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-Que demonios.

Finn abre los ojos lentamente para encontrar a su mejor amiga parada frente a él.

Frunce el ceño ante sus palabras hasta que siente los brazos de alguien sobre su pecho.

El Irlandés dirige su mirada a su lado derecho para encontrarse con el rubio cabello de Alexa.

Quería sonreír ante la imagen de la pequeña rubia dormida en sus brazos, pero no sabia como su mejor amiga tomaba esta noticia.

Si, apenas se conocían y si, Alexa también era una mujer hecha y derecha para hacer lo que se le venga en gana.

-Cocina- Susurra la Irlandesa a su mejor amigo para luego salir disparada a la cocina.

El ojiazul se mueve cuidadosamente hasta salir del sofá cama, pronto, Alexa lo reemplaza con una almohada extra.

Traidora- Piensa divertido el Irlandés.

-Que mierda Finn- Dice la pelinaranja al ver entrar a su amigo a la cocina.

-¿Que?- Pregunta.

-Te lo pregunte miles de veces y tu respuesta siempre era un no, porque me mentiste- Reclama la fémina.

-No lo sabia Becky, hace unos meses pensaba que era la mujer mas irritante y anoche, casi me volví loco con solo tenerla tan cerca.

-Suenas a un idiota enamorado- Dice la Irlandesa sonriendo.

Finn rueda los ojos.

-No estoy enamorado, apenas la conozco.

-¿Y? Eso no me paro a mi cuan...- La Irlandesa calla al darse cuenta de lo que diría.

-¿Cuando?- Pregunta el hombre curioso.

-Cuando... cuando salia con Neville- Miente.

-Neville fue un idiota que te llevo por malos lares- Dice el Irlandés molesto.

-Aun así no podía evitar el sentimiento- Dice Becky encogiéndose de hombros.

-Dime que él no es...

-No Finn, él no es el padre- La fémina lo interrumpe rodando los ojos.

Finn suelta un suspiro de alivio.

-Gracias a Dios.

Becky niega la cabeza con una sonrisa.

-¿Puedo pedirte un favor?

Becky no responde, solo lo mira esperando a que hable.

-¿Puedes cubrirme hoy?- Pregunta apenado.

La Irlandesa siente su corazón derretirse al ver a su mejor amigo de esa forma.

-Te das cuenta que le estas pidiendo a una embarazada cubrir tu turno de la mañana... en sábado, sin mencionar que esa mujer embarazada esta molesta contigo hace una semana.

-Por favor.

-No trabajo los sábados Finn- Becky se queja.

-Por favor- El ojiazul casi suplica.

Becky rueda los ojos.

-Bien, me debes una.

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Carmella avanza por las calles de Manhattan con pasos lentos y cansados.

La noche anterior se la paso bailando en el club y solo había tenido tres horas de sueño.

La pelirrubia de larga cabellera se había dormido en uno de los sofás del camerino, no le había importado que todos estén de un lado para el otro corriendo, riendo y gritando.

-Mas rápido cenicienta- Dice la pelirosa quien iba unos pasos frente a ella.

Carmella no sabia como su amiga podía estar con tantas ganas, se había olvidado completamente de lo que conllevaba trabajar en ese bar.

La rubia se apresura y sigue a su compañera de trabajo hasta que la pelirosa desvía para entrar a un café.

-No- Carmella casi grita.

Sasha se voltea para mirarla con el ceño fruncido.

-¿Que? He venido aquí antes, no esta mal- Dice confusa.

-No es eso- Carmella rueda los ojos -Solo sigamos.

Ambas habían quedado en acompañarse hasta sus respectivos apartamentos, ya que quedaban bastante cerca.

Lo único que Carmella quería, era llegar a su piso, desplomarse en su cama y dormir hasta el día siguiente.

-Necesito un café y por lo visto también tu- Sasha toma a su amiga por la muñeca y la obliga a entrar al local con ella.

El café estaba casi despoblado, solo unas dos personas mas aparte de las féminas se encontraban en el lugar.

Carmella mira por todos lados en busca del hombre, pero no lo encuentra, lo que hace que se tranquilice.

Sasha avanza hasta la barra y pide dos cafés.

-Listo- Dice la pelirosa -Ven Mella.

La mencionada se acerca a ella, sentándose a su lado en la barra.

La rubia de pronto siente unos ojos puestos en ella y se tensa.

