30- Pasado, presente & libertad (Final)


Eran las 6 de la tarde, no faltaba mucho para la puesta de sol, el frío invadía el ambiente, el cielo estaba nublado y del mismo brotaban precipitaciones no anunciadas, este hecho tomó por sorpresa a los cuatro jóvenes que delante de una lapida se encontraban, el lugar era un cementerio.

El silencio reinaba mucho más que el frío o la lluvia en aquellos momentos, las pocas gotas que caían fueron tornándose poco a poco en una calmada lluvia, parecía que se nublaría aún más...

Pero ahí estaban, cabizbajo observando con atención el epitafio de aquella tumba.

"Kyouka Kirino"

"1980-2020

"No se muere quien se va, solo quien se olvida... Por eso, madre bendita: fuiste amor, dulzura y consuelo. Vivirás por siempre en el corazón de todos a quienes hiciste mejores con la belleza de tu alma"

Confundida con la infinidad de gotas caídas el cielo, una lagrima se desprendió y cayó hasta chocar con la base de la piedra, donde aquellas palabras estaban grabadas, esa lagrima es la prueba de que la persona que ahí descansa jamás será olvidada, y que aún muerta, sigue provocando emociones intensas para todo aquel que la conoció.

En la grisácea paleta de colores que impregnaba el ambiente en aquel momento, el brillo de una cabellera rosada hacía eco en el lugar, pues el chico que llevaba dicha hermosa cabellera estaba liberándola de dos ataduras que le formaban dos coletas, sacó las ligas con sus manos y tras mirarlas durante unos segundos se dispuso a colocarlas en la lapida, misma base donde se encontraban varios ramos de flores, un anillo y un collar con un dije en forma de K.

—¿Cómo te sientes?

Preguntó un joven, notablemente más bajo que el primero, de cabellera azul cielo.

—No creí que fuera tan difícil venir hasta aquí... Creí haberlo superado hace tiempo, pero...

Las lágrimas eran más frecuentes, la pena era incontenible y se apoderaba del pelirosado, evidentemente afectado fue rodeado con fuerza por los tres chicos que cercanos a el se encontraban, fundiéndolo en un cálido abrazo que solo permitiría que aquel joven pudiera desahogarse con normalidad...

Veinte minutos en aquel lugar, parecieron eternos pero ya era hora de dar un paso hacia adelante y salir de ahí.

—Shindou e Ibuki vendrán por nosotros, será mejor esperarlos afuera.

Comentó otro joven, el más alto de los cuatro, de piel pálida y cabello azul oscuro.

¿Y sobre el ultimo? El castaño, bajo y de inocente rostro solo podía sentirse mal, el ambiente no era lo suyo y no entendía como debía manejar una situación similar, la pena no era suya, pero no podía evitar sentirse mal pues aquel mal y destino no podía deseárselo a nadie, esa tarde no habían palabras de apoyo, no obstante debía ser fuerte, y acompañar a sus amigos en el esfuerzo que suponía mirar hacia el frente con orgullo, sabiendo que esos serían los deseos de la persona a quien estaban velando...

—Me da algo de vergüenza que esos dos me vean llorar...

Admitió Kirino Ranmaru, apenado y soltando una pequeña carcajada.

—Será mejor que vayas a lavarte la cara, vamos...

Masaki Kariya, el pequeño de gran corazón y cabello azul como el cielo, se llevó al anterior mencionado al baño del establecimiento, dejando solos a los otros dos, Tenma Matsukaze y Kyousuke Tsurugi.

—Tsurugi.

Dijo el castaño, llamando la atención del más alto.

—¿Huh? ¿Qué ocurre Tenma?

Correspondió, observando la preocupada y desolada expresión del más bajo.

—¿Por qué tienen que pasar estas cosas? Han pasado tres meses desde que fue todo eso, lo del choque, la explosión, y... Bueno, todo eso, tu lo sabés mejor que yo... Las cosas han estado tranquilas desde entonces, pero la pena no se ha ido.

Tsurugi observó sorprendido a Tenma, pensando en su reflexión y considerando todo lo que el Sector V había provocado, a día de hoy la organización se ha disuelto y muchos de sus miembros han sido arrestados o hallados muertos.

