2. No es casual


—Ranmaru ¡Ven para acá!—

Antes de siquiera poder replantearme con quien y porque mi madre estaba hablando, caminé hacia su dirección.

—¿Qué pasó Mami?—

—Entra, cámbiate esos trapos y ponte algo decente, hoy iremos a cenar a la casa de estos caballeros—

Miré de reojo a ambos hombres antes de entrar a la casa, y me puse algo más "formal", si a un polerón y unos pantalones se les puede llamar formal.

Al salir, saludé a ambos hombres y partimos rumbo a su casa, mi madre y ellos conversaron durante todo el camino, más temprano que tarde me explicaron que mamá los conocía de hace muchos años, desde su infancia prácticamente, y que ahora que estaban en la ciudad, no podían esperar a juntarse nuevamente.

Sus nombres eran Suzuno Fuusuke y Nagumo Haruya. 

Lo cierto es que me cayeron bastante bien, uno era bastante frió y el otro muy agradable. Me contaron que estaban en la ciudad cuidando de su sobrino, el cual tenía mi misma edad, por lo que si me aburría podía interactuar con el.

La verdad es que no me pareció mala idea para nada. Sin embargo, no pude evitar notar que el camino se me hacía conocido.

Estábamos recorriendo exactamente los mismos lugares por los que paso el enano cuando se fue de la cancha, no será que...

—¡Ya hemos llegado! Ranmaru, Kyouka, siéntanse como en casa—

Gritó Nagumo muy entusiasmado, por lo visto querían mucho a mi madre.

—Es la casa de nuestros viejos amigos, Hiroto y Midorikawa, pero no tengan miedo de nada—

Dijo más calmado su compañero.

—Ranmaru, si lo deseas, puedes ir a ver a nuestro sobrino, está en su habitación en el segundo piso—

Me invitó amigablemente el pelirrojo, asentí y subí las escaleras. Y llegué al segundo piso, intenté hacer el menor ruido posible hasta que me di cuenta de que la puerta de su habitación estaba semi-abierta, miré hacia adentro de reojo, allí estaba, como me suponía...

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El hecho de compartir equipo con ese afeminado me molestaba bastante, no solo había intentado golpearme y ya me había abierto una herida en mi preciosa frente, sino que ahora resulta que es mi compañero de equipo.

Pero bueno, lo hecho hecho está, supongo que solo durará unos cuantos partidos, se supone que es una sanción, de todas maneras tendré que afrontarlo.

Acabo de tirarme a mi cama y resulta que mis tíos acaban de llegar a casa, me contaron que vendrían a cenar una vieja amiga suya y su único hijo, creo que sería interesante tener un buen amigo por aquí.

—¡Hemos llegado!—

Escuché gritar a mi tío Nagumo. Bajaría a saludar más tarde, ahora me siento bastante cansado, no es que haya hecho mucho el día de hoy, a decir verdad, olvidarme de todo, con los ojos cerrados...

—¡¡PERRRRMISO QUE VOY PASANDO!!—

Casi me caí de la cama cuando de la nada mi puerta fue abierta causando un estruendo y lo que vi me dejo aún más pasmado.

—¡¿Qué mierda estás haciendo tú aquí?!—

No sabía como sentirme, era inesperado, como si un extraño viniera a robar a mi casa... Aunque, si, debe querer vengarse de mi por haberlo golpeado y viene a robarme.

—Que pasa hermano—

Me saludó con total tranquilidad, levantando dos dedos al saludarme, con una mirada inocente.

—No has respondido mi pregunta ¿Que haces aquí?—

El simplemente entró a la habitación, cerro la puerta y comenzó a pasearse por la misma.

—¡Oye!—

Ya se me estaba agotando la paciencia.

—¿Qué? Ah si, resulta que mi mamá es amiga de tus tíos, así que vinimos a cenar—

No se qué es lo que me sorprendía más, la horrible casualidad de que este idiota fuera hijo de la amiga de mis tíos, o lo exageradamente tranquilo que se encontraba.

El pelirosado se acercó a mi y se sentó a mi lado en mi cama, con total confianza y me miró de cerca, nuestras caras estaban demasiado cerca y no sabia como reaccionar.

—Parece que te pegué fuerte, tremenda costra que tienes en la frente—

Dijo casi riéndose.

—Me pegaste un codazo, estúpido, ¿donde aprendiste a pelear así?—

Mi pregunta le sorprendió, cerro los ojos para después abrirlos y mirarme con una sonrisa maliciosa.

—Si te lo cuento tendría que matarte—

Tras decir semejante tontería, soltó unas carcajadas, aparentemente se dio cuenta de que solo logró hacer la situación más ridícula de lo que era, más a mi no me hacía ninguna gracia.

