006.
Actualidad.
— Oye amigo, tranquilo.— Dijo Hoseok. Él también estaba en la cocina buscando un trago.— ¿Te lo tomarás todo?— Arqueó una ceja en dirección al Jack Daniel's que Yoongi tenía en sus manos. El pelinegro no contestó.— No te creo capaz.
— Observarme.
Sunmi estaba aquí, era claro que embriagarse estaba en sus metas. Tenía meses sin hablar con ella, se la había topado en otros lugares, pero ni siquiera se miraban por más de dos segundos. Y por alguna razón, sentía que eso cambiaría hoy.
Empujó la puerta de la cocina, dejando a Hoseok solo. La fiesta estaba en su punto, la música era alta, la gente no cabía y había alcohol por todas partes. Yoongi no era exactamente un loco por las fiestas, ese era Hoseok; Yoongi siempre prefería hacer algo más tranquilo, como escuchar música con buenos tragos o simplemente dormir. Aunque, debía admitir que antes le gustaba asistir a la fiestas, pero era por Sunmi. Pasar el rato con ella era lo mejor. Pero ahora lo único que hacía era merodear por todas partes.
Kangmin se abrió paso entre la gente e interceptó a Yoongi antes de que saliera al patio trasero.
— Ella está aquí.
Bien, aunque ya no estaba con ella, a Yoongi le gustaba saber dónde estaba y qué hacía su chica.
— ¿Sola?
— No. Llegó hace unos 20 minutos con un tipo.
Un trago de Jack pasó por la garganta seca de Yoongi, causando que ardiera con más fuerza de lo normal.
— ¿Dónde?
Kangmin sonrió divertido y un tanto irónico.
— ¿Dónde crees?
Yoongi se giró sobre sus talones y volvió a la sala de estar, donde el lugar estaba repleto de chicas. Se quedó parado en el pie de las escaleras, buscando detenidamente con los ojos a alguien. Tenía que conseguir una chica totalmente diferente a Sunmi. Entonces, una rubia de pelo con ondas se cruzó por su visión y supo que ella sería.
Se acercó a aquel grupo de amigas y le pidió ir a dar una vuelta. Sólo eso. No se necesitaba ser un patán para tener a una chica a su lado.
— ¿Cómo te llamas, linda?
— Hayoung. ¿Tú?
— Min Yoongi.
La chica ligeramente abrió la boca al reconocer ese nombre. Prácticamente estaba en su fiesta, una fiesta de los Marvel.
— ¿Eres ese chico de los Marvel, cierto?
— ¿Cuál de todos?— Rió por lo bajo y volvió a darle un trago a su whisky.
— Suga.
— Bueno, si quieres puedes llamarme así también.
Yoongi tenía varios álter egos. Su nombre real lo solían usar los cercanos. Suga era el nombre que usaba en estos rumbos de los Marvel. Y Agust D era el que usaba como productor/rapero.
Salieron al patio trasero donde había mucha más gente, Yoongi se detuvo un momento, buscó las mesas y en una de ellas estaba la persona que buscaba. Por un segundo la respiración se le fue y odió a Sunmi por hacerlo tan débil en ocasiones. De tan sólo pensar que escucharía su voz después de tanto tiempo, lo hacía sudar de los nervios. Y su corazón latía con mucha fuerza. Se volvió a la chica que lo acompañaba, enroscó su cintura y sonrió.
— ¿Quieres ir a jugar cartas?
— No soy tan buena.— Confesó la rubia.— Pero puedo intentar.
Igual vas a perder, linda. La reina está en su trono.
Caminaron entre las personas hasta dar con la mesa donde se estaban jugando las partidas. En la mesa había cuatro personas y la única chica era Sunmi. Yoongi la observó y por la manera que estaba recargada en la mesa y viendo sus cartas cada segundo, sabía que estaba muy metida en el juego.
Una chispa de emociones brotaba en su pecho siempre que la veía y esa chispa seguía allí a pesar de las circunstancias. Pero esta vez, el enojo iba incluido. Sus afilados ojos vieron al chico sentado al lado de Sunmi reposando su mano en la espalda de ella. Pero Sunmi no parecía notarlo y Yoongi se sintió ligeramente aliviado por el poco interés de Sunmi.
Igual quería arrancarle la mano al tipo.
— ¿Podemos jugar?
Los cuatro pares de ojos se giraron a Yoongi, la persona que había hecho la petición y sólo un par le había prestado atención a la chica que estaba con él. Sunmi y Yoongi hicieron contacto visual pero la que ganó la batalla fue ella, quien apartó sus ojos de manera desinteresada. Buena esa, cariño.
— Sólo si tienen algo para apostar.— Dijo ella.
— Oh, tenemos mucho.— Yoongi arrastró las sillas, dejando que Hayoung se siente primero. Miró a Sunmi, quien le retiraba las cartas a todos y empezaba a barajearlas. Por como estaban las coas, Yoongi supo que estaban jugando 21; el juego favorito de Sunmi.— ¿Puedo ser la casa?
Sunmi lo miró directo a los ojos. Sabía su plan o tal vez, quería que tuviera uno.
— Adelante.— Dejó el mazo de cartas frente a él.
Yoongi fue rápido y logró rozar su mano con la de Sunmi, y al sentir el sobresalto de ella, tuvo que luchar para esconder su sonrisa.
