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Jin pov's

Ver aquel lugar donde compartimos tantas cosas, donde entablabamos buenas pláticas, por última vez, hacia que mi corazón se encogiera. Iseul y yo aún estábamos en mi camioneta, ambos mirando las donas, como si de alguna manera no quisiéramos ir.

Así que esto es el desapego material... Duele más de lo que imaginé.

Recuerdo muy bien cómo venimos por primera vez aquí. Fue después de que Yoongi, Iseul y yo tuviéramos una guerra de pintura, en compensación, Iseul nos quiso llevar allá. Pero solo fuimos ella y yo. Ese día, Iseul estaba molesta conmigo, porque yo solo la molestaba hablándole de su hermana.

Siendo que en esos días, ya no me gustaba, porque vamos, la hermana de Iseul era una interesada y banal, solo molestaba a Iseul. No pudo decir que en ese entonces mi rascatierra me gustaba, no, pero si la veía como una amiga, mi primer amiga mujer.

—Vamos —digo dándole un golpe en la cabeza, para sacarla del trance. Iseul me mira mal y también me da un golpe.

—Todo por eso, te quedas aquí, me llevaré tu silla de ruedas —dice saliendo rápido de la camioneta y sacando la silla de ruedas, para irse. Pero solo ríe y se regresa y abro la puerta para subir a la silla.

—Crei que si te irías, me asustaste —digo dramático y ella solo niega, ignorando mi drama—. Crei que ya no me quieras nuevamente y tendría que arrastrarme hasta llegar a mi casa.

—Si, si, cállate.

Lo bueno es que ya es noche, es domingo y la gente no quiere salir, pues mañana empieza la semana, la gente tiene que trabajar y estudiar, sobretodo los de la generación de Iseul, están apunto de graduarse.

Ambos los metemos a las donas, esos colores pasteles ahora me dan algo de tristeza, tantas citas aquí, aparte de que vamos a dejar esto atrás, la tienda cerrará y se convertirá en por lugar de comida, o yo que sé.

—¿Qué quieres pedir? —pregunta Iseul y yo solo suspiro.

—Si hay de esas donas que están bañadas en chocolate y con relleno de mora, tráeme una.

Esa donas, cuando estábamos en el instituto nunca podíamos conseguir comer de esas, siempre se acababan, y la primera vez que Iseul las pudo comprar, fue en nuestra primera cita, en la que la dejé plantada, la segunda vez que pudimos comer esas donas, fue cuando ella vivía ya conmigo, esa noche la recuerdo muy bien.

Iseul y yo estuvimos sintonizados de forma carnal, sus movimientos y los míos eran torpes, pero a la vez cálidos, ambos estábamos demasiado nerviosos, no puedo decir que Iseul fue la primer chica con la que estuve, pero si la primera que ame mientras lo hacia. Tuve que tener cuidado, era tan frágil, su primera vez la trate de hacer tierna, pero decía muchas tonterías, haciendo más amena nuestra unión.

—¿Por qué tienes cara de idiota? —pregunta Iseul sacándome del trance. Ella siempre tan romántica.

Venia con nuestras donas y dos malteadas, la mía es de vainilla y la suya de chocolate.

—Recuerdo cuando ambos comimos estas donas, y algo más, ¿tu lo recuerdas? —pregunte con cierto tono algo coqueto. Maldita sea, falta una semana para poder andar con muletas, y dos semanas para estar con muletas, pero al menos me sentiré menos inútil, y después de eso ya estaré bien.

Iseul prepárate, porque iré con todo... Eso sonó tan mal, ja.

—Oh, eres un enfermo sexual, pensando en cosas indecorosas en público, ¿no te da pena? —pregunta con sorna y yo niego—. Eres tan idiota.

La cena sigue su curso, Iseul está disfrutando estas donas, lo veo muy claro, su malteada va a la mitad.

—Mira, se están peleando —digo mirando la ventana, son una parejita—. El tipo se ve más grande que ella, puede que unos dos años más, esa se parece a Hyeon, si fuera ella, le pegaría a ese idiota, sobretodo si es mayor.

