Capitulo 15

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Carmella rueda los ojos con diversión ante las bromas de sus amigas.

El bar había cerrado temprano esa noche por motivos hasta ahora desconocidos y todos se encontraban bebiendo en el camerino de mujeres.

-Bien, sera mejor que me vaya- Dice la pelirrubia poniéndose de pie.

-No te vayas- Dice su rubio amigo tomándola del brazo.

-Déjala Tyler, seguro tiene con quien divertirse esta noche- Dice la pelirosada con una picara sonrisa.

-Si tan solo tuvieras razón- Dice Carmella con algo de melancólica fingida, lo que hizo a sus compañeros reír.

-Entonces quédate- Dice Tyler.

-No puedo, mi cuerpo necesitas descansar, los veo mañana.

Todos se despiden de la rubia para luego seguir bebiendo y riendo.

Carmella hace su camino fuera del bar por la puerta trasera, las calles eran oscuras y no inspiraban nada de confianza pero la pelirrubia estaba acostumbrada.

Haciendo su camino fuera de un desierto callejón la alta rubia es tomada por sorpresa cuando escucha el rugir de una motocicleta no muy lejos de ella, haciéndole dar un pequeño salto del susto.

-Te llevo- Dice una masculina voz riendo por lo bajo ante la reacción de la fémina.

Ajustando su mirada por la luz de la moto, la rubia rueda los ojos al ver al tatuado hombre montado en ella.

-¿No que no me seguías?- Pregunta con ironía.

-¿Quieres que te lleve? O prefieres congelarte y esperar a que algún idiota pueda hacerte algo.

-Se cuidarme sola, no te necesito- Dice la rubia frunciendo el ceño.

-Apuesto todo lo que tengo a que si, pero seria inteligente tomar mi propuesta.

Carmella lo piensa unos segundos hasta que accede, no podía negar que estaba congelándose y que sus piernas estaban matándole por todo el esfuerzo que hizo en el día.

-Bien- La fémina se acerca a la motocicleta.

El hombre se quita su chaqueta pasándole a la rubia con su casco

-Tendrás mas frío si no lo usas- Dice.

Carmella toma la chaqueta en sus manos y se la coloca al igual que el casco, para luego montarse en la motocicleta detrás de aquel hombre.

-Sujétate bien.

Dicho esto, el tatuado acelera a toda velocidad haciendo a la rubia colocar sus brazos instintivamente alrededor de su torso, lo que lo hizo sonreír.

Tras unos minutos de recorrer las calles de New York, el par llega al departamento de la rubia.

-¿Como sabes donde vivo?- Dice la rubia soltándose lentamente de aquel hombre y disponiéndose a bajar de la moto.

-Intuición- Dice el tatuado encogiéndose de hombros.

-Si seguro- Dice la rubia rodando los ojos, mientras intentaba quitarse el casco.

-Te ayudo- Carmella se acerca al hombre, quien baja de su moto para poder ayudarla con mas facilidad.

-Nunca me dijiste como te llamas- Dice Carmella mirándolo, dándose cuenta de lo cerca que estaban.

-Soy Baron- Dice el tatuado.

-¿Solo Baron?- Pregunta la rubia.

-Baron Corbin- Responde.

Finalmente la rubia es libre al sentir como Baron saca con cuidado el casco de su cabeza.

-Bueno, gracias Baron- La pelirrubia le extiende la mano con intenciones de que la estrechara.

En cambio, el pelinegro la tomo del brazo acercándola a él lo suficiente para robarle un beso.

Carmella no se negó, tomo al hombre por los hombros profundizando el beso, hasta que la razón la golpeo como un martillo.

Rápidamente se separo de él.

-¿Porque hiciste eso?- Dice nerviosa tocando sus labios.

-¿Porque correspondiste?- Dice Baron en un tono de burla.

-Eres un idiota- Dice la pelirrubia molesta para luego dar media vuelta y entrar en su departamento.

-No, esto no termina aquí- Dice Corbin con una gran sonrisa en sus labios.

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Alexa sale del auto con los nervios a flor de piel, no sabia si estaba haciendo lo correcto.

-Hey no tengas miedo, estoy aquí- Dice el Irlandés colocándose a su lado.

La pequeña rubia sonríe aliviada y toma de su mano.

-Si son unas perras contigo, les arrojo la gran torta que puede verse desde aquí.

Alexa suelta una sonora risa ante el comentario del ojiazul.

Ambos se encaminan a la entrada de la fiesta de boda, mostrandole al guardia de seguridad la invitación que sorprendente y sospechosamente era para dos.

