Unique

La luna brillaba en lo alto de aquel casi negruzco cielo nocturno, hecho que provocaba que su resplandor alumbrara cada centrimeros de las solitarias calles de Seúl, aquellas que, desde hacía algunas cuantas horas atrás habían sido vaciadas a causa del fin de un día y el inicio de otro, aquellas mismas cuyo ambiente era llenado por el murmurllo de animales nocturnos y el característicos sonido de las hojas siendo barridas por el viento invernal y el arrullo del carbón siendo consumido.

Parecía ser que todos los ciudadanos en la movida ciudad habían terminado con su día, dedicándose a descansar durante aquellas horas de madrugada, parecían, puesto que no todos se encontraban entre las cálidas frazadas de sus camas pues, entre medio de la oscuridad de su hogar se encontraba la deporable figura de cierto azabache muchacho que con ojos llenos de penumbra, en aquellas horas de insomnio, se servía otro vaso de aquel líquido tan incoloro como el agua bajo la afligidas mirada de aquel joven de tez tan palida como la nieve que caería pronto en la ciudad.

Su diestra sostiene la botella de color verde manzana, aquella misma cuyo contenido es vaciado en su totalidad sobre el pequeño vaso de cristal cercano a su zurda, al dejar la botella toma con la misma mano el vaso lleno de alcohol, lo levanta hasta que este está a la altura de su rostro.

—Jake. —Antes de continuar oye cómo su nombre es llamado con una voz cansina, esa misma que había intentado de tener su atención desde tempranas horas, esa que lo perseguía a donde sea que fuera.

Ya había sido varias veces en las que su nombre era llamado en un intento por captar su atención, sin embargo, tal y como en cada una de ellas decide hacer caso omiso de ella, replegando su brazo para así llevar el vaso hacia sus labios y así tomar de un solo trago todo el contenido en él.

Se ahoga en alcohol.

Su garganta arde al líquido con alto contenido de alcohol pasar por su garganta, lágrimas se acumulan en sus orbes ante la sensación por lo que los aprieta con fuerza para que ninguna resbale por sus mejillas, tras tragar el contenido deja salir un fuerte jadeo que se entremezcla con el sonido que hace el vaso al chocar contra la mesa; el contacto entre el vidrio y el mármol produce un sonido molesto que lo hace fruncir el ceño.

Pero a pesar de la sensación de ardor y el mareo que vino después de ello no paró, en su lugar, su diestra vuelve a estirarse para tomar otra botella, sus movimientos son torpes pero logra abrir la botella al golpear la tapa con una cuchara, el vaso vuelve a llenarse hasta el punto de derramarse un poco sobre la marmoleada superficie, creando un pequeño charco que se expande y moja su antebrazo apoyado sobre ella.

Su diestra vuelve a elevarse, mas, antes de que pueda acercar el objeto cristalino a sus labios una palida mano se cierne sobre su brazo, deteniendolo.

Despega la vista de los pálidos dedos hacia el joven que se ha levantado de su asiento y ahora se estira por sobre la mesa para así parar sus acciones. Mira con molestia a aquel par de orbes marrones que se ocultan detrás de las negruzcas puntas capilares que sirven casi como una cortina.

—Sueltame. —Pide mas recibe una negativa. —Dije que me sueltes. —Vuelve a repetir, mas el agarre en su brazo se hace más fuerte, los dedos se ciernen sobre su antebrazo.

—Para, por favor. —Suplica aquel chico de uniforme escolar mientras le dirige una mirada rota. —Solo te estás haciendo daño con esto y lo sabes bien.

Su voz era firme al principio pero ya en aquel momento es tan frágil como aquella taza abandonada en la mesa, aquella que Jake mira por algunos segundos antes de tirar de su brazo, parte del líquido transparente se desborda y hace un desastre mayor.

—¿Y eso qué? —Pregunta con cólera en su voz para momentos después tomar lo que quedaba en el vaso.

Tose un par de veces antes de levantarse de la silla, el mareo lo ataca con mayor fuerza por lo que tiene que sostenerse del borde de la mesa, miró hacia arriba para poder observar al chico que seguía en su misma posición, detrás de aquella vieja tasa de café.

—Estoy preocupado por ti.

—¿Lo estás? —Rió sin gracia mientras se levantaba, trastabillea y el pelinegro al otro lado de la mesa se apresura a rodearla para poder ayudarlo a mantener el equilibrio, sin embargo, antes de que pueda tocarlo nuevamente, Jake se aleja.

Orbes lastimeros lo observan.

