Capítulo III: Tal vez fue un error.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.
Capítulo dedicado a waihor 💖
—Lamento mucho mi comportamiento de la noche anterior, te toqué indebidamente, y seguramente te hice sentir incómoda— Hinata se sorprendió de ver a Obito realizando una reverencia hacia ella, su jefe la había estado esperando dentro de la oficina que le asignaron sólo para poder disculparse con ella. Comprendió entonces que Obito se estaba culpando porque ella huyó repentinamente de la cena.
—Obito-san y-yo...—
—Te prometo que de ahora en adelante seré más respetuoso, ayer bebí más de lo necesario. De verdad siento si te hice pasar un mal momento— el Uchiha siguió inclinado hasta que Hinata tomó su hombro y lo ayudó a incorporarse. Obito permaneció viendo al suelo, no quería que Hinata continúe sintiéndose mal por su culpa, así que prefería evitar el contacto con ella.
—Yo no...—
—No sucederá de nuevo, no te preocupes— prometió Obito cabizbajo, apretó sus manos con frustración y esperó impaciente por una respuesta de Hinata. Deseaba que ella le dijera que solamente era un malentendido, que el beso entre ellos no fue un error.
—Yo también lo siento— Hinata guardó silencio después de eso, Obito prácticamente estaba diciendo que su beso no debió ocurrir, también que no existía una posibilidad de suceder en el futuro. Le rompía el corazón saberlo, aunque entendía que era lo correcto.
—A trabajar entonces— el Uchiha le dió la espalda, abandonando la oficina con un simple gesto de su mano.
Hinata se dejó caer sobre la silla de su escritorio, abrazándose a sí misma y llorando en silencio. No le gustaba la sensación de perder a Obito de nuevo, y justo en ese momento, sólo podía pensar en correr hacia los brazos de Shisui.
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Shisui colocó un poco de azúcar al café que preparó para su mejor amiga, cuando llegó a la nueva oficina de Hinata a preguntar cómo se sentía después de la cena que tuvieron la noche pasada, la encontró llorando y sin poder articular alguna palabra. Imaginaba quien era el responsable de su estado, y comenzaba a sentir cierto rencor hacia él.
—¿Ya estás mejor?— Shisui bebió de su propio café, le dolía demasiado la cabeza, pero aún así estaba dispuesto a escuchar a su mejor amiga.
—Le hice creer que nuestro beso fue un error, no pude decirle que no me arrepiento— la joven Hyūga se frotó el rostro y bebió casi de golpe su café, Shisui debió tomar la tetera para preparar otro.
—Así que reconoces que no te arrepientes. Eso es un progreso— se burló Shisui con una sonrisa astuta, el Uchiha conocía bien de los sentimientos de su mejor amiga, aunque no esperaba que en tan poco tiempo estos volvieran con tanta fuerza.
—No te rías de mí— pidió Hinata apartando la mirada, se sentía fatal por haber besado al prometido de su mejor amiga, más por querer que Shisui no hubiera interrumpido esos tocamientos indebidos.
—El amor no es un delito, Hinata-chan. Si ambos se aman, deben ser claros entre ustedes— le animó el pelinegro acariciando su mano, para la familia resultaba algo obvio que Obito sólo se casaría con Sakura por el compromiso que tenía Madara, su primo quizá le tenía cariño a Sakura, pero no era amor.
—Él no me ama— le dijo antes de tomar un poco de su café, éste le ayudaba mucho con el dolor de cabeza por la resaca, aunque no era suficiente para alejar todos los malos pensamientos de su mente.
—Te equivocas, Obito no te hubiera besado si le fueras indiferente— una sonrisa apareció en los labios de Shisui por encima vez, haciendo sentir a Hinata más pequeña. A él nunca podría engañarlo.