La pelirrubia divisa a sus dos mejores amigas, hablando animadamente mientras sus respectivos esposos también mantenían una amigable conversación no muy lejos de ellas.

Armándose de valor la rubia avanza hasta el dúo de féminas con pasos decididos.

-Hola chicas- Dice esperando a no sonar tan nerviosa.

Ambas féminas voltean a verla.

-¡¡Lexi!!- La pelirroja es la primera en tomarla en sus brazos -Viniste.

La pequeña rubia deja salir un suspiro de alivio y al ser soltada por Eva, es Maryse quien ahora la rodea con sus brazos.

-Me alegra que hayas venido- Dice la alta rubia.

-A mi también- Dice la pequeña mujer casi al borde de las lagrimas.

Al separarse puede ver que sus dos mejores amigas tienen su atención en Finn, quien miraba la escena con una pequeña sonrisa en el rostro.

-Lo siento, chicas él es Finn, él es...- Lexi calla al no saber que decir.

-Su novio, soy su novio- El Irlandés extiende la mano.

-Un gusto, soy Eva, la novia- Dice la pelirroja estrechando su mano.

-Soy Maryse- Dice la rubia inspeccionando al hombre de pie a cabeza sin expresión alguna en el rostro.

-Bien Lexi, quiero que me cuentes todo sobre esto- Dice Eva tomando la mano de la pequeña mujer para alejarla.

Alexa voltea a ver a Finn, quien le dirige una tranquilizadora mirada, indicándole que estaba bien.

Al perder a ambas féminas con la mirada, Maryse decide hablar.

-Así que... ¿como conociste Alexa?- Pregunta la rubia.

-Ya nos conocíamos en realidad.

-Oh eres ese chico que siempre la hacia sentir mal con sus comentarios- Dice la Franco-Canadiense en un tono para nada amigable.

-Si, pero tuve la oportunidad de conocerla mejor cuando me contó que sus supuestas mejores amigas le pusieron un ultimátum.

Maryse lo mira con veneno en los ojos.

-Mira, Lexi ya a pasado por bastante, le arias un favor en desaparecer si en realidad no tienes nada sincero que ofrecerle.

-Quien dice que no tengo nada sincero que ofrecer- Dice el Irlandés.

-No lo se, yo solo la cuido como siempre hago, si no tienes buenas intenciones, mejor hazte a un lado- Sin decir mas la rubia se aleja para ir junto a sus dos mejores amigas.

Finn queda paralizado en su lugar.

Buenas intenciones- Piensa.

-¿Estas bien amigo?- Pregunta uno de los hombres que estaban cerca -No lo tomes a pecho, Maryse siempre fue muy protectora, incluso en la escuela.

-Si, eran como las guarda espaldas de Lexi ¿recuerdas Mike?- Dice el otro hombre mirando al ojiceleste.

De pronto, el Irlandés siente un montón de peso encima de él.

-Creo que mejor me voy- Dice dispuesto a marcharse.

-Bueno, no soy el único que le tiene miedo a mi esposa- Finn escucha decir al tal Mike mientras salia a tomar aire fresco.

Buenas intenciones, buenas intenciones ¿las tenia?- Se pregunta.

El Irlandés había estado recostado sobre su auto por unos largos minutos, casi parecían horas.

El sonido de su teléfono lo saco de sus pensamientos.

¿Donde fuiste? No te veo por ningún lado.
-Alexa

El Irlandés suelta un suspiro de cansancio.

Tuve que volver, lo siento, es Becky.
-Finn

¿Esta bien? ¿Le paso algo?
-Alexa

Ella esta bien, solo necesita compañía.
-Finn

Mándale mis saludos y buenas noches.
-Alexa

Lo haré.
-Finn

Te quiero.
-Alexa

El ojiazul decide no responder a aquel mensaje.

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-Llegamos- Nicole se baja del auto de Roman percatándose que él hacia lo mismo.

-Bueno, gracias otra vez por acompañarme Sr. Reigns- Dice la castaña.

-No es molestia y creo que te dije que puedes llamarme Roman.

-Creo que mejor lo llamo mas profesional- Admite la castaña.

Roman casi suelta una carcajada, pero se contiene.

-¿Mas profesional? ¿que paso con la Nicole hace unos minutos en aquel bar?

La castaña lo mira confundida.

-Ya sabes, la Nicole que choco conmigo pretendiendo no verme, la que me parecía ser mas suelta- Dice Roman.

