๑ 01; Los chicos en la banda

Un chico castaño entra a su habitación y la recorre hasta recoger aquella guitarra que estaba en su funda y la cuelga en su espalda. Desconecta su celular que se estaba cargando y sale de la habitación. Unas cuatro patitas están delante de él, jadeando y moviendo la colita con emoción. El castaño acaricia levemente su cabeza para tranquilizarlo y sale del departamento cerrando con llave la puerta.

He tenido el mismo sueño... Una y otra vez.

Se aleja del departamento y toma el mismo camino de siempre para llegar a su instituto. La espera en la estación del metro nunca se le había hecho tan larga y sólo puede escuchar a la gente conversar a su alrededor mientras se adentraba en sus pensamientos.

Una y otra vez.

Era aquella escena donde siempre se veía a sí mismo sosteniendo aquella guitarra con tanta fuerza cuando encontró a aquel chico colgado. Apretó tanto la guitarra entre sus brazos que una de las cuerdas se rompió.

Entró al tren sin dejar de pensar en aquel sueño mientras observaba a las personas ir de un lado al otro. Aquella nostalgia que llenaba su corazón le hizo abrazar de nuevo a la guitarra que llevaba consigo.

No me siento solo...

Por otro lado, en el instituto se encontraba aquel chico pelinegro, como siempre, dormido en su escritorio.

— Taehyung, ¿vamos a comprar pan? —viene a despertarlo uno de sus amigos.

El pelinegro suelta un gruñido y se levanta a verlo.

— Tengo sueño, no quiero.

— ¿Qué? —reclama ligeramente enojado y mueve aquel balón que traía en su mano— ¿Y si jugamos baloncesto?

Taehyung mira el balón y bosteza.

— Tomaré una siesta —se levanta de su asiento y se dirige a la salida del salón.

— ¡¿De nuevo?! —reclama enojado su amigo a la vez que lo ve irse.

Dentro del salón, una de sus compañeras también mantiene su mirada fija en el pelinegro cuando va saliendo.

Camina por los pasillos, bastante cabizbajo debido al sueño, bostezando de rato en rato. Baja las escaleras y finalmente entra al gimnasio donde saluda a algunos de los chicos que se encontraban ahí jugando. Sigue de largo y abre la puerta de aquel armario donde se guardaban los utensilios para la clase de educación física. Aquel era su escondite ideal para tomar una siesta, pero conforme subía las gradas para recostarse donde siempre, el cuerpo de un castaño aferrado a una guitarra lo detuvo.

Analizó a aquel chico, preguntándose qué hacía ahí hasta que él abrió los ojos y lo observó. Algo nervioso trato de verlo con seriedad y el castaño se levantó finalmente sin soltar aquella guitarra.

Taehyung se sentía confundido, porque aquel chico ni siquiera decía nada y él tampoco parecía entender mucho de lo que sucedía. El chico finalmente se mueve dejando espacio a su lado y hace una señal con su mano dándole a entender que puede seguir. Entonces sube las escaleras y se sienta en la misma grada que él, pero más alejado.

— ¿Quién eres? —finalmente escucha al castaño hablar.

— Taehyung, ¿por? —responde con un poco de indignación y sin dejar de verlo.

El castaño desvía su mirada hacia al frente, sin responderle. El pelinegro se irrita un poco ante su actitud.

— En serio, ¿por qué no hablas? —empieza a reclamarle y provoca que el castaño vuelva a mirarlo—. Sabes hablar, ¿no? ¡Es irritante! —señala a la guitarra a la que aquel chico tanto se aferraba—. Las cuerdas están oxidadas. ¡Por eso se te rompió una! ¡Arréglalas! —voltea hacia el frente y continúa regañando a aquel chico—. ¿Para qué tienes una Gibson si ni siquiera sabes..?

Exclama algo sorprendido cuando repentinamente el castaño se acerca a él aún sin pronunciar palabra alguna.

