Capitulo 20
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Becky camina con pasos apresurados por las calles de Manhattan, dirigiéndose a aquella biblioteca que tantas veces había visitado para ver al hombre de múltiples tatuajes.
La Irlandesa haría caso a los consejos de su amiga y lo dejaría entrar en su vida.
No solo por ella, si no por su futuro bebé, que tenía derecho a tener un padre.
Las acciones de Phil habían sido más que obvias la última vez que lo había visto, él quería ser el padre de ese bebé, pero Becky aún tenía sus dudas y miedos.
Terminando de subir las escaleras con algo de dificultad, la pelinaranja entra a la biblioteca en busca del tatuado.
No muy lejos, lo encuentra conversando con una joven mujer.
Con pasos dudosos, la Irlandesa hace su camino hasta ellos, quedando a una distancia prudente para acercarse luego de que la chica se marche.
-Phil, creo que alguien quiere hablar contigo- Becky alcanza a escuchar las palabras de la mujer.
El mencionado gira para encontrar a la pelinaranja, notoriamente incómoda por la atención de ambos.
-Luego hablamos April- Dice el tatuado.
La morena asiente con una sonrisa y se retira para dejar a ambos solos.
Becky termina de acercarse.
-Lo siento, no quise venir y interrumpir tu trabajo...
-¿Entonces porque estás interrumpiendo?- Dice Phil un tanto serio.
La pelinaranja se golpea mentalmente.
Es obvio que esta molesto por que lo dejaste como un idiota- Piensa la Irlandesa.
-Es que no se donde vives y tampoco se tu horario de trabajo, es por eso que pensé que podría hablar contigo luego de que termines yo puedo espera y....
Phil coloca ambos brazos en el hombro de la pelinaranja, interrumpiéndola.
-Respira Becca- Dice el tatuado con una ligera sonrisa.
-¿No estas enojado?- Pregunta la fémina un tanto esperanzada.
-Claro que estoy enojado y triste que no me lo hayas dicho antes pero... te entiendo, tenías miedo.
Becky deja salir un largo suspiro ante sus palabras.
-Nuestro pasado no es el mejor- Dice Phil -Pero he cambiado, tu has cambiado... prometo ser el mejor padre para este bebé.
La pelinaranja siente sus ojos llenos de lagrimas.
Malditas hormonas- Piensa.
Phil se arrodilla ante ella y coloca ambas manos en su vientre, lo que hace que este se mueva instantáneamente.
-Creo que alguien conoce a su papá- Dice Becky.
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Nicole camina con pasos apresurados hasta la oficina de su jefa, quien la había llamado.
Al entrar, la castaña tiene que contener el impulso de salir corriendo ya que se percató de la presencia del apuesto Samoano.
-Nicole- Dice su jefa con una gigante sonrisa en el rostro.
Y esa sonrisa era la misma que veía todos los días, luego de lo que había hecho.
-Conoces a mi novio Roman ¿verdad?- Dice la morena mujer.
Vaya que si lo conozco - Aquel pensamiento es inevitable para la castaña.
-Claro, Sr. Reigns- Dice la gemela mayor en un tono formal.
-No te hagas Nicole, se lo que ustedes dos andan haciendo- Dice Alicia Fox.
Los ojos de Nikki casi salen de sus órbitas al escuchar esas palabras.
-Roman me dijo que se han encontrado algunas veces en bares y que él te llevo a tu apartamento, lo cual le agradecí obviamente... no quiero que nada le pase a mi secretaria favorita.
Nicole siente que puede volver a respirar luego de sus palabras, aunque no del todo.
-Si Sra. Fox su novio a sido muy amable- Dice la castaña.
-Bueno, es tiempo que le devuelvas el favor- Dice Alicia poniéndose de pie -Tengo una reunión en unos minutos y el señor distraído dejo unas papeles muy importantes en la sala de impresiones ¿me harías el favor de acompañarlo?
Nicole casi se niega, pero debido a que era su jefa quien lo pedía, tuvo que acceder.
-Con gusto Sra. Fox, suerte en su reunión.
-La necesitaré, llevaré a Lana conmigo- Dice la morena rodando los ojos con una sonrisa.
Alicia sale de la habitación, dejando a los amantes solos.
-Sígame Sr. Reigns- Dice la castaña para salir de la oficina de su jefa con prisa.
Nicole se movía muy rápido por todo el piso, la sala de impresiones quedaba al final de todo un pasillo, era la habitación más alejada que tenían.
Roman trataba de seguirle el paso sin chocar con nadie.
Al llegar, Nicole habrio la puerta para que el hombre pasara.
-Si puede ser rápido, tengo que reorganizar la agenda de la Sra. Fox- Dice la gemela mayor.
-Nunca me dijiste que tenías una gemela- Dice el Samoano entrando a la habitación.
Nicole resiste el impulso de rodar los ojos.
-Creo que eso es información innecesaria- Dice la castaña.
-Por favor Nicole- Roman toma la mano de la castaña y la arrastra en la habitación para luego cerrar la puerta detrás de ella -Quiero hablar.
-No hay nada de que hablar Sr. Reigns- Dice la castaña.
