5
Dos semanas después
Thomas y Ava llegaron como todos los días en coche al instituto. Y todos los días, nada más Thomas apaga el coche, Dylan toca la ventanilla del piloto con una sonrisa.
Pero hoy no. Escuchan un golpe en el maletero y después en el techo.
-¡DYLAN!- grita Thomas poniéndose la mano en el pecho. Baja la ventanilla dispuesto a darle una hostia- de verdad. Deja-de-hacer-eso. Un día me vas a provocar un ataque al corazón.
Dylan se dejar caer al suelo y pone sus brazos en la ventanilla mirando a los dos hermanos.
-Los días no empezarían igual de bien si no te llevas un susto mío, Tommy- le pellizca la mejilla y se aparta inmediatamente para que Thomas no le pegue.
-Te odio- bufa el rubio colocando la mochila en sus piernas.
Ava se ríe de ambos mientras que un asiático pasa por detrás de Dylan dándole un palmada en el trasero que hace que Dylan se arquee mirando para atrás.
Thomas se echa a reír a carcajadas mientras que el asiático corre hacia el instituto riendo.
-TE LA DEVOLVERÉ, KI HONG- grita Dylan sobándose el culo- gilipollas- ríe volviendo a poner en la ventanilla.
-¿Te dolió?- pregunta Thomas sonriendo.
-Me excitó más bien. ¿No quieres probarlo?- pregunta Dylan sonriendo.
Thomas enrojece mientras que Ava se ríe de su hermano.
-Dylan, yo te dejo el asiento cuando quieras, pero yo que vosotros tapaba un poco las ventanillas- le guiña el ojo Ava.
-¡AVA!- grita Thomas todavía más sonrojado.
Ambos se ríen y Dylan le comenta algo a Ava. Thomas deja de escuchar.
Lo odio, de verdad. A veces lo odio demasiado, Thomas sonríe sin poder evitarlo. Y me gusta tanto como lo odio. Porque odio que sea tan divertido, odia que sea tan amable, odio que sea tan perspicaz, odio que sea tan guapo y que consiga tensarme.
-¿Vas a salir o te tengo que sacar?- le pregunta Dylan con una sonrisa después de un rato mirando ensimismado como Thomas estaba en su mundo.
Thomas mira embobado la sonrisa de Dylan para después sacudir la cabeza.
-¿A mí solo? ¿Y Ava qué?- protesta.
Dylan le señala divertido el asiento de al lado y ve que está vacío.
-¿Dónde...?
-Tu hermana vio a la mía y salió corriendo cerrando la puerta detrás de ella- Dylan sonríe y apunta para la derecha del parabrisas algo a lo lejos.
Thomas resopla viendo a ambas reír.
-Ni un beso se ha dignado a darme- Dylan se ríe.
Abre la puerta con fuerza dando en la frente a Dylan. El rubio reprime una carcajada viendo que el castaño no se hizo realmente daño o ya estaría llevándolo al hospital.
-¿Hoy todos queréis hacerme daño?- protesta Dylan cerrando la puerta del coche.
Thomas cierra con llave y colocándose el vestido azul camina hacia el instituto.
-Lo suficiente. No quiero que Noah me meta en la cárcel- sonríe Thomas.
Dylan corre para ponerse a su lado.
-Mi padre te venera, Thomas. Me metería a mí antes en la cárcel que a ti- sonríe Dylan.
Se adelanta para ponerse delante de él y Thomas lo mira divertido mientras Dylan camina hacia atrás.
-Te vas a caer. Y me voy a reír- sonríe Thomas mirando como Dylan hace el tonto esquivando a la gente.
-Una sonrisa más para el mundo es un regalo. Y más si es tuya- Dylan sonríe.
Y cuando Thomas iba a contestar con una broma, abre los ojos y lo agarra por los hombros pegándolo a él.
Dylan mira para atrás paralizándose en los brazos del rubio y ve el carrito de la limpieza. El castaño mira para Thomas de nuevo y el tiempo se para a su alrededor.
Dylan baja sus ojos a los labios de Thomas y este, todavía agarrados, no aparta la vista de los ojos miel. Después de unos segundos, Thomas reúne la voluntad para soltar a Dylan.
-Lo siento. Te ibas a chocar- contesta Thomas.
-No... no pasa nada- tartamudea Dylan.
Thomas reanuda su camino por el pasillo y Dylan sacude su cabeza para ir detrás de él.
-El sábado hay una fiesta- comienza Dylan- la organizan mis mejor amigos en casa del asiático que viste antes. ¿Quieres venir conmigo?
¿Así como una cita? Oh dios mío, es la segunda vez que me pide una cita y ni siquiera le respondí a la anterior.
-Va todo el mundo. Será divertido- intenta convencerlo Dylan.
-No sé, yo eso de las fiestas... Prefiero ver una película en casa- comenta Thomas- con Ava. Ya sabes, pasar el rato en familia.
-Venga, Tommy. Por favor- suplica Dylan mirándolo- nos divertiremos, lo juro. Beberemos, bailaremos y...
-¡TOM!- grita Ava corriendo con Julia hasta los chicos.
-¿Qué ha pasado?- pregunta Thomas viendo a su hermana.
-Que no me esperes a la salida ni por la noche. Voy a pasar la tarde con un amigo de Julia que me ha pedido ahora una cita, dice que cogeremos la sesión en el cine para cenar después así que llegaré tarde.
Los hermanos O'Brien miran a Thomas fijamente.
-Tranquila, te puedo esperar. No tengo planes- dice Thomas tranquilo.
-Tendrá planes, Ava- añade Dylan cogiéndolo de la cintura- comeré con él.
Thomas enrojece tratando de no mirar la mano de Dylan y de no notar que parece tocar su piel a través del vestido.
-Mejor que coma en casa- sonríe Julia- a papá le encartará que lo lleves.
-¿De verdad te has tomado bien que Ava salga con un chico?- pregunta Dylan mirándolo sorprendido.
-Es mi hermana, me lo cuenta todo. No tengo por qué temer con quién salga porque sé que me lo contará y podré ayudarla con alguien que no sea bueno para ella- se encoge de hombros Thomas separándose levemente del cuerpo de Dylan- igualmente, también es mayorcita para saber con quién sale.
Si sigue así prenderá en llamas y no cree que el instituto quiera verlo.
Dylan y Julia se miran.
-¿Tú y yo por qué no tenemos esa confianza?- pregunta Julia a su hermano. Dylan se encoge de hombros mirando para los rubios.
Ava se ríe y le da un beso en la mejilla a Thomas.
-Te enviaré un mensaje cuando me lleve para casa y, si sigues con Dylan- sonríe Ava- le diré que me lleve hasta allí.
-Bien- sonríe Thomas.
Ava se lleva a Julia y Thomas va hasta su taquilla para dejar su mochila y coger los libros de la siguiente hora.
-Por cierto- sonríe Dylan- hoy vienes muy guapo.
-¿Me vas a decir eso cada vez que venga con falda o vestido?
De hecho, estas dos semanas no ha tocado ni un solo pantalón.
-Cada vez que te vengas- asiente Dylan.
-¿Y si vengo desnudo?- susurra Thomas con una leve sonrisa. Cierra su taquilla y se apoya en ella mirándolo ahora sonriendo más.
La campana toca pero ninguno de los dos se mueve ni apartan sus ojos del otro.
-Por mí mucho mejor- sonríe Dylan- cuando quieras probamos algo así. No sé, se me ocurren un par de...
-Vete a clase, Dylan- sonríe divertido Thomas interrumpiéndolo- nos vemos a la salida.
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