— ¿Qué..?

— ¿Se puede arreglar? —finalmente pronuncia el castaño y Taehyung retrocede un poco sorprendido—. ¿Puedes?

— ¡Por supuesto! —retrocede un poco—. Y aléjate un poco, ¿quieres?

— ¿De verdad? —vuelve a preguntar el castaño aún insistente.

El pelinegro no puede hacer más que cuestionarse qué le ocurría a aquel chico en sus adentros mientras pone una cara de confusión.

— ¿Toma poco tiempo?

— Sí, supongo...

— ¿Puedes ahora? —vuelve a preguntar insistente.

— No, ahora mismo no —dice el pelinegro rascándose la nuca—. Me faltan las herramientas.

El chico castaño voltea al frente soltando un suspiro algo resignado. Los dos se quedan en silencio sintiendo algo de incomodidad en el aire. El pelinegro suspira y voltea a ver al otro lado, pero no deja de sentirse inquieto ante lo que acaba de suceder.

Entonces se levanta con inquietud y regresa a su aula, volviendo minutos después con otra guitarra, cuerdas nuevas y algunas herramientas.

— ¡Una maldita cuerda rota no es el fin del mundo!

Trabaja durante unos minutos, cortando las cuerdas que seguían estando en aquella guitarra y sacando las nuevas.

— ¡Ahora me siento mal por haberte dado esperanzas! ¡Devuélveme mi siesta!

El chico castaño no hace más que verlo asombrado mientras trabaja. Cuando finalmente el pelinegro termina, no hace más que verlo sorprendido, entonces sonríe y aplaude sintiéndose emocionado.

— ¡Alégrate más, elógiame y págame las cuerdas! —le reclama viéndolo y mira como el chico castaño está a punto de tocar las cuerdas, pero lo detiene—. Aún no. No tan rápido, novato —el castaño lo mira con confusión, pero lo obedece quedándose quieto.

El pelinegro comienza a tocar aquella guitarra y el castaño sólo lo mira embobado. Entonces en un momento lo toma del cuello de su camiseta y lo acerca a él.

— ¡Oye..! —exclama y el pelinegro sólo lo mira confundido—. Enséñame a tocar esa cosa, por favor.

El pelinegro no sabe cómo más reaccionar por lo que sólo lo mira confundido.

Todo comenzó con ese acorde. Sin darme cuenta, comencé a rasguear las cuerdas de su corazón sin reparo.

— Primero tengo que afinarla...

Fue gracias a este encuentro que mi mundo comenzó a avanzar a máxima velocidad.

[🎸]

El pelinegro se encontraba profundamente dormido en su habitación, luego la puerta es abierta y su ropa interior es lanzada en su cabeza, asustándolo y despertándolo.

— ¡¿Qué rayos?! —se levanta enseguida y toma aquella prenda con su mano, quitándola de su rostro.

— Tus bóxers estaban entre mis cosas —su hermana se encuentra parada frente a él, con una mano en la cintura y el enfado reflejado en su rostro— así que te hice el favor de devolvértelos.

El chico observa nuevamente la prenda antes de responder.

— Te he dicho que golpees, ¿no? —dice en un tono serio, toma asiento en la cama y bosteza.

— Por cierto, Kim, hoy vas con la banda, ¿no? —su hermano se sorprende ante la pregunta.

— Ya te dije que no metieras tus problemas amorosos en la banda —rascando su nuca—. Además, Namjoon ya te dejó, ¿no..?

— ¡No me dejó! —le responde enojada y le tira una botella a la cabeza.

Taehyung se encuentra llegando al instituto, maldiciendo a su hermana por aquel golpe que le había dado.

— Qué dolor... Maldita Chaewon.

Comencé a tocar la guitarra en sexto grado. Mi papá me la regaló porque la había dejado de usar. Y claro, no iba a ser como Thom Yorke* o Keith Richards* desde el principio...

