SEVEN
GIЯL STAЯK
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𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐏𝐄𝐓𝐄𝐑
Había pasado una semana desde que Aria se había enterado de mi doble identidad. No era algo que quería que pasase, pero no pude evitarlo.
Al menos confiaba en ella y sabía que no me traicionaría, guardaría bien el secreto. Además, que durante esa semana me había ayudado a la hora de poner excusas a tía May por salir a vigilar Queens.
A veces incluso Aria salía de casa y se iba a pasar el rato sola a saber dónde y después volvíamos a casa juntos, haciendo ver que habíamos ido a algún lado. Me había estado encubriendo. Era la mejor amiga que alguien podía tener.
Eran casi las 8:30 am de la mañana e iba junto con Aria hacia el instituto. La verdad no tenía nada de ganas. Estaba decaído. Todavía no había recibido ninguna llamada, ni siquiera mensaje, del Sr. Stark o de Happy. Solo quería que me dieran una misión, pero eso no sucedía.
Tanto Aria como yo íbamos caminando por el campo de fútbol del instituto con los auriculares puestos. Entre que Aria no suele despertar de buen humor cuando madruga y que yo no estaba de ánimos era mejor no hablar.
Cuando íbamos a cruzar la carretera el coche de Flash no se frenó por lo que nos obligó a cruzar rápido para evitar ser atropellados.
-¿Qué hay Pito Parker?- logré escucharlo, ya que yo solo llevaba un auricular puesto.
Decidí ignorarlo y volver a mi caminar. Tuve que apresurar un poco el paso, ya que Aria no se había parado y tuve que alcanzarla.
Cuando entramos al edificio estaban dando las noticias del día del instituto a lo cual no preste atención. Caminamos hasta nuestras taquillas, las cuales estaban bastante cerca.
Al llegar a las taquillas abrí la mía poniendo la combinación. Al abrirla metí la chaqueta y me quedé mirando el interior pensativo mientras solté un suspiro.
-Únete a mí y juntos construiremos mi nueva estrella de la muerte lego- dijo Ned con voz grave. Me giré a verlo sorprendido.
-¿Qué?- dije y la voz me salió más aguda. Él solo asintió con la cabeza a modo de respuesta.- Qué pasada. ¿Cuántas piezas?
-3803- me respondió.
-Es alucínate- dije mientras cogía el portátil de la taquilla.
-Lo sé.
-¿No sé cómo os puede gustar eso?- dijo Aria desde su taquilla haciendo que la mirásemos.
-Star Wars es increíble- dijo Ned.
-Si tú lo dices- dijo Aria con ironía y volvió a mirar su taquilla.
Síp, a Aria no le gustaba Star Wars. Dijo que una vez empezó a vérselas en la Torre Stark, pero que cuanto más veía menos le gustaba.
-¿Quieres montarla esta noche?- me preguntó Ned.
-No puedo, tengo el intensivo Stark- dije mientras cerraba mi taquilla.
-La beca Stark- dijo Ned mientras comenzábamos a caminar. Aria cerró su taquilla y se puso a mi lado para caminar junto a nosotros.
-Exacto.
-Siempre ese intensivo- dijo Ned.
Aria se mantenía callada a mi lado mientras escuchaba atentamente la conversación. Ella sabía que en verdad no podía porque tenía que salir como Spider-Man, no por la beca inexistente.
-Sí, espero conseguir un trabajo de verdad con ellos- le dije mirándolo.
-Eso sería genial- dijo un poco emocionado.- Irá en plan: por esas hojas de cálculo toma una moneda de oro- dijo haciendo su voz un poco más grave.- No sé si funcionan así.
-Exactamente así- dije con una leve risa que tanto Ned como Aria imitaron.
-Iré montando la base de la estrella de la muerte en casa y- Ned me empezó a contar, pero mi mirada y mi mente estaban en otro lugar, en ella.- y luego pasaré por la tuya porque lo más difícil será hacer la base...
Dejé de escucharlo centrándome en aquella chica de piel morena y pelo castaño la cual me miró mientras se colocaba un mechón detrás de la oreja. Después siguió caminando con sus amigas.
-Genial- dije sin saber nada de lo que me había dicho, estaba embobado.
Escuché un bufido por parte de Aria y se fue caminando no sin antes empujar mi hombro con el suyo. Eso me hizo volver a la realidad. Vi como Aria se iba a clase. Me despedí de Ned y seguí a Aria.
