Hyunjin y Jeongin comenzaron a salir luego de eso, Minho solía verlos de lejos, se había distanciado de Jeongin, él ya había encontrado amor en otra persona.

No le gustaba acompañarlos a sus citas, se sentía mal e indebido, pero ver a Jeongin más feliz que nunca, sonriendo y recibiendo cariños, lo podía.

Pasaron varias semanas hasta que fue el momento de la última muestra de baile que él vería.

Vio a Jeongin siendo alentado con besos por parte de Hyunjin y yendo al escenario con una sonrisa, que tuvo que borrar al posicionarse.

De sorpresa, él fue hacia el escenario también, llevaba la maya de baile color negra, la única que tenía y que había usado en las pocas clases de baile que había asistido.

Jeongin lo miró sin entender, sus ojos alzados con sorpresa, parecía que quería decir algo, pero estaba por empezar.

Minho sonrió y extendió una mano hacia él, siendo el primer paso de la coreografía, el menor la tomó, moviéndose lentamente hasta encontrarse con el principio de la canción sonando en todo el lugar.

La melodía de una suave guitarra eléctrica, de un piano, de una guitarra acústica y la voz del cantante que parecía recitar memorias de ambos, mientras se dejaban llevar por el baile y el momento.

Jeongin cuestionó con su expresión, una sonrisa había aparecido en su rostro y Minho sólo respondió un bailas horrible y tengo que venir yo para hacerte quedar bien, haciéndolo reír.

El baile estaba lleno de pasos donde debían estar bastante juntos, tenía piruetas y vueltas que Minho no llegaba a hacer, pero podía improvisar, había practicado la parte que se había inventado para él mismo y estaba orgulloso y feliz de que saliera a la perfección.

Bailaban a la par, como sí uno fuera el espejo del otro, aunque debían reconocer que Jeongin era al que le salía mejor y Minho estaba demasiado ocupado admirándolo como para que eso le importara o lo afectara.

Jeongin se sentía más que completo bailando, estaba dando todo de sí y no se estaba dando cuenta, porque él sólo se dedicó a pasarla bien a la par de Minho.

Jeongin estaba sonriendo ampliamente, feliz de que su ex-novio que tanto amaba se le uniera en su baile, en su dueto secreto y eso se notaba en cada uno de sus movimientos, en la energía de pura alegría que llevaba cada fibra de su ser.

Cercano al final con la canción volviéndose lenta, con un suave piano sonando, volvieron a pegar sus cuerpos y Jeongin lo miró con una sonrisa genuina en sus labios con Minho entre sus brazos, el mayor sostenía sus manos en su cintura.

一Será nuestro último baile. 一dijo el mayor, haciendo que la sonrisa de Jeongin se borrara一. Ya no me necesitas aquí.

Jeongin negó, sus cuerpos seguían al baile, aunque estaban muy lejos de aquel escenario.

一Estarás bien, Jeongin, él te ama. 一dijo el rubio一. Y yo también te amo.

一Min–

一No digas nada. 一lo calló el mayor, negando一. Yo debo irme, Jeongin, ya estás a salvo, no hay ningún asunto pendiente... Te estaré esperando del otro lado.

Lágrimas comenzaron a caer por el rostro del castaño y por primera vez, Jeongin se dio cuenta que Minho era transparente; comenzando a ver los rostros de sorpresa de los jueces, del público y de su profesor a través de él.

Había logrado la mejor presentación de su vida a ojos de espectadores, una muestra excelente, nadie había podido dejar de mirarlo.

Y sólo en ese momento, Jeongin se dio cuenta que era el quizás, segundo peor momento de su vida.

Negó, sabiendo que estaba llegando al final del baile, tomó su mano, pero esta se sentía tan ausente, no sintió el tacto, era como sí fuera el aire mismo, un cosquilleo mínimo.

一No te vayas. 一murmuró el castaño en un susurro, negando.

Lo vio llorar, pero Minho se obligó a sonreír para él.

一Ya es tiempo.

Vio por última vez su sonrisa, Minho murmuró un “te amo” con sus labios y la mano de Jeongin acarició el aire que había dejado vacío y terminó de romperse sobre ese escenario, mientras el aplauso del público festejaba, lo que para él fueron los últimos momentos con el mayor amor de su vida.

Se abrazó a sí mismo y sólo pudo llorar, cayendo de rodillas, mientras el público hacia una ovación de pie para él, quien se sentía completamente vacío y frío.
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Hyunjin fue hacia él, había pasado un rato donde no había dejado de llorar en el escenario y no fue sino hasta que se acercó a Jeongin y terminó abrazándolo, para luego llevarlo en brazos tras el telón que la gente se dio cuenta que no estaba actuando.

Hyunjin lo dejó en una silla y se agachó frente a él, acariciando su cabello, mientras murmuraba cosas bonitas y preguntaba qué pasaba y cómo podía hacer para que dejara de llorar.

Jeongin sólo negaba y así pasó largos minutos con el menor consolándolo.

Su profesor de danza fue hasta él con la misma preocupación, le dijo que había sido la mejor presentación de su vida.

一Jeongin, vamos. 一murmuró Hyunjin a su lado一. Dime, ¿Por qué lloras? Prometo no decir nada, Innie bebé.

Jeongin sólo murmuró un “Minho” y después se sintió que había hecho mal, porque sí algo le había quedado del mayor, entre muchas cosas, era no hablar de ex–amores con amores nuevos.

En cambio de cualquier cosa que estaba pensando, Hyunjin lo volvió a abrazar.

一Está bien llorar, Innie, puedes llorar tranquilo conmigo. Él está en un buen lugar ahora y por más que no lo veas, él está contigo, él siempre estará contigo, Innie.

›› Y también me tienes a mí para hacerte compañía, puedes estar bien conmigo.

Jeongin respiró más tranquilo y borró sus lágrimas, miró a Hyunjin con una ligera sonrisa.

一¿Estás mejor? 一preguntó el mayor, el castaño asintió. Hyunjin prosiguió a dejar besos en sus mejillas de forma sonora e insistentes, haciendo que el otro riera, sintiéndose más liberado.

Con su medalla de primer puesto y la copa que se había quedado en el estudio, Jeongin recibió el premio con una sonrisa.

Al llegar a casa, el silencio lo invadió de nuevo.

Fue a dejar la medalla junto a la foto que tenía de Minho en la sala.

一Esto es algo que ganamos los dos, bebé. 一murmuró, con una sonrisa一. También te lo ganaste.

Admirando la sonrisa de su lindo ex–novio en la foto, dio un salto cuando la televisión se encendió de repente en el canal de música, estaban pasando “Ghost Of You”, the 5 Seconds Of Summer.

La canción de su baile.

Con una sonrisa, murmuró un “Minho, eres un idiota”, antes de ir a la cocina y preparar su comida favorita él solo.

O quizás no tanto realmente.
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FIN.