Sipnosis


Nikki Bella

Nicole caminaba de un lado a otro, sin poder estarse quieta.

-Harás un hoyo en el suelo, tranquila mujer- Dice el esposo de su hermana gemela.

-Silencio Bryan- Demanda la castaña.

-Daniel tiene razón Nicole, deja de rayar mi piso- Dice su hermana gemela.

-No puedo, estoy nerviosa- Nicole aun no es capaz de parar de caminar en círculos.

-No lo estés- Dice el hombre castaño -Conseguirás el trabajo.

-Daniel tiene razón, terminaste tu carrera en la universidad con muy buen promedio- Su hermana trata de animarla.

-Y luego me colgué de los bolsillos de mis padres- Dice Nikki rodando los ojos -Tengo 32 años, quien quería contratarme siendo que pueden tener a alguien mas joven y con mas experiencia.

El discurso de la castaña es interrumpido por el sonido del teléfono, que se encontraba a escasos centímetros de ella.

El trío guarda silencio y dirigen sus miradas al teléfono.

Nicole traga con dificultad, avanzando con pasos cautelosos, toma el aparato en mano y contesta.

-Residencia Danielson- Dice la castaña con voz temblorosa.

-Buenos días, ¿se encuentra la Señorita Nicole Bella?

Nikki abre la boca para gritar, para su suerte, el grito es mudo.

-Soy yo- Dice cuando recupera la compostura.

-Llamamos para informarle que la queremos mañana a las seis de la mañana en el despacho de la Señora Fox, para una ultima entrevista, felicidades Señorita Bella.

Nikki sonríe de oreja a oreja y da pequeños saltos de alegría.

-Muchas gracias- Es lo único que dice la castaña para luego cortar la llamada y girarse para ver a su hermana y cuñado muy interesados en oír la noticia.

-Lo hice, me quieren para una ultima entrevista mañana- Dice la castaña lanzándose a los brazos de su gemela.

-Mis chicas- Dice el hombre uniéndose al abrazo de las gemelas.

Paige Knight


Paige deja caer un largo suspiro, habían sido los tres mejores años de su vida.

Extrañaba como loca a su familia, pero al fin estaba cumpliendo uno de sus mas grandes sueños, desde pequeña había ansiado por conocer el mundo y perderse en el, a demás de encontrar a alguien especial en el proceso.

La pelinegra había encontrado a aquel que la hacia sentir mas que solo mariposas en el estomago, que la hacia sentir y comportarse como una estúpida adolescente, que la hacia ver lo bella que era, que sacaba la mejor parte de ella.

-¿En que tanto piensas?- Pregunta el hombre al lado de ella.

La Inglesa mujer sonríe y pega su cuerpo desnudo al de su novio.

-En ti- Contesta sonriente.

El bicolor hombre sonríe de oreja a oreja -Tengo una sorpresa para ti esta noche.

-No mas sorpresas- La pelinegra rueda los ojos con una sonrisa en los labios.

Su novio la había sorprendido esa misma mañana con un gran desayuno en la playa y luego con una romántica tarde, cargada de íntimos momentos.

-La ultima, lo prometo- Dice el hombre sonriendo y besando sus labios.

-Bien- Contesta la fémina.

-Genial, te quiero ver arreglada en quince minutos, no tardes- El hombre se pone de pie, revelando su desnudez y desapareciendo por la habitación del hotel al entrar al baño.

-Como digas Christian Grey- Bromea la Inglesa.

-Muy simpática- Responde su novio desde el baño.

La sorpresa había sido nada mas y nada menos que una romántica cena a la luz de la luna en una desierta playa.

La Inglesa aun no sabia como pagarían tantos lujos, porque no pensaba dejar a su novio solo con las cuentas de tantas sorpresas.

-Ahora dime Señor Rollins, ¿como piensa usted pagar todo esto?- Pregunta la fémina.

-No te preocupes por ello- Dice el bicolor.

-Seth, acordamos que ambos pagaríamos cosas que ambos disfrutemos y por si no lo has notando, fue uno de los mejores días de mi vida.

-¿Ah si? ¿Y cual es el primero?

La Inglesa finge pensar unos segundos -Hace unos años atrás diría que el mejor día de mi vida fue cuando mi padre me llevo a ver ese increíble acuario cuando tenia ocho.

-Conozco la historia- Dice el hombre sonriendo.

-Por supuesto la conoces- La Inglesa ríe -Pero...

-Pero...

-Pero ahora diría que mi día favorito de todos es cuando me perdí en un aeropuerto y un apuesto y debo decir presumido hombre me ayudo a encontrar mi vuelo, que por cierto era el mismo que el de él.

Seth sonríe de oreja de oreja al notar que fue como se conocieron.

-Te amo- Dice el bicolor poniéndose de pie y tomando a su novia de la mano para ayudarla a pararse.

-Eso es tierno- Bromea la Inglesa asiendo reír a su novio.

El bicolor la acerca a él para compartir un tierno y largo beso.

-Paige hay algo que quiero decirte.

-Escupelo cariño.

-Hace cinco años salí de mi casa con la ilusión de conocer el mundo y sus bellezas, conocí a muchas de ellas y creí que podía hacer esto solo, pero cuando te vi, sabia que debía recorrer lo que me queda contigo.

