(O49)

Min Yoongi nunca creyó que la posibilidad de que Seokjin se tardase tanto tiempo en escoger solo un atuendo de ropa fuese posible, pero efectivamente había superado cualquiera de sus expectativas, prácticamente Seokjin había utilizado casi las dos horas para arreglarse, lo que era sumamente increíble, pero cierto.

En fin, al terminar con todo, tuvieron que salir del departamento debido a que solo faltaban quince minutos para poder ir al lugar en dónde harían la dichosa cita doble, Yoongi estaba más que desesperado, casi a cada cinco segundos quería mirar la hora en su reloj de muñeca para poder percatarse de que no se le hiciera tarde, y afortunadamente no se les estaba haciendo tarde, eso era algo bueno dentro de lo que cabe.

Después de caminar unos minutos entre quejas de parte de Seokjin y Yoongi debido al retraso, al fin habían podido encontrarse con Jimin y Taehyung, el de cabellos rubios se veía aliviado de ver a ambos, mientras que Seokjin recibió como bienvenida de parte de Taehyung un regaño por llegar tarde, por alguna razón Kim Taehyung era consciente de que por culpa de Seokjin habían llegado tarde.

La cita fue algo común, un pequeño almuerzo en un restaurante local que sirve comida tradicional, después de allí, Taehyung había decidido que había llegado el momento de separarse, Yoongi se vio en la necesidad se aguantar la risotada que iba a soltar al ver la cara de Seokjin, pues se veía muy gracioso cuando abría demás sus ojos, seguramente de sorpresa al escuchar el comentario de Taehyung.

Y así fue como Yoongi termino con Jimin a solas.

- ¿Qué te gustaría hacer, Yoonie? -pregunto Jimin mientras agarraba la mano de su novio para poder entrelazar sus dedos.

- No lo sé -menciono el de piel más pálida-, no hay mucho que hacer por aquí.

- ¿Estudiamos juntos?

- Hagamoslo -menciono Yoongi en respuesta, sabía que no era la gran cosa, pero pasar tiempo juntos es lo que más les gustaba a ambos.

La cabecilla del bolígrafo era maltratada una y otra vez por los dientes planos de Yoongi, mordiéndola levemente, siempre hacía aquello cuando algún tema le interesaba, le ayudaba a mantenerse más concentrado respecto al tema, en cambio, Jimin no podía ni siquiera concentrarse.

Por más que quería mantener su vista puesta en las letras del libro, no podía, sus ojos le hacían siempre una mala jugada, y se desviaban por breves momentos para mirar a Yoongi, quien parecía estar sumamente atento a lo que estaba leyendo, el pelirrubio soltó un suspiro, tal vez había sido una mala idea esto, pensaba que tener a Yoongi con él haría que se concentrase más, pero en cambio era todo lo contrario, no podía concentrarse en ningún momento, solo lo único que quería era ver a su lindo novio, quien se veía de lo más tierno con sus hermosos orbes tan concentrados en su lectura.

Yoongi dejo de mirar el libro para poder pasar la pagina, pero logro divisar a Jimin que se mantenía con una sonrisa dulce plasmada en su rostro, sintió su corazón comenzar a latir desenfrenado, Yoongi siempre se ha puesto demasiado nervioso cuando alguien mantenía su mirada más de cinco segundos sobre él.

Al principio pensaba que era porque había hecho algo mal, pero tener la mirada del chico que te gusta, y que además es tu novio, es mucho más vergonzoso, y no porque Jimin fuera alguien que lo avergonzará, simplemente el sentirse nervioso y con las mejillas calientes, lo hacía sentirse de lo más incomodo, la vergüenza en él era más que evidente, así que era mucho peor de esa forma.

- ¿Podrías dejar de hacerlo?

- ¿Hacer qué? -pregunto Jimin sonriendo al ver que había logrado poner nervioso a su novio.

- No te hagas el tonto, Jiminie -menciono Yoongi a lo que el pelirrubio no pudo evitar reír levemente-, ¿podrías dejar de mirarme?

- ¿Por qué debería? Tengo al novio más lindo y adorable que esté mundo pueda tener, y no quiero perderme ni un solo detalle de todo lo que hagas, te ves muy lindo haciendo cualquier cosa.

Coloco sus codos sobre sus rodillas y sus manos fueron hacía su rostro, sosteniéndolo para poder seguir teniendo la vista fija en Yoongi, las mejillas blancas de Yoongi seguían cambiando a distintos tonos de rojo, pasando del rosa pálido a un fuerte rojo carmín en unos instantes.

- J-jiminie...

- ¿Sí? -pregunto sin dejar de sonreír a Yoongi.

- ¿P-por qué no mejor te concentras en estudiar? Los e-exámenes serán en pocos días y..

- No quiero hacerlo, estás aquí, estamos juntos, prefiero concentrarme en ti, Yoonie -Yoongi soltó un suspiro ante aquellas palabras, eran tan lindas, las malditas mariposas seguían revoloteando por su estomago, ¡malditas emociones! Pero son hermosas esas emociones, y más si te las hace sentir un chico como Park Jimin.

