14. ¿Hay una forma correcta de romper?

Romperle el corazón a una chica increíble, es muy difícil. Siempre prefieres no hacerlo, pero si es lo mejor para ambos debe suceder. No quieres que ella tenga que estar en una relación vacía, complicada y sin futuro porque sabes que merece más que eso.

Ploy merece a alguien que la quiera de la forma en que ella desea que la quieran, y no como yo lo hago. Y nada de esto sería tan difícil si ella no estuviera enamorada de mí. Y tampoco si yo no quisiera perderla como amiga, —más allá de que necesito que las cosas terminen bien para que pronto acepte que quiero tener una relación con su hermano gemelo— la verdad es que disfruto de su amistad.

Caminamos por el bosque tomados de la mano mientras una maraña de pensamientos me atrapa y no encuentro la forma de desenredarlos.

Llegamos a un arroyo. Ploy señala la corriente de agua cristalina y me sonríe. Ella está enseñándome el lugar que tanto le gusta y yo estoy tan disperso. No es justo. No quiero romperle el corazón. No quiero que pierda esa sonrisa. Por otro lado, tampoco quiero seguir engañándola. Menos ahora.

Pienso posponer todo lo de la ruptura, ya que si rompo con ella no va a ayudarme con el asunto de mi padre; pero por una vez, decido ser maduro y resolver mis propios problemas. Hacer las cosas bien y dejar los engaños. Al menos con esta persona tan preciada.

—Dime algo ¿Te gusta?

Se inclina cerca de mí e intenta besarme. Lo impido retrocediendo y fingiendo que estoy a punto de estornudar. No quiero perder la sensación de los labios de Gun, espere tanto por sentir ese beso.

—Es un lugar muy bonito.

—Me gusta venir aquí para relajarme —comenta.

—El sonido del agua es muy tranquilizador.

—Vamos a sentarnos —sugiere, prácticamente obligándome a sentar sobre la hierba.

Nos quedamos unos minutos en silencio observando el brillante paisaje, sintiendo como el aire del bosque llega hasta mis pulmones y me hace sentir limpio.

Aún hay partes de mi cuerpo que duelen, incluso con solo respirar. Pero lo que más duele es mi corazón. El dolor que más me importa. La opresión en él me hace enfrascarme en aquella sensación, olvidando a la chica junto a mí. Unas palabras podrían estropearlo todo.

No noto en que momento, Ploy, se mueve hasta que ya está ahorcajadas sobre mí. Prácticamente sentada en mi regazo, mirándome fijamente, con una determinación en sus ojos que me hace sentir hipnotizado.

Cuando se acerca me hago hacia atrás por puro acto reflejo. Mi espalda choca contra el tronco de un árbol impidiéndome escapar de los labios de Ploy que van hacia mi mandíbula. Desciende besando mi cuello, acariciando con ambas manos mi pecho al tiempo que levanta mi camiseta. Su respiración agitada acaricia mi piel al igual que su cabello.

Cualquier otro chico se estaría derritiendo y cediendo al deseo. Pero yo, no puedo hacerlo. No quiero.

Atrapo las manos de Ploy entre las mías y me mira fijamente, con algo parecido a la desesperación.

—Te amo, Off. Por favor... —suplica y forcejea.

—¿Por qué quieres tanto hacer esto? —pregunto, desconcertado.

«Vacila»

—Porque quiero que seas mío antes de terminar la escuela. Siento que si no te demuestro cuanto te amo ahora, no vas a quedarte conmigo cuando ya no nos veamos todos los días. —No digo nada— Creo que cuando ya no tengamos una razón para vernos cada día, simplemente desaparecerás —murmura— Esta es una de esas pocas veces que he visto a Ploy siendo vulnerable. Y no me gusta. Más sabiendo que su debilidad soy yo. Que me ama tanto que tiene preocupaciones sobre ello y lo que será de nosotros. ¿Esto podría ponerse incluso peor?— Te amo, Off —dice.

Se inclina para besarme en los labios y la aparto, manteniéndola frente a mí con mis manos en sus hombros.

