Era fácil enfermarse, pero lo que más detestaba era resfriarse en verano. No era el mejor manteniendo una salud estable por tanto tiempo. 

Estornudó una vez, después una segunda hasta una tercera. Fue el punto para que el dolor de cabeza llegara de golpe y le hiciera sentir débil. Pediría irse antes o si no se moriría ahí mismo.

Tras tener el permiso, salió del edificio. Había bastante gente, era horario donde mucha gente salía a comer, se preguntaba si Reaper también estaría comiendo por ahí o llevó almuerzo para él. No recordaba si había cocinado ayer.

Sacó su celular, no quería pero era la oportunidad para que le dejase a casa, se sentía muy débil. Lo llamó.

"¿Hola?" habló él respondiendo casi a los segundos.

"Reaper..."

"No suenas nada bien."

¿Tan mal estaba como para que con una simple palabra supiera de su estado? Suspiró gangoso, tosiendo de paso.

"Salí temprano del trabajo... ¿Estás afuera...?"

"No, estaba comiendo ahora, pero puedo ir por ti para llevarte al médico".

"No, no... Con llevarme a casa estoy bien..."

"Mm... Voy, espérame tranquilo"

Pronto colgó, se sobó los brazos, estaba sudando pero sentía algo de frío. Necesita sentarse pues estar en la calle rodeado de personas lo mareaba.

Tras unos minutos, vio el auto de Reaper estacionarse al frente; fue hacia él y se sentó en el copiloto, allí el mayor puso su mano en su frente.

— Te llevaré a casa. No te me mueras en el camino.

— Qué exagerado... —Soltó un respiro profundo y se acomodó en el asiento; aprovecharía de dormitar durante el viaje.

No hablaron en ese rato, solo cuando estuvieron por llegar Geno miró el perfil ajeno; realmente... Reaper era muy apuesto.

— ...Gracias por traerme.

Con eso el de ojos azules le dedicó una sonrisa.

— No tienes porqué agradecerme. Cuando regrese te prepararé una buena sopa.

Rodó sus ojos pero le sonrió, se mantuvieron solo un par de segundos hasta que Geno sintió otra vez la misma presión en su pecho; se despidió y huyó al departamento.