-Bien. ¿Cómo calculamos la aceleración lineal entre los puntos A y B?- preguntó la profesora, pero yo tenía mi cabeza detrás del portátil sin prestar la más mínima atención.- Flash- le dijo, ya que tenía la mano levantada.
-Es el producto del seno del ángulo por la gravedad, divido por la masa- contestó.
-No- dijo la profesora.- Peter- dijo haciendo que levantara mi cabeza de golpe.- ¿Sigues con nosotros?
-Am... sí, sí- dije mientras cerraba la tapa del portátil dónde estaba viendo vídeos míos como Spider-Man.- Am...- miré unos segundos a Aria la cual estaba en la mesa de mi izquierda, me observaba con el ceño fruncido. Después volví la mirada a la pizarra.- La masa se anula así que es la gravedad por el seno- contesté sin dificultad.
-Bien. ¿Ves Flash? Ser el más rápido no siempre es lo mejor- le dijo la profesora haciendo reír a la clase.
-Estás muerto- me amenazó Flash en susurro.
Me giré a ver a Aria quien ahora estaba atenta a su tarea o no, parecía que estaba haciendo una clase de bocetos. Después miré el reloj que había en la pared de atrás.
La siguiente clase era física la cual estábamos en el laboratorio. Tampoco preste mucha atención. Miré unos apuntes míos. Añadí el líquido amarillo-naranja en el recipiente con el otro líquido. Lo mezclé produciendo así una telaraña. Cerré rápidamente el cajón donde estaba haciendo un experimento a escondidas. Volví a mirar la hora.
Por fin era la hora del almuerzo y junto con Aria fuimos hasta la cafetería donde nos sentamos con Ned. Él y yo en un lado y Aria enfrente nuestro. Ambos estábamos observando cómo Liz, la chica por la cual me había quedado embobado antes, ponía el cartel a de la fiesta de Homecoming.
Aria estaba delante nuestro con el codo izquierdo apoyado en la mesa y la mano de ese mismo brazo aguantaba su cabeza. Con la otra mano, con un tenedor, jugaba con su comida.
-¿Liz lleva un jersey nuevo?- pregunté admirando a la chica. Escuché como Aria soltó un bufido por lo que la miré un segundo y después volví a Liz.
-No, ya se lo habíamos visto antes- me responde Ned a mi lado, también mirándola.- Pero nunca con esa falda- Liz saluda a una chica la cual le había saludado.
-Pero dejemos de mirarla antes de que le dé repelús- dije yo pero sin intención de dejar de verla.
-Tarde- dijo una voz femenina a una corta distancia. Los tres giramos la cabeza hacia el lado para verla. Michelle.- Sois unos pringados- dijo volviendo a su libro.
-Y que lo digas- la apoyó Aria. Miré sorprendido a Aria quién tenía la vista fija en Michelle. Después miré a esta con confusión.
-¿Y por qué te sientas con nosotros?- preguntó Ned igual de confundido.
-Porque no tengo amigos- dijo sin más.
-Tranquila, yo soluciono eso- dijo Aria mientras cogía su bandeja y se ponía de pie para irse a sentar a lado de Michelle.- Es mucho mejor estar contigo que con esos dos babosos- dijo con molestia.
-¿Es en serio, Aria?- le pregunté incrédulo. Ella me miró seria y se encogió de hombros, para después girarse y empezar a hablar con Michelle.
¿Qué mosca le había picado a Aria? Vale que ella de por sí era un poco grosera y muy pero que te muy sarcástica. Pero esa vez me estaba sorprendiendo, estaba rara.
Sonó el timbre indicando que la hora de comer había acabado. Junto con Ned a mi lado y Aria y Michelle, las cuales iban delante mío hablando, fuimos hasta la clase dónde teníamos que ensayar para el decatlón.
-Pasemos a la siguiente pregunta- dijo Liz a los chicos que estaban sentados en el escenario.- ¿Cuál es el elemento más pesado en la naturaleza?- el chico sentado al lado de Ned tocó el timbre para después contestar.
-El hidrógeno es el más ligero. Esa no es la pregunta. Vale, sí- dijo bajando su rostro. El chico, de la otra mesa, tocó el timbre para contestar.
-Uranio- contestó.
-Correcto- dijo Liz con una sonrisa.- Gracias Abraham. Por favor abrir los libros por la página 10.
Yo estaba sentado al lado del profesor hablando sobre el decatlón. No iba a participar, ya que no me podía ir por si el Sr. Stark me necesitaba para una misión.
-Peter es el campeonato nacional- me decía el profesor.- ¿No hay manera de que te puedas coger un fin de semana libre?
