Extra
Siempre tuve la certeza de que, no me iba a casar. En serio, juraba por lo más sagrado que yo solo iba a estar vestida de blanco si me encerraban en un manicomio. Una camisa de fuerza de color blanca era lo que esperaba en mi futuro.
Pero por un demonio, Jin arruino mis planes desde el último año de la jodida elemental. Se metió a mi corazón, y aunque pasaron ciertas cosas, lo amo, lo adoro, aunque a veces es como una hemorroide.
Estos últimos meses me han causado un dolor abdominal cada que se acercaba la boda, en serio, casarse es una gran responsabilidad, que te hace sentir la bilis hasta la garganta. En vez de ser la novia más feliz, o esas idioteces, te estresabas.
En parte, doy la razón; sin embargo, no todo es un caos.
Jin ha estado allí, apoyándome.
Creo que nos ha servido para unirnos más como pareja, varias veces discutimos pasivamente, como dos prometidos civilizados
Vale, no, casi le jalo el cabello a Jin porque no quería que yo estuviera estresada y él quería hacerle cargo de casi todo, también es mi boda, ese lipendi, poste de luz sin glúteos no iba a llevarse el crédito, ¡eso jamas!
Nah, en serio fue bueno que ambos nos apoyaramos, aprendimos más, lo amo tanto.
—¿Iseul? —La voz de Jin me sacó de mis pensamientos y la miré con una sonrisa de idiota—. ¿Que piensas?
—Nada —Dije besando su mejilla, esperando que acomodaron el pastel de boda —. ¿Por qué?
—Te vez muy concentrada mientras me estás viendo —acarició mi rostro con suavidad—. Te miras muy guapa concentrada
—Eso ya lo sabía, soy tan guapa —bromeó y Jin solo sonríe.
—En un rato más vamos a empezar a vestirnos como respectivos casados, ya quería verte en vestido, o mejor aún, quitarlo.
Golpeó el brazo de Jin cuando dice eso, solo este tipo sabe hacerme sentir avergonzada.
Y el pastel llega, ambos lo vemos, es grande y lindo, veo las negras intenciones de Jin de acercarse y meterle dedo, pero lo detengo.
—Hey, animal, aún no, el patel debe ser perfecto y no tener un maldito dedo encima —regañó y él solo bufa.
Cuando de aleja, acarició con la yema de mi dedo la cubierta del pastel, tomando esa cosa blanquita y llevando mi dedo a la boca.
Jin me mire y frunce su ceño.
—¡Ah, es injusto! Yo quería probarlo primero —se queja mientras trata de llegar hasta el pastel. Pero se lo impido, oarandome frente frente pastel y extendiendo mis brazos.
—No, porque se como eres y vas a querer comerte todo el pastel.
—Yah, insufrible tapón de alberca, déjame probar.
—¿Cómo me dijiste? —preguntó casi expulsando fuego por la boca—. Ahora sí, entrale, unas luchitas, nadie me dice enana sin consecuencias.
Y así es como pongo mis puños en frente de mi y Jin me imita, iba a dsr un paso enfrente y propinaron un golpe a a trasero, pero malamente, y como la vida siempre me da patadas.
Mi pierna se atraviesa con un borde del suelo y resbalo, en un intento de no caer de cara, mis manos se balancean hacia atrás y mi nulo equilibrio hacen que caiga de espaldas.
—¡El pastel! —exclama Jin tratando de agarrar mi mano y salvar la situación, pero la gravedad es más rápida que el y así es como terminamos el pastel y yo en el suelo.
El rostro de Jin se pone rojo, mientras cubre su boca, siento toda mi espalda llena de pastel y mis manos también. Pensé que Jin iba a enojarse o algo, pero solo se ríe.
—¡Por un demonio, Jin, arruine la boda ya no tenemos pastel! —exclamó y Jin sigue riendo, contagiandome su risa de alpaca.
