33
-Me cambio de falda y vamos con mamá. ¿Por qué no preparas una taza de té mientras?- pregunta Thomas al entrar con una pequeña sonrisa.
-Eh... claro- sonríe Dylan.
Thomas lo besa en los labios antes de subir las escaleras. Dylan se le queda mirando embobado mientras sube.
Al entrar en la cocina se rasca la nuca dudando. Nunca ha hecho té y no sabe casi ni cómo es.
Abre algunas alacenas hasta encontrar las bolsitas en un tarro y las baja a una esquina. Después busca en Google cómo hacer té y mira de nuevo por las alacenas tratando de encontrar un cazo.
Echa el agua cuando Thomas entra ya cambiado.
-Mi amor- empieza tratando de no reír- te quiero con todo mi corazón, pero... ¿sabes lo que es un hervidor?
Dylan da un salto asustado y al ver su sonrisa divertida sonríe encogiéndose de hombros.
-¿Un qué?- pregunta algo desconcertado.
Thomas se echa a reír sin poder evitarlo y va hasta una de las esquinas de la encimera dándole al botón de una especie de jarra eléctrica.
-No le digas a mamá que lo hicimos en el hervidor eléctrico. Ella prefería a la antigua y lo preparaba siempre en la tetera.
Se sube a la encimera sonriendo y Dylan se coloca delante de él poniendo sus brazos a cada lado. Lo atrae un poco hacia él y juntan sus labios sonriendo.
Thomas deja caer sus brazos en los hombros de Dylan masajeándole el pelo mientras que el castaño aprieta sus muslos colando su lengua en la boca del contrario.
Nada más unos minutos después, se separan escuchando que el hervidor ya terminó.
-Traeré dos tazas- sonríe Thomas dejando un casto beso en los labios de Dylan.
-¡No! Quédate ahí. Las tazas las vi antes- le dice separándose de él.
Thomas se coloca más a dentro de la encima y mordiéndose el labio mira como su novio se mueve con libertad por su cocina.
-Coge dos cucharillas y el azúcar.
Dylan asiente sonriendo y coloca las dos tazas al lado de Thomas junto el azúcar. Va a por las cucharillas y ve a Thomas sonreír.
-¿Qué te pasa?- pregunta con una sonrisa cuando lo pone todo a su lado.
Este se coloca delante de las tazas. Thomas niega con la cabeza y se baja para ir hasta las bolsitas. Se coloca detrás de su novio y le da un beso en la mejilla.
-Nada, solo que eres precioso- sonríe Thomas.
Echa una bolsa en cada taza y se mueve hasta el hervidor. Echa un poco de agua aún detrás de Dylan y el castaño sonríe.
Thomas lo abraza por los costados y sonríe besando su cuello.
-Deja que se queden en agua unos segundos.
Dylan asiente casi ronroneando al notar los labios de Thomas por toda su nuca y hombros.
Thomas pasa sus brazos por los de Dylan para guiarlo y coger las cucharillas. Con dos de ellas saca una bolsa de la taza y después sacan la otra.
-Ya sabes hacer té- susurra Thomas yendo a tirar las bolsitas a la basura.
-Sabía que tenías acento. Se te nota mucho, pero pensaba que sería por tu padre o algo así. No porque fueras inglés- susurra Dylan dándose la vuelta y viendo como Thomas va a por la leche.
-Mamá lo es junto Mark- sonríe Thomas- bueno, también lo somos Ava y yo. Pero nos vinimos para aquí cuando yo tenía cuatro años.
-Mmm... ahora entiendo a tu novio de 5 llevándote todos los días margaritas. Yo también querría ligarme a un inglés- susurra Dylan agarrando a Thomas por la cintura.
-Bueno, creo que más bien lo has conseguido y no tenemos precisamente 5 años- sonríe Thomas dejando la leche detrás de ellos.
-Buenoo... 14 arriba, 14 abajo- Dylan sonríe y lo mira a los ojos- te quiero.
Thomas enrojece levemente.
-Te quiero, Dyl.
