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Se advierte a los lectores que este capítulo contiene menciones a suicidios que pueden herir la sensibilidad dxl lectxr
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Leer bajo responsabilidad propia.
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Al salir del coche, Thomas mira para todas partes buscando a su novio. Pero solo encuentra a Hoech, Ty, Ki, Will, Holl, Kaya, Crys y Julia junto Ava, que ya los había visto al salir del coche.
Thomas frunce el ceño al no ver a Dylan, pero suspira cogiendo su carpeta y cierra el coche. Coge el móvil dispuesto a llamarlo cuando unas manos lo cogen de la cintura dándole una vuelta en el aire.
Grita al sentir las manos y el móvil se le cae al suelo del susto. Al bajarlo, Dylan le da la vuelta y lo coloca contra su cadera besando sus labios.
-Ha pasado casi un mes desde el último susto- dice Dylan sonriendo contra sus labios.
Thomas gime lastimeramente mientras se aparta y recoge el móvil del suelo.
-Yo que pensaba que podría estar tranquilo- suspira.
-Conmigo al lado nunca- lo agarra bien de la cintura y Thomas se sonroja, pero sonríe dándole un empujón.
-Puedo dormirte con cloroformo, hablaré con tu padre- contesta Thomas sonriendo.
-¿Y qué me harías cuando estuviese con el cloroformo?- pregunta Dylan divertido.
Thomas decide seguirle el juego.
-Mmm... no sé- suspira y se da la vuelta para ponerse enfrente de él- ¿que tal lo que hacíamos ayer? Ya sabes...- sonríe de lado al ver la mirada oscura de Dylan- cuando nos caímos a tu cama y me puse encima de ti para besarte- juega con el borde de su camiseta y Dylan resopla por la cercanía de Thomas- o cuando bajé los besos a...
-¡Para!- lo interrumpe Dylan cerrando los ojos- por favor, Thomas. Si no quieres que acabemos en el baño mejor para.
-Tú insististe, cariño- sonríe y le da un pico en los labios dándosela vuelta y apurando el paso con su grupo.
Las chicas están en grupo hablando y riendo mientras que los chicos se apoyan en el muro hasta que llega Dylan, que se abraza con todos y les manda un beso a las chicas porque las ve muy entretenidas y no quiere interrumpirlas.
Coge a Thomas por las axilas para subirlo al muro y pegarse a él haciendo que Thomas suelte un grito.
-¿Mi beso de buenos días?- pregunta con un puchero.
-Nos hemos dado dos- responde Thomas acariciando el pelo de Dylan e ignorando las miradas de ambas hermanas y de sus amigos.
-No uno bueno de los que me gustan- protesta Dylan acariciando sus piernas- me gusta que no lleves medias, pero he de admitir que si te las pones algún día me quedaré en el sitio.
-Imbécil- susurra Thomas con una sonrisa rodando los ojos y juntando ambos labios.
Dylan suspira de placer y lo atrae más hacia su cuerpo metiendo su lengua en la cavidad ajena.
-¡Oh vamos!- se escucha a Holland- ¿y nadie los está grabando?
La pareja se separa sonriendo y Thomas se baja con cuidado al suelo por la falda.
-Eso me pregunto yo cuando Julia me dijo que estaban sin camiseta en el sofá hace dos semanas- resopla Ava.
-¡Prefería que siguiesen con lo que estaban!- se defiende Julia.
-¿El día del chupón?- pregunta Tyler.
Todas las chicas asienten seguidamente.
-Joder- se ríe Hoech- es que una cosa es hacer uno a varios chupones así normalitos y otra es hacer uno más grande tu cara, Tom.
Thomas enrojece a la vez que Dylan, aunque este último sonríe como el gato de Alicia mientras los demás ríen a carcajadas.
-¡Oh, mira! ¡La campana! ¡Qué sorpresa!- grita Thomas justo cuando el timbre suena.
-Más bien que zafada- ríe Will viéndolo a ambos corren hacia la facultad.
-Di que sí, hermano- se ríe Ki.
