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-Bien, quiero hacerlo en el lugar mas costoso de Manhattan, quiero que las decoraciones estén perfectamente colocadas, quiero los cubiertos impecable, los manteles....

La castaña para de hablar al escuchar un carraspeo.

-Esas son buenas sugerencias Sra. Levesque pero me gustaría escuchar la opinión de la novia.

Stephanie rueda los ojos y mira a su derecha para encontrar a su nuera con sus labios unidos en una linea.

El ambiente se torno incomodo.

Nicole había advertido a su hermana sobre esa mujer, pero la gemela menor jamas creyó que ese comportamiento seria tan literal.

-Paige- Dice Brianna mirando a la pálida -Dime tus ideas.

La Inglesa mira a su nuera quien saca su teléfono celular y comienza a teclear en el.

Reprimiendo el impulso de rodar los ojos, la mas joven sonríe en señal de disculpas a la castaña frente a ella.

-Bueno, siempre quise una boda sencilla, quizá en algún jardín, con flores rojas y decoración blanca, muchas luces y básicamente eso.

Brianna sonríe ante la imagen en su cabeza.

-Me encanta, tienes buen estilo- La Inglesa sonríe tiernamente -Podemos hacerlo cuando quieras.

-Si vas a gastar el dinero de mi hijo, hazlo bien- Murmura la castaña.

Brianna borra la sonrisa de su rostro y siente el impulso de rodar los ojos.

-Estaré en contacto- Dice la Inglesa poniéndose de pie.

Brie la imita y extiende su mano para segundos mas tarde ser estrechada por la pelinegra, pensó pasarle la mano a la castaña, pero en vista que esta solo miraba a otro lado, Brianna se alejo con una sonrisa dirigida a la Inglesa.

Vaya mujer- Piensa la gemela menor.

-¿Stephanie quieres por favor ser mas amable?- Dice la pelinegra rodando los ojos.

-Si no te gusta la nuera puedes cambiarla.

Paige resiste el impulso de rodar los ojos de nuevo.

Se sentía como una madre tratando de educar a su niña malcriada.

La Inglesa no estaba para los juegos de Stephanie, no hoy.

Este día lo tenia esperando por dos semanas enteras, no tenia tiempo para Stephanie y su capricho de quedarse con Seth para ella sola.

Si la castaña seguía empujando, Paige perdería la cabeza.

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-De nuevo- Nicole deja salir un suspiro, no sabia si de frustración o alivio.

-Sip, otra vez- Dice su rubia compañera tecleando en su computadora -Ya te dije lo que tienes que hacer.

-No haré tal cosa Lana, olvídalo- Dice la castaña tomando asiento detrás de su escritorio, rodando los ojos ante la insistencia de la rubia.

Hacia mas de una semana que los vasos secretos de vino aparecían mágicamente en su escritorio.

El remitente, bastante obvio.

-Te diré lo que aremos esta noche...

Nicole rueda los ojos con una sonrisa.

-Iremos a ese bar, veremos si tengo suerte con algún idiota, nos divertiremos, beberemos y si por las coincidencias de la vida lo encontramos... te acuestas con él.

La gemela mayor se atraganta con el sorbo de vino que iba ingiriendo.

-No are eso.

-¿Asustada de la jefa?

Nikki solo rueda los ojos, mientras comienza a chequear la agenda de su jefa.

-Intentando de nuevo- Dice la rusa en su marcado acento, mirando a su compañero de trabajo con una sonrisa burlona.

Nicole levanta la mirada confusa, encontrándose con un Tom bastante despreocupado.

-Muy graciosa, solo quiere discutir algunas cosas- Se defiende el hombre.

-Tengo una idea- Dice la rubia de la nada.

-Acabo de decirle a Nicole que se tire al novio de la jefa, pero es muy cobarde para hacerlo, así que, que les parece si ambos se ayudan, iremos al bar esta noche y si lo encontramos y te acuestas con él, le estas dando una oportunidad a Tommy con Fox.

-Eso no tiene ningún sentido- Dice la castaña riendo.

-¿Crees que no puedo hacerlo por mi cuenta?- Dice el hombre, viéndose claramente ofendido.

-Seamos realistas Tom Philips- Dice la rubia.

Tom iba a protestar, cuando se da cuenta que no tiene un argumento coherente, decide callarse.

-Hecho, esta noche sera divertida- Dice la rubia sonriendo coqueta.

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La pelinaranja esconde su rostro en el libro que se encontraba leyendo, cada vez mas impaciente por saber como termina, estaba a solo unas pocas paginas y el problema solo parecía crecer más y más.

Becky sabía que ese libro no terminaría bien, lo cual le daba una sensación agria en la boca, se había encariñado tanto con los personajes.

-Creo que elegiste el libro incorrecto.

La Irlandesa sube la mirada para encontrarse con unos ojos cafés, observándola.

La segunda vez que había vuelto a esa biblioteca, había descubierto que él trabajaba allí, desde entonces va cada vez que tiene tiempo libre para ella sola.

Le gustaba la biblioteca, el aroma, el silencio, el hombre frente a ella, de lejos, solo de lejos.

Como te gusta sufrir- Se repetía la pelinaranja cada vez que iba en dirección a esa biblioteca.

-¿Disculpa?- Dice distraída.

Phil sonríe de medio lado -Stephen King, no creo que sea una buena elección en tus condiciones.