¿Y sobre los demás? Yuuichi Tsurugi fue intoxicado con sobredosis de pastillas, por lo que tuvo que ser llevado a urgencias a que le hicieran un lavado de estomago, pero a día de hoy se encuentra bien y en tratamiento para sus piernas.

La madre de Ibuki no sufrió mayores daños más que un trauma por lo ocurrido, y a Suzuno le extrajeron la bala encontrada en su pierna y estuvo en tratamiento por unas semanas, pero pronto se recuperó.

—Es una pregunta dificil...

Reflexionó Tsurugi, lanzando una mirada esperanzadora hacia el cielo.

—No tengo idea.

Respondió Tsurugi, volteando a ver a Tenma, con una sonrisa poco común en el, pero que le recordaba al contrario la forma de vivir que acostumbraba, su incesante sonrisa a pesar de las adversidades había desaparecido durante un tiempo, el castaño lo recordó.

—Gracias, Tsurugi.

Dijo Tenma en una suerte de murmullo.

—¿Ah?

Tsurugi estaba confundido, no sabía en que había ayudado como para que Tenma le agradeciera, pero de todas maneras ya no importaba, aquellos amigos que habían ido al baño habían vuelto.

—Te ves mejor, Kirino.

Exclamó Tenma.

—Será mejor que salgamos, parece que Shindou e Ibuki ya están afuera.

Ordenó el pelirosado, para que posteriormente el grupo completo saliera del cementerio y se encontraran con una lujosa limusina fuera del recinto. El cristal se bajó y de el salió la expresión sonriente de Shindou.

—¡Que gusto verlos!

Exclamó el capitán de Teikoku, mientras abría la puerta de la limusina para posteriormente apartarse y permitir que los demás se sentaran en el espacioso interior.

—Woah, esto es genial...

Comentó Tenma, sorprendido por la lujosa maquinaria.

—¿Y ese idiota?...

Preguntó Kirino, apuntando a un chico de cabello blanco sujetado por una bandana negra que protegía su frente, el cual estaba profundamente dormido en su asiento.

—Jeje...

Shindou rió antes de contestar.

—Fui a buscar a Ibuki a las 8 de la mañana para que me acompañara con las compras para el día de hoy, se ve que le hace falta un buen sueño.

Finalmente Shindou se encargó de justificar al peliblanco, aún a pesar de pasar una vergüenza considerable.

—¿Lo fuiste a buscar?

Preguntó Tsurugi.

—Si, después de lo que ocurrió hace meses la casa de Ibuki quedó destruida, y en compensación por toda la ayuda que recibimos de ustedes, y el hecho de que me salvaron la vida, mi familia quiso comprometerse a ayudar a Munemasa y su madre, eso incluye relacionarse más conmigo después de todo.

Tsurugi lo entendió, lo cierto es que luego de los incidentes ocurridos, las relaciones entre los muchachos se habían estrechado en demasía, sin embargo Ibuki y Shindou se habían vuelto cercanos sin que los demás se enteraran del todo, parecía una relación algo secreta, aunque no había motivos para ocultar aquello.

—Ibuki nunca nos había dicho nada al respecto, y eso que tenemos un grupo de whatsapp.

Comentó Tenma.

—¡¿Y que te tengo que andar contando weas a vo' chuchetumare?!

El peliblanco había despertado de su sueño, es eso o se había hecho el dormido desde que los demás entraron en la limusina. Solo recibió risas por parte de las personas a su alrededor.

—¡¿Tengo algo en la cara?! ¿Qué es tan divertido?

Se había levantado de mal humor.

—Eres un cascarrabias Ibuki, no se como te soportamos...

Respondió Kariya, cruzándose de brazos.

—Por cierto ¿Qué compraron?

Preguntó Tenma, emocionado.

—Pues... Primero fuimos a un supermercado lujoso, compramos carne, bebidas, vino de la mejor calidad, papas fritas, doritos, cheetos, manis, queso philadelphia con galletas, bueno, muchas cosas para comer esta noche... Después fuimos a almorzar, comimos helado para el postre, después...

