6

A mitad de camino hacia el coche, Dylan se paraliza observando a Thomas.

Lo ve apoyado en la puerta del piloto. Debió de dejar la mochila en el coche porque está simplemente concentrado en una libreta con una chaqueta ligera tapándole la parte de arriba del vestido. Muerde un boli inconscientemente y Dylan sonríe al verlo tan concentrado. Da un pequeño salto que hace reír a Dylan, destapa su boli para cambiar algo en las hojas y la tapa se le cae al suelo.

Dylan sonríe tierno hasta que Thomas se agacha a por la tapa que es cuando se le seca la garganta. Thomas se apoya en el techo del coche para corregir lo que sea que quería corregir en las hojas sacando un poco de culo para no juntarse con el coche. Muerde la tapa del bolígrafo en la boca y Dylan resopla colocándose bien los pantalones.

Voy a no sé cuántas por día contigo, Tommy... suspira y apura el paso para llegar a su lado. Dylan la quita la tapa del boli a Thomas de la boca haciendo que el rubio gire la cara para mirarlo.

Al mirarlo a los ojos, Thomas se sonroja.

-Lo siento, hacía tiempo en lo que llegabas- se excusa Thomas.

-¿Por qué pides perdón?- pregunta Dylan sin quitarle la vista de encima, pero cerrando el boli.

-No sé, por... ¿no verte venir?- pregunta Thomas con una pequeña sonrisa poniéndose de lado para mirar mejor a Dylan.

-¿Suena tan ridículo para ti como para mí?- pregunta Dylan sonriendo acercándose a él.

Thomas suelta una risita.

-Puede.

Se miran durante unos minutos.

-Bien- sonríe Dylan. Coloca su brazo en el techo al lado del brazo del rubio y lo empieza a acariciar levemente- además, estabas muy guapo concentrado.

A Thomas se le pone la piel de gallina y se aparta de Dylan.

-Vayamos ya- dice metiéndose en el coche.

Dylan suspira con una sonrisa y se mete el asiento del copiloto.

-¿Que me dices de la fiesta? No me separaré de ti, te lo prometo- comienza Dylan y al ver que Thomas rueda los ojos añade- y Ki hace fiestas legales. Quiero decir, habrá alcohol, pero nada más. Es mi mejor amigo, te caerá bien.

-Dylan... no me gustan las fiestas- responde Thomas agarrando fuerte el volante.

-Te presentaré a mis amigos- añade de nuevo- a Holland, a Crystal, a Kaya, Hoech, a mi hermano Tyler, a...

-¿Tienes otro hermano a parte de Julia?- pregunta curioso.

-¿Qué? Oh no, no, lo siento. Tyler Posey es mi mejor amigo pero llevamos juntos tanto tiempo y nos queremos tanto que somos hermanos, para mí es tan importante como Julia.

Thomas se pone nervioso solo de pensar en conocerlos a todos.

-También está Will, es muy educado. Te caerá bien seguro- dice de nuevo- los demás no son tan importantes. Holl, Crys, Kay, Ki, Ty, Hoech y Will son los más importantes.

-Demasiados nombres, demasiadas personas- dice Thomas- además... seguro que ya me conocen como lo hacía Julia.

-Julia dijo que solo de oídas- responde Dylan confundido.

-¿Y qué crees que escuchó de mí, Dylan? ¿Que soy un alumno ejemplar?- ríe Thomas irónico.

Dylan alza una ceja confundido y Thomas lo mira de reojo.

-Por lo de que me visto con ropa de mujer, Dylan...- suspira Thomas. No quiere que todo el grupo de Dylan lo rechace y lo marginen. Y en el caso en el que lo hiciera y Dylan quisiera seguir hablándose con Thomas tendría que elegir y no lo va a poner nunca en esa tesitura.

-¡Oh!- dice Dylan- quizás te conocen, pero como Julia, no se dejan llevar por los rumores. Llevo dos semanas prácticamente desaparecido por ir detrás de ti, Thomas. Quieren conocerte- afirma convencido.

En las mejillas de Thomas aparece un leve rubor.

-De acuerdo. Iré a la fiesta- suspira Thomas. Dylan lo mira feliz y sonriendo.

-¿De verdad? Perfecto, te recogeré a las 10- contesta Dylan contento.

-¿A las 10? ¿Pero a que hora acaba la fiesta?- pregunta Thomas alarmado- no me gusta dejar a Ava sola.

-Las fiestas de Ki tiene comienzo, pero no final- sonríe Dylan travieso- ¿y vuestros padres?- pregunta confundido.

-De viaje- responde Thomas tenso.

Dylan se da cuenta que miente, pero no dice nada. Lo mira durante unos segundos deseando con todas sus fuerzas besar al rubio.

