11
Nicole Doyle de Müller
Me duelen partes del cuerpo que ni siquiera sabía que existían, de hecho he tenido sensaciones que ni en los cuentos más detallados que mis compañeras contaban en el club eran capaces de explicar, por primera vez en mi vida las marcas de pasión en mi piel no me causan asco, de hecho creo que hasta me gustan, así como me gusta tocar y observar.
Es como si las malas experiencias del pasado hubiesen sido hubicadas tras un par de barrotes en el fondo de mi mente y mis acciones dejan de depender de ellas.
Acarició por enésima vez el abdomen de Arno quien mantiene la vista en el techo manteniéndose pensativo mientras sigue acariciándole inconscientemente la espalda llena de marcas , algunas aún duelen un poco , pero sus caricias opacan cualquier malestar.
Luego de nuestra pequeña conversación no ha hablando más y por un momento temo que se sienta incómodo.
—Creo que ya puedes volver a tu habitación —Suelto las palabras antes de analizarlas bien —No me pondré a llorar , lo prometo.
—¿Por qué llorarías ?—Levanta mi barbilla con sus largos dedos para analizar mejor mi rostro — ¿O por qué me iría? ¿Quieres que me vaya ?—Niego lentamente —Mejor porque de lo contrario tendría que convencerte , ahora que consumamos nuestro matrimonio , nadie me va a apartar de tu cama.—Río cuando me hace quedar boca arriba —De tus sábanas —Levanta y sube sugerentemente las cejas mientras nos cubre a ambos con las blancas sábanas—... mucho menos de entre tus piernas.
Me mira divertido antes de separar con brusquedad mis piernas y hundir la cabeza en mi cuello para dejar cortos besos en él. Su barba de pocos días me hace cosquillas pero no soy capaz de reír ya que se me escapa un gemido cuando se contonoea sugerenteme contra mis partes de chica , sensibles aún por sus ataques anteriores.
—Mmm ya puedo sentir tu humedad, Foxie —Muere mi hombro y yo gimo más alto de necesidad incluso mis caderas se mueven en su búsqueda —Eres tan maldita mente adictiva...tú y todas tus pecas, son como malditas estrellas cuando te sonrojas...un día de estos las besaré todas y cada una de ellas.
—Quiero ver eso...—Abro más mis piernas en una para nada sutil invitación a entrar en mi cuando escuchó que tocan la puerta con urgencia.
Arno resopla y cuando voy a hablar tapa mi boca y da continuos besos sobre mi cuello, besos que me ponen a nada de perder la cordura , incluso cruzó mis piernas en su espalda para invitarlo a que deje de frotarse y entre en mi. Lo necesito tanto que podría llorar.
Pero el toque incesante de la puerta seguido por un " señora " termina por enfurecerlo.
—Vuelva dentro de cuatro horas —Grita Arno , apretando con una de sus manos el muslos alrededor de su cadera, asegurándose de dejar marcas.
—Es urgente , en cuatro horas no tendría sentido decirlo.
Markos sonaba realmente apurado por dar la información y puestos a que nunca intervenía en casos de extrema urgencia, supuse que el asunto debía ser de extrema urgencia para interrumpir de tal manera a sus jefes.
Empujé por los hombros a Arno quien se dejó caer en la cama con cara de pocos amigos y una erección de competencia totalmente descubierta, solo de verlo la saliva se me volvía liviana.
Tomé un albornoz que descansaba en una silla cercana a la cama y me vestí lo más rápido que pude , miré a Arno esperando verlo vestirse , pero él simplemente colocó sus brazos tras su cabeza en una clara señal de que no le importaba que lo vieran completamente desnudo.
Caminé hasta la puerta y me encontré con el guardia que había sido designado solamente a mi tras la puerta , luciendo ansioso. Su vista fue por un milisegundo a mi espalda y notó a mi esposo gloriosamente desnudo. Si mis mejillas estaban rojas las suyas lo estaban aún más.
— La chica , Josephine —Por un momento tuve que hacer memoria , hasta que ubiqué el rostro de una de las chicas del club, la ahora informática. —Hackeó el móvil de uno de los capos de la cuidad.
Arno resopló desde la cama.
—Capos dice —Su voz salió llena de burla —Idiotas con demasiado dinero , querrás decir.
La mirada de Markos volvió a mi.
—Lo que quiero decir es que , tiene información importante —Asiento —Hoy se reunirán todos los " idiotas con dinero " en el Club Dirty Princess , otro de los Clubes del antiguo dueño del tuyo.
