DÍA 4: Malos entendidos
- Tanjiro, deberías actuar con más cabeza en tus misiones. ¿No es esta la décimo quinta vez que vienes aquí en lo que llevamos de mes? – Shinobu le regañó.
- Pero es normal que los cazadores nos hagamos daño en las misiones ¿no?
- Sí pero has venido 15 días seguidos y solo llevamos una semana de mes – suspiró cansada – Por favor, sé un poco más prudente.
- Sí, lo siento mucho Shinobu-san.
Tanjiro terminó de vestirse después de la revisión médica de Shinobu. Cuando se estaba terminando de colocar su haori a cuadros, Shinobu se acordó de algo.
- Tanjiro, Tomioka-san ha venido.
- ¿Tomioka-san? – se giró emocionado hacia la chica - ¿Dónde está?
- Si mal no recuerdo estaba en el jardín.
- Muchas gracias Shinobu-san.
Tanjiro abandonó la habitación rápidamente y salió corriendo en busca de su pareja. No tardó mucho en llegar al jardín de la Finca Mariposa donde un montón de estos insectos andaban revoloteando alrededor. Cuando pudo ver la figura del inexpresivo pilar del agua, su corazón empezó a latir muy rápido. Debido a varias misiones, habían pasado mucho tiempo separados y volver a encontrarse con él hacía que le entraran unas ganas horribles de llenarle la cara de besos.
- ¡Gi...!
- Te quiero – Giyuu se arrodilló delante de una persona la cual Tanjiro no podía ver - ¿Quieres casarte conmigo?
- ¿Eh? – los pies de Tanjiro se detuvieron, la persona delante de Giyuu ya era visible y no era ni más ni menos que el pilar del amor, Kanroji Mitsuri - ¿Q-qué...?
No entendía nada de lo que ahí estaba pasando pero por lo que se podía ver, así pensaba que estaba la cosa: su novio, Tomioka Giyuu, estaba de rodillas pidiéndole matrimonio a Kanroji Mitsuri. ¿Alguien podría explicarle a qué se debe toda esta escena? ¿No estaba él saliendo con Giyuu? Entonces ¿qué hace pidiendo matrimonio a otra persona? ¿Acaso Giyuu le estuvo engañando todo este tiempo y mantuvo una relación secreta con Mitsuri?
Ahora mismo no quería saber la respuesta, lo único que quería era borrar esta escena para siempre de sus ojos así que se dio la vuelta y volvió dentro de la Finca Mariposa.
- ¡Qué emoción Tomioka-san! – Mitsuri empezó a saltar – Lo has hecho muy bien.
- ¿Sí? – se levantó y miró el anillo que sostenía, era un anillo plateado con pequeños rubíes que iban a juego con los ojos de su novio - ¿Crees que Tanjiro me dirá que sí?
- ¡Sí, claro que sí!
Tanjiro llegó algo molesto a una de las habitaciones donde había dejado la caja en la que se encontraba Nezuko. Esta se abrió un poco dejando ver la cara somnolienta de su hermana.
- Hola Nezuko, perdón por hacerte esperar, ahora nos vamos.
Nezuko asintió y volvió a cerrar la caja. Tanjiro cogió una de las asas y cargó la caja a sus espaldas. Salió de la habitación y caminó en dirección a la salida de la finca pero una voz le detuvo.
- Tanjiro – Giyuu apareció detrás de él - ¿A dónde ibas? ¿Shinobu no te ha dicho que yo estaba aquí?
En una situación normal, al volver a verse, Tanjiro habría saltado encima de Giyuu sin pensárselo dos veces pero sabiendo lo que había hecho ahí fuera eso no iba a pasar.
- Sí, me lo ha dicho pero yo tengo prisa por irme.
La respuesta de Tanjiro sonó muy fría para ser suya y eso extrañó a Giyuu.
- ¿Te encuentras bien? ¿Ha pasado algo en una misión?
- No – inconscientemente hizo un puchero que le resultó demasiado lindo a Giyuu, si el pilar del agua fuera más meloso estaría ahora repartiendo besos por toda la cara de Tanjiro – Solamente tengo prisa. Debo reunirme ahora con Zenitsu e Inosuke.
