Capítulo 12

Reich estaba vistiendose de una manera un poco "normal", o al menos en su punto de vista. Se había puesto una camisa blanca, unos jeans negros y unos zapatos del mismo color. El nacionalsocialista había terminado de cambiarse cuando Ori entró sin previo aviso.

"Vater, ¿Puedes ayudarme en al-" empezó a decir ella, pero se quedó callada al ver a su padre "¿A dónde vas a ir tan bien vestido?"

"A ningún lado excepto una cita" respondió el nacionalsocialista mientras se acomodaba su camisa.

"¿Una cita? ¿Con quien?"

"Eso no es importante, Tochter" dijo el alemán de cruz esvástica "Ich glaube nicht, dass Sie interessiert wären (No creo que te interese)"

"Es Arge, ¿verdad?"

"Dijiste que querías que te ayudara en algo, ¿En qué quieres que te ayude?" dijo el nacionalsocialista, tratando de cambiar de tema.

"Olvídate de eso, Vati. ¿Vas a salir con Arge si o no?"

"¡Está bien, te lo diré!"

Hubo un silencio por unos segundos, en los que el nacionalsocialista respiró profundamente y su hija internamente se llenaba de orgullo porque haría hablar a su padre. Una vez pasaron esos segundos, el alemán de cruz esvástica dijo:

"Si, voy a salir con Arge, ¿Algún problema?"

"No, ninguno, solo quería saber"  respondió Ori mientras su sonrisa se agrandaba un poco ". Vati, ¿No quieres que te ayude con tu camisa?"

"No hace falta, mein liebe"

"Insisto" la alemana oriental agarró con un poco de fuerza el brazo a su padre y le prendió el botón de la camisa. Luego, ella le hizo lo mismo en el otro brazo ". Du hast zu lange gebraucht (Estabas tardando demasiado)"

"Danke, Tochter"

"Por cierto, ¿A que hora era la cita?"

"Como a las ocho y cuarenta y cin-" el alemán nacionalsocialista se quedó callado al ver la hora. Faltaban 15 minutos para la cita "Debo irme. Hasta luego, Mein Liebe. Wenn Ale nach mir sucht, sagen Sie ihm, dass ich beschäftigt bin (Si Ale me busca dile que estoy ocupado)"

"Uh... ¿Okay?" 

[...]

"¿Dónde está? Se supone que ya estaría aquí?"

"¡Arge! Perdóname por llegar tarde"

Reich abrazó a Arge por detrás y le beso en la mejilla. 

"Por favor perdoname" dijo el nacionalsocialista mientras se apegaba con un poco de fuerza a la argentina.

"No te tenés que disculpar, Naz" dijo Argentina, después de que un pequeño rubor apareciera en sus mejillas "Al menos llegaste. ¿Cómo andás, pirañita?"

"Te dije que no me llamaras así, Arge" dijo el alemán de cruz esvastica mientras fruncia un poco el ceño.

"Perdón, me olvidé" se disculpó la argentina mientras agarraba las mejillas del nacionalsocialista y las pellizcaba un poco. 

Reich suspiró y sonrió unos segundos más tarde, mientras su cara se sonrojaba un poquito.

"Trata de no olvidarte esta vez, Argie" 

"¡Te dije que solo Brasil puede llamarme así!"

"Perdón, me olvidé"

Argentina no pudo evitar reirse un poco.

"Tratá de no olvidarte esta vez, Naz"

Pasaron unos minutos y la cita iba de maravilla. Arge y Naz hablaban como si no se hubieran visto en años, ya que hablaban sin parar y escuchaban al otro sin aburrirse.

"Me gusta mucho tu vestido." preguntó Naz, mientras admiraba el vestido rojo que Argentina estaba llevando en ese momento.

"Gracias, Naz"  dijo Argentina mientras se acomodaba un poco.

"¿Es nuevo?"

"No, no lo es. Creo que es la segunda- no, la tercera vez que uso este vestido" respondió la República, quien dio una pequeña vuelta con su vestido.

"Es un vestido para bailar tango, ¿verdad?"

"Así es, ¿Cómo supiste?

"Lo supuse. Te queda bien el rojo, por cierto"

"Gracias..."

"Quizás si logro que me diga dónde está mi collar..." pensó la república, y sin darse cuenta lo dijo en voz alta.

El nacionalsocialista la había escuchado, pero el pensó que Arge no podría querer sacarle información, ¿No es así?

"Dijiste algo?" preguntó para asegurarse.

"No, nada" 

"De acuerdo..."

Hubo otro silencio, pero esta vez ese silencio era demasiado incómodo. Arge aprovechó el momento, se acercó a Naz y le agarró la mano de manera disimulada.

"Arge, ¿Qué haces?" preguntó el alemán de cruz esvástica mientras se sonrojaba un poco.

"¿De qué hablás?" 

"Bueno, eh... me agarraste la mano"

"¡Oh! ¿Lo hice? Perdón, no me di cuenta"

El nacionalsocialista y la república estuvieron caminando por un rato hasta que llegaron a una banca y se sentaron.

"Y... ¿Hay alguna gema que te guste, Naz? Solo quiero saber" preguntó la argentina, tratando de saber un poco más sobre el posible paradero del collar de su madre.

"Nunca me puse a pensarlo, pero creo que sería los rubíes y las amatistas..."

"¡Con razón! ¡Ahora todo tiene sentido!" la argentina se tapó la boca después de decir eso, pensó que el alemán de cruz esvastica la había descubierto.

"¿De que hablas?" preguntó el alemán de cruz esvastica, mientras arqueada una ceja.

"Nada, nada..." respondió la republica

"¿De acuerdo?" dijo alemán nacionalsocialista, un poco inseguro. 

"Creo que es más que obvio" pensó, y eso lo molestó un poco. No esperaba que su "cita" intentara sacarle un poco de información.

Después de unos segundos, Naz dijo que tenía que irse, y se dio la vuelta y empezó a caminar. A los pocos pasos, Argentina lo detuvo llamándolo por su nombre, luego la argentina dijo:

"Te vas por lo del collar, ¿cierto?"

"No es nada que tiene que ver contigo, Arge."

"No me mientas, ambos sabemos que yo traté de sacarte un poco de información sobre el paradero de ese collar."

El nacionalsocialista se dio la vuelta.

"No me esperaba eso de ti, Argentina. No esperaba que fueras tan..."

"¿Rencorosa? Lo siento, querido, pero solo quería saber donde está una de las cosas que quedaban de mi madre..."

"Lo lamento, Argentina, pero no puedes saber eso"

"Como digas..."

Reich se dio vuelta y empezó a caminar otra vez.

"¡Naz! Antes que te vayas, quiero decirte algo" Argentina se quedó callada al ver que Reich se detuvo y se daba vuelta por unos segundos, respiró profundamente y dijo: "Te perdono por lo de mi collar"

"Espera un minuto- ¿Me perdonas? ¿EN SERIO me perdonas?"

"Si, pelotudo. ¿Qué querés? ¿Qué me arrepienta?"

"¡No! no... no quiero eso. Solo quiero saber, ¿Por qué me perdonas?"

"Porque no soy lo suficientemente estúpida para saber que no tiene sentido guardarte rencor a vos solo porque me robaste un collar"

"Oh..."

"Por cierto, te deseo suerte con mi vieja. Si sentís que alguien te jala las patas mientras estás dormido una de dos: o es mi vieja, o es uno de tus hijos queriendote romper las pelotas. ¿Me entendés?"



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