Después de aguantar toda la tediosa mañana en la facultad, el timbre suena provocando que la estampida de estudiantes salga del recito. Los chicos se encuentran en el muro de nuevo.
-Jodida, zorra- resopla Ki siendo el último en llegar- como no le lamo el culo como mis otros compañeros, me deja castigado mientras limpia el encerado enseñando carne. ¡Qué asco me da!- resopla enfadado y Tyler sonríe.
-Pues no sé como no le vas detrás- sonríe Hoech- está bastante buena.
Ki lo mira con los ojos abiertos.
-¿Te acostarías con la señorita Blake?- pregunta sin creérselo.
-¡No!- responde Hoech- ni siquiera me da clase, pero tengo ojos y la he visto, es bastante guapa- se encoge de hombros.
-¿Viste como Ki abrió lo ojos?- pregunta Will- pensaba que no era posible que se abriesen tanto.
-Deberíais dejar de hacer bullying a Ki con sus ojos- dice Posey provocando que todos, hasta las chicas, lo miren- todos asiáticos tienen los ojos rasgados y son la gran parte de la población del mundo.
Ki lo mira embobado e impresionado mientras que los demás tratan de contener la carcajada mirándolo fijamente. Tyler se sonroja y agacha la cabeza.
-¿Qué?- pregunta- está en Google.
Will mira para Ki y para Posey varias veces y le da un codazo a Ki.
-Tío... Cásate ya- suelta provocando que las carcajadas de Dylan y Thomas junto los demás emerjan de sus gargantas.
-En fin- sonríe Crystal tratando de salvar a sus dos amigos sonrojados- habíamos pensado ir a comer todos juntos- comenta.
-¿Os... importa dejarlo para la cena?- pregunta Thomas agarrando la mano de Dylan. El castaño siente un escalofrío recorrer su cuerpo cuando lo hace y nota la profunda mirada de Thomas en él- me gustaría tener nuestra tercera cita.
Dylan se derrite de ternura y trata de controlarse para no besarlo.
-Y si lo hacéis de noche después podríamos salir- propone Thomas.
Las chicas los miran sonriendo y Kaya asiente.
-Tenéis toda la tarde para vosotros. Nos vemos a las nueve en la casa de Hoech.
Todos se dispersan y Holland tira de Ki para que se mueva.
-¡Pero si mañana hay clase y...!
-Ki Hong Lee- lo avisa Holland- intenta evitar que tengan su cita y las chicas y yo te castraremos.
-Yo le hacía caso, Ki- se ríe Hoech- las chicas no bromean cuando se trata de Dylan y de Thomas.
Ki mira a Holland, después a las demás y traga saliva asintiendo. Todos se meten en sus coches y la pareja se dirige al aparcamiento.
Dylan iba para el Jeep, pero Thomas tira de él suavemente hacia su propio coche.
-Todos conocen tu Jeep y a quién pertenece- dice Thomas al ver que Dylan abre la boca- es cierto que el Jeep me gusta más, pero me gustaría que hoy pasásemos todo lo desapercibidos que pudiésemos.
Dylan asiente lentamente.
-¿A dónde vamos?- se atreve a preguntar cuando se coloca en el asiento del copiloto.
-Al lago que me enseñasteis antes de ser novios- dice Thomas arrancando el coche.
Dylan sonríe y asiente relajándose.
Al llegar, Thomas aparca cerca del camino que lleva al sauce y siguen todo el camino hasta las raíces del árbol.
-¿Qué vamos a hacer?- pregunta Dylan sentándose en el campo. Cierra los ojos disfrutando del silencio y del sol hasta que escucha el cinturón de la falda de Thomas provocando que abra los ojos y se incorpora súbitamente mirándolo en ropa interior.
-Yo quería bañarme primero- Thomas lo mira y se muerde ligeramente el labio.
La entrepierna de Dylan da un tirón a sus pantalones y sin quitarle la vista de encima al cuerpo de Thomas, que solo lleva una braga azul, se quita la camiseta tirándola al suelo.
-¿No prefieres que vayamos casa a por... unos bañadores?- pregunta Dylan tartamudeando.