- ¿Ahora? – metió su mano en uno de sus bolsillos para tocar la cajita con el anillo - ¿Esta noche estás libre?
- No lo creo.
- ¿No? – Giyuu se sintió triste aunque no lo mostró por fuera – Me gustaría que esta noche vinieras a mi finca.
Un mal presentimiento recorrió a Tanjiro, ¿podía ser que quería que fuera allí para romper con él?
- No sé si...
- Por favor, ven.
Evitar a Giyuu no tendría sentido, si de verdad era cierto lo de antes y él quería a Mitsuri, lo mejor sería cortar rápidamente por lo sano.
- Vale – se dio la vuelta para irse – Iré a tu finca esta noche.
Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Giyuu. Esta noche sería especial.
Cuando la noche llegó y tal como le prometió, Tanjiro apareció delante de la finca de Giyuu. Después de llamar a la puerta esta fue abierta por el dueño de la vivienda el cual se veía de alguna manera nervioso, seguramente sea porque pensaba cortar con él o al menos eso es lo que estaba pensando Tanjiro.
- Pasa – se hizo a un lado y dejó que el otro pasara.
- Gracias – refunfuñó.
- ¿Estás bien? Tu voz suena... como si estuvieras molesto.
- Estoy genial, me siento eufórico. ¿No se me nota?
- Pues no.
- Pues lo estoy – empezó a caminar con la cabeza alta por la casa, por mucho que quisiera a Giyuu, si quería cortar cortarían pero no le daría el gusto de verle triste.
Llegó a la habitación donde Giyuu había dejado la cena. En el tatami había dos bandejas con salmón y arroz, también había flores y velas. ¿De verdad era necesario dar un toque romántico a la situación si quería terminar con él? Prepararle la cena tampoco era necesario si iban a romper.
- Cocinar no es mi especialidad pero espero que te guste.
- Como sea – se sentó delante de su bandeja y al intentar aparentar una actitud dura empezó inconscientemente a hacer pucheros que hacían que las ganas de Giyuu de lanzarse a besarle se incrementaran.
La cena empezó y Giyuu sentía como cada segundo se seguía poniendo más nervioso. Quería acabar ya con todo y que llegara el momento de comer el postre para entregar el anillo a Tanjiro y puede que después devorar el segundo postre de la noche.
- ¿Está bueno el salmón? – preguntó para romper el silencio.
- No.
La respuesta le sorprendió, había sido muy seca y muy directa para venir de Tanjiro.
- Creo que tengo que mejorar en la cocina.
- Pues sí, es decir, ¿no eres un hombre adulto? Y además eres un cazador de demonios y por encima de todo un pilar. ¿Cómo puedes tener increíbles habilidades y ser tan malo en la cocina? Pobre de la persona que se case contigo.
El último comentario se sintió como un gran peso cayendo encima de Giyuu. Pedirle matrimonio después de eso se sentía extraño pero era ahora o nunca.
- ¿Quieres que traiga el postre?
- Sí y así acabamos rápido con todo esto.
Las pocas palabras que Tanjiro estaba diciendo durante la noche estaban sonando raras y además sonaban como si él estuviera molesto aunque no lo entendía del todo. ¿Habrá hecho algo inconscientemente que le haya molestado?
Giyuu salió de la habitación y cuando volvió a entrar lo hizo con una bandeja con varios mochis que había hecho él mismo. Su vista estaba centrada en un mochi especial de color rosa. Según Mitsuri, había varias parejas que escondían el anillo en un postre o en una bebida para sorprender a su pareja y eso precisamente era lo que él había hecho. Dentro del único mochi rosa de la bandeja estaba el anillo para Tanjiro. Solo había que esperar a que este lo comiera.
- Toma, espero que te guste – dejó la bandeja delante de Tanjiro.
El chico estiró su brazo y cogió uno de los mochis pero fue uno de color blanco.
- ¿Los has hecho tú?
- Sí.
- Están un poco malos – se terminó el primero y se cruzó de brazos – Ya no quiero más.
- ¿Eh? – pestañeó confuso - ¿Seguro? Creo que me han salido muy bien.
- No quiero más.
- ¿Seguro, seguro?
- Seguro, seguro.
- ¿Seguro, seguro, seguro?
- Seguro, seguro, seguro.