—Me besó porque bebió demás, eso es todo— contestó la Hyūga, que aunque deseaba convencerse a sí misma, terminaba fallando en el intento. Su beso con Obito solamente funcionó para traer de vuelta todo el romance que quiso enterrar.
—No es verdad, yo conozco bien a mi primo. Él no está enamorado de Sakura, sigue amándote a ti— aseguró Shisui al mismo tiempo que chocaba su taza con la de Hinata, no le gustaría ver a su primo y Sakura siendo infelices, tampoco que Hinata deba huir una vez más y esconder a todos sus sentimientos.
—¿Y qué se supone que debo hacer?— preguntó ella, sospechaba cuál sería la respuesta de Shisui, y aunque deseaba rechazarla, moría por seguirlo.
—Dile lo que sientes, es lo único que necesita para cancelar su boda— Shisui se levantó de su asiento frente a Hinata para acercarse a ella y abrazarla, fue entonces que su amiga se dejó hacer por sus suaves caricias.
—No creo que...
—¿Realmente lo dejarás ir?, Será para siempre— la Hyūga abrió de golpe sus ojos, las palabras de Shisui hicieron eco dentro de ella.
¿Perder su amistad con Sakura o el amor de Obito?
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El horario de trabajo había terminado hace más de una hora, aún así, Hinata como otros pocos empleados permanecía en la empresa para terminar algunos detalles de sus informes finales. Al ser prácticamente la mano derecha de Obito, Hinata se encontraba trabajando mano a mano con él, los dos escribiendo en sus computadoras y escuchando música en una pequeña bocina. Afortunadamente para la Hyūga, su jefe le había permitido escoger la lista de reproducción, así que optó por algo clásico al principio, terminando con la música de uno de sus artistas favoritos.
Mirando la hora en el reloj y gracias a los últimos documentos que Shisui les envió, Hinata entendió que podrían acabar pronto. La presentación que darían para la próxima junta de la compañía estaría lista para ser revisada por Obito y Shisui a más tardar el día siguiente, todo tenía que ser perfecto, puesto que Madara Uchiha estaría presente después de algunos meses de su retiro.
—Prometo que pagaré la cena, quizá debamos invitar a Shisui también— repentinamente, Obito dejó de ver su ordenador y se dirigió a Hinata, que le miró sorprendida. El Uchiha prefería incluir a Shisui en su plan de esa noche para que Hinata no se sienta incómoda.
—Me agrada su idea— Hinata le sonrió, fascinada por poder cenar con dos de sus personas favoritas. Su linda sonrisa se borró cuando miró a Obito frotarse el cuello con una clara nueva de dolor en el rostro —¿Se encuentra bien, Obito-san?— preguntó preocupada, dejando de lado su laptop e incluso levantándose de su asiento.
—No, para nada. Estoy demasiado estresado con esta junta, seguramente mi padre buscará cualquier error mío— el Uchiha se rió de sí mismo, aún con toda la experiencia que tenía por ser desde siempre la mano derecha de Madara, su padre no confiaba del todo en él. Aunque Obito comprendía que no se debía a qué hiciera mal si trabajo, sino que Madara nunca confiaba ciegamente en nadie.
—¿Pu-puedo darle un masaje?— un ligero rubor cubrió las mejillas de la joven, que después de escucharse decirlo en voz alta, creyó que no era tan buena idea.
Obito se sonrojó por su propuesta, también se culpó por encontrarle un doble sentido, siendo que Hinata era demasiado inocente —¿Sabes cómo hacerlo?— por debajo de la mesa, apretó su pierna y se obligó a mantener la compostura.
Hinata asintió tímidamente —Mi hermana disfruta mucho de un masaje mío cuando está estresada— le dijo sonriendo, cuando Hanabi estaba agobiada por sus exámenes escolares, bastaba con unos minutos al cuidado de su hermana mayor para estar mejor.
—Entonces debo probarlo también— mostrando la gran sonrisa de siempre, Obito se apartó un poco del escritorio pero siguió sentado en su silla.