No solo eso saca su teléfono y me toma unas fotos, también unas selfies. Para después ayudarme a que me ponga de pie. Se burla de mi, y yo también lo hago.
—Siempre tan tonta, que bueno que prevengo todo tipo de accidentes, pues te conozco —dice orgulloso de mi, no solo eso, besa mi cabeza y yo quedo desconcertada al ver que Jin llama y pide el pastel de repuesto.
—¿Por qué demonios pediste dos pasteles?
Al parecer Jin me mira con obviedad y bufa.
—Que cinismo el tuyo, de verdad, pues eres un torbellino, y hace una semana, soñé que terminabas tirando el pastel junto a Jackson, y aunque no está Jackson, has tirado el pastel, te lo digo rascatierra, eres demasiado peligrosa para este mundo.
—¿Y si tu sueño no se cumplía? ¿Que rayos hubieras hecho con el pastel?
Jin se queda pensando por demasido tiempo, mientras yo veo que mis manos están demasiado llenas de crema pastelera.
—Se lo hubiera dado a todo el set de mi nuevo drama, ya sabes, para celebrar que tenemos demasiado rating, ahora vamos a casa, tenemos que ponernos presentables, mejor hay que limpiar tu desastre, te digo que eres muy buena haciendo que la cosa se descontrole.
Hasta este punto me sorprende no haber tenido uno o dos accidentes con Jin—exceptuando cuando atropellaron a Jin—, puesto que soy una persona muy impulsiva, creo que sí soy un peligro para la vida, veo el pastel destrozado, a Jin siendo comprensivo, viendo el lado divertido y eso hace que mi corazón se haga más grande.
(...)
Los vientos pueden ser peligrosos o ligeros, considero que Jin llego a mi vida a darme un poco de razón. Sé muy bien que el no es la persona más cuerda claro que no, el muy buen Jin, también era un idiota como yo, me refiero que necesitaba a alguien con la misma energía.
Porque a decir verdad, sentía que yo era una acelerada, una persona que era pesada, pero Jin me complemento bien, y asi fue como me di cuenta que era el amor de mi vida, que loco.
A través de los años, me he dado cuenta que acompañe a Jin en su camino desde muy jóven.
Desde que hice que lo sacaran del grupo de básquetbol, cuando le golpee la pantorrilla por robarme mis colores, cuando me pego un chicle en mis coletas, cuando me puso una araña en mi cabeza, o la mejor cuando le prendí fuego a sus plumones.
Desde allí, la llama de nuestro amor se encendió... Bueno no, pero si ayudo a que empezáramos a ser amigos.
El hecho de que Jin siempre estuvo allí limpiando mis lágrimas cada que mis esperanzas de tener hijos caían, me hace recordar que ahora es más "maduro" este amor.
Mientras escuchó al padre preguntarle a Jin si acepta casarse conmigo, mis lágrimas amenazaban con salir, pero el maquillaje ha salido caro, así que me muerdo mi lengua para no llorar.
—¿Acepta casarse con la señorita Sung Iseul?
—Acepto —suelto un chillido feliz, haciendo sonreír a mi precioso poste de luz.
—¿Señorita Iseul, acepta casarse con Kim SeokJin?
—Ay dios, esperaba desde hace media hora esta pregunta, claro que sí.
Y mientras el padre recita: —Yo los declaró marido y mujer.
Tomó a Jin del saco y le doy uno de esos besos que tanto me gustan, salvajes. La gente aplaude y ríe, veo a mi padre casi llorar al ver a su hija casarse.
Con una sonrisa ambos caminamos hacia la salida, mientras nos tomanos de la mano.
El tiempo nos ha pasado arriba como aquella camioneta con Jin hace unos meses... debería de dejar de hacer chistes, jaja.
Al llegar al salón, el pequeño pasillo tiene unas fotos en la pared, en un filtro cafe como si fueran fotos pasadas, tapo mi boca conmocionada y Jin sonrie.
—Quería que el pasillo estuviera hecho a base de recuerdos, nuestros recuerdos.