Yoongi paso su lengua por sus labios por solo unos instantes muy cortos, mientras que Jimin no podía dejar de ver cada parte del rostro de su novio, debía admitir que le encanta ver a Yoongi, no había otra cosa mejor que aquello, admirar cada parte de él era un verdadero deleite para la vista, ni siquiera el vídeo más relajante del mundo lograría hacerlo sentir tan satisfecho como ahora lo estaba.

- ¿Sabes, Yoongi? -el mencionado lo miro a los ojos, tratando de resistir la intensa mirada del pelirrubio-. Aún me falta un regalo que no te he dado.

¿Otro regalo?

- Pero, ya somos novios, ¿no se supone que eso solo lo hacías para conquistarme?

- Lo hacía por eso, pero -sonrió-, ya te tenía más que conquistado -Yoongi aparto su mirada, en verdad que Jimin quería matarlo de un infarto-, y me falta un regalo por darte, ¿quieres saber cuál es?

- Por supuesto -asintió, de inmediato bajo la vista, sentía sus mejillas tan calientes además de sus orejas, ¡joder! Odia sonrojarse al máximo nivel-, ¿c-cuál es?

Jimin dejo de inclinarse hacía adelante para después recargar por completo su espalda en el respaldo del sofá en el que se encontraba sentado, soltó un largo suspiro y cuando vio que había logrado captar la atención de Yoongi, le hizo una señal para que se acercase hacía él.

Yoongi no estaba tan seguro de si sería correcto acercarse, con inseguridad aún circulando por sus venas, se incorporo levantándose para por fin caminar a pasos demasiado lentos para el gusto de Jimin, sabía que se encontraba demasiado nervioso, pues Yoongi no sabía lo que podía esperarle, sonrió para poder brindarle un poco de tranquilidad y que por fin se decidiera a acercarse por completo hacía él.

Cuando por fin el de piel nívea se encontraba parado a un lado de Jimin, el pelirrubio de inmediato tomo la mano de Yoongi y jalo de ella haciendo que esté terminará por resbalarse y sentarse a horcajadas en su regazo, y antes de que siquiera Yoongi pudiera escaparse, con su brazo derecho abrazo posesivamente la cintura de Yoongi y acercándolo hasta juntar sus pechos.

Sus respiraciones se mezclaban entre ellas, el pelirrubio podía sentir la acelerada respiración de Yoongi, además de sentir los latidos tan acelerados de su corazón, para sorpresa de Yoongi, el corazón de Jimin bombeaba a la misma velocidad la sangre, lo que lo hizo sentirse enternecido, Jimin estaba igual de nervioso que él, pero la diferencia era que Yoongi lo demostraba más y Jimin era más atrevido y no lo demostraba.

- Eres mucho más lindo de cerca, mi querido Yoongi.

- Y tú eres más g-guapo -Jimin soltó una leve risa al escuchar aquello, un cumplido de parte de Yoongi, eso solo hacía que quisiera tenerlo allí aprisionado por mucho más tiempo-, ¿cuál es el regalo?

- Es esté -dijo Jimin, coloco su mano libre sobre la mejilla del más pálido y por fin, había acortado la poca distancia que lograba separarlos.

Ambos con los ojos cerrados, disfrutando de los labios del otro en un beso que ambos correspondían de manera un tanto delicada, Jimin sonrió entre el beso al sentir como el labio inferior de Yoongi temblaba ligeramente, le gustaba ponerlo tan nervioso. Las sensaciones más cálidas invadían por todo su ser, cada uno disfrutándose mutuamente, pronto sus pulmones reclamaron el aire faltante y tuvieron que separarse.

El chasquido de sus labios fue lo que se escucho al momento de que se separaron del beso, Jimin acariciaba con su pulgar la mejilla tan tersa de Yoongi, disfrutando de ver esos hermosos ojos que brillaban con su sola presencia.

- Sé que dirás que es de lo más cursi, pero -su voz salía calmada, casi inaudible, era como estar platicando algún secreto muy grande en aquel momento, Yoongi no dejaba de mirar a los ojos de su novio-, soy tu regalo, Yoonie, ¿me aceptas?

- Eres el mejor regalo que yo pudiera pedir, gracias por estar en mi vida, Jiminie -Yoongi se atrevió a robarle un corto beso a Jimin, quien de inmediato sonrió por aquel acto.

- Te amo -dijo Jimin mientras juntaba su frente con la de Yoongi.

- También te amo, Jiminie.

El amor es algo complicado algunas veces.

Puede que desde un principio Yoongi no quisiera saber más de él después de la decepción que llevo con Yoo Kihyun, pero había logrado encontrar a alguien que le había logrado demostrar, que el amor no es malo, solo que algunas personas lo hacían ver malo, el amor es hermoso, lleno de regalos y personas hermosas que te dan momentos maravillosos.






(FIN).

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