La Inglesa siente sus mejillas arder ante tales palabras.

-Estos tres años a tu lado han sido los mejores de mi vida y te quiero por mucho mas tiempo- El bicolor suelta las manos de su novia y comienza a bajar, poniéndose de rodillas.

Paige abre los ojos como platos y una sonrisa escapa de sus labios.

-Paige Knight, te quiero en mi vida, te quiero en mi cama, te quiero en mis aventuras por el resto de mis días- Seth saca una pequeña caja negra de sus bolsillos -¿Quieres casarte conmigo?

-Por supuesto Seth- La Inglesa se agacha tomando el rostro de su novio en sus manos, plantandole un profundo beso.

-Te amo- Dice la pelinegra sin dejar de besarlo.

Carmella McMahon

-¡Mella deja eso!- Demanda el hombre.

-¡Lárgate idiota, no quiero volver a verte!- Grita la rubia mujer, furiosa.

-Nena, escucha, esto fue solo un error, no volverá a pasa- Ruega el hombre, casi poniéndose de rodillas.

-Dije que te largues Ambrose- Carmella amenaza con tirarle el florero que traía en sus manos.

-Bien, lo haré, pero te arrepentirás de esto, ya veras.

Sin mas el hombre a medio vestir sale del departamento de su ahora ex novia.

El silencio invade la habitación, molestando a la mujer de rubia cabellera.

Carmella suelta un desgarrado grito y por fin tira el jarrón a la puerta por donde se había ido aquel que alguna vez pensó que seria su compañero de toda la vida.

La delgada mujer cae de rodillas al piso y no es capaz de contener las lagrimas que caen por su rostro.

-Estúpida, estúpida, estúpida- Dice entre sollozos.

La pelirrubia jamas había llorado por un hombre en su vida, pero Dean Ambrose no era solo un hombre mas, la fémina llego a pensar que el castaño era el único para ella, ahora que lo había encontrado con otra mujer no sabia que pensar, que sentir.

-Jamas volveré a caer- Dice la mujer en un susurro.

Becky Lynch

Becky despierta al sentir un pequeño empujón en el brazo.

-Beck despierta- Dice el hombre a su lado.

La mujer abre los ojos lentamente, para encontrarse con los azules de su mejor amigo.

-¿Finn?- Pregunta adormilada.

-Ya llegamos calabaza.

La pelinaranja asiente perezosamente y se incorpora en su asiento.

El viaje de Dublin a New York había sido muy aburrido para la fémina a pesar de tener a su mejor amigo junto a ella, simplemente seguía tratando de recuperase de los recientes problemas que había dejado atrás, en su país natal.

Sus problemas con las drogas y el alcohol no era algo que le gustaba recordar, por mas reciente que haya sido su recuperación.

Para la suerte de Becky, Finn había vuelto a Dublin para visitar a su familia y en cuanto el ojiazul vio a su mejor amiga en esos estados, no dudo un segundo en llevársela con el.

Becky y Finn se encaminan a la salida del aeropuerto.

-¡¡Fella!!- El dúo voltea a ver a un simpático pelirrojo, que venia corriendo hacia ellos.

-Sheamus- Dice Finn riendo.

Becky sonríe al ver al pelirrojo abrazar a su mejor amigo.

-Hey otra como yo- Dice el pelirrojo notando la presencia de la pelinaranja.

Becky suelta una pequeña risa.

-Sheamus, esta es Becky, mi mejor amiga, Becky este es Sheamus un gran amigo- Dice Finn, presentándola.

-Ohh, escuche mucho sobre ti- Confiesa el pálido hombre.

-Bueno, supongo que eso es una buena señal- Dice la fémina sonriente.

Alexa Bliss


Alexa sonríe al entrar a la cafetería.

Hoy es el día- Piensa la pequeña rubia al ver al apuesto hombre sentado en una mesa.

Con pasos decididos, Alexa se acerca a la mesa.

Carraspea al estar frente a aquel hombre, con quien se había citado.

El rubio hombre la mira y sonríe.

-Hola, soy Alexa- Dice extendiendo su mano.

-Murphy- Dice el rubio sonriente, estrechando su mano.

La pelirrubia le sonríe una vez mas y decide tomar asiento.

El par había pasado una gran tarde, riendo y contando experiencias personales sobre sus relaciones pasadas.

-Ahora cuéntame tu- Dice Murphy.

-No tengo nada para contar- Confiesa la fémina.

-Eso no puede ser verdad, eres una mujer muy hermosa- Alexa se sonroja al escuchar esas palabras -Debes tener una fila de hombres detrás tuyo.

-En realidad no- Confiesa la pelirrubia -Solo he tenido un novio en toda mi vida, las demás son todas citas fallidas.

-¿En serio? ¿Porque?- Pregunta el hombre sorprendido.

-Bueno, no lo se, quizá no les gusta mi sentido del humor o quizá solo no esta destinado.

-Quizá lo nuestro si lo este- Dice el rubio -Me gustas mucho Alexa.

La pequeña fémina siente sus mejillas arder y sonríe como estúpida.

-Quizá.

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