—Idiota, me harás llorar —musito mirando cada fotografía, me quedo allí, admirando todo.
Jin siempre ha sido así de detallista. No evito sentirme tan nostálgica.
La nostalgia la usó como recurso de la buena vida que he llevado. Tengo el placer de ver cada fruto en mi vida. Los golpes de nostalgia llegan cuando veo las fotos de nosotros, cuando empezamos a ser amigos, una foto en el salón de artes. Las hermosas noches del pasado, cuándo éramos niños, buscando ser mejor que el otro, aunque, todos sabemos que yo soy la mejor.
También, recuerdo las donas, los días llenos de ansiedad cuando no podía decirle te amo, esos meses donde ambos nos separamos, para poder iluminarnos individuallmente, pero ya podré hacerlo apartir de hoy, y para todos los días que están por adelante.
Porque mi maldito orgullo se hizo a un lado, y Jin me dio una razón, o tal vez más, para que el sea al que ame para siempre.
Me deja mareada el pensar si Jin no estuviera, no hubiera encontrado a alguien que me entendía tan a la perfección, que estuviera dispuesto a pelear cada mañana, a dejar que le pellizque el trasero, no me veo con otra persona, y no se si es bueno
Jin se acerca, mientras los invitados están en su estancia, son pocos, pero son reales, mis amigos verdaderos.
—Es bueno mirar atrás, solo para recordar quienes somos, como nos fuimos construyendo.
—Jin, eres demasiado peligroso con tus palabras, me haces llorar.
Y así fue como ambos nos paseamos entre las mesas, para presumir que somos esposos.
—Iseul, ya dime la verdad, ¿estás poniendo algo a tus pechos? Se ven grandes —dice Jin mientras estamos parados en medio del salón, tocando mi pecho izquierdo por encima del vestido, retrocedo y al ver que nadie ha visto que Jin tocó mi pecho, le di un golpe en la nuca.
—Van a pensar que somos unos exhibicionistas, pero te diré mi secreto, he vendido tu alma a cambio de que me crecieran los pechos —bromeo y Jin solo me abraza por lo hombros
—Ahora yo venderé tu alma, ya sabes, para que mi trasero ya no esté plano.
Justo cuándo iba a apretar su trasero por encima del pantalón de vestir, una presencia me hace sonreír.
—¡MinHo, Misuk! —exclamó al verlo llegar junto a Misuk, ella está mejor, superando cada día su problema alimenticio—. ¡Pensé que no vendrían!
Los tenia contemplados, pero ellos me dijeron que asistiría hasta la noche o tal vez no vendrian, aun así, guarde sus lugares.
—Claro que vendríamos, vivir en el extranjero no impide que vengamos a tu boda, se ven tan hermosos —dice Misuk acariciando mi rostro.
—Vamos, los llevare a su mesa.
Justo al dejarlos con Namjoon y mi hermana, veo como Jackson se acerca a Jin y toma su mano, también tiene a Yoongi y a Hoseok agarrados.
SunHee me acompaña, ambas listas para golpear a Jackson. Jisoo y TaeEul se unen, ellas más tranquilas.
—Les juro, vamonos de esta boda, escapamos, y seamos un trío feliz, aún tenemos tiempo, podremos casarnos los tres y vivir nuestra historia de amor, y se llamara; Bendecido orgullo, o, vieja esperanza —dice Jackson mientras los abraza.
—Vamos Jackson, sabemos muy bien que por más que nos escondemos, nuestras chicas nos van a a encontrar y tu trasero va a ser pateado —bromea Yoongi.
De repente, Jackson sólo sonríe nostálgico y abraza a los tres.
—Hermanos, en serio deseo que todos sean felices, hemos pasado cosas duras, unos las siguen pasando, pero la vida es así, un tumulto de cosas que nos lastiman, pero siempre nos tendremos los unos a los otros, para ayudarnos a que nos levantemos, gracias por haber crecido junto a mi.