Es lo que susurra antes de besarse por unos segundos. Cuando se separan ambos sonríen y cada uno se ocupa de una taza.
-A mí échame tres de azúcar- pide Thomas acabando de preparar el de su madre.
Dylan asiente y acaba con su taza en lo que Thomas acerca la bandeja para poner ambas en ella y subirlas.
-La llevo yo- dice Dylan robándole la bandeja y besando levemente sus labios- solo ábreme la puerta.
El rubio sonríe y ambos salen de la cocina. Al entrar en la habitación, Thomas sonríe radiante como siempre que entra con Tasha.
-Hola, mamá- dice sentándose en su cama- Dyl y yo venimos a tomar el té contigo. A las cinco y sin retrasarnos, ¿viste?
Dylan sonríe contento de ver a su novio así y deja la bandeja al lado de la madre. Se sienta cerca de Tasha con los pies en el suelo.
Thomas iba a coger la taza de la madre para darle, pero Dylan lo para.
-Le doy yo- sonríe- ocúpate de beber el tuyo.
Thomas empieza a parlotear sobre su día y sus cosas de clase mientras que Dylan sonríe escuchándolo y le da de beber a Tasha.
La rubia levanta la mano posándola en la de Dylan y este sonríe entendiéndola.
-Deja, Tasha. No es molestia seguir ayudándote a beber- le contesta manteniendo su sonrisa como si le leyese la mente.
La mujer baja la mano sin cambiar la cara ni decir nada, pero Thomas muerde su labio tratando de no emocionarse. Al terminar ambas tazas, Thomas deja la bandeja en una de las mesillas de su madre.
-Dyl...- lo llama Thomas.
Dylan lo mira sonriendo hasta ver su cara. Borra la sonrisa y se levanta para ir hasta los pies de la cama de Tasha. Lo agarra de las manos y lo mira a los ojos.
-Es sobre lo que sabe Ben- comienza el rubio con cautela.
-Te dije una vez hace un año y pico, poco después de conocernos- responde Dylan adelantándose- que sabía que tenías secretos que no me querías contar. De aquella era lo de tu madre- la mira de reojo y vuelve sus ojos hacia Thomas- pero es también para ahora. Sea lo que sea y por muy novio tuyo que sea no tienes por qué contármelo todo. Todos se llevan algo a la tumba y no es malo.
Thomas asiente.
-Lo sé, pero tu no tienes secretos conmigo. Como mucho algunas cosas que no se me hayan ocurrido preguntarte, pero no es lo mismo. Quiero ser tan transparente como tú- sonríe Thomas lentamente.
-Yo no he pasado por nada de lo que has pasado tú- le aprieta las manos y Thomas suspira.
-Quiero hacerlo- declara serio.
Dylan entonces se calla y asiente.
-Te dije que solo tuve dos novios, ¿te acuerdas?- pregunta Thomas.
-Claro, el de las margaritas que no te gustaban- Thomas sonríe y se tienta en darle en el brazo- y el del despacho de papá- comenta sin dar detalles ya que está la madre delante. Y no están seguro de si se entera al 100% de todo.
-Bien... Y cuando te hablé de Ben ya sabías que mi novio me había dejado un mes antes- Dylan asiente- durante ese mes Ben se acercó a mí, pero no fue con ninguna intención mala. De hecho me estuvo consolando por lo de mi ex. No lo llegué a llamar amigo, pero bueno...
Dylan lo mira abriendo un poco los ojos.
