« cinco. »

Caminaba por los pasillos de la residencia, cuando un sonido proveniente de la cocina me alertó.
Me acerqué sigilosamente a la cocina.

Había un Ukobach. Un demonio que mejora el sabor de la comida mientras los humanos duermen.

─. Así que eras tú .─ me mostré, el pequeño demonio me miró sorprendido.

Finalmente entendía el porqué sentía algo extraño cuando entraba a la cocina.

Comencé a charlar con el Ukobach, pues al ser mitad demonio, me es más fácil hablar con los demonios.

─. ¿Invadimos tú territorio? .─ me agaché hasta quedar a la altura del ukobach ─. Lo siento mucho, no era nuestra intención .─ el demonio se cruzó de brazos.

Ukobach término por perdonarme y comencé a ayudarle con los platos que estaba cargando. Recogí el que con anterioridad se había caído y por ende, se rompió.

─. Bueno, Ukobach .─ lo llamé, y este me miró con una sonrisa ─. Debo ir a mi habitación, adiós.

Tal como dije, me dirigí a mi habitación y estaba segura de que no iba a salir de ahí por un buen rato. Teníamos mucha tarea.

Saqué mis libros correspondientes y comencé a hacer la tarea. Pero me distraía muy fácil. Bufé y me recargue en el respaldo de la silla, miré hacia el techo.

En realidad no quería hacer nada.

Alguien llamó a mi puerta y yo me levanté a abrir, era Yukio, con Jun entre sus brazos.

─. Vaya, esto si que es una sorpresa.

Yukio solo desvío la mirada.

─. Lo encontré afuera de tu habitación y no dejaba de seguirme .─ miré a Jun, este sonreía.

Maldito zorro.

─. Un día le disparas somníferos y al otro lo cargas como si nada .─ me recargue en el marco de la puerta.

─. Ah Moriuchi-san, porfavor olvidemos eso... .─ una gotita de sudor resbaló por la frente de Yukio.

─. Yukio, intentaste matarme .─ una sonrisa burlesca se formó en mis labios.

Él se limitó a soltar un suspiro con pesadez, el ambiente poco a poco se comenzaba a tornar pesado.

─. Es broma, ya no me quieres matar ¿Cierto? .─ reí, este me miraba anonadado.

Sonrió y alborotó mi cabello.
Hice un puchero.

─. No hagas eso .─ le advertí.

Ahora era el quien reía.
Probablemente, era la primera vez que lo veía reír.
El teléfono del Okumura sonó.

─. Lo siento, tengo que irme .─ me entrego a Jun con suma delicadeza y se giró para caminar en dirección a la salida.

─. Debe ser difícil .─ acaricié a Jun, observé cómo Yukio paró en seco.

─. ¿A qué te refieres?

─. Ser un exorcista de un rango tan alto a tu edad, no tuvo que haber sido fácil.

Él me miró por unos cuantos segundos. No dijo nada más y se fue, sin embargo, yo si tenía algo que decirle.
Me asegure de dejar a Jun adentro de mi habitación y fuí tras el castaño. Una vez que estuve cerca de el, le agarré de la muñeca, este se giró a verme.

─. Yukio, se que empezamos mal. Muy mal diría yo .─ volví a reír ─. Pero, puedes contarme lo que sea ¿Si?

─. Lo tendré en cuenta, Moriuchi-san .─ el sonrió, hizo ademán de volver a irse, pero se lo impedí.

─. Y dime Shizuka, no me gustan las formalidades .─ solté mi agarre y le sonreí.

─. Pero...- lo interrumpí.

─. Suerte con tu misión, o lo que sea que vayas a hacer .─ levanté mi mano en forma de despedida y me dirigí nuevamente a mi habitación.

Jun me miraba.

Sabía que le iba a ir mal por escaparse de la habitación.

• • •

Adormilada, me dirigía a lavarme la cara. Ya traía el uniforme de la Academia puesto, este se mojó un poco pero le resté importancia.

─. Buenos días .─ Yukio se encontraba sin sus lentes y me miraba sonriente. El comenzó a lavarse su cara y la secó con una toalla que traía consigo.

─. ¡Hola!

Antes de que me fuera posible decir alguna palabra más, el mayor de los Okumura apareció corriendo, parecía muy enojado por algo.

─. ¡Cuatro ojos con cara de topo! .─ Rin le dió una patada al rostro de Yukio.

No sabía si reírme o ayudar a Yukio.

─. ¡No tenías por qué comerte los almuerzos! .─ Rin estaba muy molesto.

─. ¿Qué? Nii-san, sabes que yo jamás haría eso .─ Yukio frunció el entrecejo.

─. ¡Entonces fuiste tú! .─ Rin me señaló.

─. ¿Qué? ¿Por qué lo haría? .─ me crucé de brazos.

