Capitulo 2
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-¿Paige estas lista?
-No- Contesta la pelinegra, nerviosa.
Seth suelta una pequeña risa -No sera tan malo, solo sera una pequeña cena, luego volveremos a casa justo a tiempo para poder terminar lo que dejamos pendiente.
La pelinegra sonríe con picardía y le da un suave beso a su prometido.
-Mientras mas temprano vamos, mas rápido volvemos- Dice la pálida, tomando la mano de su prometido, arrastrándolo a la salida de su cuarto de hotel.
Al llegar a la gran mansión la pálida Inglesa sintió su estomago revolverse, al parecer no seria una cena familiar como su prometido le había comunicado, si no mas grande que eso.
Comenzando a entrar en pánico, Paige dirige su mirada al castaño, quien formo una linea con sus labios.
-Lo hizo de nuevo- Dice Seth.
La fémina frunce el ceño ante sus palabras, pero decide callar.
La inmensa mansión parecía estar repleta de invitados y seguían llegando.
Al estar frente a la gran entrada de la gran mansión, Seth toma de la mano a su prometida, la pelinegra suelta un suspiro y ambos se encaminan dentro.
-Sethyy- Una aguda voz retumba los oídos de la Inglesa.
Una mujer de unos 40 años se lanza a los brazos del castaño hombre.
-Mamá- Dice Seth con dificultad.
Paige tiene que morder su labio inferior para no reír.
-Te extrañe mucho mi cielo, creí que jamas volvería a verte- Dice la mujer.
-No exageres mamá- Dice el hombre riendo -Quiero presentarte a alguien.
La Inglesa se prepara mentalmente para la reacción de su futura suegra.
La mujer de cabello castaño voltea para encontrarse con la cálida sonrisa de la pálida pelinegra.
-Un gusto, soy...
-Paige- La mujer la interrumpe y extiende su mano -Un gusto soy Stephanie McMahon.
La Inglesa estrecha su mano y puede sentir que el aire se vuelve tenso.
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-Bueno Becks ¿que paso?- Dice el Irlandés sentándose en el sofa.
-Hay algo que quiero decirte, algo... no se si es malo- Dice la pelinaranja tratando de no tartamudear.
-¿Que paso? ¿alguien te hizo algo? ¿te lastimaron de regreso a casa?- Finn dice preocupado.
Aunque el par de mejores amigos trabajasen juntos, sus horarios no siempre coincidian.
Algunas veces la Irlandesa tenia que volver sola a casa, ya que el café bar cerraba a las nueve y media de la noche.
Becky niega con la cabeza y siente un nudo en su garganta, no podia decirlo, no queria arruinar nada mas. Finn le habia dado todo, una amistad por años, una nueva vida, una oportunidad, no podia y no queria arruinarlo.
La pelinaranja sabia que su mejor amigo la apoyaria, pero simplemente no le parecia justo ¿que le habia dado ella? nada mas que problemas.
-¿Becky me asustas, que paso?
-Yo...- La Irlandesa se golpea mentalmente por pausar y alargar mas la situación -No puedo decirlo.
Becky no es conciente de su llanto hasta que siente un chorro de lagrima gotear sobre su pecho.
-Dios soy un desastre- La fémina rueda los ojos y se limpia el rostro inutilmente.
-No lo eres- Finn se acerca a su mejor amiga para envolverla en sus fuertes brazos.
A Becky siempre le habia gustado estar los abrazos de su mejor amigo, la hacian sentir protegida, la Irlandesa no tenia a nadie mas que la haga sentir de esa forma.
La fémina esconde su rostro en el cuello del ojiazul, sollozando.
-Estoy embarazada.
Ante el silencio de su mejor amigo, Becky se separa de él para poder ver su rostro, podía decirse que el hombre estaba en shock, practicamente petrificado.
-Lo siento- Dice la pelinegra soltando un sollozo de nuevo.
El Irlandés recupera el sentido comun y mira a su mejor amiga, hecha un desastre.
-Hey no llores- Es lo primero que dice.
Ante esas palabras, Becky no es capaz de contener mas lagrimas y sollozos.
Sabía que Finn la apoyaría, él nunca le daría la espalda y eso hacía que la fémina se sintiera aun peor.
-No debes llorar, mirame- El hombre toma el rostro de su mejor amiga en sus manos y la obliga a mirarlo.
-Lo siento, arruinar las cosas es lo unico que hago, me odio por hacerte esto- Confieza.
-No digas eso- El ojiazul sonrie -Tu eres mi pequeña hermana y tengo que cuidarte.
De pronto, para Becky, los labios de su mejor amigo le parecian un manjar exquisito para probar y sin negarse a ellos, la pelinaranja ataca sus labios.
Finn se sorprende pero no dice o hace nada.
Becky se separa inmediatamente de él.
-Lo siento, soy una idiota, lo siento, no se que me paso.
Finn suelta una sonora risa.
-Las hormonas cariño, tendras que lidiar con ellas en todos estos meses.
La pelinaranja ríe ante su accion y se cubre la cara.
-Dios, ni siquiera puedo cuidar de mi, que haré con un bebé- La Irlandesa piensa en voz alta.
-Me tienes a mi y puedo garantizarte que sere el mejor tío del mundo, voy a malcriar a este pequeño o pequeña.
Becky ríe.
-No, no lo harás- Ambos comparten risas hasta que Finn decide preguntar.
-¿Sabes quien es el padre?
La sonrisa de la pelinaranja se borra al instante.
-Si- Responde -Se que es americano y que probablemente no me recuerde, fue una noche muy loca.
-Bien- Dice Finn -Porque no pienso compartir a mi sobrino.
Becky sonríe de oreja a oreja.
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Carmella se encontraba sentada en un sofá bebiendo vino, sola, de nuevo.