Hinata lo tomó como una señal, así que de inmediato se levantó de su asiento y se acercó a Obito, quién cerró los ojos cuando sintió las suaves manos de la Hyūga sobre él. El Uchiha se permitió disfrutar de su contacto, la forma en que frotaba con cuidado su cabeza y pasaba a su cuello y hombros.
—¿Se siente bien?— sintió la voz de Hinata cerca de su oído, lo que le provocó una increíble paz.
—Tus manos son mágicas, Hinata— confesó fascinado, si fuera posible, le gustaría que Hinata siempre lo acompañe.
—Cariño— la voz de Sakura hizo reaccionar a ambos.
La Haruno había entrado a la oficina sin llamar antes, como era su costumbre, y al verlos juntos dejó de caminar por un momento. Debió parpadear algunas veces para recomponerse, y cuando lo hizo, avanzó corriendo hacia su prometido. Hinata se apartó de ellos cuando Sakura rodeó el cuello de Obito y lo besó.
—No te esperaba, pensé que nos veríamos más tarde— Obito le sonrió nervioso a su prometida, puesto que en un gesto posesivo, Sakura se había sentado sobre sus piernas y lo abrazaba fuertemente.
—Tsunade-sama me dejó salir antes, pero sigo estando exhausta— admitió cansada, desde hace un mes tenía doble turno en el hospital, algo que la tenía muy estresada, ya que le restaba tiempo de la organización de su boda.
—Puedo darte un masaje también, Sakura-chan— se ofreció Hinata sonriendo, le daba un pena ver a su amiga con ojeras marcadas y el rostro más pálido, resultaba obvio que estaba muy estresada.
Sakura se sonrojó ante su propuesta, avergonzada con la idea de no verse muy presentable —Oh no, no quiero aprovecharme de tu amabilidad, además, seguramente Obito-kun ya te tiene muy estresada con el trabajo— la Haruno dio una rápida mirada de desaprobación a su prometido, le parecía demasiado que Obito incluso le pidiera un masaje a su amiga.
—Oye, no soy un jefe insensible— se defendió el Uchiha elevando por un momento su voz.
—Sí, dile eso a los empleados— se burló Sakura mostrando su lengua.
—De acuerdo, tal vez un poco— admitió Obito riendo, Sakura lo imitó al instante.
Al verlos convivir sin problemas, Hinata se sintió incómoda, pensaba que llegaba la hora de dejarlos solos, y le aterraba lo que podría suceder si lo hacía. No quería atormentarse con imágenes de Obito y su mejor amiga.
—Creo que es mejor si me retiro— habló Hinata cohibida, llamando la atención de las otras dos personas en la oficina.
—No nos molestas, Hinata-chan. Sólo llegué para mostrarle a Obito-kun los salones de eventos que me han gustado— se apresuró a decir Sakura con gran emoción, al principio solamente pediría la opinión de su prometido, pero como Hinata tenía buen gusto y le había ayudado anteriormente, creía importante considerarla también.
—Pensé que habías elegido ya— murmuró Obito sin gran interés, el Uchiha incluso apartó a Sakura de él para continuar trabajando en la presentación de su ordenador.
—Vamos, ayúdame a escoger— sin querer perder la oportunidad, Sakura se abrazó al cuello de su prometido y besó su mejilla, en un intento por hacer que Obito vuelva a mirarla.
—Lo que tú desees está bien— le dijo suspirando, detestaba que Sakura fuera tan insistente con él, es como si no pudiera aceptar una respuesta negativa.
—¿Lo ves?, Nunca quieres ayudarme con los preparativos— enfadada, Sakura se apartó de él mientras gritaba. Quiso tomar la barbilla de Obito para obligarlo a verla, pero su prometido fue más rápido y tomó su muñeca.