-No puedo ir a Washington porque si el Sr. Stark necesita que yo esté disponible aquí...- le comenté.
-Tú, a Tony Stark, no lo has visto en tu vida- comentó Flash en una de las sillas de atrás.
-Cierra la boca- le dijo Aria.- Peter si ha visto a Tony Stark- le dijo con una mirada molesta.- Y yo muchas veces- susurró, pero yo la conseguí escuchar, ya que estaba a un metro de mí.
-¿Qué?- le pregunta Michelle la cual también estaba cerca de ella.
Mierda, Aria. ¿Tenías que ser igual de bocazas que tu tío? Aria me mira con los ojos abiertos como platos al igual que yo a ella.
-No, nada, nada- le dijo a Michelle actuando como si nada pasase. Michelle la miró unos segundos con los ojos entrecerrados y después volvió a su libro.
Aria soltó una suspiro mientras me miraba aliviada. Por casi la descubren, y es que aquí nadie sabe que es la sobrina del gran Tony Stark. Aria aquí es conocida como Aria Storm, que según lo que me ha dicho ella misma, es el apellido falso que utilizaron sus padres.
-Espera- habló la chica que estaba en la mesa del que antes había contestado bien.- ¿Qué pasa aquí?
-Que Peter no va a Washington- le responde otra chica la cual estaba tirada en el suelo con unos cuadernos.
-No, no, no, no- volvió a decir la chica de la mesa. El chico de su lado tocó el timbre otra vez. -No, no- seguía diciendo la chica.
-¿Por qué no?- preguntó ahora el chico.
-¿En serio? ¿Justo antes del nacional?- me preguntó Liz.
-Y ya ha dejado el Solfeo y la Robótica- dijo Michelle haciendo que todos la mirásemos.- No me obsesiona es que soy observadora- dijo mirando a los chicos de las mesas.
-Flash substituirás a Peter- le dijo Liz.
-Bff, no sé. Tengo que mirar mi agenda. Tengo una cita romántica con la Viuda Negra por esas fechas- dijo elevando sus cejas al final. Claramente, era una burla hacia mí.
-Eso es falso- dijo el chico de la mesa después de tocar, otra vez, el timbre.
-¿Qué os he dicho de utilizar el timbre como efecto cómico?- preguntó retóricamente el profesor.
-Viuda Negra te partiría en dos por ese comentario- le dijo Aria a Flash muy segura de sus palabras.
-Ya, ya. Lo que tú digas- dijo Flash mientras volvía a lo que fuera que estaba leyendo. Volví a mirar el reloj de la pared.
Las siguientes horas me las pasé nervioso. No paraba de mover mis dedos y pies nerviosamente, causando sonidos desquiciantes.
-Peter para- me ordenó Aria exasperada por los ruidos. La miré dejando de mover mis dedos encima de la mesa.- ¿Qué te pasa?
-Nada, solo quiero irme ya- le dije.
Ella me miraba con los ojos entrecerrados llegando a un punto en el que me incomodaba por lo que aparté la vista de ella. A los segundos el timbre del final de las clases sonó.
Salí prácticamente corriendo de la clase. Aria me llamaba a mis espaldas, pero yo seguí caminando rápidamente. Al salir por la puerta y acercarme a las vallas, Aria llegó a mi lado.
-¿A dónde vas?- me preguntó asustándome, ya que no la vi llegar.
-A la bodega Delmar- le contesté.
-Voy contigo- me dijo a lo que yo asentí con la cabeza.
-Vale- dije mientras me agachaba un poco para coger impulso y saltar la alta valla. Al estar al otro lado me giré a ver a Aria quien me miraba con cara de pocos amigos.
-¿Sabes que no puedo hacer eso, verdad?- me dijo sin cambiar su rostro.- Daré la vuelta.
-Te espero allí- dije y sin dejarla contestar me fui. Corrí un poco hasta llegar al local.
-¿Qué hay Sr. Delmar?- le pregunté mientras cogía dos bolsas de gominolas.
-Eeh, Sr. Parker- me saludó él.- Número 5, ¿no?- me preguntó aunque ya sabía la respuesta.
-Sí, y em...- le dije al otro hombre.- Con pepinillos y, puedes aplastarlo a tope? Gracias- dije con una sonrisa.
-¿Y la chica?- me preguntó el Sr. Delmar.
-Aquí- dijo una voz femenina desde la puerta.- Hola Sr. Delmar.
-Hola Srta. Storm- le dijo.- ¿Cómo estás?
