Girl Meets Shawn Hunter

La sala se encontraba animada con el bullicio característico de las festividades. Alan estaba sentado cómodamente en el sofá, disfrutando del ambiente navideño. Cory se acercó a él con una sonrisa cálida.

-Feliz Navidad, papá. Me alegra que estés aquí -dijo Cory sinceramente.

Alan lo miró con esa mezcla de orgullo y ternura que solo un padre puede tener.

-Gracias, Cory.

Antes de que pudieran continuar, Auggie se subió al sofá junto a ellos, haciendo una pausa antes de mirar a su padre con una seriedad divertida.

-Papá, me alegra que estés aquí -dijo Auggie, imitando el tono solemne de Cory.

Cory lo miró fingiendo sorpresa.

-Gracias, Auggie -respondió, reprimiendo una sonrisa.

Alan rió por lo bajo mientras Josh se sentaba al otro extremo del sofá con Gabe en brazos, alimentando al bebé con pequeñas cucharadas de puré que Harriet había preparado antes. La escena era tranquila hasta que el sonido de la puerta al abrirse atrajo la atención de todos.

De pie en la entrada, con una sonrisa misteriosa, estaba Shawn Hunter. Se llevó un dedo a los labios, pidiendo silencio, y luego avanzó sigilosamente hacia el grupo. Sentándose cerca de Cory, Shawn rompió el hielo.

-Oye, Cory. Pensé que estarías emocionado de verme -dijo con un tono fingidamente ofendido.

Cory lo miró durante un segundo y luego soltó una exclamación emocionada.

-¡Sí! -gritó, antes de lanzarse a abrazar a su mejor amigo.

El abrazo fue tan efusivo que Auggie, atrapado entre los dos, quedó medio aplastado. Mientras intentaba escabullirse, comentó con dramatismo:

-Qué suerte estar vivo. -Finalmente liberado, corrió hacia donde Topanga servía chocolate caliente.

Shawn comenzó a saludar al resto de la familia, su carisma algo torpe pero entrañable llenando la habitación. Cuando llegó a Harriet, el abrazo que compartieron fue curioso, casi como si hubiera una conexión desconocida entre ellos. Shawn miró al bebé que Josh sostenía y sonrió ampliamente.

-Así que este es el nuevo Matthews, es adorable-dijo, inclinándose un poco para observar mejor al pequeño Gabe.

Josh asintió orgulloso mientras Harriet observaba desde el fondo, sin añadir nada.

Al llegar a Topanga, Shawn la abrazó y comentó con una sonrisa.

-Hola, señora Cory.

Topanga rodó los ojos juguetonamente.

-Hola, señor Cory.

Cory, siempre en su estilo exagerado, exclamó emocionado:

-Esto es genial. ¡Mi persona favorita en el mundo está aquí! y mi esposa.

Maya, Riley y Harriet intercambiaron miradas incrédulas, y Topanga simplemente suspiró antes de añadir con ironía:

-La historia de mi vida.

Riley se acercó con entusiasmo a Shawn.

-¡Hola, tío Shawn! -saludó alegremente.

Shawn, notablemente incómodo con las emociones expresivas, levantó una mano en un gesto incómodo.

-Sí, hola, chicas.

Maya arqueó una ceja.

-¿Un "hola, chicas"? ¿Eso es todo?

Riley le dijo, riendo, a Harriet:

-Esto es un avance. La última vez fue solo... -Riley movió la cabeza hacia un lado, imitando un asentimiento rígido de Shawn.

Harriet sonrió ligeramente.

-Quizás simplemente no le gusta hablar mucho.

-Bueno, Cory. Es hora de hablar. Hay mucho que ponernos al día.

Y con eso, ambos desaparecieron hacia el comedor.

La sala, iluminada por las luces navideñas, estaba llena de risas y ruido. Pero en el sillón, Alan estaba profundamente dormido, su postura dejando claro que no tenía intenciones de despertarse pronto. Josh y Auggie se acercaron sigilosamente con un juego de luces navideñas en mano.

-¿Crees que deberíamos hacer esto? -susurró Auggie con cierta preocupación.

Josh asintió con seguridad mientras comenzaba a rodear a Alan con las luces.

-Absolutamente.

Auggie lo miró curioso mientras ajustaban las luces alrededor del cuello de Alan como si fueran un collar.

-¿Cuál es la diferencia entre tener un papi más joven y un papi mayor? -preguntó, inclinando la cabeza.

Josh se tomó un segundo para pensar y luego sonrió.

-El papi joven no se duerme en medio de una fiesta.

Ambos miraron hacia el sofá donde Cory y Shawn estaban roncando suavemente, uno recostado en el otro. Auggie señaló hacia ellos.

-¿Entonces qué pasa con ellos? -preguntó con una mezcla de confusión y diversión.

Josh negó con la cabeza, suspirando dramáticamente.