—No tengo tiempo para eso, lo sabes muy bien— cuando los ojos oscuros de Obito hicieron contacto con los verdes de Sakura, la pelirosa retrocedió unos pasos, sin embargo, se decidió a no dar marcha atrás.
—¿Y para qué si tienes tiempo?, ¿Para salir a cenar con Shisui o Itachi?— le preguntó con ironía, Obito solía rechazar sus intentos de integrarlo a los preparativos, y cuando ella creyó que era porque tenía una amante, Itachi y Shisui le confirmaron que sus cenas no eran pretextos. Obito prefería ir con sus primos que ayudarle a ella a escoger manteles.
—Ellos no tienen nada que ver con esto— vociferó el Uchiha al mismo tiempo que golpeaba el escritorio con su mano derecha, tanto Sakura como Hinata saltaron asustadas, pero fue al ver el temor de Hinata que Obito trató tranquilizarse.
—No te cuesta nada fingir al menos, incluso Hinata con lo poco que lleva aquí parece estar más interesada en nuestra boda que tú— continuó reclamando Sakura, ahora dando como ejemplo a su mejor amiga. Con sólo una semana Hinata se unió a Ino y ella, le ayudó a elegir las flores más lindas, la capilla e incluso le apoyó en la tarea de buscar grupos de música.
—Entonces sigue jugando con tus amiguitas, a mí no me interesan los detalles ostentosos— el Uchiha levantó la voz una vez más, en esa ocasión ni siquiera pudo ver a Hinata. Ya no le interesaba quedar mal con ella, sino poder terminar su discusión con Sakura.
Hinata iba retrocediendo en silencio, se encontraba muy asustada de tener que verlos discutir, puesto que anteriormente, nunca había mirado a Obito y Sakura tan molestos, menos gritarse entre sí de esa forma. Por lo que contaban Ino y algunas de sus amigas, Sakura tenía el romance perfecto a lado de Obito. Pronto terminó huyendo a la oficina de Shisui, esperando que él pudiera hacer algo para detenerlos.
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Shisui se encontraba dando algunas órdenes a su asistente cuando miró a Hinata salir de la oficina de su primo, su mejor amiga se notaba pálida, e imaginaba que se debía a los gritos que se escuchaban dentro de la oficina. Dando un gran suspiro, el Uchiha pidió al personal de esa planta que se fueran temprano, por lo que todos los empleados se apresuraron a recoger sus lugares para después salir con prisa hacia el elevador o las escaleras. Shisui creyó que era mejor si nadie presenciaba la escena de los prometidos, no le gustaría que Sakura se sienta aún más herida.
Justo al momento en que Hinata por fin se reunió con Shisui y estuvo apunto de hablar, la puerta de la oficina de Obito se abrió, dejando ver a Sakura salir corriendo mientras hacía un esfuerzo por limpiar sus lágrimas. Ambos amigos esperaron ver a Obito salir detrás de ella, empero, eso no sucedió. Hinata reaccionó después de unos segundos, queriendo ir con su mejor amiga para consolarla, Shisui tomó su hombro antes de lo hiciera y negó con la cabeza.
—Yo iré por ella, la llevaré a casa. Encárgate de Obito, por favor— sin darle oportunidad de decir alguna palabra, Shisui se fue en la misma dirección que Sakura. No era la primera ocasión en que Obito terminaba lastimando a Sakura y él la consolaba.
—Pe-pero...— Hinata extendió su mano hacia su amigo, tratando de detenerlo, algo que no consiguió. No podía negar que Shisui sería mejor apoyo para Sakura, Hinata sentía que no podría ser imparcial debido al amor que sentía por Obito.
Rápidamente perdió a Shisui de visita, el Uchiha la había dejado sola, igual que los empleados que habían partido incluso antes que Sakura. La ojiperla observó su reflejo en uno de los cristales de las paredes, acomodó bien su cabello y dió un profundo respiro antes de dirigirse a ma oficina de Obito. Tenía miedo de estar sola con él, porque consideraba que se volvía inevitable poder resistirse a la atracción que sentían.