Se recuerda a sí mismo, ahí estaba aquel chico años atrás sentado en el piso de su sala, intentando algunos acordes en ese instrumento totalmente nuevo para él.

— Tocas fatal —le dijo su hermana mientras comía una paleta y él volteó a verla, indignado.

Luego estaba él en su habitación, sentado en su cama tocando la guitarra.

Detestaba que las cosas no salieran como quería.

Después él sentado en el piso, escuchando algunos CDs.

Y acabé obsesionándome con la música. Para cuando entré a la preparatoria... por fin podía tocar como quería.

Se veía a sí mismo tocando la guitarra con tanta emoción y casi perfección, con una concentración y pasión por la que tanto había trabajado.

Pero sin darme cuenta, cuanto más pulía mi habilidad, más se atenuaba mi emoción de antaño.

Finalmente está en clases cuando pasa por su mente la imagen del chico castaño.

Ahora que lo pienso, yo también pensé que arruiné mi guitarra la primera vez que se rompió una cuerda.

Entonces otra vez va a aquel lugar, volviéndose a encontrar al chico castaño con su guitarra, medio dormido en las escaleras. Sólo lo observa un poco irritado.

Volvemos a vernos, señor "Enséñame a tocar". No lo haré. No pienso hacerlo.

Así que camina hasta él y acaricia su cabeza con suavidad buscando llamar su atención o posiblemente despertarlo.

— Oye —el chico se queja un poco, pero abre los ojos y levanta su cabeza, sin verlo.

Defenderé mi lugar de siestas a como dé lugar.

Finalmente el castaño lo observa.

— Taehyung —pronuncia su nombre y el no sabe cómo reaccionar, así que palidece un poco—. Muchas gracias por lo de ayer —hace una reverencia.

— De nada... —responde él, dudoso.

— Toma —el castaño rebusca en sus bolsillos y saca un billete, extendiéndoselo—. En agradecimiento.

El pelinegro suelta un sonido de sorpresa mientras lo ve, pasmado y se acerca a tomar el billete, analizándolo.

— Taehyung.

El mencionado deja de ver el billete y vuelve a observar al castaño.

— Enséñame a tocar la guitarra —pide mostrándole otro billete.

¿En serio?

— No, guarda tu dinero...

— En ese caso... —el chico guarda el billete en la funda de la guitarra—. Toma —extiende un pan con fideos y el chico vuelve a mirarlo, atónito.

— Mira... —agacha su cabeza—. Puedes intentarlo con dinero o panes, pero nunca he enseñado a tocar la guitarra —se sienta en el mismo escalón, para acostarse posteriormente—. Aprende tú solo. O podrías unirte al club de música ligera. Hasta podrías formar una banda —se acurruca en el suelo.

El castaño observa el pan en sus manos, algo pensativo.

— ¿Una banda?

— ¡¿Ni si quiera sabes eso?! —el pelinegro se levanta totalmente exaltado, el castaño se gira a verlo—. ¡¿Por qué vas por la vida con una guitarra, entonces?!

El castaño pone una mirada triste y sigue viendo el pan en sus manos quedándose en silencio.

— Oye... —el pelinegro le dice, un poco arrepentido por cómo le había tratado—. No te pongas así.

El otro chico se queda un poco cabizbajo y el pelinegro rasca su cabello sin saber qué hacer al verlo decaído.

— No lo dije como si fuera algo malo... —otra vez el castaño lo mira y se acuesta de nuevo en las escaleras.

— ¿De verdad? —pregunta con un poco de confusión y se acerca a sacudirlo un poco—. Taehyung.

— ¿Qué? —pregunta sin inmutarse ante lo que el chico hacía.

— Enséñame a tocar la guitarra —vuelve a pedir el castaño.

[🎸]

Taehyung se asoma por la puerta de su aula y observa los pasillos antes de salir por la puerta. Dentro del salón de clases, sus dos amigos están viéndolo con total confusión.