-¿Mis condiciones?

Phil suelta un suspiro y avanza hasta quedar al lado de la fémina, ocupando el espacio en el sofá al lado de ella.

-Tienes a un pequeño tú en tu estomago Becks y ese pequeño tú siente y escucha todo lo que sientes o dices... ¿quieres asustarlo?

Becky vuelve su vista al libro.

-Estoy casi terminando- Aquello sonó casi a una rabieta, lo que hizo al hombre sonreír inconscientemente.

-Es tu pequeño tú, yo solo doy un pequeño consejo- Dice el tatuado para ponerse de pie.

El hombre hacia su camino a la sección que estaba indicado, cuando escucha su nombre ser llamado.

-Phil- Dice la Irlandesa una vez mas, alcanzándolo.

-Becca- Dice girándose para verla.

-¿Tienes planes al salir de aquí?- La pelinaranja sabia que se arrepentiría de ello.

-No en realidad.

-Estaba pensando, en dar un paso por el Central Park mas tarde y su tío- Dice frotando su vientre -Odia que ande sola a tales horas así que... ¿quieres venir?

Phil sonríe de oreja a oreja y mira al pequeño bulto en el estomago de la Irlandesa.

-Encantado.

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Alexa sonríe con malicia al ver su carta.

-Porque esa sonrisa- Dice el Irlandés frunciendo el ceño.

-Por nada- Dice la rubia haciéndose la indiferente.

El ojiazul entrecierra los ojos, mirándola con desconfianza.

-Es tu turno- Dice la pequeña rubia.

Finn coloca una de sus cinco cartas en el medio, encima de la carta color roja como la suya.

Alexa sonrie con malicia y muestra su ultima carta, color roja.

-Hiciste trampa- Dice el Irlandés poniéndose de pie.

-¿Que? Claro que no- Se defiende la rubia.

-Si, hiciste trampa, estoy seguro que tenias una carta verde.

-Ammm si, en la penultima vuelta, y acabas de confesar que hiciste trampa mirando mis cartas.

-No es mi culpa que me las muestres.

-Calla- Dice la rubia riendo.

Finn se acerca con una sonrisa burlona, tomando a Lexi de las cintura.

-Aprende a perder- Dice Alexa colocando sus manos alrededor de su cuello.

-Sera dificil- Dice el ojiazul.

La pequeña rubia rueda los ojos.

Alexa jamas creyo verse de esa forma con Finn Balor, el ojiazul era quien más la molestaba día a día.

Aquel hombre la habia tomado por una chica fácil, por una chica que desesperadamente necesitaba de un hombre.

Y ahora, ambos estaban en los brazos del otro, respirando tan cerca que sus narices rozaban.

Tan cerca que Alexa sentia la necesidad de cortar cualquier espacio entre ellos.

Y como si Finn pareciera leer su mente, tomo el rostro de la rubia en sus manos para plantar un profundo beso en sus labios.

Alexa sentia que el aire se le iba en ese beso, sus rodillas comenzaron a darle esa vibracion familiar de nuevo.

Finn la recosto gentilmente en su cama, colocandose encima de ella, con cuidado de no aplastarla, besando su rostro, mejillas, frente, nariz, cuello.

Lexi podia sentir el cambio drastico de ambiente, de pronto todo su cuerpo quemaba y su ropa la molestaba.

Alexa rompio el beso para quitarse la olgada remera que traia puesta.

El ojiazul examina el torso desnudo de la pequeña rubia.

-¿Estas segura?- Pregunta el Irlandés.

Lexi solo asiente con la cabeza, envuelve sus brazos alrededor de Finn, atrayendolo a ella para fundirse en sus labios.

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La pelinegra sonrie tiernamente al ver a su prometido entrar a su habitación

El bicolor iba vestido no muy formal, solo unos jeans y remera de su banda favorita.

-¿Se puede saber a donde vas?- Pregunta la Inglesa.

-Es mi despedida de soltero- Dice Seth acercandose a la cama donde se encontraba su prometida.

-Nos casaremos en tres meses- Paige rie -Inventa algo mejor la proxima.

El bicolor sonrie y se sienta en la cama, colocando su brazo alrededor de la palida mujer, acercandola a el.

-Saldré con Dean y Roman- Confieza -Dean quiere una excusa para beber y dice que esto es una despedida de soltero adelantada.

La pelinegra rueda los ojos al escuchar la mencion del castaño.

Seth suelta una risa divertida ante la reacción de la fémina.

-Pero, no volveré tarde y mañana pasaremos todo el dia juntos, como antes.

-¿Lo prometes?- Dice la palida.

Desde que habian llegado a New York el bicolor se la pasaba ocupado con su padre, nada de que alarmarse, el hombre solo buscaba tiempo con su hijo que no veia hace cinco años.

Mientras que Paige estaba ocupada con los preparativos de la boda y soportando el comportamiento de Stephanie.

La pareja no habia tenido tiempo en pasar el rato juntos, solo a la noche cuando ambos llegaban de sus respectivos compromisos.

-Lo prometo- El bicolor coloca su mano en el vientre de la Inglesa.

Paige casi entra en panico.

-No puedo esperar a empezar una familia contigo- Susurra en su oido.

La fémina sonrie abiertamente, colocando su mano sobre la de su prometido.

-Yo tampoco.