—No puedo... —suelto—. No puedo, Ploy.

Su rostro se contrae como si mi rechazo le hubiera dolido más que cualquier cosa, y aun no le he dicho lo peor.

—¿Por qué? —pregunta no muy segura de querer saberlo.

—Te adoro, Ploy, realmente lo hago. Incluso hay veces en que creo que te amo... Cuando actúas tan segura y fuerte, tan intocable por ningún tipo de comentario estúpido. Eres a prueba de cualquier cosa que digan sobre ti. Y amo eso. Quisiera ser así, de verdad. Pero...

—¿Pero? —pregunta—. Oigo el dolor en su voz como un puñal.

—Amar tu personalidad feroz no es suficiente para seguir con esto. Y no quiero lastimarte. Jamás querría hacerlo. Jamás. Porque te aprecio mucho —digo, poniéndole énfasis a las palabras importantes.

Sus ojos brillan, cubriéndose de pronto por las lágrimas. La primera vez que la vería llorar, y es por mi culpa. Me siento terrible.

—Me estas dejando —solloza.

—No llores, Ploy —digo, intentando atraerla hacia mí en un abrazo, pero se aleja, como si mi toque le quemara. Y se queda frente a mí, abrazándose a sí misma mientras tiembla.

—No quiero lastimarte, pero no encuentro las palabras correctas... ¿Hay una forma correcta de romper? —Pregunto— pretendiendo ser gracioso. Una estupidez. Estoy tan nervioso que me es imposible ser coherente. Pienso en Ploy, luego en Gun y vuelvo a pensar en Gun antes de pensar en Ploy.

«Idiota

—¿Por qué...? —murmura, titubeante— Miro la hierba meciéndose entre nosotros por la brisa— ¿Te gusta alguien más?

Su pregunta obtuvo toda mi atención. Y creo que sabe la respuesta apenas la miro. Puedo verlo en su rostro, ese bonito rostro rodeado de cabello brillante.

Trago en seco, porque casi sonrío.

—Eso no es todo —contesto—. Tuve un gran problema con mi padre, como podrás apreciar gracias a los moretones, y tengo que resolverlo.

—Tendrías que habérmelo dicho.

—Lo sé —digo completamente de acuerdo— Resolver este problema implica mucho para mí, como descubrir quién soy y que es lo que realmente quiero. Lo que sé, es que no quiero seguir fingiendo que te quiero de la manera en que tú me quieres a mí.

Las lágrimas corren por sus mejillas y me priva de sus hermosos ojos al mirar hacia la hierba antes de ponerse de pie.

—¿Nunca estuviste enamorado de mi como dijiste? —pregunta, y sé que es la última pregunta que hará. Definirá todo. Y no puedo mentirle.

—No —digo, aunque sé que lo perderé todo.

Una sonrisa llena de amargura aparece fugazmente en sus labios antes de que se dé la vuelta y salga corriendo.

Mientras se va, yo me siento el mayor imbécil del mundo. El cobarde más grande que ha existido. No pude decirle... No pude decirle que estaba enamorado de su hermano.

No sé por qué, pero me levanto y corro detrás de ella. Estoy tan confundido que decido actuar. Atrapo su mano y logro que se detenga.

No me mira.

—Lo siento, Ploy —pronuncio dolido. Se deshace de mi agarre y creo que comenzará a correr de nuevo, en cambio, se cubre la cara con ambas manos mientras llora. Su rostro esta rojo. Ella es un bonito desastre justo en este momento, y se avergüenza de ello. Como si a mí me importara su aspecto, yo estoy más preocupado por su corazón, el que acabo de romper—. Lo siento mucho —continúo, desesperado porque me crea—. Yo jamás tuve la intención de lastimarte...

—Simplemente... Déjame sola —dice antes de irse caminando hacia la casa.

Gruño enfurecido y le doy un puñetazo al árbol más cercano. Grandiosa idea, un moretón más en mi cuerpo. Ignoro la sangre y el dolor y sin más alternativa, regreso al coche de mamá.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top