Vuelves contento de un gran viaje, no importa tanto el lugar, la pasaste muy bien, estás feliz, con ganas de contarle al mundo tu experiencia... ¡Y justo te lo cruzás a ÉL! Ese personaje que siempre te hace sentir miserable, con una llamativa facilidad para estropear tu entusiasmo.

-¡Estuve en Europa paseando por Roma, París, Venecia, Londres, Amsterdam y Berlín! ¿Viste mi facebook? -le preguntas.

-Sep... ¿No estuviste en Grecia? -te pregunta el "mala onda".

-¡¿En Grecia?!... No, en realidad no fui mucho tiempo, apenas pude ir a las principales ciudades... -tratás de excusarte.

-¡Qué lástima! Te perdiste LO MEJOR de Europa... Y justo en verano... ¿Al menos habrás comido las típicas mozzarellas italianas, la soup de poisson francesa o salchichas en Berlín?

-No llevé mucho dinero... Comí casi siempre en MacDonald's.

-¿Viste que allí venden cerveza con los combos?

-Eh... no me dí cuenta...

-¡¿No comiste un Big Mac acompañado de una buena cerveza negra?!... Uf... Amigo, deberías volver a Europa SOLO para probar ese manjar... -te deja en esa frase, hiriente, despreocupada y se va.

Ya nada tiene sentido, ni tus fotos piojosas de las peores ciudades europeas, ni las lindas experiencias comiendo la misma mierda que en cualquier local de comida rápida, ese maldito te sembró la duda, te cagó el viaje. Logró su misión.