¡Gi Papá!

La pequeña iba de la mano del adulto, está haciendo mucho sol, si por decisión propia fuera, estaría en su apartamento con una cerveza en mano.

Pero, su pareja le había pedido cuidar de su hija. MiRi era una pequeña de cuatro años, demasiado inteligente y un lenguaje muy avanzado para su edad, era una pequeña independiente pero que le gustaba ser mimada por su papá.

JiMin realmente no era su padre, solo tuvo el impulso de llevarla con él. MiRi nació en una familia de chiquillos, sus verdaderos padres no estaban aptos para cuidar de una bebé y aun se cuestiona como es que no la mataron a base de descuidos. JiMin obtuvo la custodia simplemente por mover influencias y apelar por el bienestar de la pequeña, además que el valor monetario que representaba su presencia era imponente, JiMin demostró todos los maltratos y descuidos que vivía la pequeña, a veces la dejaban sola por largas horas, no la alimentaban y las pruebas del alcoholismo y abuso de sustancias le brindaron la custodia de MiRi, desde hace dos años de ese momento, la pequeña llamaba papá a JiMin, y el de cabellos miel no había negado ese apelativo, pues la chiquilla era una consentida de primera. Tenía su propio castillo en su habitación, disfraces para cada juego que su cabecita imaginara, y cada cosa que le gustara... pero no se opinía a eso, porque también participaba en las compras hacia ella. Sin embargo, era una pequeña que no hacia berrinches y eso le agradaba, no lloraba a menos que realmente se sintiera mal o la hayan hecho sentir mal, además JiMin le había enseñado responsabilidad y respeto, podías verla compartir con los niños del edificio y pedir permiso cada vez que quería algo, bastaba con ver su sonrisa para decirle que sí, además de que ella confiaba en JiMin ciegamente.

Sin embargo su relación con MiRi era extraña, porque ella tan inocente y feliz, y él siendo serio e incluso antipático. Se preguntaba muchas veces como es que su novio se enamoró de él.

YoonGi se sentó en uma banca bajo la sombra, pero MiRi no soltó su mano.

- Oppa, vamos...- le suplicó mientras ejercía su fuerza para que YoonGi se levantara.

YoonGi accedió, la pequeña reía mientras se dirigian a los columpios.

- YoonGi, empujame...- esa forma de ordenar tan sutil se la aprendió a JiMin.

- Vale...- con un suspiro, ejercía poca fuerza en cada empuje, las risas de la niña se escuchaban, y él casi sonríe. Lo único que apareció en sus labios fue una pequeña mueca.

A los minutos la pequeña quiso irse de ese juego, alzando sus bracitos para que YoonGi la sacara del columpio. Una vez en el suelo, corrió hacia el balancín.

- ¡Juguemos, YoonGi!- se sentó y pidió al mayor que se sentara al otro extremo de juego, YoonGi lo hizo sin discutir o quejarse, la risa de MiRi se escuchaba y eso era lo que importaba.

Luego de un rato, se bajó y corrió hasta la resbaladilla, pasando por el puentecito que conectaba las dos casitas de los juegos.

- ¡YoonGi!- le saluda dando saltitos, y a eso se refería el pelinegro, era una chiquilla consentida.

Se avergonzó cuando escuchó los murmullos de las mujeres que también llevaban a sus hijos.

- ¿Será su padre?- decía una mujer.

- Se ve muy joven...- murmuró otra.

Sin embargo, saludó a la niña a la distancia.
Tomaron un descanso bajo la sombra de un árbol mientras la niña tomaba agua de su botellita con correa, tenía un diseño de estrellitas que le gustaba.

- ¿Sabes que JiMin no es tu padre, verdad?- MiRi le miró y le sonrió. YoonGi temía que la niña se confundiera pero la sorpresa ante su explicación fue inmediata hasta dejarlo casi sin aire.

- ¡Claro que lo es!- expresó de manera infantil- Un papá te cuida y te protege cada vez que lo necesitas, por eso Mimi papá es mi papá... me cuida y me protege...

YoonGi recordó a su padre, su infancia y la mitad de su adolescencia no fueron fáciles de llevar, con el abandono de su padre, cuando solo tenía dieciseis, su madre había fallecido y fue dejado por su padre en hogar de paso, a los dieciocho decidió irse y trabajar de noche mientras estudiaba. Todo lo que podía disfrutar ahora era en base a su esfuerzo y desvelos...

- MiRi...- cuando reaccionó la niña no estaba a su lado, caminó por todos los juegos buscandola y gritando su nombre, hasta que la encontró junto a dos policías.

- Soy Park MiRi y tengo cuatro años- levantó cuatro de sua deditos para demostrar que esa era su edad. Los policías la observaron.

- Ven, te llevaremos con tus padres- dijo uno de ellos, y la tomó del brazo, YoonGi observó y al dar un paso para acercarse, MiRi comenzó a patalear.

- No quiero ir con ustedes, ¡Suelta! ¡Suelta!- forcejeó. Sus lágrimas comenzaron a salir.- ¡Duele! ¡Papá! ¡Papá!

YoonGi reaccionó y se acercó rápido.

- ¡MiRi!- la niña lo volteó a ver y los policías también.

- ¿Es su cuidador?- YoonGi negó- ¿Tutor?- volvió a negar.

- Soy...- suspiró hondo y la miró- Soy su padre...- aseguró.- Ven, MiRi...- se agachó, y abrió sus brazos para recibirla.

- ¡Gi papá!- la niña se soltó del agarre del policía y corrió a los brazos de YoonGi, siendo recibida por el pelinegro.

- Vamos a casa, MiRi...- le dice suavemente y la lleva cargando...

YoonGi siente su corazón pesado, y no sabe si es por el abrazo que sostiene con MiRi o por el hecho de ser llamado papá...

Al llegar al apartamento, ayuda a la pequeña con un baño, la cambia por su pijama verde manzana con diseños de hojitas en las mangas.

Cuando JiMin llega, MiRi estaba recostada al lado de YoonGi, mientras el mayor tocaba el piano. Sonrió por la escena y les tomó una fotografía.

Luego de la cena, y que MiRi le contara todo lo que hizo en el día, estaban a punto de dejarla en su habitación, cuando dio un salto frente a JiMin, quien le miró curioso.

- MiRi quiere dormir con Mimi papá- dijo sonriendo, YoonGi solo quería pasar hasta la habitación que compartía con su novio cuando la pequeña toma su mano- También con Gi papá... ¡Durmamos juntos!- su sonrisa compró a JiMin y a él también.

Al dormir la pequeña estaba en posición de estrella, uno de sus bracitos estaba sobre el rostro de JiMin y la otra sobre el cuello de YoonGi, de misma forma sus piernitas, una descansaba sobre la cadera de YoonGi y la otra llegaba casi al hombro de JiMin, quien recordó porque no dormía con la niña.

Suspiró...

- Duerme, que si sigues suspirando ella se va a despertar...- YoonGi murmuró.

- Ella te llamó papá...

- Dejala... ahora es mi cachorra- murmuró avergonzado.

JiMin sonríe, YoonGi había mantenido sus distancias con MiRi, pero ahora parecía muy cercano con ella, y solo era un día juntos... quizás debería dejarlos juntos más tiempo...

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