Reaper estaba absorto en la televisión, Brid le había recomendado una serie y desde que había llegado no había parado de estar embobado frente a la pantalla. 

Geno estaba algo aburrido, podía ser que no tenía la suficiente voluntad de negarle ver tanta televisión, se le veía tan entretenido que su rigidez se ablandaba; pero había un límite, no pudo ver las noticias por culpa del pelinegro.

Se puso frente, haciendo que Reaper pausara la serie, allí se talló los ojos, gruñendo.

— ¡Geno, no me hagas esto! —Sollozó melodramático, el albino rodó sus orbes.

— Mañana tienes que trabajar, ¿Con qué ojeras irás? Las bolsas llegarán hasta tu mandíbula.

— Tampoco es tan tarde...

Mostró su celular demostrando que no era para nada temprano, más bien, eran las doce y media de la noche. Reaper tragó saliva y sonrió nervioso.

— A dormir.

— Porfa, un capítulo más...

Una carita de cachorrito, tan irresistibles según decía Reaper. Geno tensó su entrecejo y se cruzó de brazos, negó con la cabeza dando su veredicto final.

— No, a dormir.

— Por lo menos déjame terminar este capítulo... ¿Síííí?

—... Uhg, está bien.

Se despidió con la mano y se fue a la habitación.