Tocó la puerta suavemente, esperando que Obito ya no esté de tan mal humor, lo que probablemente sería imposible al haber pasado tan poco tiempo.
—No quiero ver a nadie— gritó Obito desde el otro lado, provocando que Hinata dé un pequeño salto en su propio sitio.
Aparentando fuertemente su falda para reunir valor, Hinata se atrevió a abrir la puerta y asomarse un poco —¿Tampoco quiere ver a una amiga?— preguntó bajando la mirada, no quería verlo a los ojos sí él la rechazaba.
Obito dejó de ver por el ventanal de la habitación y volteó en dirección a la Hyūga, que se removía nerviosa —Lo siento, Hinata. Claro que puedes pasar— le dijo al mismo tiempo que se levantaba de su asiento, fue entonces que ella debió elevar su cabeza para enfrentarlo cara a cara.
—¿Se encuentra bien?— quiso saber la ojiperla, juntó sus manos frente a su pecho, mostrando su preocupación por él sin ser su intención.
—Estoy bien, sólo una estúpida discusión sin sentido— murmuró él Uchiha rodando los ojos y cruzando sus brazos, detestaba hacer escenas frente a otras personas, más si eran tan cercanos a él.
Hinata caminó hacia Obito, aunque se detuvo al estar a unos pasos de él, siempre que se encontraban tan cerca el uno del otro, sentía que no sería capaz de controlar sus impulsos y terminaría besándolo como deseaba hacer desde que se encontraron nuevamente.
—Sería agradable si le comparte su opinión sobre la boda a Sakura-chan— Hinata le sonrió con paciencia, entendía que podía ser complicado por si trabajo, pero también comprendía que Sakura necesitaba alguien que la apoye en su gran evento.
Obito apartó la mirada de su amiga —Sería agradable si me interesara— se rió de sí mismo, odiando una vez más a su padre, la única razón de aceptara unirse a alguien que no amaba. Sentía un lindo aprecio por Sakura, sin embargo, no podía corresponder a sus sentimientos.
—Pero que di-dice— Hinata se sorprendió por sus palabras, e inconscientemente retrocedió algunos pasos. No podía creer que Sakura estuviera mintiendo cuando decía que los dos se amaban.
—Todos lo dicen, no tienes que fingir ante mí. No estoy de acuerdo con esta boda— habló Obito avanzando hacia ella, Hinata se sonrojó cuando el Uchiha tomó su mano y se siguió acercando —Te lo dije antes de que te fueras de la ciudad, solamente te amo a ti— su voz le provocó un agradable escalofrío, la Hyūga se detuvo cuando su espalda chocó contra la pared. Obito le sonrió, colocando sus brazos a los costados de su cabeza e impidiendo que pueda escapar de él.
—Obito-san, esto no...—
—¿Por qué no estaría bien?, ¿No sientes algo por mí?— la interrumpió, su mente estaba tan nublada en ese instante, que no estaba tomando en cuenta los sentimientos de Hinata por Sakura. Por una vez quería ser egoísta y sólo pensar en ellos dos.
—Yo lo amo— tomando por sorpresa al Uchiha, Hinata se adelantó a él y tomó sus mejillas para entregarse en un suave beso.
Los movimientos de ambos fueron lentos al principio, se tomaban su tiempo para ir apreciando el momento tan dulce que compartían, deteniéndose solamente para tomar aire y volver a unirse. En un instante, Hinata sintió diferente ese beso a los que solían tener en su adolescencia, en esa ocasión era más apasionado y demandante. Obito había subido su falda y tomado sus muslos para poder cargarla, y estando recargada en la pared, le era posible estar a la altura del Uchiha, en el que enredó su piernas alrededor de su cadera. Sintió algo cálido introduciéndose lentamente dentro de su boca, Obito jugaba con ella mientras le robaba el aliento, difícilmente Hinata podía seguirle el aliento.