La castaña siente sus mejillas arder.

-No se de que habla.

-Sr. Reigns, quiero decir Roman- Dice el hombre imitando a la castaña.

Nicole no es capaz de contener la sonora carcajada que sale de su boca.

-Dime, que paso con esa Nicole- Dice el Samoano mirándola directo a los ojos.

La gemela mayor mira sus profundos ojos negros, sintiendo como sus piernas flaqueaban.

Sin previo aviso, Roman se acerca mas a ella, lo suficiente para sentir la respiración de ambos mezclándose.

-Vas a decirme o tengo que forzarte.

La castaña no se mueve, su cuerpo no respondía.

-Bien, tendré que forzarte.

Sin mas, el Samoano une sus labios a los de la castaña, tomándola de la cintura para no dejarla escapar.

Nicole siento su corazón latir a mil por hora, no podía creer que el sexy novio de su jefa estaba besándola, si esto era un sueño, la castaña no quería despertarse nunca.

El beso iba subiendo de intensidad, tanto así que el pelinegro decidió colocar sus manos bajo la remera de la fémina.

-Quieres entrar- Dice Nicole en medio del beso, no pretendiendo separarse.

En respuesta el hombre bajo mas su manos hasta posarse en su espalda baja, apretándola mas contra él.

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La pelinegra entra en la habitación de su prometido, tirando su bolso en alguna parte para luego dejarse caer en la cama.

La Inglesa no pensaba en nada mas que en su prometido.

¿Que dirá cuando se entere?

¿Que pensara?

¿Que hará?

No puedo hacerlo feliz.

Sin mas tiempo, la pelinegra se puso de pie y comenzó a quitar todas sus pertenencias del closet de su prometido.

Minutos mas tarde se encontraba colocando una corta nota dentro de un sobre, junto con su anillo de compromiso.

La Inglesa iba bajando las escaleras sin animo y con dificultad.

-¿Se puede saber a donde vas con esa maleta?- Paige levanta la mirada para encontrarse con su nuera, ex nuera debería decir.

-Me voy Stephanie.

La castaña deja salir una sonora risa -Muy graciosa, donde esta la cámara.

-Tenias razón- Dice la Inglesa haciendo caso omiso al comentario -No puedo hacerlo feliz.

La mas joven deja caer una pequeña lagrima, seguida por mas.

-¿Que le hiciste a mi hijo?- Dice la castaña seria.

-¿Quieres darle esto?- La Inglesa termina de bajar las escaleras, acercándose a la mujer mayor para entregarle aquel sobre -Solo, asegúrate que alguien que pueda hacerlo realmente feliz este a su lado.

Sin mas que decir, la pálida mujer hace su camino fuera de la mansión, queriendo que todo esto solo fuera una horrible pesadilla.

Sin perder tiempo Stephanie abre el sobre viendo el precioso anillo, saca la carta y comienza a leerla.

-Oh pequeña- Dice la castaña sintiendo su corazón estrujarse.

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Finn entra a su apartamento, cerrando la puerta detrás de él deja salir un cansado suspiro.

¿Que haré?- Piensa.

Dispuesto a encerrarse en su habitación, el Irlandés avanza hasta que siente la presencia de alguien mas en la sala.

El ojiazul mira a su lado izquierdo para encontrarse con un hombre totalmente extraño saliendo de la habitación de su mejor amiga.

-Hola viejo- Dice el hombre acercándose a él.

Que demonios- Piensa el Irlandés.

Sin esperar a que se acerque del todo, Finn avanza hacia él para proporcionarle un fuerte golpe en la mandíbula, lo que hizo al otro hombre caer de bruces al suelo.

El ojiazul se coloca encima del hombre para seguir proporcionarle golpes en su cara.

-¡Finn!- El Irlandés escucha la preocupada voz de su mejor amiga, pero no se detiene.

-Finn, déjalo- Esas palabras le resultaron extrañas, pero no se detuvo.

-Finn, basta- La Irlandesa lo toma del hombro queriendo apartarlo -Basta Balor, él es el padre.

El Irlandés deja de golpear al hombre al instante y se voltea para ver a su mejor amiga por primera vez, quien solo iba envuelta en una ligera sabana.

-¿Que?

Finn estaba confundido, furioso, ¿porque solo estaba cubierta con esa sabana?

-Él es el padre- Dice Becky tratando de no sonar nerviosa ante la mirada de su mejor amigo.

Ambos amigos voltean para ver al hombre tirado en el piso con dos cortaduras en rostro, obviamente inconsciente.

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