Jackson por primera vez en su vida dice algo tan emocional, allí las chicas y yo nos unimos al abrazo, riendo por que estamos apretando a Jin.
—¡Me asfixio! —exclama Jin y lo apretamos a un más.
Siempre es divertido joder a Jin, recuerden, siempre es bueno joder a Jin, y yo nací para joderlo cada dia..
(...)
Imaginar un futuro sin Jin, es un mundo sin color, lleno de frialdad monocromática.
Mientras bailábamos, no evito sonreír con mis ojos llenos de lagrimas, Jin lo nota, y besa mi mejilla. Y aunque ya bailamos mucho, realmente estoy emocional.
Ambos estamos cerca del otro, nuestros rostros están cerca, nuestras respiraciones se mezclan.
—¿Por qué usas blanco si ya nos vimos
nuestras pieles desnudas desde que éramos más jóvenes? —pregunta Jin mientras bailamos—. Se supone que debemos ser puros, y no haber copulado, somos pecadores.
—Wah, eres un idiota, Jin, ¿cómo preguntas eso? Es obvio que el blanco me queda divino, debía presumirle al mundo —rozamos nuestras narices, dándonos un beso esquimal, mientras reímos.
Pero todo ese ambiente romántico se acaba cuando empieza una música totalmente diferente.
Talk dirty to me de Jason. Esa es la que suena.
Jin desabrocha su corbata y mis damas de honor me sientan en una silla mientras amarran mis manos con la corbata de Jin.
—¿Qué demonios?
—No preguntes, solo gozalo.
Jin comienza a bailar "seximente" y yo solo miro divertida. Este tipo está loco. Me ha dado muchas sorpresas, la mía la guardo al final, y espero esa le guste.
Suelto una fuerte carcajada cuando Jin hace que toque sus glúteos, la gente le anima a seguir bailando, y yo estoy de acuerdo.
Y aunque quiero que siga, Jin para, y me quita la corbata, tomando mis manos, levantándome y darme un beso algo largo.
—No sabia que era el amor, hasta que lo medite, y supe que para mí, amor es Sung Iseul —dice sonriente y yo lo abrazo.
Se sabe que ambos nos atrofiamos de tanta gente, por lo cual, cuando termina la fiesta y vemos a todos demasiado borrachos, es hora de irnos, a nuestra luna de miel.
¡Por fin!
Esperábamos a Yoongi, quien fue al baño de imprevisto, esta hecho una cuba, pobre SunHee.
—Si no llega, lo abandonamos —dice Hoseok y todos asienten.
—¡SunHee, cásate conmigo, ya tengo el vestido puesto! —grita Yoongi desde atrás.
Todos volteamos y vemos a Yoongi caminando con el vestido y una rosa en sus manos, simulando que es el ramo.
—¡Quítate eso, es de Iseul, lo vas a maltratar, borracho, bobo! —exclama SunHee mientras rie.
Este idiota, bueno, me alegra que este feliz, la partida de su madre lo hizo pedazos, espero SunHee lo cuide, yo ya no soportaría que a Yoongi le rompan el corazón.
—¿Me lo quitó? Oh SunHee, espera a que estemos solos.
Y justo antes de que le quería dar un beso, lo detengo. Apenas un día de novios y Yoongi la va a corromper.
—Sí mi vestido tiene mancha de vomito o algo que no se le quite, te castro, Yoongi, nosotros nos vamos, nuestra luna de miel, nos espera.
Y así Jin me mete al carro y nos sonreímos.
—Por primera vez, he podido notar un poco más tu trasero deberías bailar más así, para ver tu trasero —canturreo y Jin acaricia mi cabeza, con fuerza.
—Siempre te he odiado, Iseul, está boda no cambia mi aversión por ti —dice arrancando el carro.
—El odio es mutuo —respondo y recuerdo la sorpresa que le tengo—. ¡Oh Jin, tu sorpresa!
Saco una caja y Jin mira cada movimiento, pues hay un papel allí dentro.