-Llamaré a Julia para que se quede o mi padre cuidará de ella encantado. Se ve que os venera. Os debió ayudar mucho- comenta Dylan jugando con sus manos.

-Y tanto...- suspira Thomas.

-Y... ¿qué hay sobre nuestra cita?- apura Dylan viendo que llegan a su casa.

-¿Cita?- pregunta Thomas tragando saliva.

-La que te hice el segundo día de conocernos. Ya sabes, ir a comer tú y yo solos. Hablar de nosotros, de nuestra vida de...

-Sí, lo entiendo- lo corta Thomas nervioso- no... no sé...

A ver como salgo yo de esta... piensa Thomas sudando y no solo de nervios sino de comprobar que Dylan realmente quiere tener una cita con él.

-Podríamos quedarnos en casa un día que mi... que mi padre tenga turno de noche para... bueno, para hacerte una cena en casa. Es más íntimo- deja caer Dylan.

-No... no sé, Dylan- carraspea Thomas removiéndose en su asiento- no sé si será buena idea.

-Pues otra cosa- apura Dylan nervioso. Se muerde el labio mirando para el cuerpo de Thomas- lo que quieras. Haremos lo que quieras.

-No creo que sea buena idea, Dylan- Thomas abre la ventanilla por el repentino golpe de calor.

Dylan se lo agradece mentalmente.

-¿Por qué?- pregunta.

-No quieres conocerme realmente- contesta simplemente Thomas aparcando.

-Claro que sí- le echa otro vistazo y traga saliva- créeme que sí.

Thomas apaga el coche y lo mira fijamente por unos segundos. Dylan aguanta la mirada sintiendo la terrible tensión sobre sus hombros, tensándolo como no los tuvo nunca antes.

Thomas sale del coche y al cerrar la puerta, suspira. Dylan deja el tema y sale para ir a su lado. Abre la puerta de casa en silencio todavía sintiendo esa tensión en sus hombros.

El Sheriff se les queda mirando nada más entran ambos.

-¡Hola, Tom! Ya me dijo Dylan que vendrías a comer. Acomódate, hijo. Estás en tu casa- se para antes de ir a la cocina observando bien a los dos adolescentes- ¿os ha pasado algo?- alza una ceja.

-No, no- apura a contestar Dylan- nada, papá. Tranquilo. Cansancio de las clases.

El Sheriff asiente no muy convencido.

-Comeremos en el salón. He hecho mi lasaña casera.

-Cuidado con mi padre, Tommy- le susurra Dylan a Thomas en el oído- cuando hace su lasaña es que después va a querer jugar al Cluedo y como en la realidad es su trabajo no se le da muy bien perder- sonríe Dylan.

Thomas suelta una carcajada y se tapa sonrojado la boca. Dylan sonríe mirándolo embobado y cuando Julia entra con dos trozos para ambos, se ríe de su hermano.

-Dylan, la baba- lo avisa de broma.

Dylan enrojece y pasa su manga por su boca. Julia ríe a carcajadas y Dylan la fulmina con la mirada.

-Si se te cae la baba, te aviso- le guiña un ojo Thomas.

-Gracias, será un detallazo por tu parte- rueda los ojos divertido.

Comen entre bromas del Sheriff hacia sus hijos. Después, en lo que Julia y Dylan lavan los platos, Thomas y Noah hablan de Tasha.

-¿Que tal está?- pregunta al cerrar la puerta de su cuarto.

-No sé, Noah... Estas dos semanas no he pasado por casa por la mañana- Thomas enrojece porque sabe que es porque estaba con Dylan- pero la última vez se supone que le sentó mal un ibuprofeno y tuvo una especia de ataque- se enreda en pelo con la mano- no entiendo por qué está aquí. De lo de Mark pasaron diez años, sé que está en depresión, pero a mí no me quitan de la cabeza que tiene algo más. Alguna enfermedad que no se conoce no sé...

-Mientras no sepamos nada más seguiremos así, Tom. Ya sabes que yo os voy a ayudar y a apoyar en todo lo que decidáis- el Sheriff lo abraza con cariño.

-Gracias, Noah. Por todo- sonríe Thomas.

El Sheriff sonríe y mientras, abajo en la cocina, Julia y Dylan juegan con el jabón y el agua.

-¿Que tal con Thomas?- le da un golpe en la cadera a Dylan y este sonríe tontamente- ¿te vuelve tan loco como lo miras?

-Sí, sin duda- responde Dylan riendo- me encanta. Me encanta como es, el hacerlo rabiar, el asustarlo, el vacilarlo, el verlo sonreír. ¿Te puedes creer que son solo verle sonreír de una cierta forma ya empiezo a tener calor? Y que siempre va guapísimo. Ni una sola chica en este mundo podrá quedarle tan bien la ropa de mujer como le queda a él. Creo que nunca nadie me revolucionó tanto.