La noche anterior, aquel hombre no paraba de mirarla en el escenario, la miraba de una manera diferente a los demás hombres, la hacia sentirse pequeña.

A Carmella no le gustaba, la ultima vez que había dejado que ese sentimiento la consuma, había terminado mal.

La rubia mira a la puerta que dirija a la cocina y lo atrapa mirándola.

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Nicole se sienta en su escritorio para luego soltar un largo suspiro.

Había pasado la gran parte de la noche hablando con su hermana y contándole sobre las acciones del apuesto novio de su jefa.

Brianna había dicho que tenia que acostarse con ese hombre, a lo que Nicole solamente rió ante las ocurrencias de su hermana.

Como si un hombre de esa clase quisiera algo conmigo, solo esta jugando, típico- Piensa la castaña.

-Nicole- La mencionada gira a ver a su compañera.

-Sera mejor que tomes esa cosa antes que se enfríe, a nadie le gusta el café frío- Dice la rubia con una picara sonrisa.

Nicole frunce el ceño ante las palabras de su compañera de trabajo, hasta que dirige su mirada al vaso blanco en su escritorio.

Inconscientemente, la castaña sonríe y toma el vaso en manos, sintiéndolo frío, da un sorbo y siente el sabor familiar del vino.

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El bicolor entra a su habitación, encontrando a su prometida escribiendo en el escritorio.

Seth sonríe y se acerca a ella con pasos silenciosos.

La Inglesa estaba tan sumida en lo que hacia que no se dio cuenta que su prometido estaba detrás de ella.

El hombre envuelve sus brazos alrededor de Paige, haciéndola dar un pequeño salto del susto.

-Seth- Se queja con una sonrisa en los labios -Me asustaste.

-Ese era el plan- Dice el bicolor riendo, eleva la cabeza de su prometida para robarle un corto beso -¿Que es eso?

La pelinegra dirige su mirada al papel que estaba escribiendo.

-Es una pequeña lista de los invitados, tu madre esta haciendo una y tu deberías hacerla- Dice Paige.

-La tengo- Miente el bicolor.

La pelinegra entrecierra los ojos.

-Bien, no la tengo- Confieza -Puedo hacerla contigo ahora.

Seth levanta a su prometida de la silla y se sienta el, para luego hacer que la fémina se siente en su regazo.

-Bien, tienes a tu familia... son muchos- Dice riendo.

Paige ríe con él.

-Si, solo conociste a mis hermanos y mis padres, pero el verdadero problema es cuando conozcan a mis primos y tíos.

-Eso me relaja- Dice el bicolor en un tono nervioso.

Paige rueda los ojos con una sonrisa.

Para la Inglesa aun era imposible el hecho que estaba por casarse con el amor de su vida y tal vez, solo tal vez, una pequeña sorpresa en el proceso de estos días.

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Alexa abre los ojos lentamente al sentir los rayos de sol por su rostro.

Realmente, la pequeña rubia odiaba despertarse de esa forma.

-Buenas tardes- Dice una masculina voz.

Alexa sonríe inconscientemente.

-¿Que hora es?- Pregunta frotando sus ojos con sus manos.

-Exactamente las dos de la tarde- Dice el Irlandés sentándose a su lado.

La rubia se sorprende haber dormido tanto.

-Tengo el desayuno listo.

-¿Desayuno?- Pregunta Alexa sonriendo -Creí que dijiste que eran las dos.

-Si, pero como pensé que no dormirías tanto prepare el desayuno.

Alexa rió y se tiro de nuevo en la cama.

-¿Me lo traes?

Finn frunce el ceño con una sonrisa.

-¿Me crees tu esclavo?

-Tal vez- Dice la rubia cerrando los ojos.

Finn se levanta del sofá cama y toma a la rubia en sus brazos, colocándola en su hombro derecho como una bolsa de papas.

Alexa suelta un grito de sorpresa al sentir una nalgada.

-No te di permiso para hacer eso- Se queja la pelirrubia.

-¿La necesito?- Finn la coloca en una silla, dejándola en la isla de la cocina.

El Irlandés se acerca peligrosamente a su rostro para plantar un profundo beso.

Lexi siente que el aire se le va con ese beso, cuando Finn se separa, se queda mirándola por una respuesta.

-No- Dice la rubia sintiendo sus mejillas arder.