Iseul solo asiente, mientras me mira neutra, deja de beber de la pajita de su malteada y habla.

—¿En serio golpearías a alguien solo porque sale con tu hermana? —pregunta un tanto burlesca.

—No, pero si es mayor si —respondo tajante y me como mi último pedazo de dona—. No sé, es que, la quiero proteger, aún la sigo viendo como esa pequeña niña de doce años.

—Uy, si te cupo toda la dona en la boca, eres un goloso —habla refiriéndose a que me he metido un poco menos de la mitad de la dona a mi boca. Yo solo me encojo de hombros y ella suspira—. Tienes que confiar en ella —dice tomando mis manos y solo me queda asentir un tanto resignado.

Iseul se distrae, pues me esta enseñando los mensajes de Jackson, se esta mofando de Jackson, quien esta tratando torpemente de tener una oportunidad con aquella chica seria.

La dona de Iseul está en su respectivo plato, ella no se da cuenta cuando la tomó y estoy por llevarla a mi boca, pero allí ella me atrapa, justo cuando su pedazo de dona ya estaba a milímetros de acariciar mi paladar, y es que, ahora si puedo robar su dona, ya que no tiene mermelada de fresa, ahora tienen mermelada de uva.

—No lo hagas si no quieres quedar con una pierna rota —advierte y yo solo sonrio de lado—. A que no te atreves, cara de salmón, poste de luz con ruedas, eres cobarde, dame mi dona, se que no te la comerás, sufrirás si lo haces

—Pruébame —digo y sin más me termino comiendo su dona.

Iseul abre su boca indignada, solo siento como me jala mi cabello con fuerza, y suelto quejidos por eso.

—Esa era mi dona, maldito atragantado —se queja y suelta mi cabello. Y puedo ver que ha quedado muy despeinado a través del reflejo del vidrio.

Yo también despeino a Iseul y así seguimos, jalandonos el cabello, mientras nos maldecimos, hasta que me voy al mostrador y pido otra dona. Iseul se ha quedado tomando su malteada, mientras me mira con recelo. Yo ya no tengo malteada, así que pido otra, de sabor café, para Iseul y para mi, ya que esta por acabar su malteada.

Y cuando regreso con las cosas Iseul me sigue mirando indignada.

Es tan ridiculamente sentida cuando me como su comida.

—Aun sigues siendo la misma ridícula aniñada cuando te quiero la comida, ya deja de llorar rascatierra —digo dándole la dona y ella niega.

—Y tu sigues siendo un lipendi, que siempre come mis cosas, y no, no dejaré de lloriquear, tomó la dona, pero me ofende, ¿esa malteada es para mi? —pregunta ya con voz mas dulce, y solo bufo.

—Tsk, chica atragantada, es para ambos —Iseul me da la mitad de la dona, pero lo hace con mala cara—. Estas donas son la gloria.

—Si, vamos, come rápido, ya son casi media noche —dice al ver que están yéndose los pocos clientes y terminamos.

Ambos salimos de allí, yo tengo una servilleta con el emblema de las donas y notó que Iseul también, pero ella lo ha doblado y se lo ha guardado en su bolsillo. Tomó su playera y ella me mira.

Las luces del local se apagan y los trabajadores salen, ponen un aviso que a partir de mañana ya no van a vender.

—Supongo que es el final de las donas —dice ella mirando el lugar con algo de tristeza—. Eran tan deliciosas, esto me hace sentir triste.

—Las cosas cambian, algunas terminan, pero lo que nos queda, son los recuerdos, vamos sigamos avanzando —digo estirando mi mano y ella la toma.

En silencio vamos a mi casa, lo único que de escucha, es el motor de mi camioneta SUV, y cuando llegamos, Iseul sale conmigo.

—Ya es tarde para que vayas a casa, puedes quedarte aquí, si quieres —digo un tanto tímido y ella asiente.

Hablamos de vivir separados durante un tiempo, Iseul se acopló a vivir en su departamento sola, y le queda un mes para que pueda dejarlo, no la presionare, no quiero que se agobie.

—Me quedo solo porque Tofu esta contigo.