El pelinegro camina por las calles de camino a su ensayo con la banda.

— Oye —se detiene y habla firme sin voltear—. Deja de seguirme.

El castaño está atrás suyo, quién también se detuvo y se queda detenido analizando la situación mientras el otro continúa su camino, pero decide seguir yendo tras él.

Unos pasos más adelante el pelinegro se enfada un poco y deteniéndose para voltearse a verlo de reojo, el castaño se incómoda un poco ante ello y se posiciona tras un árbol.

— Ye te lo dije, pídele a otro que te enseñe —le hace una señal con su mano para que se vaya antes de continuar su camino.

Avanza unos pasos y decide voltear de nuevo, esta vez viendo al castaño escondido detrás de un poste.

— Oye —se acerca al castaño.

— Taehyung —pronuncia el castaño con dulzura en sus palabras y el pelinegro lo mira completamente irritado.

— Este... —el baterista observa con confusión al pelinegro con un chico castaño escondido atrás suyo—. ¿Quién es ese?

— Un perro callejero que me encontré —responde con enfado y el castaño asoma un poco su cabeza detrás del cuerpo del pelinegro.

— ¿Cómo dices?

— Intenté perderlo, pero no pude.

— Sí... No te entiendo nada de nada.

— Saluda a Namjoon como corresponde —le exige el pelinegro al castaño—. Escucha, aunque luzca intimidante, es un buen tipo. Solo da miedo.

El mencionado simplemente observa la escena con confusión. Pronto entra un chico de cabello largo y rubio a la sala.

— Buenas, siento la tardanza... —dice conforme va entrando y luego analiza todo con confusión—. ¿Eh? ¡¿Quién..?!

— Hola —responde Taehyung—. Es nuestro bajista, Seokjin —le dice dirigiéndose al castaño, quién le observa algo cohibido.

— ¿Bajista? —pregunta en un tono bajo.

— Se encarga de marcar el ritmo —empieza a explicarle el pelinegro.

En otra parte de la habitación el de cabello largo se acerca al baterista y confundido se dirige a él.

— Oye, ¿qué pasa? —pregunta sin dejar de ver al otro par ahí presente.

— No sé, Taehyung lo trajo —responde viéndolo de reojo.

— Vamos —el pelinegro le da una palmada en la espalda al castaño, quién se acerca algo nervioso a los otros dos chicos.

— Mucho gusto. Soy Jeon Jungkook —da una pequeña reverencia y la guitarra en su espalda que estuvo resbalándose es detenida por Taehyung—. Vine a verlos tocar.

— ¿A vernos..? —pregunta con confusión el rubio.

— ¿... tocar? —termina la pregunta el de cabellos cenizos.

Se miran los dos y tocan sus dedos índices haciendo un sonido de conexión. Los otros dos sólo observan, el uno algo irritado y el otro sorprendido.

— Qué remedio... —dice Namjoon.

— Tendremos que lucirnos —dice el rubio.

— ¿Están seguros? —pregunta el pelinegro aún más enojado.

— ¿Eh? —voltea a verlo Namjoon—. ¿Está mal?

El pelinegro se acerca a él y le dice en un tono de voz baja.

— ¡Es un novato que no sabe nada! —lo mira de reojo y puede ver al castaño quién simplemente observa todo con sus ojos brillando y emocionado—. ¡Sus expectativas tienen que estar por las nubes!

El par se queda observando a los otros dos, luego se miran y asienten. Luego de ello se ponen a analizar la situación con detenimiento.

— ¡Qué problema! —dice el de cabellos cenizos—. ¡Complicaremos las cosas si no decimos algo!

— ¡Decir algo así sí que complica las cosas! —exclama con preocupación el rubio.

— ¿Tantas ganas tienen de lucirse? —dice el pelinegro ya cansado de la situación. Suspira y se acerca a ellos—. Tranquilos. Toquemos como siempre —baja la funda de su guitarra y saca el instrumento de este.

