Terminaron de cenar, después arreglaron la cocina, fueron a la habitación y empacaron algunas cosas.

Salieron de habitación, al estar ya listos cerraron todo, bajaron hacia el auto, no sin antes avisar que estarían ausentes dos días, por lo cual el dueño estuvo de acuerdo.

Subieron las maletas al auto, después ellos subieron, en el camino iban hablando, Louis le contaba de su familia.

-¿Tienes una familia numerosa?-

-No demasiada, son tres hermanas, somos cuatro en total.-

-¿Y como se llaman?-

-La segunda se llama Charlotte y las terceras son gemelas, Daisy y Phoebe.-

-¿Y que edad tienen?-

-Lottie tiene tu edad, las gemelas tienen diecinueve.- Asintió.

-¿Y tu madre?-

-Se llama Johanna.-

-¿Y cómo me puedo llevar bien con ellas?-

-Siendo tu mismo amor, eres único y se que a mi madre y mis hermanas les encantaras.- Sonrió.

-¿Estas seguro?-

-Sí amor, no tienes de que preocuparte.-

-¿Me puedes contar más de ellas?-

-Por su puesto amor.- Sonrió.

En todo el camino Louis le contó sobre sus hermanas y su madre, al llegar a la casa suspiró nervioso.

-Tranquilo amor.-

-¿Saben que vengo?- Asintió.

-Sí amor, saben.-

-Me arrepentí.- Murmuró.

-¿Te quieres ir a casa?-

-No, no quiero quedar mal, tal vez tu madre ya nos espere y eso, pero no sé.-

-Vamos amor, no tienes de que preocuparte.- Suspiró.

-Bien, vamos.-

Salieron del auto, caminaron hacia la puerta principal, tocaron el timbre, Harry estaba nervioso, pellizcaba la cintura de Louis.

-Ya, tranquilo.- Acarició su brazo.

La puerta se abrió, dejando ver a una mujer de aproximadamente unos treinta y pico de años, sonrió al verlos.