—¿Todos los capos en un solo club ?—Ambos llevamos la mirada hacia Arno que ahora estaba sentado, yo lo miré divertida ¿no que no eran capos , sino idiotas con demasiado dinero ?—No lo sé Foxie , suena como que no te invitaron a su fiesta.
La mirada en su rostro se volvió oscura al instante y no oscura de deseo, oscura de maldad y creo que la mía se volvió un reflejo de la suya.
Hice un puchero lo que pintó en su rostro una media sonrisa llena de crueldad.
—Tendré que aprecer de sorpresa en su fiesta —Miré directamente a Markos —Prepara el coche, avisa a las chicas.
—Cómo ordene señora.
Dicho esto Markos se retiró tras un pequeño asentimiento he de decir que me produjo ternura el verlo sonrojarse.
—Supongo que no tenemos tiempo para otro round—Miré a Arno con diversión mientras negaba con la cabeza —Mejor así guardo energías para más tarde darte ún más duro.
Sonreí sin poder evitarlo caminé hasta el baño, sintiendo una extraña sensación en la boca de mi estómago, una bastante...emocionante.
...
Definitivamente he de admitir que Victoria tiene un gusto exquisito para escoger ropa Men estos momentos llevo un vestido rojo sangre , que se ajusta a mi figura , largo hasta los tobillos, su color resalta exquisitamente con mi piel, pero lo mejor que tiene es el escote , un hermoso y elegante escote en forma de corazón, que noto trae babeando a Arno a mi lado los tirantes caen por mis hombros dejándolos a la vista, cada tanto mi marido deja un beso en las pecas presentes allí. Aunque deja parte de mi espalda al descubierto, las cicatrices no son notorias lo que ayuda muchísimo con mi seguridad. El cabello lo traigo recorrido aunque varios mechones caen libres alrededor de mi rostro , hasta el maquillaje me hace lucir increíble, mis pecas están cubiertas y mis labios pintados con el mismo tono de mi vestido.
Lo malo.
No puedo besar a Arno para no arruinar el maquillaje.
—Pareces una Reina Roja —Declaró besando mi mano con auténtica devoción cuando el coche se detuvo frente al local.
—Toda Reina necesita un Rey.
—Y aquí tienes al tuyo desesperando por empotrarte contra otra pared —Lo vi removerá en su asiento —He de admitir que en estos momentos lucho una enorme batalla interna —Lo miró interrogante —Una parte de mi quiere entrar contigo allí dentro y matar a todos, pero la otra recuerda lo de dejarte ganar tus propias victorias.
—Definitivamente esa es la parte que me gusta —Enarco una ceja cuando me pasa el pintalabios usé hace un rato junto a una servilleta —¿Se corrió el maquillaje?
—No—Su rostro se veía inaccesible en ese momento —Necesito que marques un beso en esa servilleta.
—¿Qué?¿Para qué?
—Solo hazlo.
Algo extrañada por sin desconfianza tomé la servilleta de papel que me entregó antes de besarla , asegurándome de dejar marcado mis labios a la perfección con la pintura roja.
—Contento —Se la devolví mientras bajaba el espejo para poder arreglar la pintura de mis labios —¿No dirás para que lo quieres ?
—No, solo baja, que llegarás tarde.
Suspiré y tras y beso en su mejilla que no dejó gracias a dios marca de pintura roja me baje del vehículo, afuera me esperaba Markos quien me dio un ligero asentimiento.
—De pequeña le temía a maléfica —Le comenté mientras me acompañaba a la puerta del inmenso Club —Ahora me he convertido en ella, haré un desastre por no haber sido invitada a una fiesta.
En la puerta no se encuentran guardias de seguridad, sino dos chicas infiltrados que se han disfrazado , ambas asienten mientras esperan una orden de mi parte. Yo solo suspiro y levanto el mentón.
No volveré a mirar al suelo.
—Abran.
Estoy seguro que más de uno se quedó helado cuando la puerta se abrió y en lugar de ver algún viejo gordo adinerado, o algún corpulento guardia , vieron mi hermosa silueta.
— ¿Llegó Tarde ?
Un grupo de diez hombres estaban sentados alrededor de una inmensa mesa redonda mirándome directamente, todos tenían habanos en sus manos y whisky a un lado , una botella de las caras estaba en el centro de la mesa.
Sonreí por lo bajo cuando vi a una chica enmascarada sirviéndolo.
