Capítulo 22
El dolor en la garganta cada vez me era peor y la respiración era más agitada que lo usual. Abro mis ojos con dificultad al poco aclararse por lo borroso que estaba. Ya arrodillada en el suelo quito los pocos cabellos en mi rostro viendo a mi alrededor que ahora era un completo desastre.
Todas las cosas estaban en el suelo, aunque lo que más me llamaba la atención eran las fotografías que estaban en el piso. Lo más sorprendente es que una, solamente una imagen pudo quedarse en la pared y en el medio de esta. Una hermosa flor de lirio blanca, esa flor que la obtuve en el funeral de mi abuelo, eran sus favoritas.
Me levanto del suelo caminando a donde ella despegando la foto de la pared. La flor era hermosa me acordaba de ello, había florecido ese mismo día en el que menos espere que ocurriera
Todos corrían de la tristeza, solo querían disfrutar de su etapa como jóvenes. Pero en el fondo cada problema que cada uno individualmente tenía no los dejaba sonreír. En cambio, uno de ellos no era así, él era feliz y lo más que él quería era que ellos también lo fuesen. Intento de buscar ayuda y lo hizo, pero no era la persona indicada para eso.
Tiraba fotografías a cualquier cosa que lo acordase a ese día porque él sabía que serviría para algo en algún futuro. En cambio, sus amigos no se daban cuenta de lo que era de esperarse por estar tan perdidos en su mundo.
El día había llegado y era el momento de sacrificarse por su felicidad. Un paso adelante y el trato era concedido en un abrir y cerrar de ojos para luego nunca más ver la luz del sol.
Atentamente miraban los zapatos del chico que daban vueltas por encima de su tumba, preguntándose porque el haría tal cosa.
Los días pasaban y ellos no podían quitarse de la cabeza la muerte de su amigo. Todos por su propio camino pensaban que era por sus culpas por no estar en sus momentos difíciles. Ahora ellos lo extrañaban, necesitaban verlo sonreír como siempre lo hacía. Así que cada uno fue a buscar ayuda para volver a ver su amigo caminando por sus vidas.
Pero lo que ninguno noto fue queconsiguieron la misma ayuda y ninguno de ellos pensó que la paga sería peor que el suicidio.
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