DÍA 6: Amigos de la infancia
No está muy claro cuánto tiempo necesitas para enamorarte. Puede que en un segundo veas a alguien y pienses "lo amo", que es lo que suele pasar con los crush. Otro caso distinto se puede dar en que conoces a alguien desde demasiado tiempo y tras pasar varios años a su lado como un simple amigo, empiezas a desarrollar un sentimiento distinto. La amistad se transforma en amor y a partir de ahí ya no sabes cómo debes actuar.
Este era el caso de Tomioka Giyuu. Conoce desde prácticamente toda su vida a Kamado Tanjiro. Han ido a la misma escuela primaria, secundaria, incluso la preparatoria y la universidad. Siempre han estado juntos y eran mejores amigos a pesar de sus personalidades tan distintas.
Y como no puede ser de otra, todo el tiempo que han pasado juntos ha acabado causando sentimientos nunca antes experimentados en Giyuu. Sí, se podría decir, aunque suene a un cliché, que está enamorado de su amigo de la infancia. ¿Podría esperar que sus sentimientos fueran correspondidos? No lo sabía pero tampoco quería confesarse y estropear la amistad que lleva construyendo todo este tiempo.
- ¡Gi-chan!
Nada más entrar en la cafetería, un chico pelirrojo se puso de pie y la saludó animadamente con la mano. Ahí estaba su ángel de pendientes hanafuda con una sonrisa que podría cegar a cualquiera solo con mirarla durante unos segundos. Tranquilamente se dirigió hacia la mesa donde estaba Tanjiro esperándole con un rostro sonriente.
- ¿Hace falta que me llames así?
- Pero te llevo llamando así toda la vida.
- Pero no lo hagas en público – miró avergonzado alrededor – Es un poco vergonzoso que me llames por un nombre tan infantil.
- Jo, pues a mí me gusta. Bueno, entonces, Giyuu. ¿Así está mejor?
- Sí, gracias.
- Pues entonces tú tampoco puedes llamarme Tan-chan.
- ¿Cuándo te he llamado así?
- ¿No te acuerdas? Cuando éramos pequeños me llamabas así.
- ¿Qué? No, yo no te llamaba así.
- Sí que lo hacías, en la guardería me pediste matrimonio mientras me llamabas "Tan-chan".
- E-era un mocoso – un ligero sonrojo llegó a sus mejillas – De pequeños decimos muchas tonterías.
- Sí, pero... - miró hacia arriba mientras recordaba más - ¿No me dijiste una vez en la universidad "Tan-chan, te quiero, déjame hacerte el amor"? Jajaja, esa noche fue muy buena.
- ¡Estaba borracho! La gente se emborracha en las fiestas de las universidades.
- Sí, pero... ¿No me dijiste en la fiesta de la empresa de la semana pasada "Tan-chan, te amo, me vuelves loco, quiero hacértelo en el despacho"? Jajaja, menos mal que no había nadie cerca.
- Manejo mal el alcohol, eso es todo.
- Pero tú me has llamado muchas más veces "Tan-chan".
- Solo te llamo así cuando estoy borracho.
- ¿Entonces yo puedo llamarte "Gi-chan" cuando esté borracho?
- Sería lo justo.
- Bien – dio un sorbo a su café – Te tomo la palabra.
Giyuu miró la taza de café delante de él, parece que Tanjiro se la había pedido.
- ¿Es...?
- Sí, un café solo, sé que es el que más te gusta.
- Me conoces bien.
- Además es fácil recordar que te gusta ese tipo de café. "Café solo" y tú siempre andas solo jajaja.
- Lo último sobraba – frunció el ceño y dio un sorbo a su café.
Así eran los dos, conocían todo sobre el otro, era inevitable después del mucho tiempo que habían pasado juntos. Seguro que si les hicieran una encuesta de "¿Cuánto sabes sobre tu pareja?" sacarían la nota máxima pero para desgracia de Giyuu, ellos no son pareja.
- Tanjiro.
- ¿Sí?
- ¿Puedo comentarte algo?
- Claro.
- Verás, conozco a alguien que digamos que siente... algo especial por un buen amigo suyo.
- Oh, ya veo.
- Pero son muy buenos amigos y teme que una confesión de amor lo estropee todo. ¿Tú qué crees que debería hacer esa persona?
- Pues... creo que si yo estuviera en su lugar – atrapó la taza de café entre sus dos manos y miró su rostro reflejado en el oscuro líquido – Seguramente no diría nada.
- ¿En serio?
- Es que entiendo su miedo. Pasas años construyendo una amistad perfecta con una persona pero un día simplemente te das cuenta de que esa amistad se ha acabado convirtiendo en amor. Creo que al final es más importante conservar la amistad, después de una confesión de amor nada volvería a ser lo mismo. ¿No crees?
- Sí, supongo que es verdad.
Algo de las palabras de Tanjiro hizo que la cabeza de Giyuu empezara a dar vueltas. ¿Acaso había dicho al principio "entiendo su miedo"? ¿Acaso Tanjiro estaba en la misma situación? ¿Quién era la persona que había osado enamorar a su ángel? Lo único que podía sacar era que era un amigo de Tanjiro pero es que este tenía demasiados amigos.