-¿Para qué?- pregunta Thomas- ya me has visto en ropa interior cuando estuvimos la primera vez en el lago.
-Ya, ya... pero no en ropa interior de mujer- tartamudea Dylan de nuevo. Tose tratando de regular la voz y Thomas enrojece.
-Oh... vale. Yo... lo...
-No, no sigas. Ve entrando al agua- dice desabrochándose su cinturón- voy ahora.
Thomas asiente y se da la vuelta sintiendo la mira de Dylan analizarlo profundamente. Dylan se levanta con rapidez y torpeza quitándose los pantalones todo lo rápido que puede.
Dios, dame paciencia porque cómo me des fuerza... Dios, dame paciencia porque cómo me des fuerza.... Dios, dame paciencia porque cómo me des...
Los rezos de Dylan una vez queda en bóxer mirando al cielo se ven interrumpidos por la voz de Thomas, que lo mira confuso desde la orilla.
-¿¡Vienes ya, Dyl!?- pregunta gritando.
-Contigo me voy hasta el infierno ida y vuelta, Tommy...- suspira Dylan en caminándose al lago rezando para que Thomas no vea su notable entrepierna.
-Hoy está muy buena- sonríe Thomas nadando hacia Dylan.
-Ojalá estuviese fría- responde Dylan sin pensar. No hacía tanto calor ni cuando llegamos a los 45 grados.
-¿Te gusta el agua fría?- pregunta Thomas curioso apartando su pelo mojado de los ojos.
Dylan traga saliva y se mete de una tratando de calmar a su cuerpo.
-A veces- responde al subir a la superficie.
Sacude su pelo haciendo a Thomas reír y taparse la cara con los brazos para que el castaño no lo salpique más.
-¡DYL!- protesta riendo para después tirarse encima de él y envolver su cadera con sus piernas.
-Fue sin querer- se excusa Dylan con una sonrisa.
-Pues me salpicaste- Thomas pone un puchero y Dylan sonríe moviendo sus manos alrededor de ellos para nadar.
-¿Cómo? ¿Así?- mueve sus manos salpicándolo más y Thomas se ríe a carcajadas maldiciéndolo en voz alta.
Juegan durante horas con el agua por todo el lago. Salpicándose mutuamente, haciendo carreras, largos o simplemente parándose a mirarse con unos metros de por medio hasta que Thomas nada con calma hacia él. Ambos se miran embobados y Thomas lo abraza para después colgarse de su cuerpo.
Dylan lo agarra por la parte más alta de los muslos, al borde del culo de Thomas acercándolo a él.
-Dyl...- susurra sabiendo que se escuchará tan bien como si hablase en voz alta- ¿estás...?
Dylan se ríe levemente.
-Desde que te desnudaste- contesta simplemente bajando sus labios a su cuello mojado.
Thomas cierra los ojos de placer y echa la cabeza hacia atrás dándole más espacio para los besos, suspira juntándose más con Dylan.
-Eres irresistible- susurra contra su cuello tratando de que su lengua se ocupe de cada centímetro que roza.
Las manos de Dylan van al culo de Thomas apretándolo ligeramente y acercándolo a él. Thomas gime y su entrepierna roza con la de Dylan.
-Dyl... no quiero hacer el amor aquí- susurra Thomas cuando nota los labios de Dylan hacer más presión.
Dylan sonríe levemente y separa sus labios para acariciarle la frente concentrándose en las mejillas sonrojadas del rubio y en su respiración alterada.
-¿Haríamos el amor?- pregunta con un tono infantil.
-Eso espero- confiesa Thomas con miedo.
Dylan lo mira comprobando que dudaba en serio.
-Claro que lo haremos- besa sus mejillas calientes.
-¿Salimos? Podríamos hablar ahora- Thomas se muerde el labio y comienza a temblar de los nervios inconscientemente.
Dylan asiente y se acuestan juntos en el prado.
-Sabes muchas cosas de mí, Dylan. Más de cosas de las que sabe cualquiera- comienza Thomas- pero hay algo muy importante que no sabes y que necesito contarte. Ya no por nosotros sino porque lo necesito yo como persona.
