FOUR
GIЯL STAЯK
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𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐏𝐄𝐓𝐄𝐑
Estaba más que confundido con lo que Aria me acababa de decir. Mi cerebro me estaba saturando con preguntas de las cuales yo no tenía respuesta. Por lo que solo ella podía resolverlas.
-Que yo sepa, bueno, lo que todo el mundo sabe o cree saber es que el Sr. Stark es hijo único- le dije a Aria entre confundido y sorprendido.
-Públicamente, sí- dijo ella.- Mi padre era su hermano.
-¿Tu padre? ¿Y cómo es que vivías con Sr. Stark y no con él?- bien, me estaba metiendo donde no me llamaban, pero mi boca no me dejó pensar antes de decirlo.
Aria bajo la mirada y se le podía notar la tristeza en su rostro. Definitivamente, no era algo bueno por lo que ella no estaba con su padre. La cagué mucho al preguntar.
-Perdón, no debí preguntar- le dije y al levantar la mirada le sonreí a modo de disculpas.
-No pasa nada- dijo y respiró hondo.- Es una larga historia, siéntate- se hizo un poco al lado y palmeó la cama indicándome que me sentara.
Quería saberla, seguramente aquella historia me resolvería la mayoría de mis preguntas. Pero era su vida privada y por cómo había reaccionado creo que no era buena idea que me la explicara.
-No hace falta que me la cuentes, seguro que es un tema delicado- dije un poco apenado.
-Tranquilo, no pasa nada- me dedicó una cálida sonrisa mientras volvía a palmear el colchón.
Esa vez le hice caso y me senté a su lado en su cama. Esta se puso con las piernas en indio y se giró para verme mejor por lo que yo hice lo mismo pero levemente.
-Mis padres y yo vivíamos en las afueras de Nueva York, en una preciosa casa- sonrió recordando, lo que me hizo a mí sonreír.- Durante 6 años de mi vida, pensé que no tenía a más familia, ya que mis padres me dijeron eso- hizo una pausa y se puso más seria.
*Un día, cuando tenía esa edad, mis padres se fueron a no sé dónde creo que a comprar o algo. A mí me dejaron con la vecina quién me cuidaba de vez en cuando- tragó duro y continuó.- Pero nunca volvieron- hizo otra pausa para coger aire.
Tuvieron un accidente de coche- me miró por primera vez desde que empezó a explicar.- Al día siguiente mi tío vino a por mí, pero yo no sabía que lo era. Según él yo ya intuía lo que les había pasado a mis padres, dice que era muy inteligente- sonrío levemente.
Me dijo que me tenía que ir con él. Al principio no quise, pero al final accedí. Me fui con él, me llevó a la Torre Avengers, en ese entonces Torre Stark. Ahí me explicó que era mi tío, pero que nadie lo sabía. Yo siempre quise tener algún familiar más aparte de mis padres por lo que cuando supe que era mi tío me alegré.
Pero lo que no sabía era por lo que pasaría los próximos 9 años, es decir hasta ahora. Fue duro ver como secuestraban a mi tío y cómo luchaba contra Loki. Pero por suerte viví todo eso en la lejanía, ya que mi tío me mandó a un refugio.
Siempre me ha intentado proteger. Y supongo que por eso me ha traído aquí, para que esté a salvo. Siempre había un pequeño riesgo a que me pasara algo, pero creo que ahora ya no, por eso habrá decidió traerme aquí- me miró y me sonrió levemente para después desviar la mirada.- Y eso es todo. Espero que no le digas a nadie que Tony tiene... tenía- se corrigió con una leve sonrisa nostálgica- un hermano.
-A... ae... no sé qué decir- es lo único que fui capaz de decir. Respiré hondo y pensé en que yo pasé por algo parecido y que de verdad sí sabía que decir.- Lo siento mucho, por lo de tus padres.
-Gracias- dijo ella sonriéndome.
-Me alegro de que estés bien después de todo lo que has tenido que pasar con el Sr. Stark, yo en tu lugar creo que estaría muerto- intenté bromear y lo conseguí, ya que se rio.
-Ya bueno, creo que es más difícil convivir con Tony fuera de las guerras que durante ellas. De verdad convivir con él es duro- ambos nos reímos y el ambiente se relajó.
-Yo también perdí a mis padres, por eso vivo con mi tía May- dije, quería sincerarme como ella lo acababa de hacer.- Bueno antes también estaba mi tío Ben, juntos me criaron, pero... - hice una pausa y bajé la mirada para respirar hondo.- Hace poco que lo perdimos.
-Lo siento mucho Peter- iba a decir algo, pero me interrumpió con un abrazo. Obviamente, lo correspondí, creo que ambos lo necesitábamos.