El resto empieza también a alistar el resto de cosas que faltaban mientras le responden.

— No. Olvídalo.

— ¿Qué?

— Queremos lucirnos.

— Invocaremos una tormenta —finaliza Namjoon—. Como Yujiro Ishihara*.

— Me gusta —dice el rubio—. Un toque retro no estaría mal. Sonaría novedoso.

Mientras tanto el castaño baja sus cosas y se acomoda en el suelo, simplemente observándolos.

— ¿Qué tal si para el ritmo usamos algo de la era Showa*? Y luego...

— ¡Rematas con tu refinada guitarra moderna! —exclaman los dos chicos señalando al pelinegro.

— ¡¿Qué rayos significa eso?! —voltea a verlos enojado el señalado. Luego voltea a ver al castaño—. Oye, ¿cómo te llamabas?

— Eh... —el castaño sube su mirada y lo ve—. Jeon Jungkook.

— ¿Qué tipo de guitarra quieres oír? —voltea el pelinegro y empieza a tocar unos acordes.

— ¿Qué tipo? —el castaño pregunta confundido.

— ¿Qué tipo de sonido quieres?

— ¡Algo genial! —exclama con emoción.

— Pero qué abstracto.

El castaño solo lo observa y el pelinegro empieza a tocar. El rubio y el de cabellos ceniza procesan un poco la situación antes de unirse.

— Qué entusiasmo —exclama el rubio en su mente.

— No podemos quedarnos atrás —confirma el otro chico también en su mente.

El rubio finalmente se une, empezando a tocar el bajo, así que el guitarrista simplemente lo observa con ligera confusión a lo que el rubio voltea mirándolo mal y presionándolo a unirse también. El baterista se toma un segundo y empieza a tocar también, los tres tocan en completa sintonía mientras el castaño no hacer más que mirarlos totalmente atónito y asombrado.

...

— ¿Por qué tengo que llevarte a casa? —pregunta Taehyung aún molesto.

Ambos habían salido del ensayo y se notaba que la noche ya había caído sobre ellos.

— Oye, ¿me estás escuchando? —el pelinegro lo mira de reojo con enfado.

El castaño simplemente mira el cielo, sin dejar de caminar, parece realmente sumergido en sus pensamientos.

— ¿Jungkook? —se voltea totalmente el pelinegro tratando de obtener una respuesta.

Después de un segundo el castaño le presta atención y lo mira deteniéndose.

— ¿Puedo ir a verlos de nuevo? —pregunta causando que Taehyung se sorprenda. Rasca su nuca pareciendo pensarlo un poco.

— No —dice finalmente.

— Enséñame a tocar, por favor —vuelve a pedir el castaño.

— Qué insistente. Ya te dije que nunca he enseñado —responde totalmente harto de la situación—. No sabría por dónde empezar.

— Enséñame, por favor —se voltea a verlo.

— ¡Abúrrete! —tira sus brazos hacia abajo con total enojo—. ¡Ya te dije que te iría mejor en el club de música lige..! —el pelinegro se ve interrumpido por el sonido de un auto, voltea y al ver que se acerca jala al castaño hacia él, evitando que sea golpeado—. Por poco. Procura mirar detrás de ti —le regaña.

El castaño simplemente mira hacia su rostro antes de responder.

— Pero no tengo ojos en la nuca —le dice y el pelinegro lo jala del brazo hacia un lado.

— No intentes pasarte de listo —suelta su brazo y lo apunta con un dedo—. Ve al club de música ligera —le dice y empieza a caminar—. No intento ser malo, lo digo por tu propio bien.

El castaño sigue caminando a su lado y simplemente observa al piso con tristeza y resignación.

[🎸]

— Llegas tarde —le reclama su hermana quien está acostada en el sillón con su celular, usando sólo un short y una camiseta sin mangas.