-Claro que lo hay- Roman se acerca peligrosamente -¿No sientes nada cuando me tienes cerca?- Pregunta tomándola de la cintura para pegarla contra su torso -¿Cuando te toco?- El Samoano baja su rostro hasta el cuello de la fémina besándolo lentamente -Cuando te beso- Dice esto último susurrando en su oído.
-Roman, para -Casi ruega la castaña sintiendo como todo su cuerpo lo correspondía.
-No niña mala- Dice el pelinegro enrollando las piernas de la castaña alrededor de su cintura para luego colocarla sobre una de las impresoras -Ya que al parecer te gusta mucho llamarme de esa forma, hoy soy el Sr. Reigns para ti- Dice rosando sus labios para luego devorarla.
La gemela mayor suelta un gemido en medio del beso al sentir la lengua del pelinegro explorar su boca.
El ambiente había cambiado drásticamente de tono al tener a los amantes encerrados en una habitación.
Nicole tenía la urgencia de quitarse aquel vestido que de pronto le incomodaba.
Las manos de la castaña bajan rápidamente a los pantalones del Samoano queriendo desabrochar su cinturón cuando la puerta de la sala de impresiones es abierta.
Los amantes miran a la puerta con terror en sus rostros.
Nicole deja salir un suspiro de alivio al ver a Tom Philips completamente en shock frente a ellos.
-Tom- Dice la castaña alejando al Samoano de ella para bajarse de la máquina.
El mencionado se aclara la garganta -Creo que Alicia dijo algo sobre unos papeles.
-Si- Dice el Samoano tomando unos papeles y dispuesto a salir de la habitación.
-Si no le molesta Señor- Dice Tom colocándose frente al pelinegro -Me gustaría entregarle esos papeles.
Roman frunce el ceño ante la petición.
-Tom Philips, he escuchado sobre ti- Dice el Samoano -Ella es mi novia.
-Y le está haciendo una muy buena justicia- Dice Tom quitándole los papeles para luego acercarse a Nikki -Creí que era solo por una noche, esto podría hacer que pierdas tu trabajo y lastimar a Foxy.
-Lo se Tom, lo siento- Dice la castaña avergonzada.
El fotógrafo solo niega con la cabeza y sale de la habitación.
Estoy cagada- Piensa la castaña.
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La pálida pelinegra suelta un suspiro de cansancio al salir de su vuelo.
Estaba agotada de las casi nueve horas de vuelo.
Ahora mismo, la Inglesa se encontraba en su país natal, buscando en el aeropuerto por uno de sus familiares.
-¡Tia Paige!- La pelinegra se voltea al reconocer la voz de su sobrina mayor.
Al darse la vuelta es recibida por una oleada de abrazos, sus tres sobrinos estaban abrazándola por donde podían.
La Inglesa sonríe y toma al más pequeño en sus brazos.
-¿Que hacen aquí?- Dice la pálida sonriendo -¿Donde esta tu papá?
-Papá está en el trabajo- Dice su sobrina -Vinimos con la abuela.
Nada más con la mención, aquella mujer de rojo cabello no tarda en aparecer.
-¡Mi bebé!- La pelirroja se acerca a su hija con los brazos abiertos.
Paige deja en el suelo a su sobrino para poder envolver a su madre en un fuerte abrazo.
-Te extrañe mucho- Dice la mujer mayor en su marcado acento inglés.
-Yo también los extrañé como loca- Dice la pelinegra sonriendo, sintiendo como sus ojos se aguaban.
-No lo creo, con ese hombre a tu lado- Dice la pelirroja separándose de su hija para poder mirar su rostro -Donde esta Seth, quiero ver el anillo.
Paige había salido temprano de su trabajo la noche anterior.
Luego de las palabras de Stephanie, no tenía el valor para acercarse de nuevo al bicolor, lo único que haría sería romperle más el corazón.
Estaba decidida en comenzar de nuevo, en su ciudad natal, con su familia.
Braun le había dado dinero suficiente para completar su pasaje de avión.
La Inglesa se lo había agradecido una y mil veces antes de retirarse, diciéndole que le devolvería cada centavo.
La madre de la pelinegra sabía que algo andaba mal al mencionar a su futuro hijo en ley y que su hija no sonriera como una niñita.
-¿Que pasó cariño?- Pregunta la pelirroja preocupada al ver lagrimas rodando por el rostro de su hija.
-No puedo hacerlo feliz- Dice la pálida conteniendo el impulso de llorar amargamente.
Su madre la mira frunciendo el ceño, no entendiendo muy bien lo que aquello significaba.
-¿Tia Paige porque estás llorando?- Pregunta uno de sus sobrinos mirándola con tristeza.
Paige limpió sus lagrimas y se arrodilló ante sus sobrinos.
-Solo estoy muy feliz de verlos- Dice la pelinegra sonriendo al ver como sus tres angelitos sonreían ante sus palabras.
La Inglesa no mentía, estaba más que feliz de verlos y no podía esperar para ver al resto de su familia.
Pero algo en ella estaba roto y sabía que lo estaría por mucho tiempo o quizá esté rota para siempre.
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