Había decidido ir donde su hermano por unos días, hace tiempo no tenía una estadía larga con él y quería su compañía. De ese modo Reaper podría pasar tiempo de calidad con su chica en la comodidad del hogar.

Revisó si no le faltaba nada, su ropa, objetos personales y el dinero, por desgracia todavía no compraba una nueva computadora, el trabajo le había prestado uno pero ya debía ponerse las pilas y conseguirse uno.

Al salir al comedor, vio que Reaper estaba en la cocina, había un buen aroma y su estómago se encogió de hambre; no obstante esa comida no era para él, había invitado a Brid justo ese día libre por lo que mejor era huir.

— ¿Ya estás listo? —Preguntó el pelinegro, Geno asintió con la cabeza, sacando sus llaves.

Reaper se hizo presente limpiándose las manos, allí sonrió. Desde el soslayo no sabía si esa expresión era la de siempre, debía estar animado porque estaría su enamorada pero no tenía la cara que hacía a menudo por ella.

Soltó un suspiro y abrió la puerta.

— Nos vemos.

— Sí, diviértete.

Ambos se despidieron allí y Geno al entrar al ascensor notó que Reaper no se había quedado en la entrada, había cerrado la puerta tan pronto como Geno salió.