Mientras Shindou relataba con lujo de detalle todo lo que había hecho durante la jornada acompañado de Ibuki, este ultimo intentaba esconder su cara pues sentía vergüenza de lo emocionado que parecía Shindou al contar aquello, sin embargo, luego de recibir ciertas miradas y algunas burlas por parte de los demás, pasó a sentirse más cómodo.

El trayecto fue corto, pero ustedes se preguntarán ¿Cuál es el destino? Pues al cabo de unos minutos, con un viaje bastante agradable y los chicos interactuando entre ellos como antes no habrían podido, llegaron a un sector en lo alto de la ciudad.

Casas grandes con patios gigantescos, una buena cantidad de metros cuadrados por terreno, todo bien resguardado, era claro que se trataba de un barrio acomodado, al cabo de unos minutos llegaron a una casa enorme, parecía una mansión. La limusina se estacionó en frente y los chicos bajaron.

—Esto me trae recuerdos...

Comentó Kirino.

—Lo sé, siento que no haya sido lo más cómodo para ti.

Respondió Shindou.

—No... Disculpame tu, fui bastante grosero contigo... Perdoname.

Shindou rió levemente tras la disculpa de Kirino.

—Creo que puedo entender como te sientes... Así que te perdono...

Ambos sonrieron.

—Oigan idiotas, hay que entrar, ya están todos aquí.

Exclamó Kariya, el cual ya estaba en la entrada de la mansión junto con Ibuki y Tsurugi.

—Será mejor que entremos.

Dijo Kirino, adelantándose y entrando junto con los demás.

—Es extraño... Pero siento una conexión única con estos muchachos, desde que los conocí...

Murmuró el castaño para si, pensativo.

—Se llama "Amistad". Señorito, y no sabe lo feliz que estamos de que pueda estrechar vínculos como estos.

El mayordomo no se equivocaba, si algo le había faltado al joven Shindou Takuto durante gran parte de su vida era tener amigos de verdad, pues vivió algo marginado de los chicos de su edad durante gran parte de su vida, no fue sino hasta que conoció a Kirino por gracias a las influencias de su entrenador Kidou, el cual siempre había tenido muy en cuenta su situación, que todo cambió.

Los padres del joven lo tenían aislado, constantemente estudiando tanto por lo académico como en su habilidad para tocar el piano, eran pocos los momentos que tenía para divertirse, pero jamás logró estrechar lazos verdaderos, y sus padres no se habían percatado de ello hasta el incidente de hace tres meses.

Donde si no fuera por Kirino, quizás Shindou hubiese muerto, y estarían lamentando otra perdida para ese momento.

Debido a sus pocas habilidades para socializar, jamás logró tener amistades reales en Teikoku más que simple colegueo con sus compañeros de la rama de fútbol, el cual era el único gusto que le permitían tener sus padres además del piano.

Durante estos meses se había discutido la posibilidad de que Takuto se trasladara al Raimon para poder disfrutar con los demás, pero es un tema complejo que ha de ser discutido.

¿Y de los demás? Pues, Shindou se decidió a entrar a su mansión, para toparse con la dicha de ver a todos dentro de la mansión, había música, comida y bebida. Lo mejor de todo es que el castaño podría disfrutar de la extensa compañía de todos los involucrados en el incidente, pues sus padres decidieron organizar una reunión de agradecimiento por salvar a Takuto, y no se dio hasta luego de tres meses debido a problemas de agenda.

Dentro estaban todos... Partiendo con los padres de Takuto, los cuales compartían alegremente junto con Suzuno, Nagumo y la madre de Ibuki. Por otro lado se encontraban Hiroto conversando junto a Kidou y Endou, ignorando completamente el hecho de que Midorikawa estaba retando a Kariya por comer demasiadas galletas con queso philadelfia y no dejar para los demás, esto a la vista de Kirino, Tsurugi y Tenma, burlándose el pequeño peliazul. En el patio habían dos parejas, por un lado estaban Shindou e Ibuki, sentados en una banca observando el cielo, o bueno, el primero lo observaba mientras el otro trataba de descansar la vista, pero no sería por mucho tiempo, pues Kariya no tardaría en interrumpirlos, lanzándole agua al peliblanco para que se despierte.