-Eso, Auggie, es un desastre generacional.

En ese momento, Maya se acercó al sofá, deteniéndose frente a Shawn. Se inclinó y comenzó a zarandearlo suavemente.

-¿Cómo podría no agradarte? -dijo en un tono que estaba entre serio y sarcástico.

Shawn, todavía medio dormido, abrió un ojo.

-¿De qué estás hablando?

Riley, que había estado observando desde la distancia, intervino con los brazos cruzados.

-Que cuando vienes aquí, siempre parece que buscas una excusa para no hablarme.

-Espera. Estoy hablando contigo ahora, ¿no?

-Bien, entonces. ¿Cuándo es mi cumpleaños?

Shawn parpadeó, claramente atrapado por sorpresa.

-¿Tu... qué?

-¿Cuál es mi color favorito? -continuó Riley, cruzando los brazos con más firmeza.

-Esas cosas sí importan. Así que dinos, ¿qué sabes de Riley?

Cory, medio dormido aún, levantó la cabeza con una sonrisa adormilada.

-El sabe cuándo es su cumpleaños.

Riley lo miró con incredulidad.

-¿Cómo lo sabes, papá?

-Lo sabe.

Riley puso los ojos en blanco y suspiró mientras Maya sonreía con diversión, cruzando los brazos mientras observaba a Shawn, esperando su reacción.

La cena ya había terminado, y el bullicio y la alegría del momento seguían presentes en la sala. La mesa ya vacía de comida, solo quedaban algunos platos dispersos. Topanga miraba con sorpresa a la familia.

-Cinco minutos... Esta cena tardó dos días en cocinarse y se la comieron en cinco minutos. -dijo con incredulidad mientras miraba alrededor.

Riley, con una sonrisa traviesa, se adelantó.

-¿Qué hay de postre?

Topanga frunció el ceño, levantando la mano en señal de advertencia.

-Nada. Quiero que te sientes ahí por dos días y pienses en la cena que devoraste, y luego tal vez te dé un pastelillo.

Harriet, que estaba sentada cerca, tomó la palabra y asintió.

-Estuvo deliciosa, gracias.

Shawn, quien también había disfrutado de la comida, agregó con una sonrisa.

-Casi nunca como comida casera, pero esto estuvo excelente.

Cory, intrigado, preguntó mientras se recostaba cómodamente en la silla.

-¿Y cómo va el trabajo, Shawn?

Maya se acomodó en su asiento antes de responder.

-Oh, ¿hace algo?. -dijo Maya, mirando a Shawn.

Shawn sonrió con una mezcla de satisfacción y humildad.

-Sí, escribo para un sitio llamado "El Sendero". Voy a lugares diferentes, ¿sabes? Si realmente vale la pena...

Harriet, que se sentaba cerca, levantó las cejas con interés.

-Yo leo ese sitio. -dijo con una sonrisa tímida.

Shawn, mirando a Harriet, completó la frase.

-Sí, Un espíritu inquieto...

Harriet lo miró sin perder su actitud tranquila y añadió.

-No, solo pienso en...

-Otros lugares. -terminó él, en tono divertido.

Harriet, sonriendo, asintió.

-A veces.

Shawn sonrió ante el comentario.

-¿Y tú también tomas fotos? -preguntó, como si fuera un detalle importante.

Harriet, divertida, contestó mientras él esperaba su respuesta.

-Sí.

Shawn, con una ceja levantada, respondió intrigado.

-¿Sí?

Harriet, casi burlándose, completó la charla.

-Sí.

Shawn, con tono juguetón, dejó escapar una sonrisa.

-Yo diré "sí" al último, ¿sí?

Harriet, con sarcasmo, lo miró fijamente y dijo en voz baja.

-Es muy maduro.

Shawn se encogió de hombros.

-Sí. -respondió con firmeza, haciendo que Harriet murmurara un "sí" en un susurro, lo que hizo entrecerrar los ojos de él en señal de diversión.

La tensión de la conversación pasó rápido cuando Riley intervino de manera audaz.

-Okey, es todo. Ahora, ¿cuándo es mi cumpleaños, tío Shawn?

Shawn, mirando a Riley, vaciló, pero miró hacia Cory como si no estuviera dispuesto a ceder. Cory se encogió de hombros, algo que solo fortaleció la reacción de Riley.

-Él lo sabe. -dijo Cory de forma tranquila, sin esperar que la conversación fuera tan incómoda.

Riley no estaba satisfecha y le dio una mirada desafiante a Shawn.

-Siempre dices eso. ¿Por qué no contesta? Y ¿qué ha hecho yo? -dijo en tono directo, empujando más la conversación hacia el incómodo campo de lo no dicho.

Shawn la miró un momento, luego se levantó del asiento y comenzó a caminar hacia la puerta.

-¿Vienes o qué? -les preguntó sin dejar de caminar, antes de detenerse en la entrada y mirar a las tres.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top