En un pequeño momento de debilidad, (para Hinata), se descubrió a sí misma soltando un leve gemido, justo cuando Obito presionó su pecho con la mano derecha y bajo a su cuello para morderlo y marcar su piel. Sus cuerpos estaban tan unidos que los toques y roces se sentían calientes, tanto como para seguir haciendo crecer el fuego dentro de su vientre. La Hyūga colocó sus manos sobre el torso de su acompañante, subiendo lentamente hasta su cabello, de dónde jalo para unirlo todavía más a ella. Experimentando una nueva sensación, Hinata arqueó la espalda, permitiendo que Obito pase de su cuello a su clavícula, dejando un rastro húmedo y caliente sobre su blanca piel.
La fuerte atracción que los unía por fin había rebasado los límites que ambos se habían fijado, los besos ya no eran suficientes, lo que exigía más del otro. Hinata se aferró al cuello de Obito, ahora ya no le importaba sentirse menos bonita que su amiga o desear ser más parecida, Obito había confesado que ma amaba sólo a ella, y Hinata pensaba esforzarse para no perder su amor.
—Alguien podría escucharnos aquí— susurró Hinata antes de perderse por completo en sus deseos, se encontraba avergonzada por el sitio donde estaba dispuesta a entregarse a Obito. Nunca imaginó que su primera vez sería en su lugar de trabajo.
—No importa, tendremos cuidado— le sonrió sin preocupación, dudaba mucho que alguien quisiera meterse en problemas con alguno de los dueños de la empresa, así que confiaba en que nadie hablaría.
—Obito-san...— el Uchiha robó otro suspiro de su parte cuando la tomó entre sus brazos y la llevó al escritorio. Con un brazo movió todos los objetos hacia la orilla para poder hacerle un espacio más agradable.
—No tengo conmigo un preservativo, quizá es mejor que salga a comprar algunos— ante el temor de la posibilidad de que Obito no regrese, Hinata tomó la manga de su saco y le impidió irse. El Uchiha la observó curioso, sin embargo, Hinata nunca me devolvió la mirada.
—Es-está bi-bien. E-s un día se-seguro— le dijo ella sonrojada, consiguiendo que el Uchiha se emocione con su propuesta. Él tampoco quería perder el tiempo en una farmacia, deseaba tomarla justo en ese momento.
—De acuerdo— sin decir otra palabra, Obito volvió a unirse a ella en un beso sumamente encantador, uno que despertó el deseo de ambos con más fuerza que antes.
El calor entre ellos fue subiendo como la espuma, obligándolos a tener que desvestirse para aliviar un poco aquella sensación. Los dos sabían lo que estaba por suceder y ninguno se atrevía a detenerse, estaban dispuestos a ir hasta la última consecuencia. Obito fue explorando su cuerpo poco a poco, mirándola directamente a los ojos en espera de su consentimiento, Hinata asintió en silencio, permitiéndole al Uchiha ir colando sus manos por debajo de su ropa. Primero le quitó el pequeño saco de vestir que llevaba ese día, después introdujo su mano en su blusa de tirantes y tocó su vientre, acarició con movimientos suaves su cintura y le dedico más tiempo a sus senos. Frotaba sus manos por arriba del sujetador, deslizándose despacio por la tela que cubría sus pezones y ganando un gemido de la joven como recompensa. En unos segundos Hinata vió desaparecer la ropa de su cintura hacia arriba, así que ella trató de imitarlo.