Julia ríe mientras Dylan habla de cada parte del cuerpo de Thomas que ha tenido el privilegio de ver.

-Mirarlo es, sin duda, mucho mejor que una peli porno. Y tiene el doble de efecto- ríe Dylan- eso sí, creo que me voy a volver loco un día de estos por no poder tocarlo como quiero.

-¿Por qué no te lanzas?- pregunta Julia ahora sonriendo, feliz por su hermano.

-Me rechazaría- sonríe Dylan triste- estoy seguro de ello. Juega un poco conmigo, pero en realidad no quiere nada. Ni serio ni no serio. Además, aunque a veces me vuelva totalmente loco me gusta nuestro juego.

-Yo lo he pillado varias veces mirándote de arriba abajo. Si te lanzas a besarlo cuando lo lleves a casa un día, sin duda te mete en su habitación. Vamos- sonríe Julia- te aseguro que no se lo piensa dos veces.

Ambos hermanos sonríe y se secan un poco las manos.

-Gracias, Juls- sonríe Dylan abrazando a su hermana.

-¿Quién quiere jugar al Cluedo?- pregunta Noah entrando en al cocina.

Dylan y Thomas se miran para echarse a reír.

-Hija, ¿he dicho algo gracioso?- pregunta sonriendo y mirando a Julia.

-Es cosa de dos, papá. Seguro que es cosa de dos- sonríe divertida pasando al salón.

Los cuatro pasan y se quedan hasta tarde jugando entre risas.

-¿Volviste a dejar el Jeep en el instituto?- pregunta el padre mirando a Dylan estirarse. Dylan deja caer el brazo detrás de Thomas.

Julia rueda los ojos aguantando la carcajada.

-Sí, como me llevó Thomas pues...- sonríe Dylan.

-¿Lo cerraste?- pregunta Noah. Dylan se pone pálido, pero nadie lo nota.

-Sí, sí. Obvio.

-Pues yo me voy- dice Thomas levantándose- gracias por todo- les sonríe a los tres y le da un abrazo a Noah y a Julia.

-Cuando quieras, Tom. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien- sonríe Julia abrazándolo de nuevo.

-Voy contigo, Tommy- dice Dylan siguiéndolo.

-Trae el Jeep de vuelta ya que estás- comenta Noah subiendo a su cuarto.

Dylan asiente y ambos salen.

-¿Te llevo al instituto?- pregunta Thomas cuando están en el coche.

-Por favor. Me dejé el Jeep abierto por ir a darte el susto- gime Dylan lastimeramente.

-¿Por qué tanta preocupación por el Jeep?- pregunta Thomas.

-Era de mi madre- sonríe Dylan triste.

-Oh, lo siento- dice Thomas dándose cuenta de su metedura de pata- se lo dije a Noah muchas veces pero lo siento mucho. Claudia era increíble, la llegué a conocer. Se llevaba muy bien con mi madre.

-Gracias- sonríe Dylan.

Thomas aprieta su rodilla y se pone en marcha al instituto. Al llegar al aparcamiento, Dylan corre hacia su Jeep para abrazarlo.

-Que suerte tienes de que no te lo robasen- comenta Thomas mirando el Jeep.

-Sí, bueno. Eso no piensan los demás- se ríe Dylan comprobando que no robaron nada de dentro.

Se queda en el asiento del piloto y lo enciende besando el volante.

-Ay, mi preciosidad- suspira Dylan.

-¿Por qué dicen eso?- pregunta Thomas apoyándose en la ventanilla mirando para Dylan.

-Porque todos dicen que es una chatarra y que nadie lo robaría, pero a mí me parece precioso.

Thomas se ríe.

-Yo sí te lo robaría- le hace un cumplido Thomas.

Ambos se quedan mirándose y sonriendo.

-¿Y mi beso de despedida?- pregunta Dylan cuando Thomas separa las manos del Jeep.

Thomas sonríen negando con la cabeza y le saca el dedo corazón.

-¡QUE TE JODAN, DYLAN!- le grita con una sonrisa metiéndose en su coche.

-¡ME GUSTA MÁS SI ES AL REVÉS PERO DIOS TE ESCUCHE, THOMAS! ¡DIOS TE ESCUCHE!- grita sacando la cabeza por la ventanilla. Gritar por la noche es totalmente liberador.

Dylan enciende la radio y pone la música al tope. Thomas se ríe por las locuras del castaño. Sonríe encendiendo el coche para volver a casa cuando ve el mensaje de Ava diciendo que está por llegar a casa.

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