—¿No crees que es un poco injusto que digas eso cuando fuiste el que me llevó a estar así?. —Terminó por decir en una confesión que dejó sin palabras al adolescente.

Tiene que usar sus manos para sostenrse de las paredes y así poder hacer su caminata hacia la habitación principal.

Varias lágrimas se acumulan en sus orbes, deforma su expresión en una mueca fea para retenerlas, no desea llorar. Sin embargo le es casi imposible debido a que dolía

Aún lo hace.

Aunque el hecho ya ocurrió hace un tiempo aún los simples recuerdos hacen estragos en él, hacen que su pecho duela hasta el punto de hacerlo sentir que algo se desgarra desde su interior, haciéndolo ahogarse al verse nulo de oxígeno, con aquella dolorosa imagen que se viene a su mente en cada oportunidad las espinas en su corazón crecen y lo hacen sangrar tal y como la primera vez, hace que se sienta devastado nuevamente, y no lo deseaba.

No desea sentirse nuevamente de ese modo por lo que, para escapar de la sensación apresura sus torpes pasos por el pasillo para así llegar al baño,
su cuerpo choca contra diversas decoraciones, varias de ellas, al ser golpeadas caen al suelo rompiéndose y esparciendo vidrios a su paso. Jake oye los pasos ajenos seguirlo, la voz del muchacho vuelve a pronunciar su nombre, tiene que correr en los últimos tramos se separa el baño con el pasillo, estira su diestra y entra, cerrando la puerta en un azote; su corazón palpita con fuerza en su pecho.

Logra escapar, o al menos así lo cree hasta que, mientras se apoya en la blancuzca puerta, su mente le trae recuerdos vividos en aquel preciso lugar.

Aquellas risas en medio de guerras de espuma y pasta dental, aquellos besos robados mientras se abrazan frente al espejo, aquellos cálidos ojos que lo miran con amor mientras se arregla en el espejo con aquel viejo uniforme escolar, esos mismo que, después de un tiempo, reemplazaron el amor por el odio, la calidez por miradas tan frías como las noches dónde ambos permanecian en vela hasta el día siguiente.

"Deberiamos dejar lo nuestro hasta aquí, Jake".

Un grito brotó de su garganta, la desesperación lo lleno por completo y lo enloqueció. Su cuerpo se retorció contra la puerta, alejó su espalda y se inclinó hacia delante mientras se tomaba la cabeza y daba pequeños golpes a sus costados para que las memorias desaparecieran de su mente.

Afligido, se apartó de la puerta y se acercó al lavamanos, el grifo fue abierto con rapidez por lo que el agua no tardó en brotar, llenando el gran espacio dejabo de él, el chorro de agua se detuvo al momentos de esta llenar en su totalidad el cóncavo espacio.
Intercambio miradas con aquel borroso reflejo en aquel pequeño cuerpo de agua y, con una profunda respiración, se inclinó para que su rostro se sumergiera en su totalidad.

Aguardó ahí con la esperanza de que la acción detuviera el carril de sus pensamientos, que de cierta forma estos pudieran ser arrastrados lejos por el agua. En cierta forma resultó,
las voces y recuerdos no vinieron a él por algunos pocos segundos, no obstante, tal y como lo haría una mente atormentada como la suya de alguna forma los recuerdos volvieron  a hacerse presentes, siendo más intensos y realistas está vez puesto que ahora no solo podía oírlo sino que también podía revivirlos a través de la oscuridad de sus párpados.

"No te vayas" Su voz rota resonaba en su cabeza. Puede sentir una vez más el frío de las baldosas en sus piernas y manos apoyadas sobre ellas.

Sus ojos lagrimeantes se encuentran fijos en aquella espalda que no desea que desaparezcan de su vista.

"Por favor" Aún son claros en su recuerdo sus ruegos, la forma tan lastimera en como son pedidos.

Sin embargo, a pesar de ello, no parece surgir efecto en aquel que ya había tomado una decisión, a aquel que se niega a mirarlo, dándole la vista más desamalada que alguna vez vió.

Amaba ver aquella espalda pero no de esa forma, no cuando en ella no podía leerse ningún sentimiento más que el cansancio y tristeza.

"No puedo quedarme aunque me lo pidas..... lo siento"

Tiene que erguirse y sacar la cabeza del agua cuando siente sus pulmones quemar a causa de la falta de aire, tose con tanta fuerza que su irritada garganta vuelve a doler, sus manos se apoyan en a cada lado del lavamanos mientras las gotas de agua resbalan por su rostro y jadea en busca de aire; cierra los ojos por un par de segundos hasta que su respiración se regula, al hacerlo, vuelve a abrirlos, elevando la mirada, encontrándose con su imagen deplorable en el espejo.