En cuanto nos separamos comenzamos a hablar de algunas cosas más hasta que decidí irme a mi habitación, ya que tenía que salir a ver si alguien necesitaba ayuda de Spider-Man.
Porque sí, era Spider-Man, pero nadie lo podía saber. Espera un momento, ¿ella lo sabía? Mierda tenía que descubrirlo.
-Bueno, ¿y conoces algún vengador?- pregunté intentando llegar a lo que quería saber.
-Sí, en realidad a todos, pero me llevo más con Natasha y Steve, son como mis tíos- dijo con una sonrisa.
-¿Qué piensas del hombre araña?- necesitaba saber si el Sr. Stark le había dicho que era yo.
-Bueno, no sé quién es, pero admiro la valentía que tiene, es increíble- al decir eso solté un suspiro de alivio que intenté camuflar para que no se diera cuenta.
-Yo también pienso eso- dije disimulando.- Bueno creo que me iré a mi habitación, tengo deberes que hacer.
-Claro, suerte- me dijo antes de que saliera por la puerta. Le sonreí por última vez, acto que me devolvió, y después salí.
Rápidamente, me encerré en mi habitación y me puse mi nuevo traje de Spider-Man. Era la primera vez que lo utilizaría en Queens.
Me lo puse y salí a ver qué se cocía por las calles de Nueva York, más concretamente Queens. La verdad es que esto me tomaba mucho tiempo aunque no hubiera casi nada que hacer.
Volví justo para cenar. Estaba contento con lo que había hecho hoy. Salvé a dos tiendas de que les robaran; a una mujer de que la atracarán; y a un niño de ser atropellado en cuanto iba a por su pelota.
Pero a comparación con lo que hice el día anterior en Berlín, esto no era nada. Ya estaba deseando que me dieran la siguiente misión.
Llegué a casa y entré por la ventana de mi habitación, por suerte la puerta estaba como la dejé, cerrada. Me quité el traje y lo volví a esconder. Me puse mi pijama y salí de mi habitación a ver si la cena ya estaba lista.
En la cocina se encontraban May y Aria en los fogones, cocinando algo. Estaban riendo mientras hacían no sé qué con las manos.
-Hola- dije y ambas se giraron a verme.
-Hola- dijo tía May.- Aria me ha dicho que estabas haciendo los deberes por lo que no te he querido molestar cuando he llegado.
Miré a Aria quién me sonreía, ya no se la veía tan tímida. Creo que se ha conseguido relajar y que ahora nos tiene más confianza, cosa que me agrada.
-¿Los has acabado?- preguntó ella sin quitar la sonrisa.
-Sí- dije de la misma manera.
-Genial porque la cena ya está lista- dijo May cogiendo una bandeja y dejándola sobre la mesa.- Pollo al curry con puré de patatas.
-¿Y esto? Tú nunca has cocinado algo así- le dije a mi tía May.
-Es una receta de Aria- al decir eso la miré.
-Es mi plato favorito, mi madre me lo hacía siempre el día de mi cumpleaños- dijo con una leve sonrisa.
-Vamos a cenar antes de que se nos enfríe- dijo May mientras se sentaba, a los segundos nosotros también lo hicimos.
Cenamos entre charlas y risas por parte de los tres. En cuanto acabamos Aria quiso ayudar a mi tía May a lavar los platos y, aunque May se negó, al final, Aria consiguió hacerlo.
-Yo me voy a ir a dormir, que mañana tengo que trabajar- nos dijo.- Y vosotros deberíais hacer lo mismo, mañana hay clase.
-Sí, yo me voy a ir a dormir ya- dijo Aria poniéndose de pie.
-Suerte en tu primer día, mañana- le dijo May a Aria mientras la abrazaba.
Luego se acercó a mí, que estaba sentado en el brazo del sofá, y me dio un beso en la cabeza como siempre hace antes de irse a dormir.
-Buenas noches, chicos- dijo caminando hacia su habitación.
-Buenas noches, tía May- le dije.
-Buenas noches, May- dijo Aria a la vez que yo.
En cuanto May desapareció por la puerta de su habitación dirigí mi mirada a la chica castaña, quién se giró, también, a verme.
-Yo me voy a ir a dormir, ha sido un largo día- dijo para después soltar un bostezo.
-Yo también- me puse de pie y caminé detrás de ella hasta llegar a las puertas de nuestras habitaciones.- Buenas noches, Aria.
-Buenas noches, Peter- dijo con una sonrisa, la cual imité.
Se metió en su habitación y después hice lo mismo pero entrando en la mía. Cerré la puerta y me tiré en la cama, estaba agotado.
Hoy había sido un día de muchas sorpresas y solo quería dormir, por lo que apagué la luz y me puse a dormir.
