Se alerta a los lectores y a las lectoras que este capítulo tiene escenas subidas de tono que no llegan a smut y diversas palabras obscenas.

Leer bajo responsabilidad propia.

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Cuando los chicos se fueron del lago, se encontraron con los demás para cenar en casa de Ki. Condujeron a la playa, jugaron al vóley y al volver a pueblo de madrugada decidieron ir a una discoteca a beber para reenganchar con las clases.

-¿Y Thomas y Dylan?- pregunta Kaya a voz de grito bebiendo en la barra.

Hoech sonríe a su lado y le señala disimuladamente con el dedo a la pareja pegados a una pared comiéndose y tocándose por encima de la ropa.

-¿Por qué no dan el paso?- pregunta Holl curiosa pidiendo otra copa.

-Mi hermano por miedo y Dylan porque acepta ese miedo- contesta Ava a su lado.

-¿Miedo a la primera vez?- pregunta Will confundido- Dylan se encargará de todo.

-Mi hermano también es virgen, Will- ríe Julia.

-Bueno, pero creo que ha tenido más experiencia que Thomas, ¿no? O eso parece- contesta el chico sonriendo levemente.

-No sabría yo qué decirte- ríe Tyler- por lo que me ha contado Thomas, tampoco él se queda muy atrás con Dylan.

-Yo lo decía porque no solo se nota que se gustan sino que se nota que se quieren. ¡Por favor! Dylan nunca ha estado tan pendiente de un novio como de Thomas y el cómo se miran dice ya bastante más de lo que se ve a simple vista- interviene Holland.

-Eso depende de ellos, Holl- responde Crystal sonriendo.

Justo aparecen los chicos de la mano y riendo.

-Nosotros nos vamos a casa- dice Thomas con una sonrisa mientras que Dylan muerde su oreja- Dyl, en serio- se ríe y trata de separarse de él- ¿os vais a quedar mucho más?- pregunta Thomas mirando a sus amigos tratando de apartar las manos de su novio de su propio cuerpo.

-Nosotras volveremos en unas horas, pero nos quedamos en casa a dormir- dice Ava.

-Jo, Tommy- Dylan pone un puchero y le da la vuelta para que lo mire- no podré ver tu cuarto.

Thomas enrojece.

-Estás muy borracho, Dyl- le acaricia la mejilla y mira para atrás- os vemos en la uni- sonríe a sus amigos y tira de Dylan hacia la salida.

Al hacerlo, después de un par de metros, Dylan tropieza y Thomas tiene que agarrarlo fuerte para no caer.

-Dios, Dylan. Has bebido demasiado- comenta Thomas saliendo por la puerta.

-No tanto, Tom- sonríe Dylan- solo estoy un poco mareado. ¿Sabes cuando te sientes contento, pero las cosas no están quietas? No del todo quiero decir. No estoy en una montaña rusa.

Thomas rueda los ojos.

-Claro, porque que las cosas se muevan un poco es muy común- Dylan se apoya más en Thomas y este resopla- Dyl, amor mío, no es que seas un armario como Hoech, pero pesas.

Dylan responde.

-Con el paseo se me bajará, tranquilo- dice Dylan.

-¿Paseo? Tienes el Jeep ahí- contesta Thomas.

-Tú también has bebido, Thomas Brodie-Sangster- dice lentamente- no pienso dejar que cojas ni mi coche, ni el tuyo ni el de cualquiera habiendo bebido solo una gota.

-Pues nos queda una hora bella andando- resopla Thomas- ¿si te llevo solo de la mano vas bien?

Dylan asiente y sonríe.

-Con un beso también voy bien. Y contento- responde Dylan.

Thomas rueda los ojos sonriendo.

-No si contento ya vas ahora- se ríe Thomas.

Dylan pone morritos delante de Thomas y ambos se paran.

-Anda, Tommy...- suplica Dylan.

Thomas rueda los ojos de nuevo y lo atrae a sus labios por la camiseta. Se besan por unos segundos y al separarse, Thomas suspira.