Los dos nos metemos a casa, Tofu nos saluda y parece contento. Sin embargo, después de unos minutos, el se va a acostar de nuevo, Iseul se queda en frente de su estudio y sonríe con algo de nostalgia.

—Puedes entrar —digo poniéndome de pie, apoyándome con las muletas, pues no puedo subir con todo y silla de ruedas—. Yo dormiré en el cuarto de huéspedes...

—No, por favor duerme conmigo —dice y se adentra a su estudio.

Solo atino a dejarla sola y me subo al cuarto, me pongo mi pijama, bueno, solo lo de abajo, tengo calor.

Iseul entra y se sienta en la cama, se nota algo tímida.

—¿Te comio la lengua el gato? —pregunto con burla y ella me lanza una almohada—. No tengo pijamas tuyas, pero tengo mis camisas largas que te quedan como vestido, puedes usar una.

—¿Tú no te vas a poner camisa? Eres un exhibicionista.

Iseul toma la camisa que le he dejado y se mete al baño a cambiarse, es notorio que ambos estamos algo raros de estar de nuevo aquí.

Pero voy a cambiar de casa, una más grande, con tres cuartos en el segundo piso, un tercer piso para que sea el estudio de Iseul, todo un piso para ella, debo estar loco, y por último, el primer piso, la respectiva sala, la cual es grande, para cuando estemos de fiesta con los demás, una gran cocina, porque me gusta cocina a mi, y lo demás, también el patio, es grande, y Tofu podrá estar más a gusto, pues esta cercada la casa y así los vecinos no se quejarían de el.

Iseul sale del baño y yo me recuesto en la cama, ella solo apaga la luz y se mete a mi lado. Me abraza y yo solo paso lo brazo por debajo de su cabeza, pues no puedo dormir de lado, solo boca arriba.

—Esto es tan extraño —dice cortando el silencio y yo asiento—. ¿Por qué hay tantas cajas?

—Pensaba en mudarme, y sé que aún no quieres vivir conmigo, lo respeto, porque se que no volverá la relación de hace medio año, y esperaré hasta que estés lista —digo con timidez y ella solo se remueve—. Pero estoy a punto de irme al barrio de Yoongi, es una casa grande, te la enseñaré, quiero dejar atrás esta casa.

—Me parece bien, perdóname, pero en serio quiero solo acoplarme de nuevo, perdón...

Con esfuerzo, le doy un beso en su cabeza y niego, dándole una sonrisa, tratando de ser confortable.

—Si así te sientes, no tienes que pedir disculpas, aún sé que tu corazón está atormentado, de alguna forma u otra, yo no te voy a presionar.

Iseul se acurruca a mi lado y en menso de unos minutos, ella se duerme.

Que lindo va ser mañana saber que esto no es un sueño y que voy a amanecer con ella a un lado.

Iseul pov's

Ver a Jin sonriendo como idiota me hace sonreír a mi también. Hye va a llegar, o ya llego, no sé, pero Jin va a ir a casa de sus padres para ir a verla.

—¿Crees que ya estén en casa? —me pregunta Jin y yo solo me encojo mientras manejo.

—No sé, pero seria bueno que te vea, le va a sorprender.

—Mañana también es su cumpleaños, es bueno que venga desde hoy y mañana la llevaré a comer —dice Jin con entusiasmo.

—Pero, ¿por qué no fuimos por ella al aeropuerto? —preguntó extrañada. Pues Jin siempre quiere ir a ver a su hermana, ver que llegue con bien.

—Ella me dijo que irían mis padres por ella e irían a comer, así que, voy a dejar que mis papás estén con ella.

Sigo en marcha y veo las muletas en la parte de atrás. Jin es tan flojo para usar las muletas, se supone que tuvo que empezar desde ayer.

—Ya tienes que usar tus muletas, tu tobillo ya está mejor.

—Es más cómoda la silla —confiesa sonriente y solo niego divertida.

—El trasero se te va a aplanar más si sigues fundiendo tu trasero en esa silla.

Jin solo ríe como tonto y yo sigo manejando.

Cuando llegamos a la casa de los padres de Jin, ambos nos bajamos, y caminamos hacia la entrada. La ama de llaves es quien abre, al vernos solo hace una mueca de confusión.