Había aceptado asistir a esa estúpida cena familiar para una cosa, comer.
Un moso se detiene al sentir el agarre de la pelirrubia en su brazo.
-No necesitaras eso cariño- Dice la fémina, quitándole la bandeja de bocadillos de la mano.
El moso, confuso, decide retirarse sin decir nada.
Carmella sonríe complacida y decide ingerir el primer pedazo de bocadillo, pero su concentración es interrumpida por un largo suspiro de cansancio.
-¿Y tu eres?- Pregunta la rubia con la boca llena, mirando a la mujer que se había sentando al lado de ella en el sofá.
La mujer a su lado frunce el ceño, pero decide responder.
-Espera- Carmella la interrumpe -Ya se quien eres, eres el nuevo juguete de Stephanie.
La pálida mujer a su lado frunce el ceño aun más.
-¿Disculpa?
-Por favor no me vengas a decir que te llevas bien con ella, las he visto interactuar en toda la noche y puedo decirte que te odia.
Paige iba a abrir la boca para responder ante las burlas de la desconocida mujer, pero decide callarse al darse cuenta que la pelirrubia tenia razón.
No estaba segura si su suegra la odiaba, pero si, podría decirse que no parecía querer que estuviera allí.
-No te preocupes, no es nada personal, ella es una perra con todo el mundo- Dice Carmella al darse cuenta que lo que había dicho fue muy brusco -Me odia a mi.
-¿Porque?
-Digamos que soy como la oveja negra de la familia, por cierto, felicidades por tu compromiso- Dice tomando un sorbo largo a su vino -Te ganaste al que vale la pena en esta familia.
-Gracias- Dice la pelinegra sonriente -Soy Paige.
-Carmella- La fémina da un ultimo sorbo a su vino, terminando la copa.
-Wow ¿te gusta el vino?- Pregunta Paige.
-En realidad lo odio- Confiesa riendo -Pero estoy sola y aburrida.
La Inglesa suelta una pequeña risa.
-Creo que encontré a mi nueva mejor amiga- Confiesa la pelinegra.
-Genial, me la presentas- Bromea la rubia, haciéndose la tonta.
Ambas féminas comparten una sonora carcajada.
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Alexa cierra la puerta de su apartamento con pocas ganas.
Otro dia aburrido habia concluido.
La pelirrubia se quita los converse y hace su camino a su habitación, empezado con la rutina nocturna.
Toma una corta ducha y se coloca su pijama favorita.
Hace su camino a la cocina, donde se prepara un sandwich de atun, luego se dirije a su pequeña sala, toma el control remoto y enciende la television, buscando algo interesante para pasar la noche.
El teléfono de la fémina suena, indicando que le habia llegado un mensaje.
Merienda en el Coffie bar mañana, tengo noticias.
-Eva.
¿Que noticias?
-Lexi.
Es una sorpresa.
-Eva.
Alexa iba a contestar pero un moviénto torpe de su parte hizo que el atun que traia en su mano izquierda cayera al piso, al igual que su teléfono.
La fémina suelta un suspiro de molestia ante su torpeza.
Luego de limpiar el desorden del sandwich, Lexi se acerca a su teléfono aun tirado en el piso y lo toma en sus manos, dandose cuenta que la carcasa no estaba.
Con la mirada lo busca y lo encuentra no muy lejos, lo tema en mano y antes de volver a colocar su teléfono en el, se da cuenta de un pedazo que papel estaba dentro de la carcasa.
La pequeña rubia rueda los ojos y toma el pedazo de papel entre sus dedos.
En el, estaba escrito un numero de teléfono, la fémina iba a tirar aquel troso de papel pero algo en ella le decia que debia quedarse con el.
Dudando un par de veces, Lexi guarda el papel dentro de la carcasa de nuevo.
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-Estoy agotada- Dice la castaña tirandose en la cama de su hermana.
-Que Daniel haya salido no significa que puedas acostarte en su lado se la cama.
-Quiero vino- Dice Nikki pensativa, ignorando las palabras de su gemela.
Brie rueda los ojos.
-No despues de que manchaste mi alfombra.
-Porfavor- Nicole la mira con ojos de cachorro.
-Esa cara de perro mojado ya no funciona- Dice la gemela menor.
Nicole no cambia la exprecion en su rostro.
-Bien- Dice la delgada castaña en un tono molesto.
Rapidamente, la gemela mayor se pone de pie y sale de la habitación, dirijiendose a la cocina donde sirve dos copas de vino.
-Eres rapida- Brie ríe al entrar en la cocina.
Nicole le pasa la copa de vino.
-Soy una adicta que puedo decir- Dice Nicole.
-Hablando de adiccion, como van las cosas con el novio de tu jefa.
Nikki frunce el ceño.
-¿Como van las cosas?- Pregunta.
-La ultima vez que me hablaste de él tenías esa mirada en tu rostro, conozco esa mirada, siempre consigues lo que quieres- Dice su hermana.
-Si, pero me encanta mi trabajo y mi jefa me adora.
Brie rueda los ojos con una sonrisa.
-Como digas.
-¿Como digas?
-Si, como digas.
El silencio invade entre las gemelas.
-Que estas pensado Brie.
-En nada, solo que, tu eres una experta, sabes como cometer un crimen sin que nadie se entere.
-¿Me estas insinuando para que me tire al novio de mi jefa? ¿Que clase de hermana eres?- Dice Nicole riendo.
-Una que le gusta verte feliz y se que una noche con ese hombre te hará mas que feliz- Dice Brie con una picara sonrisa.
Nicole suelta una carcajada, la cual es seguida por su gemela.
Era cierto, Nicole sabia donde pisar y donde no, donde podia entrar y donde no.
La pregunta es ¿lo aria?
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