- ¿Seguro...?
- He dicho que no quiero más.
- ¿Ni siquiera este rosa?
- ¡Que no! Bueno, ¿vas a decirme ya lo que me tienes que decir?
- ¿Qué?
- No te hagas el tonto. Sé un hombre y dímelo de frente.
- Pe-pero... el mochi rosa...
- Que no quiero mochi – apartó la bandeja y miro serio a Giyuu – Dímelo ya.
- Solo te lo puedo decir si te comes el mochi – cogió el dulce rosa con la mano.
Tanjiro frunció el ceño y le arrebató el dulce.
- Vale, como quieras, me lo como – se lo metió en la boca y empezó a masticarlo - ¿Lo ves? Ya me lo estoy... ¡ay! – se quejó tras morder algo duro - ¿Qué es esto? – sacó de su boca el objeto duro que había dentro del mochi - ¿Eh? – miró confuso el anillo entre sus dedos cuando levantó la mirada pudo ver como Giyuu estaba con el rostro un poco rojo.
- Tanjiro – cogió una de las manos de Tanjiro y la acercó a su boca para besarla con delicadeza – Te quiero ¿Quieres casarte conmigo?
- ¿Eh?
Las palabras que acababa de decir fueron exactamente las mismas que le dijo a Mitsuri. ¿Qué significaba todo esto? ¿No quería romper con él y dejarle por el pilar del amor? O eso o...
- Tú... - la mirada de Tanjiro se ensombreció - ¿No será...? ¿Quieres montarte un harem personal o es que piensas jugar con nosotros?
- ¿Cómo?
- ¡Olvídate de mí sí solo buscas eso! – dejó el anillo en el suelo y se levantó pero Giyuu atrapó su mano – Suéltame.
- No, ¿a qué te refieres con lo de antes? ¿Harem? Si solo te quiero a ti.
- ¡Mentira! ¡Vi como esta mañana te confesabas a Kanroji-san! ¡Mentiroso, eres un mentiroso!
- ¿Kanroji? Ah... ya veo.
- ¿Ya ves? ¿Lo admites?
- Bueno, dije "Te quiero" y "¿Te quieres casar conmigo?" pero eso fue...
Tanjiro dejó de escuchar después de eso, en su lugar dio un cabezazo a Giyuu para que soltara su mano pero lo que no se esperaba es que no la soltase y que además la sangre empezara a salir de su nariz.
- ¡Ah! ¡Giyuu-san!
Buscó rápidamente un pañuelo y limpió la sangre que empezaba a salir de la nariz del pilar del agua.
- ¡Lo siento mucho Giyuu-san!
- N-no, no pasa nada.
- Pero no lo entiendo Giyuu-san, ¿por qué me pides matrimonio si te quieres casar con Kanroji-san?
- ¿Qué? No, no me quiero casar con Kanroji. Si la dije todo eso era porque en realidad estaba practicando como decírtelo a ti.
- ¿En serio? – su rostro se volvió rojo – Y yo sacando un montón de conclusiones estúpidas. He pensado cosas muy malas de ti. Lo siento mucho Giyuu-san – le abrazó con fuerza – El salmón estaba bueno y los mochis también.
- Creo que voy a tener que repetir esto ¿no crees? – separó el cuerpo de Tanjiro para coger el anillo y ofrecérselo – Kamado Tanjiro ¿quieres casarte conmigo?
- ¡Sí! ¡Sí, sí, sí y mil veces sí!
Giyuu sonrió ante las múltiples afirmaciones y puso con cuidado el anillo en el dedo anular del pelirrojo. Tanjiro vio emocionado como quedaba el anillo con pequeños rubíes ahora en su dedo y más emocionado que nunca se lanzó encima de Giyuu haciendo que los dos acabaran en el suelo.
- Giyuu-san, te quiero – empezó a repartir múltiples besos por su rostro.
Giyuu los aceptó encantado, se sentía bien ser mimado por Tanjiro así que le devolvió el abrazo y dio la vuelta a la situación para ponerse él encima y devolverle los besos a Tanjiro.
Después del "sí quiero" viene la celebración ¿no?
Hola!!! Cuarto día acabado.
Gracias por leer, os quiero y nos vemos en el quinto día.
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