté al portátil de Ned dónde aparecieron todos los códigos. Ned los estaba mirando mientras yo intentaba quitarle el rastreador al traje, con la linterna en la boca.

-Peter- me llamó Ned, pero mi mirada seguía fija en el traje tendido sobre la cama.- ¿Por qué quitas el rastreador de tu traje?- lo miré de reojo un segundo antes de contestar.

-Em...- dije quitándome la linterna de la boca.- Para seguir a esos tipos hasta su jefe antes de que vuelvan a moverse- le expliqué.- Y no quiero el Sr. Stark lo sepa.

-¿Ahora quieres mentir a Iron-Man?- preguntó incrédulo.

-No le miento- me defendí mirándolo.- Pero él aún no sabe de lo que soy capaz- añadí mientras me volvía a poner la linterna en la boca. Con cuidado saqué el rastreador del traje con unas pinzas.- Lo tengo- dije cuando lo saqué por completo.- Muy bien, Happy. Disfruta siguiendo el rastro a esta lámpara- añadí dejando el rastreador en dicho sitio.

-¿Y Aria?- preguntó Ned provocando que lo mirase.

-¿Qué pasa con ella?- le pregunté sin entender.

-¿Sabe lo que estás haciendo con el traje?- su pregunta me hizo apartar la mirada.

-No- murmuré aún sin mirarlo.

-Peter- me dijo como advertencia.

-Ya, ya lo sé- le dije volviendo a verlo.- Es mi mejor amiga, pero si se lo decía no me iba a dejar, no estaría de acuerdo. Pero debo hacerlo.

Ned no me contestó. Me miró unos segundos como si me analizase y simplemente volvió su mirada al portátil encima de sus piernas. Yo volví a centrarme en el traje.

-Aquí hay un montonazo de subsistemas- comentó admirando la pantalla.- Pero están todos inutilizados por el protocolo ruedines- dijo esto último aguantando una risa.

-¿Qué?- dije extrañado mientras me acercaba a mirar la pantalla.- El protocolo ruedines- leí lo que ponía y Ned soltó una leve risa.- Apágalo- le pedí.

-No creo que sea buena idea- dijo divertido con la situación.- Estarán bloqueados por algún motivo.

-Venga ya- dije frustrado mientras me ponía de pie.- Yo no necesito ruedines- me subí a la cama de al lado de un salto.- Estoy harto de que me trate siempre como a un crío- añadí indignado.- No mola nada.

-Pero eres un crío- sentenció Ned extrañado con mi comportamiento.

-Sí, uno que puede parar un bus con las manos- le expliqué decepcionado.

-Peter no creo que sea una buena idea... ee... en fin... ¿y si eso es ilegal?

-Por favoooor- le supliqué agachándome a su lado.- Podré demostrar lo que valgo. Puedo apañármelas. ¡Vamos!

-No creo que sea una buena idea- repitió firme Ned.

-El tío de la silla- le susurré a modo de persuasión.

-No hagas eso- dijo debilitándose, estaba consiguiendo convencerlo.

-Vamos- susurré insistiendo.

Él miró a otro lado mientras soltó un suspiro pesado para después desactivar el protocolo. El traje se iluminó un segundo mientras emitía un ruido, se había reconfigurado.

Me puse el traje debajo de un pantalón y una chaqueta la cual me abroché hasta arriba. Me puse la capucha de esta última y me acerqué a la puerta. Al abrirla saqué la cabeza comprobando que no hubiera nadie. En cuanto me aseguré me giré a hablar con Ned.

-La luciérnaga es una prueba vigílala- le dije mientas él estiraba su brazo para cogerla.- ¿Vale?

-Vale- me contestó él observándola.- Oh, y si Aria pregunta por mí dile que ya me he ido. No le digas nada del traje.

-Como quieras- dijo con tono des aprobatorio. Miré la imagen 3D en mi lanza telarañas el cual ya tenía puesto.

-Se mueven- dije antes de salir por la puerta.

-Ten cuidado- me dijo Ned justo antes de cerrar la puerta.

En cuanto me giré y di dos pasos por el pasillo paré en seco al verla. Liz venía corriendo sigilosamente con un bañador y algunas cosas en sus manos.

-Hola, Liz- la saludé nervioso.

-Muy oportuno- me susurró mientras paraba después pasar por delante de mí.- Nos vamos a nadar- añadió e hizo una seña con la mano.