Cosa que no me parece normal, siempre nos recibe con una sonrisa.

—¿Donde está Hye? —pregunta ella.

—Con mis padres —dice con obviedad.

—No, sus padres salieron de viaje, Hye les informó que usted iría por ella y ya es tarde, seguro ya está por llegar al aeropuerto, y también se iba a quedar con ustedes a dormir, si quiere le llamó...

Se supone que Hye nos ha dicho que sus padres irían por ella, y que pasarían a comer, desde kilómetros a distancia ya siento que esto es algo malo.

Jin solo niega mientras sonríe, sereno, pero se que por dentro está demasiado confundido y puede que molesto.

—Oh, si lo olvide, iremos por ella rápido, no le llame, yo iré por ella, gracias.

—Vaya rápido, ya es tarde.

Y así, Jin y yo regresamos a la camioneta, yo solo me quedo callada mientras Jin trata de no perder la postura.

—¿Y vamos al aeropuerto?

—Claro, vamos por esa niña me va a sacar canas verdes, algo me oculta, acelera —dice tajante y yo trato de no hacerlo, y a la vez si, mantengo una velocidad intermedia, solo para tratar de ayudarle a esos idiotas.

Ahora que recuerdo, ayer que salí de la escuela y fui a trabajar, Yoongi estaba con Jackson y el pálido estaba algo nervioso.

Todo esto es una treta, y los idiotas no supieron como hacer esto. Diría algo, pero no me corresponde, no, ellos tiene que ser valientes, y si, fui cómplice, pero esto no es mi deber, y aparte, puede que me esté adelantando a los hechos.

—A lo mejor quería ir a ver a unas amigas, y deberíamos de enviarle mensaje —Trato de tomar el celular de Jin, pero el niega.

—No, si quiere eso, no nos miente tan descaradamente, solo nos avisa directamente que irá con una amigas.

Intento buscar una excusa para ayudarle, pero mi cerebro está seco.

—¿Y si quería darte una sorpresa? —pregunto y Jin se queda pensando un gran rato.

—Solo vamos al aeropuerto.

Sin objetar, sigo manejando, trato de distraerlo, pero Jin mira su celular y sonríe con cinismo.

Ay no.

—¿Por qué sonríes como loco? —preguntó tratando de sonar natural, pero estoy que me muero de los nervios.

—Porque la tonta de mi hermana me dijo que ya esta a punto de transbordar y que mis padres ya le avisaron que la esperan, maneja más rápido, solo quiero ver que se trae en manos.

Y llegamos, estacionó la camioneta, y mi pecho siente los fuertes y rápidos golpeteo al ver la camioneta de Yoongi. Jin mira con atención la camioneta, y lo peor de todo.

Vemos salir a Yoongi, tiene su característico cabello menta, y se ve muy arreglado.

—Oye que casualidad —digo tratando  que me mire, pero Jin solo mira cada movimiento de Yoongi.

Jin no me hace caso y se baja, bueno primero baja su silla de ruedas y después baja él.

—Es raro que el este aquí —dice Jin—. A lo mejor viene por su mamá.

Pero no, estoy segura que esa no es su mamá y creo que todas lo sabemos, ¿no?

Puedo ver como a Jin le está dando un TIC en su ojo izquierdo al ver que Hye sale de un tumulto de gente y corre con todo y maleta a donde esta Yoongi, estos dos se abrazan y siento como mi alma se sale de mi cuerpo.

Miro de reojo a Jin, quien se ha puesto de todos los colores, quiero reír como loca, por los nervios, pero no es apropiado, así que me río en voz baja.

—Vamos, tengo que ver que sea todo una sorpresa, quiero quitarme de dudas y no pensar mal de mi hermana y Yoongi —dice para comenzar a avanzar, tratando de estar tranquilo.

Pero la gota que derrama el vaso de la paciencia de Jin es ver como ella baja de los brazos de Yoongi, este le quita un mechón de su rostro y Hyeon sin dudar, le da un profundo beso en los labios.

Mierda, mierda, mierda.