—Tus tíos son muy agradables ¿Sabes?—

—¿Eso crees? vaya...—

—Si que lo creo, durante todo el camino hacia acá estuvieron conversando muy alegremente con mi  madre—

Este afeminado estúpido es muy polifacético, ayer nos agarramos a combos, hace unos minutos entró a mi habitación pateando mi puerta de lo más campante, y ahora parece estar serio, no lo entiendo.

—No lo sé, los conozco hace muy poco, al igual qué a mis padres...—

—¿Igual que a tus padres? Acaso eres...—

—Huérfano, si, o bueno, lo era antes de que ellos llegaran a mi vida—

No me había dado cuenta pero durante un segundo me abrí a una conversación medianamente profunda con este bobo. Mis pensamientos pararon cuando sentí su pesada mano sobre mi cabeza, haciendo un movimiento que consiguió despeinarme un poco.

—¿Qué?—

Pregunté confundido, me sorprendí cuando mire su rostro y encontré una mirada comprensiva. Mi nuevo compañero de equipo soltó una pequeña carcajada antes de hablar.

—No lo se... Creo que me da algo de ternura que un enano odioso tenga algo profundo que contar—

Respondió sereno, para recostarse de brazos abiertos en mi cama.

Aproveché que estaba boca arriba para pegarle con la mano abierta en el estomago con toda la malicia que tenia acumulada.

—¡¿Por qué hiciste eso?!—

Pregunto retomando la compostura y sobándose el estomago. Yo en cambio, me limité a reírme bastante.

—Eres un sinvergüenza ¿Lo sabías?—

—¿Yo? Tu tío me dijo que me sintiera como en casa, yo solo le hice caso—

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Dímelo—

—¿Por qué te tomas el cabello en 2 coletas?—

—Porque me hace ver guapo y varonil—

Creo que es la respuesta mas ridícula que había escuchado. Sacando la lengua reiteré.

—Respondeme en serio, ridículo... Por cierto ¿Cuál es tu nombre?—

Recordaba haberlo escuchado cuando nos citaron hoy en la cancha, sin embargo no había prestado atención, y tampoco me importaba, bueno, no en ese momento.

—Kirino Ranmaru, y bueno, es una larga historia, quizás en otro momento te lo cuente—

Me tendió la mano, y correspondí estrechándola, es posible que Kirino no sea tan idiota como me lo parecía...

—Soy Kariya Masaki, un gusto—

—Ahora yo quiero preguntarte algo—

—¿Si?—

—¿Por qué tus tíos te están cuidando?—

Era una buena pregunta, la verdad, no me la esperaba para nada. Sin embargo antes de que siquiera pudiera responder, el estruendo de una cuchara de madera siendo estrellada contra una cacerola me interrumpió.

Sabía perfectamente de donde provenía aquel ruido, significaba que la cena estaba lista, miré el reloj ubicado en la pared de mi habitación. Las 8 de la noche.

—Te lo explicaré luego, ahora tenemos que bajar, la cena está lista—

Me sorprendió lo rapido que había pasado el tiempo desde que mis tíos habían llegado junto a Kirino y su madre, pero supongo que es lo que ocurre cuando te la estás pasando bien.

Kirino simplemente asintió y ambos salimos de la habitación, bajamos las escaleras y llegamos a la sala de estar, allí nos esperaban sentados la madre del pelirrosa, y mis tíos. Los 3 posaron su mirada en nosotros 2, me dio algo de vergüenza al recordar que no había saludado.

—¿Y bien? ¿Se conocieron?—

Preguntó el más animado de mi 2 tíos.

—Claro que si tio, somos buenos amigos ahora ¿Cierto Kirino?—

Dije utilizando mi faceta angelical, mientras golpeaba al afeminado con mi codo para que me correspondiera.

—¿Qué? Ah si, nos llevamos muy bien—

Respondió, y yo exhalé tranquilo al ver que tanto Nagumo como la madre de Kirino correspondían a nuestra sonrisa.

—Están mintiendo—

Declaró fríamente Suzuno, era perspicaz, no lo puedo negar.

—Fíjate en la cara de ambos, tienen heridas, ¿No te recuerda a algo Haruya?—

Me puse nervioso inmediatamente y solo atiné a ir al baño para lavarme las manos antes de comer, Kirino solo me siguió en silencio.

—Nos pillaron hermano—

Me dijo susurrando.

—Tu guarda silencio y solo niega todo lo que te pregunten ¿Bien?—

El asintió y ambos caminamos hacia la mesa, preparados para disfrutar de una rica cena.

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Creo que nunca había disfrutado tanto escribiendo un capitulo, aún más sabiendo que de verdad les gusta, me siento pleno y tranquilo, y les agradezco todos y cada uno de los comentarios.

Ya lo saben, si llegaron hasta aquí, dejen comentarios, un fuerte abrazo!



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