Un ruido me despertó, pero yo no quería despertarme, la alarma todavía no había sonado. Ese ruido se repitió por lo que no me pude volver a dormir.
Agarré el móvil que estaba en mi mesita de noche para poder ver la hora. Eran solo las 7:40 y las clases no empezaban hasta una hora más tarde. Yo solía despertarme a las 8 en punto, ya que en 10 minutos ya estaba listo.
En cuanto el ruido se repitió por tercera vez decidí levantarme de la cama. Me acerqué a la puerta y la abrí poco a poco, preparándome por si tenía que lanzar alguna telaraña.
Cuando la puerta estaba lo suficientemente abierta como para que saliera lo hice. Caminé sin hacer ningún ruido para que no me descubrieran hasta llegar a la cocina/sala. Ahí estaba el foco de los ruidos.
Aria estaba en pijama sentada en la mesa con un bol de cereales delante de ella. Sus párpados parpadeaban mucho y muy lentamente, se notaba que se acababa de levantar.
-Aria- dije y pegó un pequeño salto por el susto para después mirarme- Perdón no quería asustarte- le susurré, ya que May seguía dormida. Aria negó restándole importancia.- ¿Qué haces despierta tan pronto?
-Prepararme para las clases- dijo con una voz adormilada.
-Las clases no empiezan hasta las 8:30 y el instituto está a 10 minutos. Con que te levantes a las 8 y seas capaz de vestirte en 10 minutos, llegas a tiempo. No hace falta que te despiertes tan pronto.
-Pensaba que empezaban a las 8- dijo y soltó un bostezo.
-No, en nuestro instituto empiezan a y media- dije sirviéndome un bol como el de ella.
Ya me había desvelado y era muy obvio que no me volvería a dormir así que desayunaría con calma, no rápidamente como siempre.
Desayunamos en silencio, ya que Aria se estaba quedando prácticamente dormida mientras desayunaba. En cuanto nos acabamos los cereales cada uno se fue a su habitación a prepararse.
En 10 minutos aproximadamente yo ya estaba vestido y con la mochila lista. Cuando salí fui a ver si Aria ya estaba lista, pero no estaba en la sala por lo que supuse que seguía en su habitación.
Me acerqué a su puerta y piqué. A los segundos una Aria, ya no adormilada, salió. Llevaba su mochila colgada de solo un lado con su mano aguantando la correa, mientras que con la otra mano llevaba su móvil.
-Ya estoy lista- dijo ella con una sonrisa.
-Vámonos- dije yo yendo hacia la puerta.
Caminamos en silencio de camino al instituto. La verdad no sabía de qué hablar con ella, no la conocía de nada. Lo único que sabía de ella era que sus padres ya no estaban y que su tío era Tony Stark. No podía entablar una conversación sobre eso y mucho menos en la calle.
-Oye Peter- dijo Aria sacándome de mis pensamientos haciendo que la mirase.- No hace falta que me enseñes el instituto, podré apañármelas sola. No quiero molestar, seguro tendrás algo que hacer.
-Tranquila, no es molestia- dije con una sonrisa.- Si no soy yo, será otra persona y, ya que me conoces, pues te lo enseño yo.
-Gracias- dijo ella con una sonrisa.
En cuanto llegamos la acompañé hasta la recepción dónde recogió su horario y avisé que yo le daría el tour. Cuando salimos fuimos a su taquilla la cual quedaba a tres a la derecha de la mía.
-¿Lista para el tour?- le pregunté en cuanto dejó toda sus cosas en la taquilla.
-Sí- dijo nerviosa pero con una sonrisa.
-Vamos, te gustará- dije empezando a caminar con ella a mi lado.
Le enseñé todo el instituto y cuando digo todo es todo, incluso dónde la gente se escondía para hacer pellas. Empecé con el primer piso, después el segundo y por último el tercero. En cuanto acabé de enseñarle dónde quedaba cada clase le enseñé dónde estar en el tiempo libre.
Le enseñé la cafetería y el patio. Por último le enseñé el gimnasio y las pistas de deportes. Nos sentamos en las gradas un rato para descansar y porque nos sobraban unos minutos antes de que sonara la campana de segunda hora.
-¿Qué te toca a segunda?- le pregunté interesado en ver las asignaturas en las que coincidíamos.
-No lo sé la verdad- dijo mientras sacaba el horario que le acababan de dar en dirección.- Matemáticas- dijo mirando el papel.
-Lo mismo que yo- le dije y ella me miró con una leve sonrisa.- ¿Puedo mirarlo?- dije extendiendo mi mano.
-Claro- me lo dio y yo me puse a mirarlo.