-Más te vale que al llegar a tu casa no estés borracho- dice pensando en voz alta.

-¿Para qué?- sonríe Dylan alzando las cejas- ¿quieres hacer algo conmigo?

-No pienso dormir con un borracho- enrojece Thomas.

-¿Solo dormir?- pregunta acercando a Thomas a su cuerpo y poniendo su mano libre en el muslo por dentro de la falda.

-¿Y que más se puede hacer con un borracho?- pregunta Thomas divertido- no estás en todas su facultades mentales.

-Ah- ríe Dylan- pero físicas, sí.

-No lo creo- responde Thomas sonriendo.

-Ya te digo yo que sí, que lo estoy comprobando- sonríe Dylan besando el cuello de Thomas.

El rubio sonríe y tira de Dylan para correr un rato.

Al llegar a casa de Dylan, encuentran a Noah dormido. Cierran con cuidado la puerta de la casa y la de la habitación de Dylan.

-Vas a tener que desnudarme, Tommy- sonríe Dylan más despejado.

-Pero si ya estás bien- repone Thomas mirándolo de brazos cruzados.

-¿Yo? ¡Que va!- dice Dylan antes de dejarse caer en la cama de forma estúpida- ¿ves? Todo da vueltas, ahora sí estoy en una montaña rusa- le guiña un ojo y se vuelve a hacer el ido en la cama.

-¡Para!- susurra Thomas al escuchar el ruido de la cama de Dylan- vas a despertar a tu padre.

Va hasta él quitándole los zapatos y dejándolos lentamente en el suelo.

-Me toca- susurra Dylan bajando la falda de Thomas con lentitud.

-¿No era que estabas muy borracho para desnudarte?- pregunta Thomas con voz queda.

-Si te desnudo a ti acabamos antes- susurra de nuevo Dylan.

Ambos se miran a los ojos hasta que Thomas baja su mirada al pantalón de Dylan para desabrocharle el botón y bajarle la cremallera. Los baja hasta quitárselos del todo llevándose los calcetines y cayendo todo al suelo con una sonido mudo.

Dylan agarra a Thomas por la cadera sentándolo en sus piernas y quitándole la camiseta para tirarla igual al suelo.

Unos besos húmedos recorren el cuello de Thomas hasta su pecho.

-Dyl...- suspira juntándose más con él- está tu padre en casa.

-Papá está dormido- susurra parando un segundo para quitarse él la camiseta- y yo te necesito.

Dylan se mueve hasta el centro de la cama sin dejar de rodear la cintura de Thomas con un brazo mientras que con el otro hace apoyo para que no se caigan. Pone a Thomas en la cama colocándose encima.

-Yo también te necesito, pero no... no así, no con... Dios mío- suspira al notar los labios de Dylan en sus pezones.

Dylan detiene todos sus movimientos.

-Sé que te estás poniendo una barrera, Thomas, y está bien si paramos ahora mismo. Te lo prometo.

El castaño los muerde y juguetea con ellos deleitándose con los suspiros de su novio.

-Pero tiene que dejarte querer, Tommy- suplica Dylan mirándolo a los ojos- no puedes pedirme que me deje hacer lo que yo quiera si no puedo devolverte lo bien que me haces sentir. Algún día tendrás que bajar esa barrera y permitirte disfrutar.

Y Thomas se le queda mirando perdiéndose en ellos sabiendo que dudar lo está haciendo caer en el peor abismo en el que se ha visto envuelto.

-Pero de verdad que te prometo que si no quieres que sea ahora, no lo será.

El rubio mira para sus ojos, observando como brillan de manera especial. Por mirarle a él, ese brillo es por mirarle a él. Dylan lo trata y lo observa como si fuese lo mejor de este mundo.

Tiene que dejarse caer. Por él. Por ese brillo. Porque si no es con Dylan nunca lo será con nadie.