─. ¿Entonces quien fue? .─ se preguntó el ojiazul.

Los dos hermanos se miraron con un poco de terror.

─. Siempre que nos levantábamos, había un plato de comida .─ justo en ese momento, algo cayo en la cocina, los dos hermanos comenzaron a correr. Yo sabía que era Ukobach, así que camine con toda la parsimonia del mundo.

Mi sorpresa fue grande cuando observe a Mephisto, cocinando. Por experiencia propia, no vuelvo a comer algo cocinado por ese demonio excéntrico amante del moe. Al parecer, Pheles tuvo la amabilidad de cocinar nuestro desayuno, pero reitero, jamas en mi vida, vuelvo a comer los alimentos de Mephisto.

─. Eh, Rin, yo que tu no comía eso .─ mi advertencia fue demasiado tarde, el de cabellos medianoche estaba apunto de morir, mientras que Yukio lo sostenía entre sus brazos.

─. Yukio, puedo ver a la abuela .─ el de gafas comenzó a preocuparse.

─. ¡Nosotros nunca conocimos a la abuela! .─ Yukio comenzaba a desesperarse.

Lentamente comencé a alejarme de la cocina, pero me fue imposible evitar a Mephisto. Este enseguida noto que quería huir.

─. ¿No desayunaras? .─ me pregunto el pelimorado, negué con rapidez. Rin seguía sin reaccionar, mientras que Yukio hacia todo lo posible por hacer que su hermano mayor reaccionara.

─. Sera en otra ocasión, Mephisto .─ sonreí de lado, sin embargo, Mephisto no me dejo ir tan fácilmente.

─. Shizu-chan, debes comer o podrás desmayarte .─ fruncí el entrecejo, para ese momento, Rin ya había reaccionado, pero aparentemente se iba a desmayar nuevamente ante el apodo por el que me llamó Mephisto.

─. ¡¿Shizu-chan?! .─ exclamó Rin, Yukio, por otra parte se limito a mirar con curiosidad.

Mire furiosa a Mephisto ─. ¡No me llames así!

─. ¿Ustedes ya se conocían? .─ preguntó el menor de los Okumura.

─. Si, Shizu es como una hija para mí, aún recuerdo cuando estaba en aquél bosque, perdida, con sus lindas orej- .─ interrumpí a Mephisto.

─. ¡Miren la hora! Tal vez en otra ocasión escuchemos tu historia, Pheles.

Salí a paso apresurado del comedor, probablemente con todos confundidos, bufé.
Aunque realmente no entiendo por qué reaccioné de aquella manera, pues Yukio ya sabe sobre mi secreto, al igual que Mephisto.

Solamente volví a mi habitación por la mochila. No sin antes advertirle a Jun que no saliera de la habitación. Pero estaba segura de que este haría lo que se le diera la gana.

Usé la llave infinita para llegar más rápido a mi salón, estando así a tan solo cinco pasos de la puerta que me lleva al aula.
Nuevamente, fuí la primera, así que me fuí a sentar a mi lugar y saqué mi teléfono. Comencé a revisar mis redes sociales, no había nada de interés.

Hasta que un mensaje privado me llegó.

Una kitsune jugando a ser exorcista.

Eso era todo lo que aquél mensaje decía, el perfil no tenía absolutamente nada, más que una foto de perfil con una obra de arte abstracto. Fruncí el entrecejo e ignoré por completo el mensaje.
Claramente, no iba a desperdiciar mi tiempo en este tipo de tonterías.

El sonido de la puerta corrediza se hizo presente, instintivamente, miré hacia aquél lugar.

Suguro Ryuji.

─. Hey.

Suguro me miró con sorpresa, el sólo levantó una mano a forma de saludo, fue a dejar sus cosas a su lugar correspondiente y después se sentó a un lado mío. Su acción me sorprendió.

─. ¿Qué haces? .─ preguntó, miré hacia mi teléfono y cerré el chat con aquél mensaje.

─. Nada importante en realidad .─ sentía un poco de incomodidad y nerviosismo de su parte.

Intentamos hacer una conversación, medianamente, normal. Pero terminamos hablando sobre demonios y exorcismos. Ryuji también me contó un poco sobre su vida.
Conforme el tiempo pasaba, los demás compañeros de clase llegaban, Ryuji fue con sus amigos (Shima y Konekomaru) mientras que yo, solamente me encontraba recostada sobre mis brazos, mirando hacía la venta y disfrutando de la música. Todo fue paz y tranquilidad hasta que Daichi llegó.

Tuve que guardar mis auriculares, pues el profesor acababa de llegar.

• • •

Salí del aula, pues el descanso había iniciado. Tenía un ligero dolor de cabeza, inconscientemente, toqué mi sien. Procedí a sentarme detrás de un árbol.

Desde donde estaba sentada, podía escuchar a la perfección la discusión entre Suguro y Okumura. Chasquee la lengua.