-Un par de días antes de que empezasen Ben y los otros dos a acosarme, Ben vino a mi casa a hacer un trabajo- Dylan hace una mueca algo confundido porque no sabe a donde quiere llegar Thomas- estábamos terminando cuando tuvimos que mirar algo en internet y fui a por la tablet de Ava. Al subir de vuelta a mi cuarto, Ben no estaba. Lo busqué por toda la casa hasta que lo vi a centímetros de mamá. Dejé caer la tablet y fue lo que le hizo saltar del susto. Se burló de mí por tener a mi madre medio inconsciente en cama. Dijo que ya estaba muerta y que no sabía porque no la mataba yo mismo. Dijo que normal que vistiese con falda si ella estaba así. Que ninguna madre dejaría a su hijo salir así de casa. Supuso que Mark no existía o que no lo tenía y se metió conmigo llamándome huérfano. A Ava y a mí. Me empujó fuera de la habitación y empezó a pegarme hasta que se aburrió y se fue de mi casa. Expusimos como si nada el trabajo a primer hora del día siguiente y fue cuando todo empezó. Habló con mi ex y este se inventó que se la había chupado y que había hecho muchas cosas con él cuando ya sabes que solo fue eso del despacho de tu padre. No pasaron de los besos aunque podría haberlo hecho. Y empezaron a acosarme hasta que mi ex vio que se estaban pasando y se alejó, pero Ben seguía teniendo a Joe y a Jack.
-Pero, ¿qué es lo que tiene Ben entonces si lo de tu ex era mentira?- pregunta Dylan.
-Lo de mamá- suspira Thomas- Julia lo sabía porque Ava no tiene reparo en decirlo. Solo lo guarda porque yo no quiero que se sepa y...
-... no quieres que se sepa por todo lo que te dijo Ben, por si alguien se volvía a alejar como hizo él y reacciona tan mal- termina Dylan por él.
-Por eso tardé tanto en contártelo y a los chicos. Ahora que tengo gente verdadera a mi lado no quería que se fueran solo por lo de mamá. Yo la amo y siempre voy a quedarme con ella, pero... Me estabas importando más de lo que yo quería. Tanto tú como los chicos y las chicas.
Dylan atrae a Thomas hacia su cuerpo y lo abraza con fuerza.
-Joder, Tommy... ¿Por qué mierdas Ben te hace sufrir tanto? Dios, lo odio con todas mis fuerzas- le dice Dylan apretando al rubio contra él.
-Lo siento, no quería ocultarte tanto, pero...
-Ni se te ocurra pedirme perdón. Por estas cosas recuerdo lo que pasó hace cinco meses y no me arrepiento de nada- declara Dylan y Thomas lo mira horrorizado de nuevo.
-¡Dylan! No digas esas cosas, esto no es para tanto y...
-Espera, no me digas que no es para tanto porque ese subnormal lleva chantajeándote, tocándote, molestándote y maltratándote desde el maldito instituto- responde Dylan con dureza- cuando hace un año los había detenido mi padre y tú entraste para hablar con él y soltarlos, ¿por qué fue?
-Porque Ben me amenazó el último día del instituto. Cuando Noah intervino- responde Thomas- me amenazó con contarle a todos lo de mamá. Ya soy el bicho raro que le gusta vestirse de chica. No quiero ser el bicho raro que le gusta vestirse de chica, que no tiene padre y que tiene a la madre medio muerta en una cama.
Dylan resopla y trata de controlar la rabia. No solo contra Ben, si no contra el mundo que siempre juzga antes de conocer la historia.
-No puedes vivir toda la vida así, Thomas. Y alguna vez lo vas a tener que delatar o vas a tener que tenderle una trampa- dice su novio.
-Solo déjalos. De verdad, Dyl- pide Thomas.
-No- dice enfadándose de nuevo- ¡claro que no lo dejo! No pienso permitir que mi novio esté sufriendo por él y por su familia a causa un par de gilipollas que no entienden que cada uno puede vestir como le de la santa gana y que la vida no siempre le sonríe a la gente.
Thomas sonríe y acaricia la mejilla.
-Gracias, Dyl. De verdad. Yo pensaba que no existía nadie más genial que Ava, pero me equivocaba mucho porque eres jodidamente perfecto- le da un beso corto en los labios y sonríe- te quiero.
-Yo también te quiero- junta su frente con la de Thomas y este, segundos después, se levanta.
-Ven. Vamos a dar un paseo- le dice agarrándole de la mano.
Dylan sonríe y sigue a su novio, que se para un momento para darle un beso a su madre.
-Ava volverá pronto junto Julia. Duerme mientras, mami- dice con una sonrisa.