-Está bien- suspira finalmente Thomas.

El castaño sonríe de la manera más sincera posible y Thomas vuelve a derretirse mirándolo.

Los labios de Dylan van hasta el estómago del chico haciendo que se arquee de placer. Mientras que una de sus manos se cuela en la braga del rubio, sube a sus labios para besarlos.

En lo que sus lenguas se juntan tragando todos y cada uno de los suspiros de ambos, la mano de Dylan aprieta el miembro de Thomas, que gime sintiendo el séptimo cielo en sus manos.

-Shh...- contesta Dylan a su gemido volviendo a besarlo.

Thomas no dice nada drogado de placer, notando la mano de Dylan subir y bajar muy lentamente por su miembro. Su corazón late desbocado cuanto más sigue besando a Dylan y cuanto más sigue este tratando de aliviarlo.

Dylan ladea un poco su cuerpo sin dejar de besar a Thomas para tener más espacio, siguiendo el ritmo de su mano. En un momento, se coloca totalmente encima de Thomas rozando su miembro con el suyo con las telas provocando que Thomas gima de nuevo. Tapa sus labios besándolo de nuevo y su mano vuelve a masajear el miembro de Thomas hasta que este se corre soltando un gemido manchando la mano de Dylan.

Este deja un casto beso en sus labios para levantarse a limpiarse la mano con un pañuelo, lo tira a la papelera y después de colocarle bien la ropa interior a Thomas, se mete dentro de la cama con él.

Thomas se da la vuelta para mirarlo y suspira con una sonrisa al ver sonreír a Dylan solo con mirarlo.

-¿Mañana quieres venir a ver a mamá? Después de clase podríamos pasarnos- susurra Thomas apoyando su cabeza en su mano.

-Estoy deseando conocerla- sonríe Dylan agarrando su mano y entrelazando sus dedos.

Thomas los mira sonrojado y sonríe.

Dylan coloca bien las sábanas y la colcha por encima de ellos y con su mano libre atrae a Thomas a su cuerpo para abrazarlo y dormir.

A la mañana siguiente, Julia entra por la mañana dispuesta a llevar a los chicos al instituto cuando ve a su padre desayunando solo en el salón.

-Papá, ¿y Dylan y Thomas?- pregunta la castaña frunciendo el ceño.

-Durmiendo- dice el hombre tranquilo- llegarían derrotados anoche y se habrán metido a dormir.

-¿Estás seguro? A lo mejor se levantaron antes- Julia se dirige a las escaleras y su padre va detrás de ella.

Abren la puerta con cuidado y ven a los chicos exactamente en la misma posición que se durmieron anoche. Julia se fija en la ropa del suelo y sonríe.

-¿Están desnudos?- se acerca a la cama y Noah la para.

-¡Julia, por Dios! Que son tu hermano y su novio- resopla el padre mirando la habitación.

Julia se para y al no ver la ropa interior resopla.

-La ropa interior no está, seguramente hasta tengan el pijama- resopla y se va hasta la puerta- pues déjalos dormir, papá. Les vendrá bien, Thomas le contó lo de Tasha a Dylan ayer suponemos Ava y yo.

Noah la sigue hasta la puerta de la casa.

-¿En serio? ¿Por fin?- pregunta el padre aliviado. Luego la mira serio- si sacases las deducciones que hiciste el cuarto de Dylan para Introducción al Turismo otro gallo te cantaría.

Julia asiente dándole un beso en la mejilla. Ava saluda al Sheriff desde el coche y le manda un beso. El Sheriff sonríe y saluda con la mano.

-Por cierto, hoy todas las chicas dormimos en casa de Crystal. Así que ya sabes dónde estaremos Ava y yo. Después Ava avisará a Thomas, no te preocupes- dice ya por el camino de la casa.

-¡TE QUEREMOS, NOAH!- grita Ava por la ventanilla.

-¡Y YO A VOSOTRAS!- grita de vuelta el padre sonriendo y entrando en casa.