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Día de los enamorados, un día en el que las parejas pueden demostrar amor y aprecio hacía su compañero o compañera, día de las confesiones de algunos, y un día en el que el amor puede percibirse en el aire.

Yoongi no sabía si vomitar de ver tantas parejas tan melosas o evitar a toda costa entrar a las clases, bueno no era como si tuviera opción, así que lo mejor era ignorar las arcadas y a las parejas. Sí, eso estaba mucho mejor.

Caminaba por los pasillos, todos estaban tan emocionados, podía ver flores en la mayoría del lugar y por supuesto los típicos chocolates. Sus pies por fin lo habían dejado en su destino, su casillero, de inmediato lo abrió, todavía recordaba que antes le hubiera gustado encontrar una carta o por lo menos algo que indicará que tenía una clase de admirador secreto o un enamorado, pero nunca había nada, al igual que en ese momento.

De repente los gritos se hicieron presentes, Yoongi se exalto al escucharlos, sabía de quien se trataba era una de las chicas que se encargaba de hacer aquellos blogs sobre Park Jimin, presto más atención a sus palabras, se escuchaba muy alterada.

- ¡Emergencia, emergencia! ¡Park Jimin trae un regalo! -Lisa paso gritando por el pasillo mientras corría, todos los presentes se alertaron de inmediato con aquellas exclamaciones.

Y Yoongi no era la excepción, ¿trae un regalo? ¡Maldición, él trae un regalo!

- ¿De qué hablas? -pregunto Yoongi cuando vio a Lisa pasar a su lado, la chica se detuvo de inmediato y miro hacía Yoongi, para después mirar con asombro hacía la entrada.

Señalo hacía allí y Yoongi miro, efectivamente, aquel regalo en manos de Jimin se trataba de una caja de tamaño mediano algo plana, además de una rosa blanca, ¿para quién sería aquello?

- ¿Ves esa caja en sus manos? -Yoongi dio un asentimiento-. Significa ¡que es una emergencia!

Y de nueva cuenta Lisa salio corriendo para seguir alertando a todo el alumnado.

Yoongi soltó un suspiro, Jimin se veía demasiado bien, sus cabellos perfectamente peinados, esa sonrisa que dejaba a más de uno con el corazón acelerándose al límite, sus ropas que lo hacían ver como el chico más perfecto en todo el maldito mundo, Yoongi aparto la mirada negando con la cabeza, debía dejar de pensar en aquello aunque debía admitir que le daba cierta curiosidad el regalo.

Se supone que Jimin no ha prestado atención a nadie en la universidad, el chico no se le ha conocido ningún tipo de romance, algunas chicas presumían que habían salido con él, y obviamente después eran negados aquellos rumores, así que Yoongi no estaba para nada seguro de quién sería la persona que obtendría aquel obsequio.

Termino de guardar algunas cosas para cerrar su casillero, miro el reloj en su muñeca, tenía que apurarse no quería llegar tarde a clases.

- ¡Te dije que no quiero ir! -Yoongi lo que menos quería era asistir al convivió que tanto exigía Hoseok que fuese-. Ya te dí tu regalo, déjame ir.

- No, está vez no, Yoongi -Hoseok por fin soltó a su amigo, ya estaban a pocos pasos de llegar a la facultad de medicina-, ¿crees qué con snickers me convenciste?

- Son tus favoritos -se encogió de hombros-, pensé que funcionaría.

Hoseok sonrió, le gustaban mucho esos dulces, pero no permitiría que Yoongi se fuera además de que tenía que darle el regalo correspondiente a su amigo.

- Bueno, de todas formas debes acompañarme, el regalo que te daré está en mi casillero.

Yoongi soltó un suspiro, bien solo por hoy se rendiría, nada más.

Por fin ambos continuaron su camino, cuando por fin entraron al edificio principal, pudo ver de todo, había varias decoraciones de corazones rojos, rosas y blancos, todo indicaba demasiado amor, Yoongi se sintió incomodo al ver tantos colores tan llamativos y que según representaban todo el romance del mundo, lo que a él no le parecía mucho.

- Ven -Hoseok de nueva cuenta tomo su muñeca para arrastrarlo hacía su casillero, cuando llegaron, Hoseok no perdió el tiempo y abrió su casillero para después agarrar lo que buscaba-. Espero te guste -entrego a Yoongi el obsequio.

Yoongi miro la pequeña caja en forma de corazón, con cuidado la abrió, y ¡sorpresa! ¡Trufas de chocolate! Definitivamente se encontraba encantado con lo que veía.

- Te luciste, Hoseok -dijo Yoongi con una sonrisa hacía su amigo-, pero la caja no me convence.

- ¿Entonces no quieres que seamos novios? -Hoseok fingió estar dolido por las palabras de Yoongi, coloco su mano en su pecho mientras hacía gestos adoloridos, era como si le hubiesen clavado alguna estaca en el pecho-. Justo en mi amor por ti, Min Yoongi.

- ¡Ya! -Yoongi le dio un leve empujón a Hoseok haciéndolo sonreír en el acto-. ¿Tenemos que ir al convivió?

- Sí.

De inmediato Yoongi rodó los ojos, no le gustaba ir a esos eventos, pero solo está vez, al fin y al cabo no era para tanto, o eso es lo que pensaba.

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