— Vaya... —Taehyung la observa—. Como mi hermana y como mujer, esa imagen deja mucho que desear —empieza a caminar hacia la cocina.

— Te estaba esperando para hornear la pizza —le reclama y él asienta la guitarra en el suelo para quitarse la chaqueta.

— Perdón —voltea a verla.

— Está en el refrigerador —lo señala—. Trabaja.

Taehyung suelta un suspiro y va a hacer lo ordenado.

— Oye, Chaewon... —llama a su hermana—. ¿Recuerdas lo que hacía cuando comencé a tocar la guitarra?

— ¿Qué? Creo que solo rasgueabas.

— Lo siento, no debí preguntarte —se disculpa el pelinegro mirándola de reojo.

Camina con la pizza para finalmente meterla en el horno microondas y lo pone a funcionar.

Aunque yo tampoco lo recuerdo. ¿Ves? Enseñarle a alguien desde cero sería demasiado para mí...

Rasca su nuca y la imagen del castaño con ojos brillantes aparece en su cabeza.

Me pregunto si mis ojos solían verse como los suyos...

[🎸]

Se encontraban en la cancha de básquet en medio de un partido. Taehyung lanza el balón con la intención de encestar, pero lo falla y él cae al suelo con fuerza.

— Ten cuidado —le dice uno de sus amigos.

— ¿Qué pasa, Tae-ssi? —pregunta su amigo más cercano—. Pareces estar en las nubes —le extiende su mano ayudándolo a levantarse.

— No es nada.

¡Demonios, me inquieta!

El pelinegro observa aquella puerta.

No he ido allí desde ayer porque siento que cederé si me lo pregunta otra vez.

— Soobin, cambiemos —pide para poder irse a descansar un momento. Se sienta afuera de las línea de banda y recuesta su cabeza sintiéndose algo culpable.

Pero estoy seguro de que me está esperando. Con esa cara de perrito perdido. ¡Maldición! ¡¿Por qué me siento tan culpable?!

Finalmente decide entrar al lugar y se sorprende al verlo vacío.

¿Eh? ¿Cómo? No está...

Observa con más detenimiento el lugar, analizando cada rincón de este buscando alguna señal del castaño, rindiéndose después de un momento. Finalmente se recuesta contra la pared.

Un momento, ¿por qué me siento tan mal? ¿Se rindió? Puede que no haya venido ni ayer ni hoy... Pero...

Después de aquello el pelinegro empezó a ir diariamente a aquel lugar, con la esperanza de que el castaño apareciera.

Pero cada día, aquello que tanto esperaba, nunca ocurría.

[🎸]

Se encontraba en su trabajo ahora, pero hace rato había dejado de hacer lo que se supone debía hacer.

— Taehyung, cierra la boca o te entrarán moscas —le dice su amigo viéndolo completamente paralizado frente a los productos en los estantes—. ¿Eh?

Ve que no obtiene reacción alguna y se acerca hasta él. Decide golpear su cabeza a ver si finalmente el pelinegro le responde, sin obtener respuesta aún.

— Taehyung —empieza a hablarle con tono preocupado—. Llevas varios días con esa cara extraña.

— Namjoon, siempre me veo así —le responde al fin.

— No, sueles tener más cara de Alteza.

— ¿Qué rayos es una cara de Alteza? —lo mira un poco indignado.

Después de un rato estaban en los vestidores, cambiando su uniforme de aquella tienda.

— Ya veo... ¿Cómo se llamaba? ¿Jungkook? ¿Yeonjun? ¿Yeosang?

— Jungkook —le interrumpe Taehyung.

— ¿Por qué no te encargas del niño? —le pregunta mientras ambos se encontraban en sus respectivos casilleros guardando sus cosas—. A mí me pareció que te vendría bien para estimularte —le dice colgando su bolso en su hombro. El pelinegro lo voltea a ver cerrando la puerta del casillero con indignación—. Porque... estabas en llamas cuando tocamos el otro día.