Ya no es el mismo chico alegre de antes, ya no es ese chico que siempre llevaba una sonrisa en sus labios, que podía enfrentarse a sus demonios internos, ahora solo era aquel ente depresivo que se le presentaba enfrente, aquel cuyo único propósito de vivida parecía haberse esfumado en aquel fatídico día donde había perdido a aquel a quien más amaba debido a su, en aquel entonces, equivocado actuar.

Se aparta de su triste imagen con un suspiro, y voltea a su izquierda para abrir la segunda puerta y así poder salir de su escondite, la madera cruje al abrirla de poco a poco y lo primero que lo recibe al salir es aquella oscuridad que parece tan infinita que siente que es capaz de llenar cada rincón de lo que sería su habitación. Las gruesas cortinas colgadas en la ventana bloquean en su totalidad la luz de la luna, por lo que la única pequeña luz que se capta en ella proviene del balcón, ese que permanece a medio cerrar.

La oscuridad suele ser un problema para muchos pero Jake esta tan acostumbrado a ella que no le molesta, haciendo su camino con tranquilidad. Su trayecto es un poco torpe puesto que sus pies no pueden evitar tropiezar con diversas botellas que decoran el piso de la habitación, algunas guardan aún líquido en su interior por lo que, al tropezar con ellas, se derraman a lo largo de la madera. Sus pasos son lentos, casi ni levanta los pies por lo que se dedica a arrastrarlos por el piso hasta llegar a un mueble de madera dispuesto a un lado del único espejo de la recamara, estira sus brazos para así tomar el picaporte y abrir la puerta del gran armario.

Diversos atuendos se esparcen en el interior en desordenadas y grandes pilas, era casi imposible distinguir que era que pues entre la pila había ropa que ya tenía un tiempo y otra que no, incluso podía verse, entre medio del montón de tela, puntas de zapatos y largos cordones. A simple vista parecía ser imposible encontrar algo en él, sin embargo, con solo una ojeda Jake fue capaz de localizar aquella prenda por la que abrió el mueble, aquella que había encontrado en la mañana del día anterior y que, por ende, era la única que acomodada entre los vacíos ganchos.

Su diestra se estiró para desengancharla y así poder tomarla entre sus manos con delicadeza.

Una sonrisa amarga se instaló en sus labios al sus orbes detallarla con claridad. Aunque un poco descocido a causa de su constante uso y, por ende, lavado, aquellos 4 símbolos seguían estando presente en la camisa.

—Jake. —Oye de nuevamente aquella voz, pero esta vez no voltea, en su lugar, simplemente se dedica a pasar sus dedos sobre los bordes de aquel logo que lograba traerle más recuerdos.

—Fue la misma que usaste en nuestra primera cita, ¿no? —Preguntó, mas no espero respuesta pues siguió hablando. —Era tu favorita, aunque no conocías a la banda y no eras fan decías que era como un amuleto que te daba fuerza cuando sentías que dudabas. —Rió ligeramente mientras bordeaba con su dedo aquellos 3 óvalos se fueron diseñados sobre un círculo, aquel símbolo que el pelinegro adoraba a causa de su significado. Hizo una pequeña pausa antes de despegar la vista de la vieja camisa hasta el rostro del muchacho, ese que seguía mirándolo con ojos abatidos. —Supongo que fue por eso que decidiste portarla aquel día.

La tristeza se reflejó no solo en su rostro sino también en el ajeno.

Al verlo portarla Jake supo que el menor ya había tomado una decisión, una que sería cambiada a pesar de sus ruegos, sin embargo, desesperado, aquella vez no pudo evitar rogar, ruegos que lo único que ocasionaron fueron la soltura de palabras que no solo hirieron a aquel que se iba sino que también a si mismo puesto que no eran dichas con verdad.

Volvió a cerrar el armario, mas no regreso la prenda, en su lugar, la abrazo sobre su pecho. El sonido de sus pies contra la madera se hizo presente al hacer un corto recorrido hacia la cama donde se sentó y se dejó caer de espalda; fueron pocos los segundos para que el pelinegro lo siguiera, este en ningún momento apartó la mirada del azabache quién si cerro los ojos por un breve momento.

—Quiero odiarte.

Aquella frase vino del azabache. El chico al lado de la cama asintió comprensivo ante aquella declaración pues había justificación para ella.