Y por ultimo pero no menos importante, en una pequeña terraza del segundo piso estaban Fudou y Kazemaru, observando como los muchachos jugaban  en el patio, cerca de la piscina.

—¿Alguna vez creíste que esto acabaría así?

Preguntó Fudou, con una mirada un tanto perdida.

—¿A que te refieres?

Preguntó Kazemaru, observando como su contrario respiraba profundamente antes de contestar a su pregunta.

—A... Goenji, o Ishido, no se bien como referirme a el... Ambos sabemos todo por lo que tuvimos que pasar hasta llegar aquí, pero... Supongo que a pesar de todas las adversidades, es el mejor final posible.

El peliazul solo miró a su contrario y sonrió, para luego observar al cielo, pensativo y algo reflexivo, analisando lo dicho por Fudou.

—¿Sabes? He perdido tantas cosas... Que creo que cualquier final hubiera estado bien... Siempre que no te perdiera a ti, pero... Estoy feliz de que acabara así, supongo que podremos seguir una vida normal después de eso.

El sonrojo de Fudou se hizo evidente, leve pero preciso, Kazemaru sabía leerlo, por lo que prefirió no decir nada y permitir que la situación acabara por si sola.

Y hablando de acabar... ¿Será este el fin de la historia de estos muchachos? No lo sabremos, sin embargo eso no quita que lo importante del viaje no es el destino, sino el trayecto, por lo que satisfechos quedan todos en esta posada mágica la cual, siendo solo de carácter agradecido, acabaría siendo un suceso recordado por todos...

Pero ninguna historia puede finalizar sin recordar como comenzó, es por eso que al terminar rememoramos el hecho de que bajo el humo de una ciudad hostil, peligrosa y con pocas  oportunidades, jóvenes buscarán sobrevivir, aún a costa de reprimirse totalmente, ocultando verdades que solo saldrán a la luz en su intimidad y debilidad...

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Agradecimientos y comentario final:

¡Muchas gracias a todos por seguir esta historia durante tanto tiempo, sobre todo tengo la intención de agradecer a todos quienes estuvieron ahí para apoyar este proyecto al cual le he dedicado tanto tiempo, pero intentaré ser breve y de momento solo los etiquetaré, ya tendré tiempo para hacer algo más especial más adelante.

Pero eso no significa que este sea el final de la historia de Ghetto 0.6, si bien es el final de este fanfic como tal, tengo un proyecto planeado que me muero por comenzar, ya daré detalles más adelante.

Especiales agradecimientos a: Sander235 NN_025 MiliKazemaru SakuraSalvador littlemugiwara KariyaFuzuuke

Les tengo un cariño especial a todas ustedes, no saben cuanto les agradezco que hayan estado ahí para ver el nacimiento y final de este proyecto que me llevó un año entero finalizar, estoy contento por el resultado.

¿Seguiré escribiendo después de finalizar todo?

No estoy seguro, tenía planeado tomarme un descanso pero la verdad es que la ideas a mi cabeza van y vienen, y puede que algo genial se me ocurra y parta inmediatamente a escribirlo, sin embargo, como ya mencioné, tengo un proyecto nuevo en mente que permitirá que el universo alternativo que creé para este fic.

Finalmente, no me queda más que decirles que este viaje de un año escribiendo este fic me ha hecho muy feliz, me he demostrado a mi mismo que soy capaz de ser constante a la hora de escribir y que puedo terminar una historia con el mejor de los ánimos, me he superado a mi mismo y me siento orgulloso, es un reto que me propuse a mi mismo y es por ello que comencé a escribir fanfics. Si lo vuelvo a hacer es probable que no sea sobre inazuma eleven, o bueno, no lo sé, solo el tiempo lo dirá.

Pero no tengo otra cosa en mente ahora mismo que felicidad y visión en futuros proyectos.

¡Muchísimas gracias por leer, nos veremos en la próxima ocasión" <3

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