-¿Qué?- le pregunté sin entender.

-Vamos, vamos, vamos- comentó y al escuchar un ruido giré mi cabeza para ver cómo los demás salían corriendo.

-Hola, Peter- me saludó Sally. Me giré a ver a Liz por lo que no me di cuenta de Falsh hasta que pasó por mi lado y me pegó una cachetada en el culo.

-Ey- me quejé mirándolo correr.

Aria quien también iba con ellos, detrás de Flash, se paró al lado de Liz. La miré confundido y ella a mí de arriba abajo con una expresión, también, de confusión. No me imaginaba a Aria uniéndose a algo así, aunque ahora que lo pensaba sí que le pegaba.

-Yo iba... ee... iba a estudiar... em... al centro... de negocios- tartamudeé nervioso.

Sabía que Aria ya debía estar imaginando a dónde voy realmente, pero Liz no y no había pensado en ninguna excusa antes.

-No necesitas estudiar, eres el más listo- me alagó Liz lo que me sorprendió levemente.- Además una actividad gamberra el día antes de la competición es bueno para la moral.

-¿Mmm?- es lo único que pude decir. Miré a Aria quien estaba seria mirándonos a los dos y de vez en cuando rodaba los ojos.

-Emm... lo leí una charla Ted. Lo... lo oí en una charla Ted- añadió Liz un poco nerviosa.- Y he leído un libro- finalizó asintiendo con la cabeza.

-Vaya, esto es importante para ti- le dije fascinado.

-Sí, es nuestro futuro. No lo fastidiaré- me explicó.- Además hemos asaltado el minibar y las chocolatinas estaban a 11 dólares. Ponte el bañador- añadió lanzándome una de las chocolatinas.- Vamos.

Ella se dio la vuelta caminó unos pasos, pero se paró al ver que Aria no la seguía. Se giró a verla y está le hizo una seña diciéndole que fuera yendo que ahora iba. En cuanto todos desaparecieron del pasillo se giró a verme. Su rostro estaba serio lo que me intimidó.

-Con que a la biblioteca, ¿eh?- preguntó mientras se le formaba una leve sonrisa.

-No se me ha ocurrido nada mejor- le respondí más aliviado.

La miré de pies a cabeza, solo llevaba un bañador el cual le queda precioso. Eran dos partes negras unidas por unas cuerdas cruzadas en la cintura del mismo color que formaban parte del traje. Le quedaba perfecto.

-Te queda muy bien el bañador- dije sin pensar arrepintiéndome al instante. Ella lo miró y después a mí con un leve sonrojo.

-Gracias- me agradeció con una sonrisa.- Vas a por los tipos esos, ¿verdad?- me preguntó a lo que yo asentí con la cabeza.- Mejor me quedo con Ned y os ayudo.

-Eh, no, no, no- le dije rápidamente por lo que me gané su mirada confundida.- Te mereces divertirte e ir a la piscina. Estaré bien.

-Pero, Peter, y si...- comenzó a decir pero la interrumpí.

-Pero nada- dije firme.- Puedo yo solo. Tú diviértete.

Me observo durante unos segundos para después abrazarme de repente, lo que me sorprendió. Correspondí el abrazo obviamente, el cual duró bastante. Se separó lentamente de mí y dejó sus manos apoyadas en mis hombros.

-Cualquier cosa me llamas- dijo mirándome fijamente.

-Claro- le afirmé.

-¿Prométemelo?- me exigió.

-Te lo prometo- no dijo nada más durante unos segundos, parecía que estaba debatiendo algo consigo misma. Al final se separó de mí lentamente.

-Ten cuidado, Spidey- susurró con una leve sonrisa antes de darse la vuelta e irse en dirección a la piscina.

Estaba arriba del tejado al lado de una zona acristalada desde donde se podía ver la piscina. Observe a Liz sentada en el borde mientras lanzaba agua, sonreía y hablaba con los demás. Se la veía hermosa. Después mi mirada se desvió a la chica en frente de ella, Aria, que de repente es agarrada por Flash quien se hundió llevándola con él al fondo. Al salir comenzaron una guerra de agua.

Una mala sensación se implantó en mi estómago. Me sentía decepcionado y molesto, pero me tenía que fastidiar. No podía estar ahí, tenía que detener a las personas de las armas, era mi deber. Me puse de pie, tiré de las correas de la mochila y me puse la máscara.

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