He quedado tan plasmada, que no me doy cuenta que dejo de caminar y que Jin comienza a andar rápido con su silla de ruedas, lo que me saca de trance es su grito.

—¡Min Yoongi, Kim Hyeon! —grita ya muy cerca de estos. Ambos tortolitos palidecen y voltean a nuestra dirección.

Justo allí dejo de estar como idiota parada y salgo corriendo detrás de Jin, tratando de hablar, pero Jin está dispuesto a matar a Yoongi.

Y justo cuando se le iba a aventar, le detengo.

—Jin, tranquilo, podemos explicarte —habla Yoongi mientras Hye comienza a parecer aun más nerviosa.

—¡Eres un imbécil, es mi hermana, te voy a matar, Min Yoongi! Hyeon le diré a nuestros padres, ustedes son unos traidores, te voy a matar Yoongi, mentiroso —escupe con enojo. A este paso, Jin se ha acercado mucho a Yoongi, esta enfrente de él, en silla de ruedas, seria peor si estuviera sin la silla.

Esto es tan dramático y me quiero reír, porque soy estúpida y me río en ocasiones serias, pero a la vez estoy preocupada.

Yoongi al ver que Jin está alterado, lo mira algo mal y resopla.

Oh no, no digas algo estúpido o ácido, Min Yoongi.

—¿Qué? —pregunta el pálido con algo de rudeza—. ¿Me vas a atropellar con tu silla? Tranquilízate, vamos a hablar...

Yoongi no termina de hablar, pues Jin de levanta de la silla, pone sus manos en el pecho de Yoongi y le da un fuerte empujón.

La gente mira, pues Yoongi se ha desestabilizado y mira mal a Jin, más no hace nada, conjeturo que sabe que no esta en posición para hacer algo.

Yoongi se acerca tratando de que Jin se calme, pero este le vuelve a empujar y no solo eso, le mete un puñetazo en su mejilla. Allí retengo la respiración. Yoongi solo aprieta sus manos tratando de contenerse.

Jin sigue buscando pelea, pero Yoongi solo lo empuja, tratando de que no se lastime. Justo cuando Jin iba a acercarse de nuevo con el puño en el aire me pongo en medio, detengo su puñetazo que iba para el rostro de Yoongi con mi mano y hago que Jin se siente.

Me duele la palma, Jin le iba a pegar fuerte, esta loco, esta exagerando.

—Aquí no es lugar para dar show, vamos a casa, allí podrán hablar y si quieres pegarle, hazlo en otro lado, pero piensa Jin, no te dejes llevar, no seas así, lamento decirlo, pero es ridícula la forma en la que te pones, si te ocultaron esto, pero es porque eres un raro sobreprotector, Jin tú no controlas los sentimientos de ellos dos.

—¡Tu sabias, también me has traicionado, joder! —exclama molesto y siento como mi sangre se hiela.

Justo cuando le voy a decir que si, Yoongi se entromete.

—Ella no sabe nada, nadie sabía nada, no te descargues con Iseul.

Jin solo está respirando demasiado profundo.

—Los quiero en mi casa, tienen mucho que decirme —dice dándose media vuelta—. Yoongi, por mucho, me hubieras dicho, solo pido sinceridad, joder no lo hago porque sea mi hermana pequeña, en parte si, pero ¿cuál es la necesidad de que me lo ocultaras?¿Qué hay de nuestra hermandad? Imbécil.

Y se va, ambos solo me miran y yo trato de sonreírles, pero sale una mueca.

—Tratare de calmarlo.

Y también me voy detrás de él, Jin se regresa y mira a Hyeon.

—Tú vienes con nosotros, y no estás en posición de negarte —dice mirándola con molestia, se vuelve a ir con molestia, y Hyeon me mira esperanzada, pero solo niego.

—Anda, no hagamos esto más grande —dice Yoongi y solo le da un beso en la frente.

Oh por un demonio, explotó la bomba, una bomba de verdades ocultas, esto es tan, tan novelesco. Okey, Iseul tómate esto en serio.

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No podía soportarlo más y quise subir capitulo jajaja.

G_BPotatx 💖☠

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