18
— Trabajas demasiado.
— Solo hago el deber al que me comprometí.
— Wow, lo haces sonar como un contrato.
— No sería el primer contrato que firmo. —Contestó Geno.
Tenía dolor de cabeza, las horas de trabajo le habían pasado a cuenta y ahora debía soportar lo enfermo que estaba por el estrés. Reaper estaba a su lado, ambos en el sillón con la televisión bajo pues el ruido fuerte hacía doler más al albino; ya habían cenado así que pronto se iría a dormir.
El contrario abultó sus labios, parecía algo dolido por esa indirecta. Geno supo que si quería acabar con una conversación podía usar el recordatorio de la situación, empero tampoco quería abusar de eso.
— Mm... Ahora que me acuerdo... —Habló él, Geno se le quedó mirando, reposando su cabeza en la almohada que fue acomodada anteriormente por Reaper— Espérame, déjame hacer algo.
Miró cómo él se retiraba a la cocina, como era un ángulo muerto, no podía ver lo que hacía. Por eso se quedó ahí, esperando entender lo que decía la televisión; sin mucho éxito.
Felizmente el contrario regresó con una taza humando, sonreía orgulloso y no tardó en florecer un aroma de hierbas.
— ¿Qué es eso?
— Un té de flores.
— ¿Desde cuando haces esas cosas? —Preguntó curioso, le echó un vistazo rápido a su pequeño jardín.
— ¡No le hice nada a tu jardín, lo juro! Me lo regaló una amiga, quizás te cuente de ella más adelante, ahora mismo... Ten, te sentirás mejor con esto.
Estuvo dudoso, podía contener veneno pero quizás eso era mejor que seguir con el mundo dando vueltas. Tomó un sorbo arrugando la nariz, no estaba acostumbrado a tales bebidas, aun así lo bebió al completo.
Después de un rato, se sentía mucho más tranquilo, aunque gracias a la atención que su acompañante le ofrecía pudo ser el principal factor.
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