—No se llega tarde a una reunión que no ha sido invitado.
Coloqué mis manos en mis cintura sin ni siquiera moverme del cirio en el que estaba parada, semi iluminada por las luces del local.
—Arthur , Johan , Edward , Brown , Sully, etc etc —Me miré las uñas pintadas de rojo —Dueños de clubes , bares , presidente del club de moteros , que no sabe manera por cierto, jefe de pandillas etc — Ni siquiera los miré un poco mientras caminaba a su alrededor —Se hacen llamar capos , solo por lavar un poco de dinero y tener uno que otro negocio sucio...
—Pensé que las putas llegarían en media hora —Habló el que tenía extorsionado a los moteros.
—Uyy no debiste decir eso —Me cruzó de brazos —Se supone que es una reunión donde se reúnen mos principios jefes criminales del lugar ... supongo que mi invitación se perdió , puestos que ahora soy quien controla el 70% del negocio de las mujeres, las apuestas y rengo un club.
—Mira cría, si quieres dile a tu marido que te cumplió el caprichito de jugar a la mafiosa que venga se siente en esta mesa y discuta con nosotros el caímos que quiere darle a su negocio pero tú...o te largas o te bajo ese escote y te siento en mis piernas para darte unas nalgadas que bien merecidas tienes.
Mis cejas se alzaron al escuchar sus palabras, y ladeé mi rostro, no para mirar al lado, sino para mirar a otro lado encontrando mi obejtivo.
—¿Saben su problema?—Puntualizó mientras me detengo junto a la mesa tomando la botella de whisky —Que son hombres, que no ven más allá de sus narices , que no tienen visión de futuro.
—En estos momentos estoy viendo mi polla muy enterrada en tu trasero.—Golpeo bajo la mesa el pequeño barril mientras miro las hermosas paredes de madera —Si esa es mi visión a futuro.
Mis labios se elevan en una sonrisa.
—¿Sabes cual es la mía? Controlar esta ciudad , de principio fin y para eso necesito que se suiciden.
—¿Qué? Estás loca.
Con sutileza quité el pequeño broche de mi cabeza mientras me alejaba de ellos.
—Ya puedo verlo — Suspiró —Diez jefes criminales se reúnen para acabar con sus vidas , espiar sus pecados en la antigua iglesia , ahora un club.—Río —¿Saben algo ? Anoche soñé con fuego.
Sin decir otra palabra prendo el encendedor en forma de broche que traía en la cabeza.
Ni siquiera les da tiempo a reaccionar cuando cae a sus pies y el líquido alta inflamable inholoro , que dejé caer en el suelo, producto especial de Ghot los atrapaen segundos. Apenas y alcanzo a escuchar sus gritos , sobre todo cuando el whisky que tomaban estaba mezclado con él.
Miró el fuego por unos segundos expandirse por todo el locar, llenando mis oídos junto a los gritos de los estúpidos de mis enemigos , el humo se alza , y comienza a expandirse en incendio cuando le doy la espalda.
Nadie me llama puta.
Nadie me subestima.
Pienso en mi plan ideado en media hora, en como las chicas prepararon el lugar , en como siendo subestimadas por ser mujeres tuvieron acceso al club y colocaron el líquido, en como la propia Josephine les quitó sus armas al entrar y ni siquiera notaron que sus guardias fueron cambiados por una mujer, en como no trataron de atacarme en cuanto entré en como no me vieron como una amenaza real.
Y todo por ser mujer.
Ser mujer me hace poderosa y me encanta.
Salgo del club sintiendo el calor en mi espalda , mis compañeras me esperan fuera , los moteros están al frente junto a otros pandilleros.
—Aquí estoy —Gritó —Acabo de matar a sus jefes , a cada uno de ellos , los quemé, me subestimado y fui lo último que vieron —Digo con voz firme —Sigo aquí, si alguno quiere venganza, esta es su oportunidad, tal vez y tengan mejor suerte y sufran una muerte menos dolorosa que quemarse desde fuera y dentro...
—Por dios , eres la maldita Khalessi de la vida real —El Murmuró de Jo me sacó una sonrisa.
Ni siquiera terminé de hablar cuando uno a uno, hombre fuertes y músculos comenzaron a incorporar sus rodillas, en el fondo podía ver a Arno con la mirada oscura y una lasciva sonrisa en sus labios antes de hacer una pequeña inclinación.
Ya tengo mis propias victorias, es hora de empezar a aecwnder juntos.
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