Hinata fue quitando con desesperación los botones de su camiseta, arrojándole al suelo junto con la playera interior, sin importar que fuera color blanco. Se detuvo un poco a contemplarlo, siempre había fantaseado y soñado con ver a Obito de esa manera, y ahora que lo tenía a su disposición, lo consideraba más que perfecto. Cada abdominal y músculo de su brazo estaba definido de buena forma, no excesivo, tampoco siendo débil. Esforzándose pro dejar de lado si vergüenza, la joven Hyūga recordó los consejos que de Ino a Sakura para su próxima luna de miel, y aunque debería sentirse culpable de ser ella quien los esté usando con el futuro esposo de su mejor amiga, Hinata ni siquiera pensó en ello. Tocó los pectorales de Obito y se detuvo para jugar con sus pezones, siendo incluso más atrevida, se inclinó hacia él para poder introducir uno de ellos en su boca. Se sintió feliz al escuchar los sonidos roncos desde su garganta.
Obito le permitió seguir hasta que ella pareció estar satisfecha, le parecía tierno ver a Hinata contemplarlo detenidamente e intentar jugar con él. Al cambiar de papel, fue el turno de Hinata para suspirar su nombre, Obito tocaba sus pezones con su cálida lengua y con su mano derecha se encargaba de deshacerse de su falda. La ojiperla apretó con fuerza los hombros de Obito cuando él le retiró sus bragas, acción que llamó la atención del Uchiha. Queriendo tranquilizarla, Obito se entretuvo mordiendo suavemente el lóbulo de su oreja y susurrando palabras dulces para ella.
—Te amo, Hinata. Eres la mujer más hermosa que he conocido— confesó tiernamente antes de besarla de nuevo, Hinata se sintió flotando en el aire, gracias a él ya no sentía pena de su cuerpo.
—Obito-san...— no logró continuar hablando, se quedó inmóvil cuando el Uchiha se quitó el cinturón y bajó la cremallera de su pantalón. Lo siguiente que vieron sus ojos fue a Obito completamente desnudo, y lo único que pensó es que era impresionante.
—Hinata, ¿Será tu primera vez?— preguntó Obito, le parecía que lo sería debido a la actitud de Hinata, que se mostraba más tímida de lo normal y parecía no saber bien que debían hacer. Desde que se desvistió, ella no dejaba de ver su miembro, sonrojándose más con cada segundo que pasaba.
—Y-yo...— guardó silencio casi de inmediato, no sabía bien que debía responder a su pregunta. No quería paracer una chica sin experiencia que no sería capaz de satisfacerlo, porque seguramente Obito ya había estado con otras mujeres, incluída Sakura, y no deseaba perder ante ellas —N-no, dejé de ser virgen con Shisui-kun, él fue el pri-primero— mintió usando a la única persona que no la delataría, Obito fue incapaz de descubrirla.
Fue un golpe a su corazón saber que justamente era su primo el primero con que Hinata compartía un momento tan íntimo y especial. Aunque sabía que era egoísta sentirse de esa manera siendo que él estuvo con la mejor amiga de Hinata, le estaba resultando imposible no sentir los celos acabando con su cordura.
—Entonces con Shisui, ¿Eh?— se frotó ligeramente contra la ojiperla para sentir su humedad y cubrirse con ella, sólo tenía en mente demostrarle a Hinata que podía ser mejor que Shisui, así que se introdujo con fuerza al creerla preparada.
Hinata se cubrió el rostro y ahogó el grito que quiso salir de ella, Obito no fue tan cuidadoso como siempre imaginó que sería, por eso debió seguir escondiendo entre sus manos las lágrimas que buscaban salir de sus ojos. Sentía una extraña mezcla de placer con dolor, el miembro de Obito parecía hacerse más grande con cada empujón que daba hacia ella, pero esa sensación incómoda se contrarrestaba con el delicado toque de sus dedos sobre su clítoris. No sabía si era por su gimoteo o los temblores de su cuerpo, pero Obito logró entender que no estaba siendo tan delicado con ella, por eso lo percibió ir más lento, con movimientos decididos y suaves a la vez. La joven fue descubriendo su rostro, y cuando sus ojos conectaron con los de su amado, su voz le falló. Fue entonces consciente de que estaba teniendo sexo, y no con cualquiera, era con la persona de la que se encontraba enamorada desde hace años.