Repartió las dos cartas correspondientes a cada jugador. Una volteada y la otra a la vista. Le gustaba el juego y le encantaba ser la casa, ya que, si uno de ellos perdía, todos lo hacían y debido a la codicia, la gente solía perder, entonces Yoongi ganaba dinero. Eunho levantó su carta sólo para él y sonrió, pero aun así dio dos toquesitos a la mesa, lo que significaba que quería más cartas. Yoongi miró su Caballo así que supuso que su otra carta era menor pero no llegaba a un As.
— Pero antes, el dinero.— Indicó el pelinegro.
Todos sacaron sus billetes y los dejaron en el centro de la mesa. Sunmi era la única relajada además de Yoongi.
— Dale hombre, dame mi carta.— Exigió Eunho.
Yoongi la dejó a la vista de todos, mostrando un Rey. Eunho gruñó por lo bajo y soltó una maldición.
— No me lo dejen tan fácil, mocosos.
Las manos de Yoongi se llevaron el dinero consigo. El acompañante de Sunmi chasqueó la lengua y ella se acercó para decirle algo al oído, se retiró y ahora el chico sonreía. Maldita.
— Venga, Suga.— Dijo ella.
— ¿Ahora me dices así?
— Reparte las cartas.— Ordenó.
Yoongi lo hizo y tras una hora de estar sentados por varias jugadas, él había ganado la mayoría de las veces, pero en realidad no había logrado su meta, que Sunmi perdiera.
¿Pero cómo iba a perder? La única experta en la mesa era ella. Sabía qué hacer y qué no, cuando tomar cartas o dejarlas ir y sobretodo, sabía los movimientos de Yoongi. Y de cualquier otra persona. Su familia tenía un negocio de apuestas, ella se había criado entre los mejores.
— Okay, una última ronda.— Anunció Yoongi.
Dio las cartas; Eunho tenía un 5 de Diamantes a la vista. Hongseok, el amigo de Sunmi, un 7 de Corazones. El otro chico, un 6 de Diamantes. Hayoung un Caballo de Espadas. Sunmi un Rey de Tréboles. Y Yoongi un 8 de Espadas. Eran buenas, todas las cartas podían tener jugadas.
— Me quedo.— Dijo Eunho.
Hongseok indicó que quería otra. Yoongi sacó la carta del mazo, un 3 de Tréboles.
— ¿Por fin te pondrás en acción, Sun?— Comentó Yoongi siendo un poco pesado.
La pelinegra respiró hondo.
— Lindo cabello azul, Suga.
Aunque Yoongi se veía pelinegro, recientemente había teñido la parte superior de un azul muy oscuro que apenas brillaba en la luz con los reflejos.
— Es lo que uno hace bajo el efecto del LSD.
El contacto visual que mantenían decía más de lo que querían. Sunmi tragó duro, Yoongi lo había dicho a manera de broma, pero sabía que había sido verdad y que Yoongi se estaba drogando. Con sus ojos picando por las lágrimas que amenazaban en aparecer, la furia atacó sus sentimientos y con gran impotencia, giró su carta para que todos en la mesa la vieran. Un As de Corazones.
— Black Jack.
Entonces, arrastró la silla y se fue de ahí. Sin importar haber ganado y dejar su dinero en el olvido. Yoongi apretó los puños y su arrepentimiento llegó de golpe.
— Qué hijo de puta.— Soltó Eunho.
— No hables.— Lo fulminó con la mirada. Sus ojos atraparon a Hongseok, quien empezaba a ponerse de pie.— Y tú no te muevas.
El chico iba a buscar pelea, Yoongi no podía decirle qué hacer o qué no. Pero Eunho lo tomó del brazo y le dijo que le hiciera caso. Hayoung no sabía qué estaba pasando actualmente, pero sabía que estaba fuera de lugar, así que tomó sus cosas y se fue de ahí. Yoongi no tardó en correr tras Sunmi, pero era demasiado tarde para encontrarla con los ojos, el lugar estaba atiborrado de personas y que casi todos estuvieran ebrios claramente era una desventaja. Entró al interior de la casa. Nada.
Mierda.
En ese momento, Jinyoung pasaba por ahí y por su comportamiento, Yoongi supo que había peleado con Jimin. Pero no le importaban sus amigos en ese momento. Él quería a Sunmi. Jinyoung lo miró también y señaló la puerta principal.
— Aún tienes tiempo para alcanzarla.
— Gracias.
Salió corriendo, empujando a todos que se interponían en su camino. Afuera estaba solo, sólo se escuchaba la música proveniente de la casa y gritos. Miró a lo largo de la oscura calle y no se veía nada ni nadie. Miró al otro lado y bajo la luz de una farola, reconoció la espalda de Sunmi. Ella de verdad se estaba yendo. ¿Piensa irse sola?
— ¡¿Adónde crees que vas?!
— ¡Me largo de aquí!— Su voz salió quebrada a pesar de gritar enojada.
Yoongi corrió, tomó la punta de su codo y la giró. Su corazón se rompió en mil pedazos al verla llorando, sus ojos rojos y cara hinchada, los cabellos caían sobre su rostro.
— Sunmi, cariño...
••••
si se fijan, por el cabello de yoongi, esto lo escribí cuando salieron las imágenes promo para you never walk alone xdxd
OH POR DIOS YA ESTAMOS EN LA ACTUALIDAD, YA VIENE LA HISTORIA, CUZ LO ANTERIOR ERA UN TIPO FLASHBACK U KNOW
R U READY?????
song;
Sam Smith — Pray
miamorsssssss
foto;
okay no offense pero mi gordo es lo mejor que existe 🤧💓
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