Un suspiró cansino salió de los labios de Jake. —En verdad que quiero odiarte. —Repitió. —, pero no puedo.—Volvió a abrir los ojos, estirando su cuello para poder observar al paliducho. —No cuando sé que no querías irte aquella vez. ¿Cierto, SungHoon?

El silencio reinó por algunos segundos antes de que su pregunta fuera contestada por el susodicho.

—Tu sabes mejor que nadie la respuesta a ello.

—Claro que lo sé. —Otro suspiro se escuchó en la habitación.

Tanto él como el menor no había querido separarse, aún se amaban en aquel entonces, sin embargo, tan inmaduros como los jóvenes de 18 años que eran no supieron cómo cuidar esa planta llamada amor una vez y lo tuvieron en sus manos, siendo tan inespertos no se dieron cuenta del momento en el que empezaron a descuidarla, haciéndola marchitar al poco tiempo, hecho que trajo como consecuencia el deterioro de la misma, de su relación, y con ello, la dolorosa decisión de acabar de una vez por todas con ese interminable ciclo de daño mutuo.

—¿Estaré realmente bien algún día? —Preguntó mientras SungHoon a su lado tomaba asiento en aquel lugar de la cama que parecía ser prohibido puesto que no era tocado por su persona en ningún momento por el miedo que le causaba el destruir las últimas buenas memorias que ese lugar resguardaba.

Esos recuerdos dónde solo había felicidad.

—Claro que lo estarás. —Afirmó el pelinegro mientras se arrecostaba a su lado. Jake no apartó la mirada de él en ningún momento, aferrándose a la camisa entre sus manos.—Después de todo, siempre fuiste más fuerte que yo, Jakey.

Sonrió ante lo dicho. Observó entre la oscuridad bañada por la luz de la luna el reflejo de ese chico que aún tenía una parte de su corazón, a quien amó y seguía amando más al cual también ya no podía seguir aferrándose puesto que era simplemente un fanstama de su pasado, uno que tenía que superar para continuar.

Sus manos se aferraron con fuerza a aquella vieja camisa.

—¿Creés que algún día puedas perdonarme? —Quizo saber.

Aquel vieja imágen de su primer amor posó su diestra sobre sus manos en forma de puño y le dió una sonrisa, aquella que le recordó a las primeras que le eran dadas, aquellas llenas de amor.

—Sabes que ya lo hice hace un tiempo, no por nada en aquel entonces...

Eramos muy jóvenes y tontos para saber sobre el amor. —Completó en voz alta con una melancolica sonrisa. SungHoon asintió a su lado. Otro suspiro salió de sus labios.—Supongo que si lo éramos.

Cómo deseaba haber hecho las cosas diferentes, mas, como bien es dicho, el pasado es el pasado y por mucho que ruegues no puedes cambiar las cosas.
Aunque fuera difícil e hubiera altos y bajos comenzaría a perdonarse a mi mismo puesto que el trágico final de aquello que había iniciado como una historia de amor había tenido lugar a causa de los errores inevitables causados por su inexperiencia en el amor y descuido con los sentimientos propios y ajenos.

Aquel golpe de realidad lo ayudaría a aprender para no cometer los mismos errores.

Ya no se culparía y se haría daño a propósito con viejos recuerdos, pero, sobretodo, Jake ya no se aferraría a esa vieja imágen del pelinegro, estaba más que dispuesto a liberarse de aquel fantasma de su pasado puesto que todo estaría bien a partir de ahora.

Él estaría bien.




×Ghost of you×


Aloja 👀

Pasen aquí por sus pañuelos ➡️

Y aquí por las piedras ➡️

Algo de angst en la vida no hace mal ¿no? aghgshs

Esto lo escribí en uno de mis bajones emocionales y lo corregí ahorita en otro JAJAJA suelo escribir cosas sads cuando me siento sad, perdón 🤣

Pero debo decir que me siento bien ahora, igual que el Jake✨

Si están pasando por un mal momento solo quiero decirles que el momento pasará y pronto se sentían bien, no es el fin del mundo si? Puede sentirse como tal pero no lo es porque días mejores vendrán 💖

Bueno, mis poderosos 5sos escribieron está hermosa pero triste canción así que la quería usar para un fic desde hace un buen y si logré 🥺

Si leeiste esto ¡gracias! 💋

Espero que no les haya sacado muchas lágrimas, pero sobretodo que haya sido de su agrado 👀 aghgshs

Se les re quiere ❤️

Att: Yanii 🐰

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