-Muy bien. ¿Y usted?- le preguntó con una sonrisa.
-Bien, gracias- le contestó él.
-¿Quieres algo?- le pregunté yo.
-No, gracias- me contestó con una bonita sonrisa.
-¿Qué tal tu tía?- me preguntó el Sr. Delmar.
-Bbee... está bien- dije mientras miraba algo del mostrador.
-Oye- le dijo en español al otro hombre.- La tía de este es una Italiana que está buenísima.
-¿Cómo está tu hija, eh?- se la devolví mientras estaba cruzado de brazos y con una sonrisa burlona, mordiéndome levemente la lengua.
-Diez dólares- dijo en español.- Diez dólares- dijo ahora en inglés.
-Son 5 dólares- le dije señalando el cartel de arriba.
-Por el comentario 10 dólares- me dijo.
-Oh venga- dije descruzando los brazos.- Era broma, era broma- abrí mi cartera para sacar un billete de cinco.- Tome 5 dólares- le dije extendiéndoselos.
Él los aceptó y abrió la máquina registradora para guardarlo dentro. Giré mi rostro hacia la derecha y vi a Aria acariciando a Murph. Me acerqué a dónde estaban.
-¿Qué tal Murph?- dije acercándome.- ¿Cómo te va pequeño?- le murmuré mientras lo acariciaba, llevándome un maullido como respuesta.
-¿Qué? ¿Qué tal el insti?- me preguntó el Sr. Delmar cuando regresé al mostrador.
-Aburrido- le contesté cogiendo las bolsas de gomitas.- Tengo mejores cosas que hacer.
-Sigue estudiando chico, sigue estudiando. Si no acabarás como yo- dijo mientras señalaba el local con los brazos abiertos.
-Esto es genial- le dije contemplando el lugar.
-Los mejores sándwiches de Queens- dijo él mientras me entregaba el pedido.
-Los mejores- afirmó Aria llegando a mi lado.
Cuando salimos de la Bodega Delmar corrí cruzando la carretera hasta que alguien me paró agarrándome del brazo. Me giré a ver y me di cuenta de que era Aria, se me había olvidado que estaba aquí.
-¿A dónde coño vas?- me preguntó con el ceño fruncido.
-Tengo que hacer ya sabes que...- le dije mientras la dedicaba una mirada para que entendiese.
-¿Ahora?- me preguntó.
-Sí, ahora- le dije.- Cúbreme por favor.
-Como no- dijo mientras rodaba los ojos.- Si no hay más remedio.
-Eres la mejor- dije y me acerqué a darle un beso fugaz en la mejilla para después salir corriendo hasta un callejón.
Me quité rápidamente los zapatos para lanzarlos por ahí. Abrí la mochila y saqué el traje para dejarlo en el suelo en lo que yo me desvestía. Me quité los pantalones con un poco de dificultad, tirando sin querer un cubo de basura.
Lancé el pantalón a un lado y me saqué la camisa junto con el jersey. Agarré el traje y me lo comencé a poner. Pegué un leve salto para meter bien las piernas y después metí mis brazos. Por último me puse la máscara. Todo me iba enorme.
Guardé todas mis cosas en la mochila, la cual pegué al contenedor con una de mis telarañas. Pulsé la araña de mi pecho haciendo que el traje se adhiriera a mi cuerpo. Lo admiré una vez más y pulsé mi telaraña para activarlo. Salté hacia la azotea del edificio que tenía al lado. Salté entre azotea y azotea con ayuda de mis telarañas.
-Bff... Por fin- dije cuando ya podía hacer lo que más me gustaba.
Vi como un tipo rompía el candado de una bicicleta para robarla y huía montada en ella. Lo seguí balanceándome con las telarañas. Caí delante de él sorprendiéndolo.
-¿Me sujetas esto un segundo?- le dije con el brazo entendido.
Antes de que dijera nada le mandé una pequeña telaraña al pecho, haciendo que saliera volando. Agarré la bicicleta antes de que cayera al suelo.
-¿Eh? ¿Está bici es de alguien?- dije elevando la voz mientras el hombre colgaba de una de mis telarañas al lado del letrero de Rainbow.- ¿Noo? ¿Amigo, esta bici es tuya?- le pregunté aún hombre que salía de esa tienda.
-No tengo suelto- dijo él sin dejar de mirar su teléfono.
-¿Alguien tiene un boli?- pregunté.- ¿Tiene un boli?