Dylan gira la cabeza para mirarlo y lo agarra de la mano.
-Estaré aquí siempre, ¿vale? No te preocupes. Sea lo que sea, podremos con ello- determina Dylan haciendo temblar más a Thomas y que las lágrimas tienten por salir a sus ojos.
Dylan lo nota y se apoya en el árbol para sentarse. Atrae a Thomas a él y lo envuelve fuertemente con sus brazos.
-Shhh... tranquilo. Tómatelo con toda la calma que quieras- dice Dylan besando su frente- tenemos todo el tiempo del mundo para que hables.
Thomas asiente y esconde su cara en el cuello de Dylan.
-Me gustas tanto, Dylan. ¿Por qué tengo tanto miedo?- Dylan siente la desesperación de Thomas y se le rompe el corazón.
-No tengas miedo, Tommy. No quiero que tengas miedo si estoy a tu lado- lo abraza más fuerte y Thomas leve su rostro para besarlo con unas ganas y unos sentimientos que dejan pasmado a Dylan aunque, después de unos segundos, devuelve el beso de la misma manera.
-El problema es si no estás, Dylan. Tienes mi vida en tus manos- se sincera al separase.
Dylan se queda sin saber qué decir durante unos segundos.
-Mira, Thomas. En mi vida no hay nadie más importante que tú. Por favor, no sufras. Yo nunca me voy a ir. Incluso si asesinas a alguien no te voy a dejar, no soy capaz de hacerlo- dice casi con un tono desesperado- cuéntame que pasa. Quiero ayudarte.
-No puedes ayudarme, pero... te necesito igual. Porque toda esta mierdas es más difícil de lo que trato de aparentar y nunca meto mucho a Ava en esto y trato de quitarle importancia. Pero todo está muy jodido- responde Thomas mirándolo fijamente.
-De acuerdo. Tranquilo, me vas a tener- lo calma Dylan.
Thomas da un largo suspiro antes de empezar.
-Ya te conté que desde pequeño me vestía a veces con ropa de Ava y a tanto a ella como a mamá le hacía ilusión verme con su ropa o sus tacones- Dylan asiente atento- un día, a los ocho años, mi padre nos vio a los tres bailar en la habitación de Ava. Yo iba en tacones, con joyas y en falda. Mi padre llegó borracho y mamá se enfrentó a él- Dylan aprieta los puños inconscientemente- se gritaron y tiraron cosas. Cuando mamá subió a decir que teníamos ya la cena, se metió en su cuarto y mi padre se había ido. Al... al subir, encontramos a mamá en cama y el bote de pastillas a su lado, llamamos a mi tía Amaia, ya lo conoces- Dylan asiente y mueve a Thomas para ponerlo entre sus piernas y que ponga su cabeza en el hombro del castaño- trató de suicidarse. No sé todavía el motivo, pero confío en mi madre. No era ninguna mujer débil.
-Ni lo es- añade Dylan- continúa.
-Tía Amaia se hizo cargo de nosotros desde entonces. Nos pasa un pensión que nos da bastante justa para alimentar a mamá, a Ava y a mí- al ver la cara de confusión de Dylan, se explica- mi madre no llegó a suicidarse, pero quedó en prácticamente de vegetación. No es eso, o sea- suspira- es difícil de explicar. Mamá está en depresión, pero por algún motivo no reacciona a nosotros. Reacciona a ciertos estímulos como si necesita ir al baño, comer, beber, pero a nada más. Ha habido veces que se ha levantado de la cama, ha dado una vuelta a la habitación y se ha metido en cama de nuevo. Ha habido veces que ha comido sola, otra que tenemos que darle Ava y yo de comer y otras en las que ni siquiera puede probar la comida. Ni siquiera el doctor sabe lo que le pasa, él dijo que tenía depresión con una especie de cataplexia durativa, porque hay momentos en los que es consciente de sí misma aunque no hable y otros en los que el doctor Gadiel ha tenido que inyectarle la comida por vena.
Para un momento para coger aire antes de continuar.