¿Es tan difícil pedir un poco de paz?

Por arte de magia, la discusión entre ellos terminó, finalmente... Paz.

Sin embargo, hablé un poco tarde.

Rin se encontraba enfrente de mí, con su característica sonrisa.

─.. ¿Te gusta estar sola? .─ preguntó el de cabellos medianoche.

─. A veces... ¿Porque la pregunta? .─ me hice un poco para adelante y lo miré con curiosidad.

No había notado el tan peculiar color de sus ojos.
Un azul... Bastante hermoso. Con tan sólo mirarlo a los ojos, me di cuenta de que Rin, podría poseer una gran fuerza para afrontar los problemas y que es una persona con un gran corazón.

¿Cuánto tiempo estuve admirando sus ojos? No lo sé.

─. Okumura está llorando mientras come .─ Konekomaru se tomó la molestia de mirar al susodicho. Era verdad, Rin estaba comiendo su almuerzo mientras lloraba.

─. Tal vez tenía hambre .─ Renzo le respondió.

─. No lo miren, puede que se les contagie lo idiota .─ Suguro formó una sonrisa.

─. ¿No tienes algo mejor que hacer? .─ Suguro rodó los ojos y se fue.

Una vez que Ryuji estuvo lo suficientemente lejos, le saque la lengua.

• • •

Comenzaba a oscurecer. Los tonos violáceos, anaranjados y rosados iban apareciendo en el cielo, mezclándose de una forma especial y única.

Me detuve a tomar una foto, y después, seguí con mi recorrido hasta la residencia.

No percibí el momento en el que el cielo se tornó azúl. Y las estrellas lentamente iban apareciendo.

Encontré un grupo de tres chicas, al parecer, espiando la entrada a la residencia.

─. ¿Será la novia de Yukio? .─ habló una, no habían notado mi presencia.

─. ¡No tengo ni idea! Pero aquella chica no ha salido en un buen rato... .─ otra de ellas habló.

─. De tan solo pensar que no estoy con Yukio me pone tan triste .─ la tercera chica habló.

Así qué, Yukio es bastante popular entre las chicas. Y al parecer, ellas son su club de admiradoras.

Carraspee.
Enseguida, las chicas se voltearon a verme y cayéndose hacía atrás por la sorpresa.

─. ¿Saben lo que es la privacidad? .─ sonreí.

─. ¿Escuchaste todo eso? .─ me preguntaron, solamente asentí, juraría que las vi palidecer.

─. Ah, si me disculpan, debo ir a mi habitación .─ caminé en dirección a la puerta principal y saqué la llave correspondiente.

Ellas se quedaron anonadadas.

─. Tal... Tal vez es la novia del hermano de Yukio .─ una de ellas intentaba alivianar el ambiente.

─. ¿De ese vándalo? ¡No hay forma! Nadie puede amar a un chico como él.

Arquee una ceja.

Me giré a verlas con molestia.
Ellas se congelaron.

─. Rin no es un vándalo .─ me crucé de brazos ─.  Y será mejor que dejen de acosar a Yukio .─ bufé y finalmente entré a la residencia.

Me recargue en la puerta.

Me volví a reincorporar, y con pesadez, me dirigí a mí habitación. Iba arrastrando los pies, me sentía extremadamente agotada y lo único que quería en estos instantes era un vaso con agua, por lo que me dirigí a la cocina.

Me sorprendió ver a Rin junto a Ukobach. Y un montón de platos. Mephisto se encontraba ahí, aplaudiendo.

El pequeño demonio, al verme, me saludó con su mano, yo respondí a aquél saludó, formando una pequeña sonrisa. Segundos después, Yukio llegó, colocándose a mi lado.

─. ¿Qué ha pasado? .─ preguntó Yukio, un tanto preocupado.

─. Ambos dieron lo mejor de sí y ahora nació una hermosa amistad .─ reí ante el comentario de Mephisto ─. ¡Shizu-chan, Shizu-chan! .─ hice una cara de molestia al escuchar aquél ridículo apodo.

—. ¡Deja de decirme así, Mephisto!

Los hermanos Okumura solo nos veían con curiosidad, hasta que el mayor de ellos, Rin, habló.

—. ¿Ya conocías a Ukobach, Shizuka? .— me puse muy nerviosa, no sabía que responder ante ese comentario.

—. Eh... Algo... Algo así. — comencé a reír con nerviosismo y poco a poco sentía calor —. Es un demonio agradable. — sonreí.

Todos me miraban, y los nervios comenzaban a hacerse notorios.

Ukobach solamente sonreía.

♡♡♡

Yeehaw 🤠
Finalmente terminé de corregir este capítulo jaja, salu2
¿Alguien juega free fire? JAJAJ

Corrección: 20 de enero del 2020

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