Coincidía en casi todas las clases con ella. Hacía las mismas optativas que yo por lo que le tocó las mismas horas. También coincidíamos en alguna obligatoria, pero la mayoría de esas no las teníamos a la misma hora.
-Coincidimos en todas menos en 4- le dije devolviéndole el papel.
-¿En serio?- preguntó y yo asentí con la cabeza.- Bueno, al menos ya conozco a alguien.
-Síp- dije con una sonrisa.- Te puedes poner conmigo, bueno me suelo poner con mi amigo Ned pero lo entenderá.
-No, tranquilo. Siempre estás con él, no quiero cambiar las cosas- dijo con una sonrisa apenada.
-No pasa nada, no creo que a Ned le importe.
-Aun así.
-Cómo quieras, si eso ponte delante así al menos si necesitas algo estamos detrás- dije y al segundo el timbre indicando el final de la primera clase sonó.- Debemos irnos- dije poniéndome de pie.
Aria se levantó de la grada en dónde estábamos sentados y agarró su mochila para ponérsela solo de un hombro. Bajamos de ahí para comenzar a caminar hacia el edificio. Caminábamos por los pasillos mientras las demás personas entraban y salían de las aulas.
-Aquí es- dije dejándola entrar primero y después yo.
Ella se paró en seco a los pocos pasos de entrar y observó todo el aula, mientras yo me mantenía a su lado esperando que se moviera. Cómo no lo hizo decidí intervenir.
-Ven, te presentaré a Ned- dije para después hacer un leve movimiento con la cabeza para que me siguiera.
Caminamos por el pasillo que había entre las mesas hasta llegar a la mitad de la clase, donde Ned estaba sentado. Al verme se levantó e hicimos nuestro típico saludo.
-Ned te presento a Aria- dije viendo a la chica la cual estaba a mi derecha.- Aria te presento a Ned- ahora miré al susodicho.
-Encantado- dijo Ned mirándola con una sonrisa mientras le extendía la mano.
La reacción de Aria me sorprendió, ya que no hizo nada solo se quedó mirándolo y tragó fuerte. Bajó la mirada mientras se alejaba un paso para atrás.
-Ey- me puse delante de ella.- ¿Estás bien?- le susurré para que solo ella me escuchara.
-No me gustan los desconocidos- dijo apenas audible.
-Tranquila, es buena persona- dije y ella levantó la mirada hasta juntar sus ojos con los míos. Le sonreí para afirmar mi comentario.
-Está bien- me aparté de delante de ella, me volví a mi posición anterior.
Esta vez fue ella la que extendió la mano hacia el moreno quién, un poco confundido, la aceptó. Aria lo miró y después a mí con una leve sonrisa.
-Siéntate delante mío, si tienes cualquier duda me preguntas- le dije señalando el asiento de delante.
-Oh, si quieres te puedes poner en mi sitio, no hay problema- comentó Ned a mi lado.
-No, tranquilo. Estoy bien aquí- dijo Aria un poco tímida.
-No pasa nada, en serio, ponte si quieres- insistió mi amigo.
-No, mejor aquí- dijo ella mientras se sentaba en la silla enfrente de mi mesa.
Ned se giró a mirarme y yo simplemente me encogí de hombros con una sonrisa. Nos sentamos en nuestros sitios y el profesor entró haciendo que todo el mundo se callara.
Llevábamos media clase de matemáticas de la cual hacía 15 minutos nos habían mandado unos ejercicios. Lo que pasaba era que yo ya los había acabado y ahora tengo que esperar a los demás.
Fijé mi mirada en la chica que había delante mío, Aria. La cual estaba mirando al techo mientras se daba leves golpecitos en la barbilla con el lápiz.
-Pss, Aria- susurré lo suficientemente fuerte como para que solo ella me escuchara. Al parecer funcionó, ya que se giró a verme.- ¿Necesitas ayuda con los ejércitos? Yo ya los he acabado, te puedo ayudar- seguí susurrando para que no nos riñeran.
-No, si ya los he acabado- su respuesta me pilló por sorpresa.
-Oh, entonces nada- dije soltando una leve risa nerviosa. Ella me sonrío y se volvió a girar.
Me sorprendió, no porque no fuera capaz, sino porque acababa de llegar a este instituto y era su primera clase, ni siquiera sabía que tema estábamos dando, por lo que se tuvo poner al día, y aun así los había conseguido acabar rápidamente.
Aunque lo pensé y claro, era una Stark. La inteligencia de su familia corría por sus venas. ¿Era igual de inteligente que el Sr. Stark? Lo descubriría.
Aria me caía bien y esperaba haberle caído yo bien por el bien de la convivencia. Creo que a partir de entonces mi vida sería un poco más entretenida y todo por la nueva chica Stark.
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