- Oye Tanjiro, ¿acaso me has respondido eso porque estás en un caso similar?
- ¿Eh?
- ¿Te has enamorado de uno de tus amigos?
- ¿Q-qué? ¿Por qué me preguntas eso? Has sido tú quien ha sacado el tema, yo solo te he dado mi opinión.
No se pensaba conformar con esa respuesta. Había una manera muy fácil de descubrir si Tanjiro estaba enamorado de uno de sus amigos y esto implicaba utilizar la naturaleza honesta del chico.
- ¿Te gusta Agatsuma?
- ¡Claro que no!
- ¿Hashibira?
- ¡¿Inosuke?! ¡Si todavía no sabe cómo me llamo!
Si hacía falta, recitaría todos los nombres de los amigos del chico. Bastaría con mirar el rostro de Tanjiro para saber si le mentía sobre alguno. El pobre chico, que era horrible mintiendo, formaría una mueca extraña en su rostro si llegaba a mentir.
- ¡Ya sé lo que estás buscando! Quieres ver si hago una cara rara ¿verdad? ¡Eso no va a servir!
- Sí que va a servir, nunca has sabido mentir Tanjiro. Es muy fácil pillarte.
Tanjiro infló los mofletes pero rápidamente se le ocurrió una solución a sus problemas. Tapó su rostro con las manos e infló su pecho con orgullo.
- ¿Qué tal ahora? Sigue preguntando si quieres.
- Creí que éramos amigos.
- ¿Eh? – confundido, destapó su rostro para encontrarse con la mirada de tristeza de Giyuu – Pero... lo somos.
- ¿En serio? ¿Y por qué no le puedes hablar a tu amigo de la persona que te gusta?
- Pues... por-porque no puedo y ya.
- Siempre nos hemos contado todo. ¿No tienes suficiente confianza para hablarme de ello?
- E-es que...
Ahora mismo, Giyuu no sabía que era lo que más le molestaba. Si el hecho de que alguien estuviera ocupando ya el corazón de Tanjiro o que él no tuviera la confianza suficiente para decirle quien era.
- Creo que lo mejor será que me vaya, me acabo de acordar de que tengo trabajo sin hacer en la oficina – sacó unos billetes de su cartera y los dejó en la mesa – Creo que esto servirá para pagar mi café.
- ¿Eh? – Tanjiro miró preocupado como Giyuu se levantaba de la silla con la intención de irse – No... no te vayas.
- Hablamos otro día.
- No... ¡¡Gi-chan, no te vayas!! – Tanjiro se levantó de su sitio y se lanzó hacia Giyuu haciendo que este se volviera a sentar en la silla.
- Tanjiro – Giyuu le miró sin comprender.
- La persona que me gusta... - ocultó su rostro en el pecho de Giyuu – Es Gi-chan.
Tomioka Giyuu.exe ha dejado de funcionar. Reinicie el dispositivo cuando sea posible.
Espera un momento. ¿Gi-chan? Es decir, ¿él?
- Tanjiro.
- No me digas nada por favor, ya me sé la respuesta – Tanjiro se intentó separar pero Giyuu se lo impidió pasando sus brazos por detrás de él.
- A mí quien me gusta es Tan-chan.
- ¿Qué? – levantó su rostro para encontrarse con el de Giyuu - ¿Yo?
- ¿A cuántas personas llamo "Tan-chan"?
- No lo sé, ¿cómo quieres que lo sepa? – empezó a dar golpes débiles en el pecho del azabache – Si solo me llamas así cuando estás borracho.
- Tan-chan – levantó el rostro de Tanjiro para obligarle a verle a los ojos – Te quiero.
- ¿En serio? – sonrió al ver como Giyuu asentía con la cabeza – Si los "te quiero" que me decías estando borracho eran ciertos, entonces, todas las demás cosas ¿eran ciertas también?
- ...
- ¿Gi-chan?
- Creo que a eso no quiero responder.
- ¿No era cierto entonces lo de que querías hacérmelo en la mesa del despacho?
- Ay, mira que tarde es – separó el cuerpo de Tanjiro y se puso de pie – Creo que me tengo que ir.
- ¡Tomioka Giyuu, ni se te ocurra huir! ¡Ahora mismo me tienes que decir si cuando me pediste matrimonio de pequeños era cierto o no!
- ¿Qué importancia tiene eso?
- Pues que no te respondí adecuadamente y tú tampoco lo hiciste bien. ¿Cómo se te ocurre pedir matrimonio a alguien sin ningún anillo? Eres un desastre Gi-chan.
- La próxima vez que te lo pida llevaré el anillo así que no te preocupes.
Las mejillas de Tanjiro se colorearon de un intenso rojo por las palabras de Giyuu pero rápidamente volvió a abrazarle con una sonrisa.
- Gi-chan, te quiero mucho, mucho, mucho.
- Yo también Tan-chan, creo que desde el primer segundo.
De amigos a pareja podía haber un paso corto o largo pero debías tener el valor para darlo.
Hola!!! Sexto día acabado. Ya solo queda uno 😥. Mañana es San Valentín así que celebrémoslo leyendo historias giyuutan.
Gracias por leer, os quiero y nos vemos en el séptimo y último día.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top