Simplemente lo mira algo molesto y confundido ante sus palabras.

— En fin, vayamos al estudio —el chico de cabello ceniza se retira del lugar.

¿De verdad me veía así?

Llegan a la sala de ensayo y abren la puerta escuchando a dos personas hablando dentro.

— Sentimos llegar tarde.

— ¿Tú sólo? ¡Genial! —exclama el rubio antes de dirigirse a los recién llegados—. Buenas —responde moviendo las manos del castaño con emoción—. Jeon vino otra vez.

Los dos chicos en la puerta se quedan atónitos al ver la situación.

— Estaba sentado afuera del estudio —continúa explicando Jin y el castaño se voltea a verlos, especialmente al pelinegro—. Así que lo dejé entrar. Por cierto, Namjoon, ¿me trajiste el té?

El pelinegro sólo observa al castaño enojado y finalmente dice algo apuntándolo.

— ¡Tú! ¡¿Qué haces aquí?! —le reclama acercándose hacia él, pero el de cabellos cenizas lo detiene.

— Cálmate —lo agarra por los hombros.

— ¡Olvida eso, Tae-ssi, escucha lo que tiene que decir! —le responde el rubio, sosteniendo al castaño por el hombro.

— Mira, hace poco... —empieza a hablar sosteniendo la guitarra como si fuera a tocarla—. Cambié las cuerdas yo solo.

Mira al pelinegro y él hace un sonido de sorpresa.

— Y también, escucha —le dice antes de tocar un acorde en la guitarra y el pelinegro se sorprende más—. ¿La afiné bien? —pregunta viéndolo para buscar su aprobación.

El pelinegro observa sus dedos con vendas y rasca su nuca.

— ¿Acaso... No fuiste al club de música ligera? —el castaño lo observa antes de mirar la guitarra y tocarla un poco.

— Sí fui —admite y empieza a tocar más el instrumento.

En el fondo se puede ver a Seokjin cubriéndose la boca con emoción y sorpresa.

— Había todo tipo de gente e instrumentos

Namjoon procede a remover algunos cabellos en el rostro de Jin y este se aparta un poco sorprendido.

— Y también parecía divertido... —suspira aún tocando la guitarra—. Pero no eran más geniales que tú.

El pelinegro simplemente muestra una expresión más asombrada y el otro par también mira la escena con sorpresa.

— Por eso... —el castaño lo vuelve a mirar y sonríe genuinamente—. Enséñame más sobre la guitarra, por favor.

*Yujiro Ishihara: referencia al actor en la película japonesa de 1957 "El hombre que causó una tormenta".
*Era Showa: fue el periodo de la historia japonesa correspondiente al reinado del emperador Shōwa. Las expresiones musicales evolucionaron durante la posguerra, adaptando o reinterpretando los ritmos occidentales al gusto de la sociedad japonesa. Otras influencias que marcaron fuertemente la escena musical japonesa estuvieron originadas a partir del rock, el cual se fue volviendo cada vez más popular y aun en especial con el concierto de los Beatles en el Nippon Budokan, en medio de una gigantesca controversia.

Buenas buenas! ¿Cómo les va mi gente bonita? Esta adaptación de Given se la prometí a alguien muy especial (suena re cursi, pero no especial en ese ámbito) el año pasado, así que finalmente pude cumplir mi palabra y aquí tienen el primer capítulo.

Si están leyendo esto, posiblemente ya tengo parte del segundo capítulo escrito porque trataré de no demorarme mucho en traerles actualizaciones ya que bueno, es una adaptación. En fin, cualquier corrección se hará al terminar (al menos cuando acabe con la primera temporada, para la película les tocará esperar más). Nos leemos después.

Dylan se despide~ ʕ⁠·⁠⁠·⁠ʔ

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top