XXVII
Pongamos le salsa a este fic, anda muy suave como para ser un fic mio jaja
COMENTEN QUE SINO HAGO QUE PASEN COSAS FEOTAS 👹👹👹👹
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-Otro más- Sunoo daba besitos en el rostro de Ni-ki, eran pequeños piquitos, pasando a medida por sus labios, pues los de Ni-ki estaban en forma de piquito esperando los labios de Sunoo.
-¿Quieres pedir algo hoy igual?-Ni-ki preguntó, no le molestaba pedir comida todos los días si con eso podía estar más tiempo con Sunoo.
-Sip.
-¿Hamburguesas?
-Hoy quiero una Hawaiana- se acomodaba en el regazo del alfa, hundiendo su rostro en el pecho de este, sintiéndose libre casi por completo.
-Lo que tu quieras pedir, será tuyo.
Sunoo pensó un poco esas palabras y preguntó.
-¿Tu matarías por mi?
-Sí.
No hubo titubeos, no hubo duda, una respuesta directa y sin duda muy segura.
-Yo cometería cientos de genocidios por ti, arriesgaría mi vida sin dudarlo para poder salvarte, yo me podría como escudo para defenderte de miles de balas, sin que me lo pidas.
Sunoo podría haber sentido miedo, pues nada de lo que Ni-ki decía era mentira, pero no sentía miedo, sentía una clase de extraña seguridad, era como un dragón que protegía su oro.
-Siento que yo, podría hacer lo mismo por ti- Sunoo habló.
-No quisiera que lo hagas- acarició su cabello.
El omega estaba por hablar, pero el timbre sonó, no era el repartidor, acababan de ordenar hace menos de tres minutos, recién deberían estar preparando el pedido.
Ni-ki se paró, refunfuñando, si era uno de sus trabajadores, iba a despedirlo, dio una clara orden de nada de visitas presenciales por cinco días.
Pero al abrir la puerta, solo vistiendo su pijama, vio que no era un trabajador, tampoco Jungwon, era ese compañero de trabajo, Heeseung.
-Ah, ya era un tiempo que no venía- el alfa saludó con un cigarrillo en manos.
-¿Qué es lo que quieres?-Ni-ki lo retuvo en la puerta.
-Solo estaba aburrido, ¿No quieres ir a un bar? La anterior vez fue tan divertida- entró a su casa sin invitación, lo percibió de inmediato, pero hizo como si no supiera lo que pasaba.
-No, no tengo tiempo- esa no era una buena excusa, estaba con pijama a más de medio día -y sigue siendo de mañana.
-¿Entonces que te parece ir en la noche?- volvió a fumar, sacándose su chaqueta, mostrando los tatuajes en sus brazos.
-No, estoy algo ocupado estos días.
Que ocupado...
-Bueeeeeno- alargó la vocal mientras miraba los alrededores.
Siquiera tuvo que preguntar, una dulce y tierna vocecita se hizo presente desde la habitación superior.
-Ni-ki ¿Quién era?- se asomó por las gradas esa adorable cabellera rosada.
-Un alfa de donde trabajo- dijo, acercándose a las gradas.
-Oh...-miró a Heeseung y este no despego ni por un momento su vista de él.
-Un gusto- aprovechando que Sunoo estaba en la segunda grada y que Ni-ki no estaba tan cerca, no más que él, ofreció su mano para saludar al omega.
-Sí...
Heeseung entabló solo esas palabras y un apretón de manos, pero percibió los shampoos mezclados, las marcas que se asomaban desde dentro del pijama del omega, el dulce olor de un omega que está en la segunda etapa del celo, aprovechó esos cinco segundos de toque de manos, su piel era suave, claramente bien humectada.
-¿Cuál es tu nombre?- preguntó Heeseung, apartando su cigarrillo para que el humo no llegue al pelirosa.
-Sunoo- respondió, los tatuajes del alfa se veían algo geniales.
-Lindo nombre- le sonrió -Yo soy Lee Heeseung.
-¿Trabajas con Ni-ki?
-Algo así, solo a veces nos vemos, estaba aburrido y estaba cerca, así que vine.
-Sunoo, deberías ir a cambiarle el agua a las flores- Ni-ki no soportó ver más esa escena, las intenciones de Heeseung eran más que claras.
-Oh, sí, adiós, Heeseung- se despidió, solo llevaba la parte superior de un pijama y su ropa interior, el pijama era grande pues era de Ni-ki y cubría un poco más abajo de sus muslos.
Se dio la vuelta, listo para subir las gradas, pero Ni-ki supo que si vestía solo eso no sería una buena idea subir las gradas, su ropa interior se vería con facilidad, Heeseung no debía ver eso.
-Espera- Ni-ki se sacó la parte superior de su pijama y la ató a la cintura del omega -ahora sí, ve.
En los cuatro segundos que Heeseung vio la espalda de Ni-ki, vio claros rasguños en esta, que divertido era esto.
-Te traeré algo la próxima vez que nos veamos- Heeseung dijo antes de que Sunoo se fuera.
Se quedaron en un corto silencio, hasta que Heeseung volvió a hablar.
-Solo un trabajador ¿no?
-No te interesa.
-Oh, claro que no, pero ahora que pienso, ¿no sería divertido compartirlo? Es muy lindo.
-No.
-Oh, sí, siempre tan egoista- rio suave -Ya me voy, se me antojó un omega, justo como el tuyo, pero como no quieres compartirlo, tendré que ir a buscar otro.
Y se fue, sin más.
Ni-ki suspiró, no le molestaba que cualquier persona sepa que está enamorado de Sunoo, pero él... no es que sea un problema, pero sería molestoso.
-Ni-ki- Sunoo susurró desde la planta superior -¿Ya se fue?
-Sip- abrió sus brazos pues Sunoo bajaba por las gradas.
Se abrazaron por unos segundos, para luego besarse, de no ser porque volvieron a tocar el timbre.
-Mierda, otra vez este hijo de puta- Ni-ki supuso que era Heeseung, así que con enfado volvió a abrir la puerta -¿Qué mierda quieres aho--
-Su orden- era el repartidor de comida.
-Ah... lo siento, gracias- tomó la comida y entró, ya había pagado con su tarjeta de crédito.
-Ah, podría comer esto todos los días- Sunoo habló oliendo las Hamburguesas.
-¿Tanto te gustan?
-Sip.
-Es bueno saberlo- besó su cabellera mientras empezaban a almorzar en la sala, colocando una película en la televisión.
-¡Ni-ki!- Sunoo llamó aunque este estaba sentado a su lado.
-¿Si?
-¡Abrazo!- se abalanzó hacia el, frotando su cuerpo con el otro, para impregnar y mezclar sus dos aromas.
Ni-ki empezó a reír mientras Sunoo seguía en lo suyo ¿alguien podía ser tan lindo como él? No, Sunoo era su único tesoro.
Y no dejaría que nadie más ponga sus manos encima de su más preciado tesoro.
Mío.
Cami~
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