Al salir, Thomas cierra la puerta y salta encima de su novio. Dylan ahoga un grito agarrándolo por las piernas.
-¿Y el paseo?- pregunta sonriendo.
-Vamos ahora. Solo déjame comerte a besos un rato- sonríe Thomas comenzando con su oreja.
Dylan trata de no gemir yendo hacia la habitación.
-Mejor al sofá- se ríe Thomas- por no caer en la tentación.
-Sabes que te puedo follar igual en el sofá, ¿verdad?
Thomas suelta un carcajada y lleva sus labios a los de Dylan con una sonrisa puesta en ellos.
(...)
-No quiero imaginar lo ridículos que estamos- se ríe Thomas cuando Dylan le da una vuelta.
-Por algo estamos en la gruta- sonríe Dylan.
-¿Para poder bailar?- pregunta el rubio agarrándose mejor al castaño.
-Claro- sonríe Dylan guiándolo- te quejarás de lo bien que canto.
-¿Yo? Para nada. ¿No se nota?- dice Thomas divertido.
-No, se nota que no te quejas- sonríe Dylan besando sus labios pegándose a él.
-Ven, vamos con tu madre- Thomas echa a correr provocando que Dylan sonría feliz.
Pasan por el pasillo hasta la cueva de piedras preciosas y se tiran en el suelo a ver todas las paredes embobados con la preciosidad de las piedras.
-¿Crees que Hoech hará algo para que Will deje a Crystal?- pregunta Thomas colocándose en su pecho.
Se tranquiliza sintiendo el latido rápido de Dylan bombeando contra su oído. Coloca su mano en el pelo rubio de Thomas acariciándolo y desenredándolo.
-No. Hoech es de esos que se sacrifican para que los demás estén bien. Puede convertirse en un amargado para que los demás tengan lo que quieren y todo el mundo esté tranquilo.
-Eso no es justo para Hoech- dice Thomas con un puchero.
-Tampoco lo de Tyler y Ki para Daniel, según tú- se encoge Dylan de hombros.
-¿Por qué me parece que lo de Daniel solo lo dices por celos?- pregunta Thomas poniéndose de lado para mirarlo quitando la cabeza de su pecho.
Dylan suspira separando su mano de la cabeza de Thomas.
-Además, Tyler y Ki cortan y yo los mato- añade Thomas- pero Daniel me da pena porque siempre le gustó Tyler.
-Lo superará- responde Dylan- y no, no es que esté celoso de Daniel, pero...
Thomas espera que acabe la frase, pero no lo hace.
-¿Pero?- lo anima.
-Pero me da una sensación rara.
Thomas resopla y se coloca encima de su novio.
-Dylan O'Brien- lo mira a los ojos y Dylan enrojece levemente- ni se te ocurra pensar que te voy a engañar o que algún día te voy a dejar porque por ese camino vas muy equivocado. Repugno la gente infiel y lo sabes. A parte, con todo lo que me das, con todo lo que te quiero y con todo lo que significas para mí, ¿piensas que voy a permitir que algo nos separe?
-No. O sea, confío en ti, pero...
-Pero nada, Dyl. ¿Por qué no le dais a Daniel la oportunidad? Está claro que tiene que superar a Tyler, pero sabiendo que no fue un capullo no será tan difícil ser su amigo, ¿no?
-De acuerdo- suspira Dylan- hablaré con los chicos y yo mismo haré el esfuerzo.
Thomas sonríe contento y se sube un poco para quedar cara a cara con su novio.
-¿Ves qué fácil es tenerme contento?
-Ya- sonríe Dylan.
-Sip- devuelve Thomas.
-Ajá- susurra el castaño sin apartar la vista de los labios del rubio.
El menor sonríe y los roza antes de contestar en un susurro.
-Me encanta cuando estás tan concentrado en mí que ni siquiera sabes lo que dices.
Los labios de Thomas ahogan la carcajada de Dylan y las manos del castaño van a la cintura del otro para apretarlo contra él. Y nada más separarse del beso, hacerle cosquillas para rodar por todo el suelo de la cueva.
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