—¿Que es eso?
—¿Recuerdas que no te querías postular para un drama en el que que querías estar, pero te hechas te atrás porque tu competencia eran Goon Yoo y Lee Minho? Bueno, me tomé el atrevimiento de mandar tu postulacion y les ganaste, les pateaste esos traseros.
Jin frena el carro y nos hace rebotar en los asientos para delante con fuerza, que buenonque tenemos cinturón.
—¡Eso es lo mejor, Iseul levantaste mi autoestima, al fin les gane a unos de los más conocidos! Eres la mejor, Iseul, te amo, ¿por qué eres tan perfecta? ¿Qué hice para merecerte?
Puedo ver la emoción de Jin y solo beso cortamente sus labios.
—Si hubiera estado completamente sola, si no te hubiera conocido, probablemente me hubiera rendido, hubiera perdido el mar, pero mi corazón sigue ardiendo, con deseo ardiente, te encontrare nuevamente, es el destino, Jin, si en otra vidas te conociera, desearía que me amaras, de nuevo, como en esta vida si tuviera la oportunidad de estar en otra vida, te encontrare nuevamente —respondo.
—Mierda, Iseul, eres en serio la mujer de mis sueños, eternamente serás mi pequeña flor de cerezo.
Siempre diré que Jin, es algo así como las almas gemelas. Y nos encontramos, pues estábamos en los mismos escondites. Unas almas que, aunque tienen tropiezos.
—Lo sé, soy genial.
—Si nuestro maldito orgullo no hubiera estado de por medio, desde más jóvenes hubiéramos permitido querernos —dice de repente, al parecer esta nostálgico.
—No pienso lo mismo.
—Dame una razón —taja con diversión.
—Los tiempos en los que se dieron nuestro sentimientos, fueron perfectos, no cambiaría nada, ni siquiera lo de hace casi un año, pues, aprendimos, no cambiaría nada, fue perfecto, y lo sigue siendo, deso para siempre estar a tu lado.
Jin frunce su ceño y niega.
—Para siempre es muy corto, yo te quiero para todas las eternidades, Iseul.
Por muchos años, nuestras manos se han mantenido unidas, los lazos que parecían frágiles, siempre estuvieron unidos a pesar del tiempo. Si me pongo de puntillas, para intentar alcanzarlo, se que Jin siempre se agachara, o se burlará, pero estará allí, haciéndome reír o enojar.
Incluso desde lejos, mi amor por Jin sigue siendo más fuerte, cuando me abraza, mis sentimientos se fortalecen cada día más, y su sola presencia trajo color a mi primavera.
Conocer a Jin, fue aprender a dejar mi orgullo a un lado, a dar una razón más para amar, incluso si el futuro no es cómo antes, mi amor por Jin, será irreemplazable.
Jin, mi enemigo de muerte, mi complice para conquistar a alguien que era imposible, mi amigo que se ganó cada partícula de mis golpes y sarcasmos, mi amigo que me enamoró, el chico que me mostró cómo amar, quien también me enseñó el dolor, aquel que me rompió rompió corazón Y poco a poco lo sanó, quien me hizo entender que llorar no esta mal, aquel que también me mostró y me enseñó a perdonar, y volver a amar.
Oh sí, Jin, aquella persona que va más allá de quererme para siempre, sino por muchas más vidas, es mi destino Jin siempre será mi destino, siempre será el que le de sentido a cada latido de mi corazón.
Quizá el amor no es perfecto, pero tal vez tienes que dejar a un lado tu maldito orgullo, dar una razón para amar, y solo tal vez, encuentres a tu destino, o tal vez no lo encuentres y termines con una camisa blanca de fuerza.
No sé, la vida es un laberinto.
Por mi parte, este laberinto no es tan aburrido, o tedioso, sino, es brillante y soy muy feliz, pues por todas las eternidades, tendré a mi destino.
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~
Me costó un maldito ovario escribir la boda ajdjajds ptm me odio dkajsja
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top