Decidí dejar la bici apoyada en una pared con una nota para el dueño. Seguí tambaleándome entre las calles de Queens.
-¿Está todo bien? ¿Todos bien?- pregunté mientras pasaba "volando" delante de unas cuantas personas.
Me senté encima de uno de los vagones de un tren mientras miraba mi móvil en busca de algún mensaje.
Después me levanté en la azotea de un edificio donde estaba la bandera de Estados Unidos. Haciendo que pareciera un plano increíble.
-¡Ey!- gritó un hombre desde el suelo, llamando mi atención.- ¡¿Tú eres ese hombre araña de YouTube, no?!
-¡Llámeme Spider-Man!- le grité de vuelta.
-¡Vale, Spider-Man!- me hizo caso.- ¡Haz un mortal!- hice lo que él me pidió ganándome un grito de ánimos.- ¡Síííí!
Seguí balanceándome por las calles en busca de gente a la cual ayudar. Encontré a una señora mayor que estaba perdida y a la cual le indiqué como llegar a su destino.
Después jugué un poco a la cuerda floja con mi telaraña en un residuo de agua. Incluso hice alguna que otra pirueta. No tenía miedo a caerme.
Vi como un hombre joven estaba intentando abrir un coche a la fuerza a través de la ventana por lo que decidí intervenir. Caí encima del coche.
-Ey, chaval- dije mientras le lanzaba una telaraña a la cabeza y hacía que se diera un golpe en ella con el coche, haciendo sonar la alarma. Después le lancé una telaraña a la mano inmovilizando.- Está mal robar coches- dije mientras hacía una voltereta en el aire para aterrizar en el suelo.
-Es mi coche, imbécil- me dijo él con molestia.
-¡Eh! ¡Apaguen eso!- dijo una señora asomándose a la ventana desde el edificio de al lado.
-¿Puede usted decirle que es mi coche?- le dijo el joven a la señora.
-¡Eh! ¡Que trabajo de noche, venga ya tío!- comentó otro hombre desde otra ventana. La gente saliendo y hablando me estaba saturando.
-Ese no es tu coche, es su coche- dijo un hombre saliendo de la puerta de un edificio.
-¿Cómo iba a saber que era su coche?- le dije al hombre, pero todo esto me estaba superando.
Empecé a hablar con cada uno intentando defenderme, pero eran unos cuantos y todos me hablaban a la vez haciéndome imposible explicarme.
-¡No quiero que me obligues a bajar ahí, gamberro!- dijo un anciano desde una de las ventanas.
-Hola, Gery- le dijo otra anciana desde la ventana del edificio de enfrente.- ¿Cómo estás?
-¡Marjorie! ¿Qué tal? ¿Cómo está tu madre?- dijo ese amable anciano el cual tenía pinta de ser un gran, gran hombre.
Después de un tiempo conseguí salir de esa situación por lo que me fui de un lado a otro. En uno de mis balanceos la telaraña era muy larga por lo que llegué a la azotea de un edificio, pero no de pie, sino que me estampé contra el suelo de esta.
-¡Oouu! ¡Estoy bien, estoy bien!- le dije a nadie en concreto.
Horas después me senté en las escaleras de incendios de un edificio donde tenía las preciosas vistas de atardecer en las vías del tren. Estaba sentado llamando a Happy mientras comía.
-Este es el buzón de voz de...- dijo una voz femenina en mi teléfono.- Happy. Hogan- dijo ahora la voz de Happy, para después sonar el pitido.
-Hola, Happy- empecé.- Este es el informe de hoy. He detenido la sustracción de una bici, no he encontrado al dueño y le he dejado una nota. Em... - dije mientras pegaba otro mordisco.- He ayudado a una anciana perdida, ha sido encantadora y me ha comprado un churro- dije mientras masticaba.- Y em... creo que soy capaz de hacer más, me interesaría saber cuándo será la próxima misión de verdad- hice una pausa para respirar y soltar un leve suspiro.- Así que llámame. Soy Peter, Parker- dije para después colgar.
-¿Por qué le he contado lo del churro?- me murmuré a mí mismo.
Miré mi lanzatelarañas y pulsé un botón haciendo que el pequeño frasco saliera volando. Pero cuando iba a caer conseguí alcanzando poniéndome horizontalmente con mis pies en las vallas de la barandilla de la escalera de incendios.
-Vale- dije mientras la volvía a guardar.
Pero en ese momento me fijé en algo en la calle de enfrente. Unos hombres sospechosos entrando a un banco.
-Por fin algo bueno- dije colocándome bien la máscara.
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