-El día que nos conocimos escapé de ti por miedo, por lo abierto que me hablabas y me vine con mamá como tenía costumbre. Costumbre que has cambiado- sonríe- hablé con ella un rato y volví al instituto para que Ava no sospechase nada. Y al día siguiente cuando no te dejé pasar... bueno, ni ese día ni cualquier otro hasta ahora que tuviste la oportunidad de entrar en casa, tendría que haberte explicado todo esto, pero no sabía no cómo, ni cuándo, ni...- Thomas resopla revolviéndose el pelo mojado- llevamos 10 años así.
Dylan besa su frente con cariño y espera que Thomas siga.
-De mi padre no volvimos a saber nada. Tía Amaia decidió que nos quedamos con mamá a pesar de ella ser nuestra tutora legal y tener espacio para nosotros, pero ella no puede pagarnos todo toda la vida. Algún día tendremos que buscarnos la vida y sé que todo esto va a ir a peor. Noah se encargó de todo nuestro papeleo, de nuestras vidas y nuestros problemas desde que tenía ocho años. Ha sido mi confesor y como mi padre todos estos años. Por eso nos quiere y lo queremos tanto, nos hemos visto derrumbarnos mutuamente. Sufrí mucho con la muerte de tu madre. No sé si la mía mejorará algún día, pero por lo menos está ahí y no sé si soportaría perderla. Tu madre también me cuidó antes de que mamá se pusiera enferma, venía cuando mi padre no estaba.
Dylan lo mira con ternura.
-Yo en cambio, pienso que perderla es horrible sí. He pasado por ello, pero me he despedido y acabas sobre llevándolo. Es cierto que no la tengo, pero siempre me quedará su recuerdo. En cambio Ava y tú tenéis que aguantar una vida quizás sin verla mejorar. Yo creo que eso sería le peor tortura. Y eres increíblemente valiente, Tommy. Por salir adelante con la pensión de vuestra tía y que no os falte de nada. Por llevarlo todo sobre tus hombros para evitarle dolor a Ava. Eres una persona increíble que ha tenido que aguantar mucho. Siempre me pregunto por qué las mejores personas son las que sufren, pero creo que sé la respuesta. Porque cuando vienen momentos buenos, por muy pocos que sea, superan por dos los momentos malos y hacen que al final.... mirando para atrás, todo haya valido la pena. ¿Y en cuánto a ir a peor? Si te abrí mi corazón también te abro mi casa. Podéis vivir con nosotros, podéis ser feliz con nosotros. Tú puedes ser feliz, Tommy.
Y Thomas no se da cuenta de que está llorando hasta que Dylan le seca las lágrimas y lo besa lentamente en los labios. Saboreándolo más que besándolo. Quedándose durante minutos en su boca sin querer despegarse ni un solo milímetro.
-Entonces, ¿te quedarás conmigo?
-¡Claro que sí! ¿Piensas que porque tengas un cabronazo como padre te dejaré de hablar? Ni yo, ni cualquiera de nuestros amigos. Will ya estaría alquilando una furgoneta para buscarlo por el país, Hoech conseguiría las armas, las chicas cuidarían de Ava y Julia mientras que Ki y Tyler organizarían la comida y todos los asuntos pendientes para que podamos ir a buscarlo para torturarlo. El no entenderte, el haberte destruido, a ti, a tu madre, a Ava, a vuestra familia- acaricia con sus dedos la mejilla de Thomas- dios, no entiendo cómo cualquier ser de este universo pudo hacerte daño siendo tan dulce, tan pequeño y tan angelito. No te mereces sufrir, Thomas. Ni te merecías. Te lo dije una vez y te lo repito de nuevo. Y tú no tienes la culpa de nada. Eres total y absolutamente increíble- termina Dylan sin dejar de mirarlo.
-Gracias- se esconde en su hombro llorando para desahogarse por todos estos meses, por todos estos años- de verdad, Dylan. Gracias. Un día te dejaré pasar para que conozcas a mamá- susurra con más significado del que le gustaría admitir.
Dylan solo lo entierra contra él abrazándolo olvidándose de todo lo que no sea acariciar el pelo de su novio, al cual cada día quiere más.
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