—¡Obito-san!— sintiendo libertad gracias a qué los empleados se retiraron temprano, Hinata se permitió gemir con fuerza, Obito lo miró como una invitación a acelerar su ritmo.
—Soñé tanto este momento, no sabes cuánto te amo— le dijo, tomando sus caderas para embestir con más fuerza, le fascinaba ver cómo Hinata arqueaba su espalda y se retorcía de placer.
—Yo también... ¡Ah!— la Hyūga se mordió la mano para impedir que sus gemidos sigan interrumpiendo, estaba disfrutando del maravilloso trabajo que hacían más manos de Obito —También lo amo— se apoyó sobre su codos para seguir viéndolo, las gotas de sudor que se formaban sobre su piel le parecían similares a lo que le sucedía a ella.
—Hinata...— gimió perdiéndose en su unión, le gustaba ver cómo entraba y salía de ella, ver sus dedos frotando en el pequeño botón que la hacía gritar más fuerte.
La joven rodeó su cadera con sus piernas, como una invitación a qué no se detenga, sentía que estaba cerca de llegar hacia algo desconocido, todo el calor dentro de su cuerpo parecía quieres estallar. A Obito le encantó su gesto, y mientras su mano derecha se encargaba de darle placer, la izquierda presionó su muslo. En un acto posesivo, el Uchiha se inclinó hacia ella y mordió su cuello, succionando su piel y dejando una gran marca roja sobre su piel. A Hinata no le molestó, ella también hizo algo parecido abrazándose a su espalda y rasguñando todo a su paso.
Sino salir de su interior, Obito la levantó del escritorio y fue a sentarse en la silla, Hinata continuó saltando sobre su cuerpo con más entusiasmo que antes. Ahora ya no era una sensación de incomodidad, gracias a sus hábiles manos, Hinata estaba disfrutando de gran manera su encuentro. Un ardiente cosquilleo llegó a su zona íntima, el balanceo de su cuerpo, sus pezones rozando el torso del Uchiha, su amado frotando su clítoris y embistiendo con rapidez, todo se estaba uniendo en un fantástico conjunto. Es como si una banda sonora estuviera por llegar al mejor momento de su melodía, Hinata estaba llegando a su límite, estaba alcanzando el cielo con sus propias manos.
—¡Obito-san!, ¡Obito-san!— gritó cuando sintió que su amante se llevaba uno de sus pezones a su boca, ese simple acto fue el que consiguió que su anhelado orgasmo llegara e invadiera su cuerpo con espasmos y corrientes eléctricas.
Obito todavía se movió un poco más dentro de ella, ganando algunos gemidos más de su parte y consiguiendo terminar de forma fantástica también. Hinata no dijo nada cuando sintió el semen del Uchiha llenando su interior, se recargó sobre su torso lata controlar su respiración y se prometió que después tomaría alguna píldora anticonceptiva.
Los dos permanecieron de esa manera por varios minutos, sin deshacer su unión y abrazándose mientras compartían la misma silla. Obito acariciaba su cabello y besaba la coronilla de su cabeza en ocasiones, Hinata tocaba con sus dedos el torso de Obito y daba pequeños besos sobre su piel.
Cumpliendo una de sus grandes fantasías, los dos se permitieron sonreír y disfrutar de su cercanía.
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Notas de la autora:
• Puede contener errores ortográficos.
• Este capítulo es dedicado a waihor 💜✨
• Disculpen la tardanza, siempre me interrumpía alguien cuando estaba escribiendo este capítulo >.<
• Pues cuéntenme, ¿Qué tan buena amiga es Hinatita? 👀
• ¿Creen que alguien los descubra?
• No olviden que Shisui y Sakura se quedaron solos también 🌚
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Nos leemos en la próxima actualización 👀❣️
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