Ambos caminaban por la plaza, el albino había deseado tomar aire pues había estado trabajando todo el día encerrado en la oficina, Reaper lo había buscado por lo que pasaron directamente al parque.

Allí ninguno hablaba, no era por incomodidad, simplemente estaban en lo suyo. Geno se detuvo soltando un bostezo, quizás esa noche se dormiría temprano. Reaper se quedó a un lado, riendo brevemente.

— ¿Tan pesado estuvo el día hoy?

— No, pero estuve sentado por más de siete horas seguidas, es agotador eso.

— No te lo niego, yo también debo estar sentado y se me cansan los dedos por teclear tanto.

— ¿Por qué más te dolerían los dedos?

Reaper hizo una sonrisa extraña y Geno rápidamente lo ignoró al enterarse de lo que quería decir, se adelantó. Con muchas risas por parte del mayor, el pelinegro intentó atraparlo pero su voz se detuvo cuando vio cómo el albino se tropezó al caminar rápido.

Pudo atrapar a Geno, quien se aferró a sus manos de inercia. Se había asustado bastante, pensaba que su frente tendría una herida pero felizmente había sido salvado por él. Reaper le ayudó a ponerse de pie.

— Cuidado por donde pisas.

— Sí... Gracias. —Agradeció— Vayamos a casa, creo que ya respiré mucho aire.