Al paso de las semanas todo iba perfecto en su "amistad" de lunes a viernes desayunaban juntos, Louis tomaba una hora de almuerzo e iba al departamento para comer junto a Harry. El menor cuidó al bebé de la señora Roberts en su casa, la señora Roberts pasaba a dejar al bebé al departamento, Harry lo cuidaba hasta las siete de la noche.

Ambos chicos convivían con el bebé, aunque Louis al principio tenia miedo al cargar al bebé, pero poco a poco se adecuó al pequeño.

La rutina se repetía, Louis llegaba a las nueve de la noche, Harry lo esperaba con la cena lista, el mayor siempre le llevaba una rosa con un mensaje para el rizado.

El menor todos los sábados y domingos le daba un girasol a Louis, ya que había descubierto que era su flor favorita, aunque pidió que no dijera nada.

Ahora... Harry estaba en la sala escuchando música mientras limpiaba los sofás.

La puerta se abrió, frunció el ceño al ver a Louis. Se colocó de pie.

-¿Por que tan temprano?-

-Había una reunión, entonces no tenía que estar.-

Y como de costumbre, alzó la rosa roja, Harry caminó hacia él y la tomó, lo abrazó.

-Gracias.-

-No hay de que.- Se separaron del abrazo. -¿Me concedes bailar esta canción?-

Comenzó a escuchar Ghost Of You...

-Sí.-

Louis se quitó el saco, lo tiró hacia el sofá.

Caminó hacia Harry, con una mano tomó suavemente su cintura, el menor sonrió y posó su mano en el hombro de su acompañante, su otra mano libre la entrelazaron.

Comenzaron a moverse al ritmo de la canción, el menor suspiró feliz. Ambos tenían una sonrisa en sus rostros.

Bailaron al rededor de toda la casa, la música seguía sonando, pero ellos estaban perdidos en sus miradas.

Al terminar de bailar, unieron sus frentes.

-Eres tan hermoso, Harry.- Murmuró.

El menor elevó su mirada, fue sorprendido por los labios de Louis, inmediatamente correspondió el beso.

Esa noche...

El verde y el azul se dieron cuenta de su amor...